¡Cuidado con la falsa doctrina! (2 Juan 7-11)


 

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.

2 Juan 7-11

INTRODUCCIÓN

               Casi terminamos esta carta que ahora conocemos como 2 Juan, la cual, de todo el Nuevo Testamento, es la carta más pequeña que se tiene en el canon bíblico, de hecho, después de esto solo faltaran 2 versículos más que comentar para finalizarla. La carta es corta, pero el autor va al grano y desea advertirle a la señora elegida y a sus hijos el peligro de las falsas doctrinas que estaban introduciendo herejías entre las iglesias del Señor y provocando divisiones, por ello, ahora el anciano nos advertirá de dicho peligro y la forma de cómo lidiar con él.

 

cuidado-falsa-doctrina
¡Cuidado con la falsa doctrina!

MUCHOS ENGAÑADORES HAN SALIDO POR EL MUNDO

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo”.

2 Juan 7

                Aquí el anciano dice una realidad: Porque muchos engañadores han salido por el mundo. La palabra engañadores se traduce del griego planoi (πλάνοι), la cual hace referencia a alguien que se ha extraviado en un error y anda deambulando. Esta palabra griega define perfectamente lo que realmente son los falsos maestros, son engañadores, sus afirmaciones son mentiras, estos se han extraviado del camino de la verdad y anda deambulando en las tinieblas de sus contradicciones, y semejantes a ellos son los que los siguen. Por tanto, podemos entender lo peligroso que son estos hombres ya que sus enseñanzas no son solo un concepto humano inofensivo, sino, una mentira que conduce al infierno ya que sus herejías contradicen el camino de la salvación. El anciano nos dice que estos falsos maestros de su tiempo negaban la encarnación de Cristo, y, por tanto, le restaban importancia a su sacrificio expiatorio que trae vida eterna: que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Una vez más, como en su primera carta los llama anticristos, porque sus enseñanzas están en contra y en lugar de la sana doctrina de Cristo.

 

NO PERDAMOS EL FRUTO DE NUESTRO TRABAJO

“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”.

2 Juan 8

               El anciano les advierte a sus lectores que se cuidaran de las falsas doctrinas porque algunos se habían extraviado de la fe verdadera y eso mismo les podía pasar a ellos si no eran cuidadosos y celosos en cuanto a la sana doctrina, porque muchos ya habían caído perdiendo el fruto de su trabajo: Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Estas palabras nos enseñan a cuidar el fruto de nuestro trabajo ya que sabemos que la salvación es gratuita, pero las recompensas en el cielo se ganan a través de nuestra fidelidad y trabajo para el Señor. Lamentablemente, algunas personas inician bien en el evangelio, pero son seducidos por falsos maestros siguiendo doctrinas erradas, estos realmente nunca abrieron su corazón al verdadero evangelio, sino que terminaron siguiendo enseñanzas que endulzaron sus oídos, un evangelio que se adecuaba a sus intereses y preferencias: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”, (2 Timoteo 4:3-4).

 

DOCTRINAS DIABÓLICAS QUE CONDUCEN AL INFIERNO

“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo”.

2 Juan 9

                 Las herejías son muy peligrosas y destructivas para aquellos que las siguen. Una herejía es una enseñanza o interpretación que se desvía de la sana doctrina, contradiciendo totalmente el significado bíblico real y el problema con esto es que alejan a las personas de Dios y del único plan de salvación que es por medio de la fe en Cristo Jesús, por ello, el anciano nos dice:  Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo. Por tanto, como cristianos debemos cuidar la sana doctrina y predicar el verdadero evangelio, porque solo a través de este el hombre conoce la realidad de su pecado y el camino de vida eterna en Cristo Jesús. Desde siempre han surgido falsos maestros y profetas que pretendían alejar al pueblo de Dios, de hecho, durante los primeros cinco siglos surgieron movimientos o personas que torcieron algunas doctrinas fundamentales para crear movimientos alejados del verdadero cristianismo. Así tenemos que en este periodo surgieron herejías como el docetismo el cual negó la encarnación de Jesús, es decir, que Jesús no se hizo Hombre, sino que solamente sus apariciones corporales fueron un mero ilusionismo y, por tanto, sus sufrimientos en la cruz del Calvario fueron fingidos; también surgió el ebionismo que fue una doctrina herética proveniente de una secta judeocristiana que negaba la naturaleza divina de Jesús y, por consiguiente, su nacimiento virginal. Además, surgieron el arrianismo que fue otra doctrina herética que enseñaba que Jesús fue el ser más grande de todos los creados, pero no era Dios. El monarquianismo proclamaba la existencia de un solo Dios, un solo monarca supremo del universo y, por tanto, negaba la existencia de la Trinidad, creía que las menciones del Padre, Hijo y Espíritu Santo eran manifestaciones de la misma persona divina, o también podemos mencionar el apolinarismo, el cual llego a negar la naturaleza humana de Jesús y afirmo que el cuerpo que uso era un cuerpo sin alma, ya que consideraba que todo cuerpo con espíritu humano lo volvía pecador, de tal forma que el Logos se apodero del cuerpo de Cristo sustituyendo así su alma y lo uso como una especie de marioneta para hacer su obra. O el Nestorianismo, el cual llego a afirmar de manera equivocada que Cristo estaba separado en dos naturalezas, la divina y la humana y, por consiguiente, formaban dos seres totalmente independientes unidos en Cristo. Como podemos ver, todas estas herejías contradicen de una u otra manera la naturaleza divina y humana de Jesús, su carácter redentor y, por ende, ponen tropiezo al plan de salvación de Dios por medio de la fe en su Hijo amado.

 

NO DEBEMOS RECIBIR LAS HEREJÍAS

“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.

2 Juan 10-11

              El anciano nos da el remedio para las herejías y es no recibirlas, ni siquiera recibir en la casa a aquellos que las enseñan: Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras. Tal vez estas palabras pudieran parecer muy duras y exageradas, pero realmente no lo son. El problema con los falsos maestros es que estos introducen sus doctrinas erróneas encubiertamente de tal forma que a través del engaño pretenden arrastrar a muchos al infierno: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado”, (2 Pedro 2:1-2). En este sentido la iglesia tiene que ser celosa con la preservación del santo evangelio, no puede permitir que hombres inicuos se introduzcan en medio de ella para enseñar herejías que lo único que hacen es conducir a la condenación eterna, por ella Pablo le insistía a Timoteo a perseverar en el mensaje verdadero, en la palabra de Dios que había conocido desde niño: “más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”, (2 Timoteo 3:13-15). En este sentido podemos entender que hay dos formas de combatir las herejías, la primera es no recibiendo a los falsos maestros ni sus enseñanzas torcidas, y segundo, predicando y enseñando el verdadero evangelio para que el hombre conozca el camino de salvación a través de la fe en Cristo Jesús. Por tanto, si el problema de las herejías radica en no alcanzar la salvación que Dios ofrece, el consejo del anciano dado en los versículos 10 y 11 no son exagerados en ninguna manera.


3 comentarios:

  1. Muchos saludos mi hermano querido Dios le bendiga, tengo una pregunta cuando el apóstol Pablo habla en 2de tesalonisenses 2 del Hijo de perdición se refiere a los anticristos del cual habla Juan en sus cartas es el mismo anticristo del que nos habla Pablo o son dos cosas totalmente diferentes

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    1. Dios lo bendiga. Los anticristos de los cuales Juan habla en 1 Juan son los falsos maestros que estaban introduciendo doctrinas heréticas que negaban la encarnación de Cristo y el utiliza el término "anticristos", en plural para referirse a ellos ya que estos estaban en contra y en lugar de Cristo. Sin embargo, también los ve como una manifestación del Anticristo, que es el mismo personaje del cual habla Pablo en 2 Tesalonicenses como hijo de perdición, inicuo y que en Apocalipsis es llamado: La Primera Bestia.
      En 1 Juan 2.18, allí si menciona al Anticristo, que es la máxima expresión de la oposición de todo aquello que representa a Cristo, pero por el momento dice Juan solo habian surgido los anticristos, es decir, versiones "pequeñas" de este inicuo, que eran los falsos maestros.

      1Jn 2:18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.

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    2. Mucha gracias mi hermano walter por contribuir con la formación del pueblo Dios Dios le bendiga y a todos los que lo apoyan en este importante minister

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