sábado, 27 de julio de 2019

Un hombre perfecto en su generación (Génesis 6:9-14)


“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”.
Génesis 6:9-14

INTRODUCCIÓN


La vida de Noé nos enseña mucho en cuanto a la manera que debemos vivir, especialmente hoy que vivimos en un mundo lleno de maldad, un mundo que ha olvidado a Dios y se pervierte en toda clase de pecados. En estos versículos podemos aprender muchas cosas que podemos poner en practica hoy y asegurar nuestra vida eterna.

Noe
Un hombre perfecto en su generación

 

                        I.         UN HOMBRE DIFERENTE EN SUS GENERACIONES.


“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.

Es interesante considerar lo que la Biblia nos dice acerca de Noé. En primer lugar, lo llama un varón justo, es decir, fue un hombre que vivía alejado del pecado a pesar de que vivía en un mundo corrompido por la maldad. En segundo lugar, lo llama perfecto en sus generaciones, lo cual nos sugiere que era alguien diferente en medio de toda su generación, tanto en conducta y principios, por lo que nunca permitió que su vida fuese influenciada por las conductas pecaminosas de su tiempo. En tercer lugar, vemos que Noé camino con Dios. Por todo esto podemos entender mucho en cuanto a la conducta y vida de Noé, el cual vivió en medio de una generación malvada, su vida nunca estuvo influenciada por el mal, sino al contrario, siguió el camino de rectitud, obedeciendo al Dios de sus antepasados, y esto es algo de realmente sobresale en medio de las paginas de la Biblia porque Noé fue justo en un mundo donde la maldad predominaba y era más fácil seguir el mal que la justicia. Fue por su justicia que Dios decidió preservar la vida de la raza humana y no destruirla para siempre, y fue a través de sus tres hijos que la humanidad tendría una segunda oportunidad: Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Por su integridad, Noé hallo gracia a los ojos de Dios, su familia se salvo y por medio de sus tres hijos la humanidad tuvo una nueva oportunidad, pero no solo eso, sino que por su fe condeno al mundo antediluviano a la destrucción: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”, (Hebreos 11:7).

                      II.         UNA GENERACIÓN HUNDIDA EN LA MALDAD.


“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”.

Aquí este versículo nos da dos detalles en cuanto a la maldad que se vivía en estos hombres. primero se nos dice que: se corrompió la tierra delante de Dios; y esta palabra, “corrompió”, sugiere algo que se ha echado a perder totalmente y que ya no posee sus cualidades que lo hacían valiosa, así de mal estaba la situación de esta generación. También se nos dice: y estaba la tierra llena de violencia. No solo la humanidad se había corrompido en total clase de depravación, sino que estaba llena de violencia lo cual nos sugiere la práctica de homicidios, abusos, y daños a los más débiles. Hoy en día vivimos en un mundo muy similar, la depravación del hombre ha llegado a niveles intolerables delante de Dios, el hombre se ha desenfrenado en tantas borracheras, lujurias, robos, adulterios y fornicaciones, y no solo esto, sino vivimos en un mundo muy violento, rodeado de guerras, delincuencia, abuso e injusticias.

                    III.         UNA ADVERTENCIA PARA VIVIR DE MANERA DIFERENTE.


“Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”.

Fue la maldad de este mundo que provoco el juicio de Dios sobres sus vidas, y así el diluvio vino a ellos; pero Noé y su familia se salvaron por medio del Arca. Hoy en día vivimos tiempos similares donde la maldad del hombre ha crecido en desmedida, y como era en aquel tiempo las personas no se percatan que sus maldades los conducirán a su condenación eterna. Nuestro Señor Jesús advirtió que antes de su venida seria como en los días de Noé:
“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”.
Mateo 24:36-39

Cada día estamos mas cerca de la venida de Cristo, pero antes de eso vendrá el juicio sobre esta humanidad que es conocida como la gran tribulación, muchos hoy en día se burlan de ello, o dicen que Cristo se ha retrasado, pero no es así, sino que es paciente porque no quiere que nadie se condene, sino procedan al arrepentimiento: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir”, (2 Pedro 3:9-11).

CONCLUSIÓN.


Noé fue un varón justo y ejemplo en toda su generación el cual nunca permitió que la maldad de los hombres lo contaminara y lo alejara de Dios. Fue su fe la que condeno a este mundo, una fe que se ve en su justicia y caminar con Dios. Hoy en día vivimos en medio de una generación muy parecida, corrompida por el pecado y llena de violencia, pero el día del Señor esta cerca y todos nosotros debemos apartarnos de todo mal y esperan con fe el regreso de nuestro Señor Jesucristo.



domingo, 21 de julio de 2019

El Pacto de Dios con Noé (Génesis 6:9-22)



“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
Génesis 6:9-22

INTRODUCCIÓN


             Al comenzar el capitulo 6 del libro de Génesis comenzamos con un panorama oscuro en la historia de la humanidad, ya que por un lado vemos como la descendencia de Set se mezclo con la descendencia de Caín la cual dio como resultado el surgimiento de una nueva generación totalmente entregada a la maldad lo cual desagrado a Dios y lo llevo a la decisión de destruir toda la vida del planeta tierra a través del diluvio universal. Sin embargo, el versículo 8 nos presenta un nuevo rayo de esperanza y gran contraste al mostrarnos a un hombre llamado Noé que era justo y halló gracia delante de Dios: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová”, (Génesis 6:8). En los siguientes versículos veremos el pacto que Dios hizo con Noé el cual permitió que la humanidad continuara su existencia a través de sus tres hijos, y por otro vemos que el juicio universal venia por causa del pecado los hombres.

construcción-arca
La construcción del arca de Noé

 

UN HOMBRE JUSTO Y PERFECTO EN SUS GENERACIONES QUE CAMINÓ CON DIOS


“Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet”.
Génesis 6:9-10

              Es totalmente increíble ver el gran contraste que la Biblia hace al momento de referirse a Noé. Por un lado, hemos visto como toda la generación de este tiempo se había corrompido en toda clase de pecados, pero a Noé se le atribuyen tres cosas que queremos destacar: Era un varón justo, perfecto en sus generaciones y que camino con Dios. En primer lugar, Noé fue un varón justo, y las palabras varón justo se traduce del hebreo ish tsaddíc (דִּיק  אִיש), lo cual nos habla de un hombre que camina derecho, es decir, un hombre de integridad el cual se apartó de la inmundicia de este mundo y no siguió sus caminos a tal punto que llego a tener una buena relación con Dios. También se nos dice que Noé fue un hombre perfecto en todas sus generaciones, y en este texto la palabra perfecto se traduce del hebreo tamím (תָּמִים), lo cual hace referencia a algo que no posee ningún defecto y esta completo, y en este sentido, Noé fue un hombre diferente y ejemplo de rectitud y madurez espiritual para las generaciones de su tiempo, no contaminado con las costumbres de su tiempo, lo cual lo hacía perfecto delante de Dios. Finalmente, Noé fue un hombre que caminó con Dios, como su antepasado Enoc, vivió siguiendo la senda de justicia en medio de una generación que solo siguió el mal camino. Esto nos exhorta a cada uno de los cristianos a vivir como verdaderos hijos de Dios, especialmente hoy que vivimos en un mundo falto de moral y totalmente entregado a la inmundicia. Ser diferentes en medio de un mundo pecador es un desafío, difícil, pero no imposible, de hecho, en la Biblia podemos encontrar ejemplos de personas que no siguieron la conducta pecaminosa de sus contemporáneos, sino se apartaron en santidad para Dios. Así tenemos a José, quien se crió a la par de sus hermanos, pero no solo por eso imito su mala conducta, sino fue fiel e integro delante de Dios: “Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos”, (Génesis 37:2-3). También podemos recordar a Daniel, el cual no se contamino con la corrupción que había en medio de los funcionarios del imperio Medo-Persa, sino fue integro y fiel: “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él”, (Daniel 6:4). También Job fue un hombre que aun el mismo Dios dio testimonio de su integridad en medio de su generación: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?”, (Job 1:8). Y en Lucas se resalta la integridad de un hombre llamado Simeón, ya viejo, pero justo, piadoso y que había recibido por el Espíritu Santo una revelación que no moriría sin que viese al Cristo: “Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor”, (Lucas 2:25-26). También se resalta la piedad de una viuda ya anciana la cual servia en el templo: “Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones”, (Lucas 2:36-37). Tanto Simeón como Ana resaltan como ejemplos de integridad en medio de un mundo dañado por la corrupción romana y la hipocresía religiosa. Como Noé todas estas personas y muchas mas fueron perfectas en sus generaciones, y de igual forma, nosotros los cristianos tenemos que vivir de manera diferente, a la altura del llamamiento que hemos recibido y no en el mismo desenfreno que gobierna a este mundo de maldad: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”, (Efesios 4:1).

                Ahora bien, aquí también se nos especifica quienes eran los tres hijos de Noé: Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Estos tres hijos serán aquellos hombres de donde surgirán todas las naciones del mundo, lo cual consideraremos allá en el capítulo 10, no obstante, es interesante ver como Dios le dará una oportunidad a la humanidad a través de preservarle la vida a Noé y, en consecuencia, a sus hijos, pero todo esto fue posible gracias a que este hombre fue hallado justo en todas sus generaciones: “los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua”, (1 Pedro 3:20).

LA MALDAD DE LOS HOMBRES HA LLEGADO A SU LIMITE


“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”.
Génesis 6:11-13

               Aquí vemos como la maldad de los hombres llega a colmar la paciencia de Dios. Aquí se nos da dos características de la maldad de estos hombres, la primera es que la tierra se había corrompido, y esta palabra que se traduce corromper proviene del hebreo shakját (שָׁחַת), lo cual nos sugiere algo que se ha depravado totalmente, de allí que la maldad del hombre proviene de un corazón totalmente depravado y corrompido por el pecado. Luego se nos dice que la maldad del hombre se manifestaba a través de mucha violencia, y esta palabra violencia se traduce del hebreo kjamás (חָמָס), y se refiere a la agresión física y cruel existía en esta generación. Hoy en día nosotros vivimos en un mundo muy parecido, donde la maldad del hombre ha llegado a sumirlo en las peores depravaciones que provienen de un corazón corrompido y lo empuja a la violencia contra su prójimo, así oímos de guerras, muertes, abusos contra los débiles y un sinfín de acciones que dañan a las personas. En los tiempos de Noé la maldad de los antediluvianos llego al colmo de la paciencia de Dios, y así un día la maldad de este mundo moderno llegara a su límite. Uno de los muchos atributos de Dios es su gran paciencia, de hecho, en Romanos aparece en la versión RV60 una palabra que lo describe muy bien, y esta es longanimidad: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia”, (Romanos 2:4-8). La palabra longanimidad deriva de los términos longus y animus del latín que significa largo sufrimiento, y en el caso de este texto describe la gran paciencia de Dios al soportar por mucho tiempo la maldad del hombre. Como Pablo lo dice en estos versículos, el Señor es muy paciente, pero si el hombre no se arrepiente lo único que hace a acumular ira y juicio para el tiempo postrero. En la Biblia podemos ver como la maldad del hombre ha llegado a limites tales que Dios decide enviar sus juicios. Por ejemplo, el Señor le dijo a Abraham que aun no juzgaba al amorreo porque su maldad no había llegado a su colmo: “Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí, (Génesis 15:13-16). Si nos damos cuenta la maldad del amorreo no había llegado aun a su límite, sino que esto pasaría en los tiempos de Josué quien Dios uso para liderar a Israel en la conquista de todo Canaán. También vemos como Dios le dice a Abraham que ha decidido enviar a dos ángeles a destruir a Sodoma y Gomorra, porque su maldad se había crecido en extremo: “Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová”, (Génesis 18:20-22). Hoy en día esta generación se esta perdiendo en tantas perversidades y la maldad de los hombres esta llegando casi al colmo de la paciencia de Dios, por ello esta reservado un periodo llamado la gran tribulación donde la ira del Señor se derramará sobre los hombres de la tierra, sin embargo, Dios aun sigue teniendo paciencia esperando que los hombres reconozcan sus pecados y huyan de este día de juicio: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”, (2 Pedro 3:9-10). Para esta generación el tiempo se había acabado y por eso le revelo a su siervo Noé lo que estaba planeando hacer: Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.

LA CONSTRUCCIÓN DEL ARCA


“Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero”.
Génesis 6:13-16

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Comparativo entre algunos barcos y buques con el Arca de Noé

                   Dios le revelo a Noé sus planes de destruir la vida sobre la tierra como parte de su juicio: Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Sin embargo, el Señor preservaría la vida de Noé y su familia a través de un arca. El arca de Noé es uno de los temas bíblicos que más se conocen tanto por niños como por adultos, ha sido dibujada de muchas formas, desde las mas cómicas hasta las más magistrales, ha sido producto de la imaginación de muchos artistas que a lo largo de la historia han tocado sus lienzos con su posible retrato e incluso los científicos y eruditos han considerado su tema, ya sea para profundizar y aprender del texto bíblico, como para negar la veracidad de la Biblia. En cuanto a la forma de como el arca de Noé ha sido retratada podemos encontrar ilustraciones muy desviadas del relato bíblico como las que hizo H. Schedel en su libro “Crónicas del Mundo” en 1493; como otras que se acercan en gran manera a las instrucciones que Dios le proveyó a Noé, tal y como lo vemos en la obra de Athanasius Kircher, el cual realizo un estudio de este tema. La ciencia también ha estudiado mucho este tema, de hecho, uno de sus estudios realizados en Corea del Sur en1993 dirigido por el Dr. Seon Hong en el centro de investigación de barcos de clase mundial KRISO, llego a concluir que la forma en como esta fue construida favorecía su flote y la posibilidad de sobrevivir a un cataclismo como el diluvio universal.

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Ilustración poco acertada del arca de Noé de H. Schedel en su libro “Crónicas del Mundo”

                   La palabra arca se traduce del hebreo tebá (
תֵּבָה), la cual hace referencia a una arquilla, es decir, tenía la forma de un cesto de juncos parecido al que se utilizó cuando Moisés fue dejado por su madre en el rio Nilo, de tal forma que el arca de Noé no era un barco, sino más bien una especie de casa o caja flotante, su finalidad era solo flotar y no tenía ningún medio de dirección para conducirlo en medio de las aguas. Si nos damos cuenta Dios le da instrucciones específicas de como deberá construirse el arca. En primer lugar, se nos dice que debería hacer el arca de madera de gofer: Hazte un arca de madera de gofer. La palabra gofer (גּיפֶר) es de origen hebreo y hace referencia a un tipo de madera, no obstante, por hoy no se sabe a que tipo de madera se refiere. Algunos creen que se refiere al ciprés, otros que se refiere de manera general a aquellos arboles de madera resinosa. De manera general, las maderas se subdividen en dos grupos: maderas frondosas y maderas resinosas. Las maderas frondosas son más duras y por ello exigen ser trabajadas con técnicas y herramientas especiales, en contraste, las maderas resinosas son más fáciles de trabajar y por ende se cree que este tipo de madera es la que utilizo Noé. En segundo lugar, el Señor le da instrucciones en cuanto a la forma de como iba impermeabilizar el arca: harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Noé tenia que hacer aposentos al interior del arca y la tenia que calafatear con brea por dentro y por fuera, esto con el fin de recubrir los troncos de madera con una especie de asfalto y así lograba impermeabilizarla y evitar que el agua se filtrase al interior de ella. En tercer lugar, a Noé se le dan las medidas del arca: Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. El codo fue una unidad de medida de longitud muy utilizada en varias culturas antiguas, como la mesopotámica y egipcia, esta variaba ligeramente de cultura a cultura, y en el caso del codo hebreo este equivalía a 45 centímetros y se media desde el codo hasta la punta del dedo medio. Considerando estos factores de conversión el arca tenía aproximadamente las siguientes medidas: 133.8 metros de largo; 22.8 metros de ancho con 13.38 metros de altura. Además, le dio detalles en cuanto a una ventana, una puerta y que terminaría con un codo de elevación: Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado. La elevación de un codo fungiría de tal manera que el agua no se metiera al interior del arca, especialmente cuando esta girara. Finalmente, el arca que Noé construiría tendría tres pisos: y le harás piso bajo, segundo y tercero.


Arca-ilustración
Ilustración del arca de Noé en la vemos en la obra de Athanasius Kircher,

EL PACTO DE DIOS CON NOÉ


“Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
Génesis 6:17-21

                En estos versículos Dios declara el juicio que traería sobre el mundo antediluviano, y este sería el diluvio universal el cual destruiría toda vida, tanto humana como animal sobre la tierra: Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Y es aquí donde Dios establece su pacto con Noé: Mas estableceré mi pacto contigo. La palabra pacto se traduce del hebreo berít (בְּרִית), que hace una referencia a un convenio o trato, en su sentido primario, pero en un sentido secundario, la palabra deriva de otras como bará (בָּרָה), que se usa como verbo para alimentar o cortar en pedazos la carne, y en este sentido, el pacto que Dios establecía con el hombre estaba asociado con un sacrificio de animal. Así veremos como Noé al final del diluvio sacrificara un animal para confirmar el pacto que esta ha hecho Dios con él, también Abraham ofreció sacrificios por el pacto realizado con su persona, el pacto de Dios con Israel también involucraba sacrificios de animales, o el pacto que hizo con David fue horrado con sacrificios animales y el nuevo pacto que ha establecido con su iglesia es sellado con un solo sacrificio, el de su Hijo amado. Es importante considerar referente a los pactos que no es que el hombre pacta con Dios, sino siempre es Dios que ha decidido pactar con un hombre o nación, pero nunca al revés. Aquí vemos la primera vez que Dios pacta con un hombre, y este consistía en lo siguiente: El pacto con Noé incluía preservar la vida de Noé y su familia, de esta forma preservaría la vida de ellos y aseguraría la existencia del ser humano en esta tierra: entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. También el pacto aseguraba la preservación de las especies animales ya que Noé tenia que reunir dentro del arca dos animales de cada especia, macho y hembra: Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. De esta manera Dios mando a Noé, y le mando no solo construir el arca, sino tomar todo alimento que pudiera y almacenarlo: Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.

LA FE QUE CONDENÓ AL MUNDO ANTIGUO


“Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
Génesis 6:22

              El capítulo 6 de este libro termina con este versículo: Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó. Noé no cuestiono nada de lo que Dios le dijo, sino obedeció contra toda lógica y pronostico, especialmente porque para esta época nunca había llovido y los mares se encontraban muy distantes a la región donde los hombre vivían, sin embargo, Noé tuvo fe, porque creyó a Dios y esta fe se tradujo en obediencia y la obediencia en acción y fue así como Noé construyó esta arca y de esta manera su fe condeno a este mundo antediluviano: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”, (Hebreos 11:7). De esta manera Noé y su familia serian preservados para el juicio que venía sobre esta tierra.






miércoles, 17 de julio de 2019

Dos ejemplos de perseverancia y devoción a Dios (Lucas 2:22-39)




“Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor. (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret”.
Lucas 2:22-39

INTRODUCCIÓN


Estos versículos nos muestran a dos personajes que aparecen únicamente aquí y no los volveremos a ver, quizás no son considerados como los personajes mas famosos o de mayor protagonismo en la vida de Jesus, pero en lo poco que aparecen podemos aprender mucho y nos desafían a vivir con verdadero compromiso y perseverar en la vida cristiana. Aquí tenemos la historia bíblica de Simeón y Ana, veamos que podemos aprender.

Simeon-Ana
Dos ejemplos de perseverancia y devoción a Dios

      I.                  EL EJEMPLO DE SIMEÓN.


“Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo”.

Aquí vemos a un hombre, según el contexto podemos entender que ya estaba viejo, pero nos enseña mucho en cuanto a ser constantes en el Señor. En primer lugar, este era un hombre justo y piadoso que esperaba la consolación de Israel. A pesar de vivir en un mundo corrompido por la influencia romana y la hipocresía religiosa de grupos como los fariseos y saduceos, este hombre se mantenía en integridad delante del Señor, de hecho, se consolaba con la esperanza de ver al Mesías, y un dato sorprendente es ver como el Espíritu Santo estaba con él en un tiempo donde sus visitas se limitaban a muy pocas personas, es más, se le había revelado que no vería muerte sin que viese al Ungido del Señor. Fue así como movido por el Espíritu Santo un día fue al templo ya que este momento había finalmente llegado.

A parte de esto, uno puede deducir que ya era un hombre anciano ya que por sus palabras uno puede entender que estaba viviendo sus últimos días: Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. Esto significa que en determinado momento de su vida el Espíritu le revelo que no moriría sin ver al Mesías y que ahora en su vejez se cumplían esas promesas lo cual nos muestra la fidelidad y perseverancia que este hombre había tenido a lo largo de su vida, ya que a pesar de que los años habían pasado y aún no había visto el cumplimiento de la promesa, él se había mantenido firme, perseverando en su fe. Aparte de esto, podemos ver como fue usado por Dios para profetizar acerca del niño que estaba allí: Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. Como vemos este personaje que solo aparece aquí y no se vuelve a mencionar nada de él, es un verdadero ejemplo para nosotros.

    II.                  EL EJEMPLO DE ANA.


Luego, Lucas nos presenta brevemente otra persona que es la última vez que aparece en todas las Escrituras, esa es Ana: Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Según vemos esta mujer era ya anciana, avanzada de años, profetiza, una viuda que había perseverado en su búsqueda de Dios ya que no se había apartado del templo. Esto nos muestra que a pesar de que los años habían pasado, ella continuaba perseverando en el templo, fiel siempre a Dios.

CONCLUSIÓN.



                ¿Y qué de nuestra perseverancia? Que hermoso es encontrar personajes como estos, que, aunque aparecen una sola vez en la Biblia y no se vuelve a hablar mas de ellos, nos dejan una gran enseñanza. A lo mejor no tienen ningún ministerio o cargo de importancia, pero en su sencillez nos muestran como debemos vivir el evangelio. Integridad, piedad, justicia, perseverancia, devoción a Dios, comunión con el Espíritu Santo, revelación de parte de Dios, son algunas de las características que vemos en la vida de Simeón y Ana, de igual forma cada uno de nosotros debe perseverar en consagrarse cada día al Señor y vivir en verdadera santidad y comunión con El. 


domingo, 14 de julio de 2019

Voy a prepararles una morada celestial (Juan 14:1-3)


“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Juan 14:1-3

INTRODUCCIÓN


              Hoy iniciamos un precioso capitulo en el evangelio según Juan el cual posee un contenido único que no se presenta en los otros evangelios. De alguna manera las palabras que Juan registra en estos primeros tres versículos se conectan con las palabras de Pedro cuando le dijo: “Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después”, (Juan 13:36). Pedro, y en general, todos los discípulos querían saber a dónde iría y ellos querían seguirlo, porque no querían quedarse solos; pero el camino que Jesús tenia que seguir ellos no podían seguirlo, por ello les dedica estas palabras donde les anima a tener fe en Él, les dice que tiene que retirarse a preparar una morada celestial para ellos, les habla del camino que ellos tienen que seguir y les anticipa la venida del otro Consolador el cual les ayudaría en su ausencia.


Morada-celestial
Voy a prepararles una morada celestial

JESÚS LOS ANIMA A TENER FE EN ÉL


“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”.
Juan 14:1

              Debido al hecho de que Jesús se apartaría de ellos ya que tenia que recorrer un camino que ellos no podían seguir, los discípulos tuvieron que llagar a sentirse muy entristecidos y preocupados. Hasta el momento ellos habían pasado tres años con Él, a donde Jesús iba ellos lo acompañaban y el Maestro siempre estaba allí para enfrentar cualquier situación, sin importar lo difícil que esta fuera; pero ahora les estaba diciendo que era necesario que Él fuese entregado en manos de gentiles y padecer mucho hasta morir, eso significaba que su Maestro les iba a ser quitado y a lo mejor su espíritu se turbo ya que no concebían la vida sin su maestro. Por ello Jesús les dirigió estas palabras que alientan aun a aquellos que puedan estar enfrentando dificultades grandes: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. La palabra turbar se traduce de la palabra griega tarásso (ταράσσω), la cual sugiere un espíritu muy agitado e inquieto. Seguramente en la vida nuestra alma llegara a turbarse por tantas circunstancias, pero es allí donde Jesús nos anima a tener fe, a creer en Él y eso es lo mejor que podemos hacer ya que nuestra confianza esta puesta en Él, porque sin esta fe nuestra alma desfallece y estaríamos perdidos: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes”, (Salmo 27:13).

UNA PROMESA GLORIOSA


“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Juan 14:2-3

              Aquí tenemos una promesa verdaderamente gloriosa dada en un momento de angustia. Jesús les exhortaba a sus discípulos a tener fe, a creer en Él, pero también les dice que si hoy se retira lo hacia porque iba a la casa de su Padre a prepararles un lugar para que donde él estuviese también ellos: En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Si nos damos cuenta les esta diciendo que por el momento no podrían seguirlo, pero Él se iría a preparar una morada y esta morada se encontraba en el lugar donde habita su Padre celestial, es decir el tercer cielo, tal y como Pablo lo vio cuando fue arrebatado al tercer cielo: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”, (2 Corintios 12:2-4). Es allí en el tercer cielo donde Dios habita, y es allí donde se encuentra el paraíso donde todos los santos descansaremos y es allí a donde Jesús se retiro a preparar un lugar para cada uno de nosotros. Ahora bien, es interesante considerar la afirmación de Jesús al decirles: En la casa de mi Padre muchas moradas hay, es decir, hay suficientes habitaciones para todos los que crean, nadie se quedara sin su lugar en el paraíso, y esto es algo que quería que todos creyesen ya que se los recalca con la siguiente afirmación: si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Por tanto, es importante consolarnos con estas palabras ya que gracias a la fe en Cristo tenemos una morada celestial. Ahora, a parte de ir a preparar lugar para sus discípulos, Jesús promete que después de esto vendrá de nuevo y los tomará a sí mismo: Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Estas palabras son una alusión directa al rapto, ya que esta diciendo que el vendría y los tomaría a sí mismo, es decir, los arrebataría para que estuviesen con Él. En los evangelios, el Señor hablo mayormente de su segunda venida y del día que iniciaría la gran tribulación que vendría sin previo aviso, sin embargo, aquí en este versículo de Juan podemos ver que nuestro Señor esta refiriéndose al arrebatamiento de la iglesia, y es el apóstol Pablo al cual se le revelan mayores detalles en cuanto a esta gloriosa doctrina: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”, (1 Tesalonicenses 4:15-17). Un día la final trompeta sonará y será el momento en el que los muertos en Cristo resucitaran primero y nosotros, los que estemos para ese momento, seremos arrebatados para encontrarnos en el cielo con nuestro Señor y seremos llevado a nuestra morada celestial la cual ha preparado para que estemos juntamente con Él.



domingo, 7 de julio de 2019

El anuncio de la negación de Pedro (Juan 13:36-38)


“Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces”.
Juan 13:36-38

INTRODUCCIÓN


            El apóstol Juan termina este capítulo con las palabras de Pedro el cual como lo ha venido haciendo hasta hoy no dimensionaba lo que decía y esto lleva a Jesús a profetizar su negación. Este capítulo nos muestra por un lado el anuncio de la traición de Judas y por el otro el anuncio de la negación de Pedro. Ahora bien, entre Judas y Pedro existe una enorme diferencia, ya que obviamente ambos fallaron, pero la diferencia es que Judas traiciono a su Señor de forma premeditada; mientras que Pedro negó a Jesús por su descuido espiritual, sin embargo, veremos que Pedro se arrepintió de su pecado; mientras que Judas decidió huir de Dios y suicidarse. Como sea podemos aprender mucho de este hombre llamado Pedro, no para criticarlo, sino para no cometer los mismos errores.

anuncio-negación-Pedro
El anuncio de la negación de Pedro


PEDRO NO PONÍA ATENCIÓN A LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS


“Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después”.
Juan 13:36

              Si hay algo que sobresale de Pedro es su carácter impulsivo y descuidado, y aquí lo vemos claramente, ya que después de haberlo oído este se adelanta a todos los demás para inquirir acerca del lugar a donde Él partiría. El Señor había estado enseñándoles cosas muy importantes que los debía preparar para el momento que Él partiera de esta tierra, ya les había dicho que a donde Él iba ellos no lo podían seguir, pero quería que comprendieran acerca de la importancia de amarse los uno a los otros como Él los había amado; pero Pedro no había puesto suficiente cuidado a sus palabras, ya que en lugar de entender la importancia del amor fraternal, se preocupaba más por saber al lugar donde Jesús iría para seguirlo, a pesar que ya les había dicho que no podían seguirlo: Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después. No es la primera vez que Pedro hacia esto, ya anteriormente Jesús lo había reprendido por su falta de comprensión, esto lo vemos cuando trato de persuadirlo para no ir a morir a la cruz del Calvario, pero por esto el Señor lo reprendió: “Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”, (Mateo 16:22-23). Esto le pasaba a Pedro por no poner atención a las enseñanzas de Cristo y tratar de seguir sus consejos. Pedro estaba interesado en seguir a su Maestro, a lo mejor no concebía su vida sin Él, pero Jesús tenía otros planes que él tenía que obedecer. El amor de Pedro hacia su Señor era sincero, pero un tanto descuidado, porque no había estado escuchando lo que Jesús les decía, ya que tenía que comprender que el camino que nuestro Señor tomaría tenía que recorrerlo solo, mientras que ellos tendrían que permanecer unidos en amor, esperando la voluntad de Dios; pero Pedro no quería esperar, el desea ir con su Maestro.

LA LEALTAD VACILANTE DE PEDRO


“Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti”.
Juan 13:37

             Aquí vemos otra característica de este hombre tan conocido en las Escrituras y es su lealtad vacilante. Pedro quería seguir a Jesús, a pesar que ya les había dicho que no lo podían seguir, él quería seguirlo y aun dar su vida por Él: Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Si bien es cierto, este hombre llegaría a convertirse en una de las columnas de la iglesia primitiva con una lealtad inquebrantable que lo llevaría a convertirse en uno de los mártires de los primeros siglos; pero para este momento no era esa persona. Pedro realmente amaba a Jesús y ciertamente su vida quería dar por Él, pero lamentablemente, por su descuidado e impulsivo carácter, nunca escuchaba lo que su Señor le decía, sino se adelantaba a afirmar cosas que ante situaciones de la presión no iba a poder vencer, todo porque no se preparaba espiritualmente. Como cristianos debemos ser cuidadosos con nuestra vida espiritual ya que si nos descuidamos y no la cultivamos adecuadamente podemos llegar a caer en situaciones que deshonren a nuestro Señor. Nuestro carácter y convicciones deben ser firmes y no vacilantes, el evangelio no se fundamenta en emociones del momento sino en convicciones fuertes.  En la parábola del Sembrador, nuestro Señor nos habla de la persona de corazón descuidado la cual recibe con gozo el mensaje del evangelio, pero cuando vienen las persecuciones tropieza porque es inconstante en sus caminos: “Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó… Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza”, (Mateo 13:5-6, 20-21). Si queremos ser personas que se mantengan firmes en el evangelio debemos prestarle atención a la palabra de Dios obedeciéndola ya que esto nos ayudara a no desviarnos del propósito de Dios: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”, (Santiago 1:22-25). Si Pedro hubiese escuchado a Jesús, y en lugar de insistirle que quería seguirlo hubiese entendido la importancia de amarse fraternalmente con los demás discípulos y esperar en su voluntad, a lo mejor no hubiese cometido el pecado de la negación, sin embargo, no lo hizo y Satanás tomo ventaja de ello.

JESÚS ANUNCIA LA NEGACIÓN DE PEDRO


“Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces”.
Juan 13:38

             Satanás tomaría ventaja del descuido de Pedro y por eso Jesús le dijo que no cantaría el gallo sin que este lo negara tres veces: “Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces. Jesús le advirtió a Pedro que Satanás había pedido ocasión para zarandearlo y por esto había pedido que Dios le diese fuerzas, pero Pedro en lugar de escuchar y ser cuidadoso se mantenía en su posición que no sería así, sino que aun hasta a la muerte lo seguiría: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces”, (Lucas 22:31-34). En la vida cristiana tendremos muchas oposiciones y Satanás tratara de hacernos caer de nuestra fe, pero debemos estar firmes en nuestras convicciones, atentos a la palabra de Dios que es la que nos edifica y prepara para toda buena obra y mantener nuestra relación con el Espíritu Santo, de esta forma el Señor nos sostendrá en medio de cualquier dificultad.