domingo, 31 de julio de 2022

El privilegio de ser hijos de Dios (1 Juan 3:1-2)

 

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.

1 Juan 3:1-2

 

INTRODUCCIÓN

                El apóstol Juan continua con el desarrollo de su carta y después de hablarles a sus remitente en el capítulo anterior acerca de la importancia de vivir una vida pura, donde tenemos a Cristo como nuestro Abogado, el nuevo mandamiento, advertirles de los anticristos y la unción que hemos recibido de parte de Dios, considera el gran privilegio de ser llamados hijos de Dios lo cual es algo que representa un privilegio extraordinariamente grande y esto a su mismo tiempo nos da la esperanza de llegar a ser semejantes a Cristo y poder así verle tal y como Él es.

 

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El privilegio de ser hijos de Dios

 

MIRAD CUÁL AMOR NOS HA DADO EL PADRE

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…”

1 Juan 3:1

                 Con estas primeras palabras Juan quiere llamar la atención para que sus lectores comprendan cuál ha sido la magnitud e intensidad de amor de Dios hacia nosotros: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. Es interesante considerar la palabra griega que Juan utilizó aquí y que se traduce como mirad, esta palabra es eido (εἴδω), la cual literalmente significa observar algo con gran detenimiento para entender y estar bien seguro de lo que estamos percibiendo. Juan no solo quería que viesen de manera superficial el amor de Dios, sino que consideraran y comprendieran la magnitud de este y su efecto en nuestras vidas, por ello la Nueva Versión Internacional de la Biblia traduce este versículo con signos de admiración y utilizando un verbo más específico que llama a observar con gran detalle: “¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ...”, (1 Juan 3:1, NVI). Juan siempre se esforzó utilizando sus palabras para que los creyentes comprendiesen la magnitud del amor de Dios, por ejemplo, en su evangelio nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”, (Juan 3:16). Las palabras, “porque de tal manera”, nos hacen un llamado a considerar la grandeza y profundad con la cual Dios nos ha amado, un amor que se demuestra a través de su mayor entrega, el dar a su Hijo unigénito para que todo aquel que crea en Él tenga vida eterna. Ahora aquí, en el primer versículo del capítulo 3 nos hace considerar una vez más la magnitud del amor de Dios y cuál ha sido el resultado de este, el ser llamados hijos de Dios. Para poder llegar a ser verdaderos hijos de Dios es necesario nacer de nuevo a través de la fe y un verdadero arrepentimiento, esto provoca una autentica conversión que mueve a Dios a realizar el milagro más extraordinario, el hacernos nacer a una nueva vida como auténticos hijos de Dios: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, (Juan 1:12-13). No todos los seres humanos son hijos de Dios, para poder serlo se tiene que efectuar en nosotros el nuevo nacimiento, pero cual grande es el amor de Dios que gracias a la fe en Cristo podemos llegar a ser constituidos como sus hijos legítimos y de esto el mismo Espíritu da testimonio a nuestro corazón de ello: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”, (Romanos 8:16-17).

 

EL MUNDO NO NOS CONOCE

“Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él…”

1 Juan 3:1

                   Como siempre, este mundo se opone a lo espiritual y no lo entiende a no ser por la obra de Dios. Juan decía que tenemos el gran privilegio de ser llamados hijos de Dios, pero el mundo no nos conocerá porque nunca conocieron a Jesús: Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Nuestro Señor Jesús les advirtió a sus discípulos que en este mundo recibirían persecución porque, así como no lo conocieron a Él, harían con ellos: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Más todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado”, (Juan 15:18-21). Definitivamente no somos de este mundo, aunque vivimos en él, desde el momento que nacemos de nuevo somos herederos del reino de Dios y nos convertimos en peregrinos que deben vivir como verdaderos hijos de Dios, santos y fieles a su palabra antes de partir a la patria celestial: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”, (1 Pedro 2:11).

 

AUN NO SE HA MANIFESTADO LO QUE LLEGAREMOS A SER

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.

1 Juan 3:2

                 Juan ve el presente, pero también mira hacia el fututo sabiendo que aunque ahora somos hijos de Dios, lo cual es un verdadero privilegio que ningún otro ser creado tiene, pero esto no es todo, porque aún no se ha manifestado lo que llegaremos a ser: Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Por hoy, aquellos que hemos creído en nuestro Señor Jesucristo, tenemos el privilegio de ser hechos hijos de Dios y esto es bastante bueno y un gran privilegio que ningún otro ser creado tiene, pero esto apenas es la punta del iceberg, ya que en la eternidad se nos está reservada una gloria mayor, el ser semejantes al Hijo de Dios. Juan es claro al decirnos cuándo ocurrirá esto, cuando Jesús se manifieste. Aunque probablemente Juan se refiere a la segunda venida de Cristo, sin embargo, Pablo nos enseña que esto se cumplirá cuando ocurra el rapto de la iglesia, allí nuestro cuerpo mortal y corrupto se vestirá de inmortalidad e incorrupción: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad”, (1 Corintios 15:51-53). He aquí que cuando ocurra el rapto de la iglesia esta promesa que Juan ofrece aquí a los creyentes se cumplirá y llegaremos a ser semejantes a Él y le veremos tal y como Él es. Es importante hacer notar que Juan utiliza la palabra jomoios (ὁμοίως) para decirnos que el creyente en Cristo llegara a ser semejante, no igual a Dios. Definitivamente nadie puede llegar a ser igual a Dios, porque Dios posee atributos y características que lo hacen inigualable, pero el adjetivo semejante nos habla de que de alguna manera seremos parecidos a Él en algunas de sus características, como su santidad, un cuerpo inmortal y capacitado para estar delante de su gloria.

 

domingo, 24 de julio de 2022

Diferentes Cosmovisiones acerca de Dios

 

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”.

Ezequiel 9:23-24

INTRODUCCIÓN

                   Continuando con los temas de apologética relacionados con algunas preguntas que las personas tienen con respecto a la existencia de Dios están las diferentes cosmovisiones que existen acerca de su naturaleza y relación con la creación. Una cosmovisión es la forma o imagen en la que una persona considera la existencia de Dios y su relación con mundo y aunque pudiese sonar el tema un poco trivial, lo cierto es que hay diferentes maneras en las cuales las personas conciben la existencia de Dios y la relación que este tiene con la naturaleza y el universo creado, por ello Norman Geisler dice en su libro de Apologética: “La manera en la que uno entienda a Dios determinara, en gran manera, la forma de que ve el mundo”. El Señor nos exhorta por medio de su palabra a conocerlo, más que cualquier otra cosa en este mundo: Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Dios desea que le lleguemos a conocer y entender y esto puede lograrse por medio del estudio de su Palabra. Vamos entonces a considerar algunas de las cosmovisiones más conocidas.

 

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Diferentes Cosmovisiones acerca de Dios 

ATEÍSMO

                El ateísmo es la postura o la convicción de que no existe Dios o cualquier otro ser supremo. La palabra ateo proviene del griego Azeos (ἄθεος) que literalmente significa “Sin Dios”. Fue durante el siglo XVIII que el ateísmo tuvo su mayor auge, especialmente con el surgimiento del movimiento llamado la Ilustración en los países de Inglaterra, Francia y Alemania que pretendía desatar un movimiento cultural e intelectual a través del conocimiento y la razón. Posteriormente durante el siglo XX surgieron otros filósofos y científicos que impulsaron sus posturas intelectuales negando totalmente la existencia de Dios. Así tenemos a Jean-Paul Sartre con su defensa al existencialismo (la existencia se antepone al ser), Karl Marx con sus ideales comunistas, Sigmund Freud con sus teorías del psicoanálisis que descartaban a Dios como una cura del alma, Charles Darwin con su obra La Selección de las Especies o teoría de la evolución que negaba que Dios era el creador del mundo, Friedrich Nietzsche y su postulado blasfemo de “Dios está muerto” en su obra “Así hablo Zaratustra”, y muchos más como Francis Crick, Helen Keller, Thomas Alba Edison, Woody Allen, Ayn Rand, Frank Zappa, Kurt Vonnegut Jr, etc.  Además de todo esto, durante este periodo surgieron los estados ateos de carácter comunista y socialista que prohibieron la instrucción religiosa, así tenemos países como la Unión Soviética y China. Ahora, del 2005 a la fecha, el ateísmo ha tendido a crecer de un 2.4% al 13%.

            Los ateos niegan la existencia de Dios, sin embargo, como ya vimos en los argumentos cosmológico, teleológico, axiológico y ontológicos, sus bases no son tan firmes ya que aun la misma ciencia en la que algunos se apoyan para defender su ateísmo niega sus razonamientos. Sus teorías como, la teoría de la evolución, el big band y las eras geológicas siguen siendo teorías que la ciencia no ha comprobado, además, leyes como la de la expansión del universo, la entropía y los descubrimientos del ADN son bases científicas a favor de la existencia de Dios.


Diferentes tipos de Ateísmo.

            Actualmente se han clasificado diferentes tipos de ateísmo, sin embargo, consideremos los más generales. El ateísmo práctico o pragmático es aquel que no niega a Dios, pero vive como si no existiera. Este tipo de ateísmo es parecido al hombre insensato de la parábola de Jesús: “También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?  Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”, (Lucas 12:16-21). Aunque no se nos dice que el hombre en esta parábola era ateo, pero la verdad que en su práctica vivía sin considerar a Dios en su vida, este practicaba un ateísmo practico.  Luego tenemos el ateísmo teórico el cual niega abiertamente la existencia de Dios y lo refuta usando la lógica, la filosofía y la ciencia. Luego tenemos el Agnosticismo, el cual no niega ni afirma la existencia de Dios, sin embargo, cree que no puede llegar a alcanzar este conocimiento exacto de su existencia. También tenemos los escépticos que son personas con dudas fuertes en cuanto a la existencia de Dios, pero están dispuestas a revisar las evidencias que lo confirmen. Finalmente, tenemos las religiones ateas, como el budismo o el taoísmo, los cuales no creen en la existencia de Dios, no lo consideran importante y consideran la vida como parte de un sistema emergente del universo donde todo encuentra un equilibrio.

 

            La necedad del ateísmo.

La verdad es que como ya vimos en la sección donde hablamos de los cuatro argumentos a favor de la existencia de Dios, el ateísmo no posee bases científicas ni lógicas para defender sus posiciones, por ello la misma Biblia nos dice lo insensato que es negar la existencia de nuestro Señor: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien”, (Salmo 53:1). Por ello, John Lennox, doctor en Matemáticas de la Universidad de Oxford y asociado a Matemáticas y Filosofía de la Ciencia en el Green Templeton College, Oxford y apologista cristiano dijo en cuanto al ateísmo: “El ateísmo es un cuento de hadas para las personas con miedo a la luz”.

 

PANTEÍSMO

                 Entre las diferentes cosmovisiones de cómo los hombres entienden quién es Dios y su relación con el universo es el panteísmo el cual es la filosofía religiosa que afirma que todo es Dios y Dios es todo, y esta palabra, panteísmo proviene del griego panzeos (πᾶνθεός), que literalmente significa, “Todo Dios”. Este pensamiento es predominante en algunas religiones orientales tales como el taoísmo, el budismo, el confusionismo, el hinduismo, y aun, en algunas religiones o sectas occidentales el panteísmo ha penetrado, tal y como la cienciología, la teosofía, el movimiento de la Nueva Era y el Unitarismo Universal. Esta cosmovisión también a penetrado entre algunas personas de ciencia o influyentes, así tenemos personas que comparten el panteísmo en sus creencias tal y como Irvin Kershner, director de la película “El Imperio Contraataca”, de las Guerras de las Galaxias, George Lucas, quien en su saga de películas de la Guerra de la Galaxias introduce el concepto panteísta; Carl Sagan, astrónomo que durante su vida compartió ideas acerca de Dios entre el agnosticismo y el panteísmo, Albert Einstein, físico alemán que en ocasiones se consideraba agnóstico, otras ateo, pero al final expreso creer en un dios panteísta que gobierna todo a través de las leyes físicas; y otros pintores, filósofos, poetas y escritores como Henry David Thoreau, Henri Matisse y Osear Wilde.

 

            ¿Cómo conciben a Dios los panteístas?

La cosmovisión que los panteístas tienen de Dios es muy variada, pero la mayoría llega a la conclusión de que Dios se halla presente en la totalidad de las cosas; todo es el uno y uno es el todo. Algunos opinan que Dios trasciende todas las cosas, otros opinan que Dios permea todas las cosas y otros que Dios se manifiesta en muchas formas y cada manifestación es una parte de la realidad suprema. Los panteístas creen que Dios es impersonal y debido a que todo lo que existe es una parte de Dios, nosotros mismos somos parte de Dios, divididos de un todo divino. Además, creen que cuando el ser humano muere, es absorbido por este ser impersonal.

 

            La Biblia no enseña el panteísmo.

            La Biblia no enseña el panteísmo, lo que si enseña es la omnipresencia de Dios la cual es un atributo propio y único de Él que hace referencia a su capacidad de estar presente en todo lugar al mismo tiempo. En el Salmo 139 se nos deja muy claro este atributo que es exclusivo únicamente de Dios: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra”, (Salmo 139:7-10). Por tanto, Dios está presente en todo lugar, no hay nadie que pueda escapar a su presencia ya que Él lo llena todo en todo lugar: “¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”, (Jeremías 23:23-24). Además de esto, otro atributo importante de su ser es su inmanencia. La inmanencia es algo que está unido inseparablemente de su esencia y en este sentido, la inmanencia de Dios es la unión inherente que existe entre el Creador y todo lo creado para que estas puedan subsistir. Así, el apóstol Pablo deja claro que todo lo que existe es por Él y pare Él, en el sentido que todo lo creado es sostenido por Dios: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”, (Colosenses 1:16-17). Todo subsiste en Él, de tal forma que Dios está presente en toda la creación; pero la creación no es Dios.

 

El tema de la moral en el panteísmo.

            De acuerdo al panteísmo, nada es malo, porque si Dios es bueno y todo es Dios, en el mundo no hay nada malo y lo malo que existe no es una realidad, sino una ilusión. En este sentido, el sufrimiento, la pobreza extrema, las enfermedades, las tragedias y todo lo malo, no es real. Además, este pensamiento lleva a creer que si el mal realmente no existe porque es una mera ilusión porque Dios es bueno y Dios es todo, por tanto, la moral absoluta no existe, porque la ética y moral está más allá del bien y el mal, y si somos capaces de trascender más allá de esto, llegaremos a ser como Dios y por tanto la moralidad va más allá de un absoluto. Esto es contradictorio porque los panteístas tienen leyes morales, pero al mismo tiempo su filosofía religiosa les enseña lo contrario y, por otro lado, que diferencia existe entre una persona buena y una mala, si al morir o incluso en esta vida no habrá ni recompensa ni castigo para las obras hechas en este mundo. Desde esta perspectiva, el panteísmo es ilógico y carente de significado como fundamento de vida.

 

PANENTEÍSMO

                 Pareciera ser que el panenteísmo es una mezcla de creencias entre el panteísmo y el teísmo. La palabra panenteísmo proviene del griego panenzeos (πᾶνἐνθεός), que literalmente significa “Todo en Dios”.  El panenteísmo considera a Dios como un ser que se diferencia del mundo, pero, a la vez, depende de él. O sea, Dios procede del mundo, y el mundo procede de Dios. Para el panenteísmo, el mundo es el cuerpo de Dios y la idea de Dios es como su alma. Además de todo esto, el mundo está en constante transformación y, por ende, también Dios, lo que implica que Dios es un ser finito, pero en constante crecimiento, lo que significa que, a través de este crecimiento, su poder crece y lo utiliza para continuar mejorando y transformando este mundo. Por esta razón, el panenteísmo es conocido como la teología del proceso. Esta particular cosmovisión acerca de Dios y el mundo fue desarrollada por filósofos griegos como Platón y Sócrates, pero en el siglo XX tuvo un auge con Alfred North Whitehead, matemático y filosofo, quien desarrollo la filosofía del proceso. Además, tenemos otros filósofos que desarrollaron ideas acerca del panenteísmo. Ahora, el panenteísmo nos enseña que Dios tiene dos polos, uno es eterno, inmutable, infinito y trascendental, mientras que el otro polo es temporal y cambiante, el cual ejerce una fuerza que constantemente esta cambiando al mundo y realiza una influencia sobre los seres humanas para hacer el bien, pero aquellos que no son controlados por su influencia se ven involucrados en obras de maldad. Ahora bien, la Biblia contradice la idea del panenteísmo que enseña que Dios es un ser finito y cambiante, al contrario, Dios es un ser infinito: "Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? ", (1 Reyes 8:27), un ser eterno: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”, (Salmo 90:2) y un ser inmutable: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”, (Santiago 1:17).

 

DEÍSMO

                 La palabra deísmo tiene su origen etimológico en el latín, donde deus significa Dios e ismo doctrina. El deísmo es la cosmovisión que concibe a Dios como el creador del mundo, pero después de crearlo lo dejo y ya no interviene en sus procesos, solo supervisa la historia humana sin intervenir. El deísmo sostiene que no se puede conocer a Dios a través de la religión, sino únicamente a través de la razón y la naturaleza. El deísmo es muy parecido al teísmo cristiano, con la única diferencia en que Dios no tiene participación en los asuntos de este mundo y niegan la existencia de milagros. Fue durante el renacimiento y el apogeo que tuvo la reforma que el deísmo cobro vida, especialmente en personajes que defendieron esta particular cosmovisión como John Adams, Ethan Allen, Benjamín Franklin, George Washington, Voltaire, Thomas Paine y Thomas Jefferson quien tuvo el atrevimiento de editar un Nuevo Testamento quitando todos los milagros de Jesús y dejando solo sus enseñanzas morales. En cuanto a las leyes que rigen la moral y ética, prefieren guiar sus opciones a través de su conciencia y reflexión racional, en lugar de adecuarlas a lo que la Biblia enseña. Ahora, dentro del deísmo existe una subdivisión que se conoce como el deísmo finito o teísmo limitado, los cuales no niegan la existencia de Dios, creen que Él creo el mundo, pero piensan que su poder es limitado y por tanto no puede controlarlo todo, especialmente el mal que le ocurre a las personas. En este sentido, Dios no es Todopoderoso. En contra de esto, la Biblia es clara al enseñar que Dios creó todo lo que existe y es Todopoderoso: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti”, (Jeremías 32:17). Además de esto, Dios tiene control de todo lo que pasa en esta tierra, no es un Dios que creo las cosas y las ha abandonado supervisando solo la historia. Dios tiene cuidado y control de la naturaleza, de la vida animal, de la flora, de las condiciones climatológicas, de los movimientos de los astros y en general, de toda su creación. Vemos en el libro de Daniel que el Señor hace su voluntad sobre el ejército de los cielos: “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”, (Daniel 4:35). También permite las lluvias sobre nuestro planeta y da mantenimiento a los animales: “Él es quien cubre de nubes los cielos, el que prepara la lluvia para la tierra, el que hace a los montes producir hierba. Él da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman”, (Salmo 147:8-9). El hace descender la nieve sobre la tierra y los fríos vientos que congelan el agua: “Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna, y a los aguaceros torrenciales… Del sur viene el torbellino, y el frío de los vientos del norte. Por el soplo de Dios se da el hielo, y las anchas aguas se congelan”, (Job 37:6, 9-10). Nuestro Dios tiene cuidado sobre todas las aves del cielo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”, (Mateo 6:26). Tanto es el cuidado que Dios tiene sobre estos animales que ni uno de ellos caen a tierra sin que sea su voluntad: “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre”, (Mateo 10:29). De esta forma vemos que Dios ejerce su cuidado y gobierno sobre la naturaleza, y no solo eso, sino que interviene en los asuntos de los humanos: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino”, (Proverbios 37:23). Aun de las cosas que podríamos pensar que son insignificantes, Dios tiene control: “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aún vuestros cabellos están todos contados”, (Mateo 10:29-30). Dios tiene control de todas estas cosas, no hay nada que ocurra por azar o por la suerte, porque aún esta está determinada por Él: “La suerte se echa en el regazo; más de Jehová es la decisión de ella”, (Proverbios 16:33).

 

POLITEÍSMO

                 La palabra politeísmo proviene del griego polizeos (πολύθεός), que literalmente significa, muchos dioses. En este sentido, el politeísmo es la cosmovisión que concibe la existencia de varios dioses finitos que gobiernan en varias partes del universo. El politeísmo es muy antiguo, en el Antiguo Testamento vemos cómo cada nación tenía sus propios dioses, dioses Baal y Asera a los cuales aún el mismo Israel adoró: “Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal”, (2 Reyes 17:16), también tenemos naciones como Grecia cuya mitología de dioses influyo en la cultura romana. Cada dios que estas naciones concebía era finito y limitado en poder, porque generalmente gobernaba sobre un elemento o área de la vida. Así, tenían un dios para la lluvia, uno para los mares, uno para los vientos, otro para el amor, o la caza, o la guerra, o el rayo, o la agricultura, etc. Hoy en la actualidad, el monoteísmo, es decir, la idea de un solo Dios ha avanzado y se ha afirmado en muchos países, especialmente el cristianismo, el judaísmo e islam, sin embargo, es importante tener la idea correcta de Dios. El Señor, Dios es uno: “Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; sólo tú eres Dios”, (Salmo 86:10). Cuando Dios libero a Israel de la esclavitud en Egipto le enseño dos cosas que debían saber acerca de Él. Primero, solo hay un Dios, no hay otro, por tanto, no debían tener otros dioses delante de Él: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, (Éxodo 20:3). Segundo, no debían tener imágenes de dioses e inclinarse ante ellas: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”, (Éxodo 20:4-6). Aunque el tema de creer en varios dioses nos parezca cosas del pasado, pero la realidad es que aun hay religiones y sectas politeístas. Por ejemplo, tenemos al hinduismo, religión originada en la India que adoran a más de 300 millones de dioses y cuentan con 1140 millones, que es a aproximadamente el 16% de la población global. Además, tenemos a la secta de los mormones, los cuales, fingiendo ser monoteísta, realmente creen que Dios al principio fue un hombre como nosotros, pero fue exaltado hasta llegar a su actual trono celestial y ahora, nosotros también podemos llegar a ser cómo Él si seguimos sus enseñanzas. La verdad es que Dios se ha manifestado al hombre por medio de sus maravillas, las cuales dan testimonio de su existencia, además de su palabra y Jesús, su Hijo amado que se encarnó para vivir entre nosotros y murió para remisión de nuestros pecados, resucitando al tercer día para recibir gloria juntamente con su Padre: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”, (Hebreos 1:1-3).


sábado, 23 de julio de 2022

La ascensión de Cristo (Hechos 1:9-11)

 

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

Hechos 1:9-11

INTRODUCCIÓN

               Después de darle a sus discípulos las ultimas instrucciones en cuanto a lo que tenían que hacer, Jesús asciende al cielo para estar con su Padre. Lucas es el único que relata la ascensión de nuestro Señor Jesucristo, las relata tanto aquí en el libro de Hechos de los Apóstoles como en su evangelio. La ascensión de Cristo es un tema muy importante en el ámbito de la doctrina cristiana ya que aparte de enseñarnos que el Señor ascendió al cielo para estar al lado de su Padre para recibir toda potestad, también significa que, así como ascendió un día regresará por su amada iglesia.

 

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La ascensión de Cristo

LA ASCENSIÓN DE CRISTO

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos”.

Hechos 1:9

                Después que Jesús les dijo a sus discípulos que tenían que ir a Jerusalén porque allí serian bautizados con Espíritu Santo, en frente de sus ojos Él asciende a los cielos: Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. En su evangelio, Lucas también nos narra este acontecimiento: “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que, bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”, (Lucas 24:50-51). Así como su resurrección determinan su victoria final sobre la muerte y el pecado, su ascensión al cielo nos habla de la autoridad y poder que recibió sobre todo reino como consecuencia de su victoria: “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”, (Marcos 16:19). El hecho de que Jesús se sentó específicamente a la derecha de su Padre nos habla que se le ha dado toda autoridad sobre toda la creación: “La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”, (Efesios 1:20-21). Además, su posición a la diestra del Padre le permite interceder por todos nosotros: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”, (Romanos 8:34). Desde este momento, Jesús regresó de nuevo al cielo y está sentado en su trono de gloria a la derecha del Padre: “Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades”, (1 Pedro 3:22).

 

LA PROMESA DE SU REGRESO

“Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

Hechos 1:10-11

                  Posiblemente, mientras Jesús ascendía al cielo, los ojos de los discípulos se llenaron de tristeza y quedaron fijos en el firmamento viendo con melancolía a su Maestro irse, pero es allí donde dos varones con vestiduras blancas se les aparecen y les dicen: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Esta exhortación nos hace pensar en tres cosas. En primer lugar, este anuncio fue tan glorioso e importante que sus mensajeros fueron unos ángeles del cielo: Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas. En la antigüedad, los reyes solían usar sus heraldos para comunicar sus mensajes importantes al pueblo, de igual forma, aquellos acontecimientos importantes respecto a la vida de Jesús estuvieron siempre precedidos por mensajeros celestiales. Así, fue un ángel el que le anuncio a Zacarias que el precursor de Cristo nacería (Lucas 1:5-24), también fue el ángel Gabriel quien le anuncio a Maria que concebiría por obra del Espíritu Santo (Lucas 1:26-38) y a José un ángel le dio instrucciones de recibir a Maria y cuidar de ella (Mateo 1:18-25). Fue una multitud de ángeles que levantaron una alabanza el día que Jesús nació y uno de estos les dijo a los pastores que había nacido en un pesebre en Belén el Cristo (Lucas 2:8-20). Fueron ángeles los que le sirvieron a Jesús cuando venció la tentación en el desierto (Mateo 4:11) y fue un ángel que le fortaleció cuando estuvo con su alma turbada en el Getsemaní (Lucas 22:43). Fue un ángel quien dio las buenas nuevas de su resurrección a las mujeres (Mateo 28:5-7). Y ahora vemos a dos ángeles que traían un ultimo mensaje de su Señor a los discípulos. En segundo lugar, esta exhortación nos anima a continuar con el trabajo de proclamación del mensaje del evangelio que nuestro Señor inicio: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Esta pregunta que los ángeles les hicieron a los discípulos parece que les exhortaba a dejar de estar viendo con tristeza que su Señor se había marchado y que en lugar de eso se fueran a Jerusalén, tanto y como se los había pedido, porque allí iniciarían la labor misionera que les había encomendado. Esto nos enseña que, como creyentes, debemos vivir en esta tierra, ciertamente esperando su pronto regreso, pero enfocado en trabajar por engrandecer el reino de los cielos: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”, (Filipenses 2:12). Pablo nos recuerda que debemos ocuparnos con responsabilidad y diligencia en nuestra salvación, porque si bien es cierto, la salvación es por gracia, pero también hemos sido llamados a ser diligentes en desarrollar nuestros dones espirituales y talentos para el servicio a Dios y sus santos, así como producir el fruto del Espíritu y dar un fiel testimonio de la gracia de Cristo. En tercer lugar, esta exhortación nos afirma que el Señor un día regresara por su iglesia: Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Como cristianos, nuestra esperanza descansa en la promesa de su pronto regreso: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”, (1 Tesalonicenses 4:15-18). Sabemos que un día el Señor regresara por su iglesia, bajo esa esperanza, enfoquémonos en trabajar para Dios, servir en su obra, guardarnos del pecado y ser fieles testigos de su gracia.

 

domingo, 17 de julio de 2022

Argumentos a favor de la existencia de Dios

 

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.

Romanos 1:20

 

INTRODUCCIÓN

               Pablo en su carta a los Romanos nos habla de una de las evidencias que tenemos de la existencia de Dios, el mismo universo: Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Vasta considerar la inmensidad del universo, los fenómenos naturales, la complejidad de los procesos naturales y ley físicas y químicas que responden perfectamente a leyes matemáticas exactas para entender que todo esto no puede ser producto de la casualidad. En este sentido muchos creen en Dios o al menos en la existencia a alguna divinidad de la cual procede la vida; pero existe un grupo de personas que no lo hacen. Algunos hoy en día cuestionan la existencia de Dios y no creen en la Biblia como palabra de Dios, pero aparte de las Escrituras, podemos usar algunos argumentos lógicos que nos ayudan a demostrar la existencia de Dios. Recordemos que la apologética se enfoca en presentar argumentos lógicos que allanen el camino para derribar aquellas ideologías que impiden que las personas creen en el evangelio y, en este sentido, con el fin de demostrar la existencia de Dios existen cuatro argumentos que son el cosmológico, el teleológico, el axiológico y ontológico. Como cristianos nos vasta el testimonio de la Biblia de que Dios es real, pero para aquellos ateos o agnósticos, estos argumentos pueden ayudarlos a dudar de sus ideologías y ver la realidad de la existencia de Dios.


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Argumentos a favor de la existencia de Dios

ARGUMENTO COSMOLÓGICO

                  El argumento cosmológico adquiere su nombre de la palabra griega cosmos que literalmente significada “todo aquello que existe”, y en este sentido,  plantea la idea que la existencia de un universo complejo demanda a su misma vez la existencia de un Creador, este Creador es Dios. considerando la ley de la causalidad, donde todo efecto o realidad a sido consecuencia de una causa, de la misma manera el universo tiene una causa y esta es Dios. Por tanto, el universo tuvo un comienzo y todo lo que tiene un comienzo tiene una causa y esta causa es Dios. El universo es demasiado complejo y perfecto para ser consecuencia del Big Band o teoría que afirma que el universo es consecuencia de una explosión cósmica. El universo esta regido por una serie de leyes físicas y química las cuales obedecen a modelos matemáticos exactos y pensar que todas estas son consecuencia del azar o la casualidad es algo ilógico: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”, (Apocalipsis 4:11). Juan alaba al Señor porque es digno de recibir la gloria y la honra porque por su poder fueron creadas todas las cosas y por su voluntad existen así que, sin un Dios creador nada podría ni llegaría a existir, Dios puede existir sin el universo, pero el universo no puede existir sin Dios. Por otro lado, hay científicos que afirmaron que el universo era eterno, sin causa, sin embargo, la misma evidencia científica demuestra que el universo no es eterno, sino tuvo un comienzo. Los argumentos científicos a favor de esto son el Efecto Doppler que demuestra que el universo está en constante expansión y si esto es así, significa que el universo tiene un principio. Por otro lado, la segunda ley de la termodinámica, la ley de la entropía enseña que el universo está perdiendo energía, lo cual nos dice que tuvo un comienzo y va a un punto final. Prácticamente existen básicamente tres clases de argumentos cosmológicos: el argumento Kalam, el Tomista y el Leibniziano.

 

            Argumento cosmológico de Kalam.

El argumento cosmológico de Kalam busca demostrar que el universo no es eterno, que necesariamente debió tener un comienzo. La palabra Kalam es una palabra de origen árabe que significa “el discurso” que fue desarrollada bajo la premisa de que existen dos tipos de infinito, los infinitos potenciales (como los segundos que corren en un reloj sin parar desde el momento que se inicia el conteo y serán infinitos hasta que alguien detenga dicho reloj) y los infinitos reales (infinito que ya no se le puede agregar ningún número, porque ya los posee todos). Esta posición fue desarrollada por teólogos islámicos y posteriormente su mayor defensor fue el teólogo filósofo William Lane Craig. En este sentido, el universo es visto como una serie de infinitos que iniciaron en determinado momento, que fue causado y esta causa es Dios. Además de esto, este razonamiento también plantea la siguiente pregunta: ¿Por qué existe algo en vez de nada? Definitivamente la nada no demanda ninguna evidencia, porque no existe nada, pero desde el momento que existe algo, esta existencia tuvo un comienzo y por ende una causa y esta causa es Dios. Dios es eterno y Él es la causa de todo, Él siempre ha existido, existe y seguirá existiendo: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”, (Salmo 90:2).

 

El argumento cosmológico Tomista

            El argumento cosmológico Tomista fue desarrollado por el teólogo del siglo XIII Tomas de Aquino en su obra “Suma Teológica” y su argumento fue el siguiente: “Como la naturaleza obra por un de terminado fin a partir de la dirección de alguien superior, es necesario que las obras de la naturaleza también se reduzcan a Dios como a su primera causa. De la misma manera también, lo hecho a propósito es necesario reducirlo a alguna causa superior que no sea la razón ni la voluntad humanas; puesto que éstas son mudables y imperfectos. Es preciso que todo lo sometido a cambio y posibilidad sea reducido a algún primer principio inmutable y absolutamente necesario”. En este sentido todo lo que existe debe su existencia a una causa capaz de mantener este universo en constante cambio y movimiento, esta causa se convierte en un ser necesario y este ser necesario es Dios.

 

El argumento cosmológico Leibniziano

Gottfried Leibniz fue un filósofo, matemático, lógico, teólogo, jurista, bibliotecario y político alemán, uno de los grandes pensadores de los siglos XVII y XVIII, que llego a utilizar este argumento cosmológico. Este concluyó que debe haber una razón suficiente para la existencia del universo. Para Leibniz, el universo no solo tuvo una causa, sino una razón y propósito para que este exista y siga existiendo, y esta razón es Dios, sin Dios la existencia del universo no tiene sentido y, por tanto, Dios es un ser necesario para que el universo exista.

 

ARGUMENTO TELEOLÓGICO

                El segundo argumento que consideraremos es el argumento teleológico, el cual recibe su nombre de la palabra griega telos, que significa “propósito”. En este sentido y siguiendo la idea del propósito final de un diseño inteligente, llegamos a la conclusión que todo diseño inteligente demanda la existencia de un diseñador inteligente. Así, este universo que presenta un diseño perfecto no puede ser resultado del azar, o provenir de una explosión cósmica que dio paso a una vida unicelular que evoluciono a través de millones de años a una vida más compleja tal y como ahora la conocemos. Por tanto, el argumento teleológico afirma que todo diseño inteligente demanda un diseñador inteligente, el universo presenta un diseño inteligente que no pudo se r consecuencia del azar, Dios es el diseñador inteligente de universo y la vida en general. La teleología ha sido una disciplina antigua que algunos filósofos griegos como Platón y Aristóteles estudiaron para demostrar la existencia de Dios, posteriormente, Tomás de Aquino, en el siglo XIII, se refirió también al argumento del diseño para probar la realidad del Dios creador. Más tarde, ya en siglo XIX, el teólogo William Paley, usó la analogía del relojero en su Teología Natural (1802), afirmando que de la misma manera que el hallazgo de encontrar un reloj en un bosque conduciría fácilmente a creer que no es resultado de millones de años de evolución, sino que se debió al diseño inteligente de algún relojero, también los seres vivos muestran signos de designio inteligente. Basta estudiar la complejidad y funcionamiento del cuerpo humano para maravillarnos del increíble diseño detallista que existe, es totalmente maravilloso e increíble como para que este sea consecuencia del azar: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras”, (Salmo 139:13-14). Hoy en día la ciencia a demostrado la existencia de ley complejas y perfectas que rigen el mundo físico y químico a través de leyes matemáticas exactas, así vemos como el movimiento dinámico se explica a través de la 3 leyes de la fuerza de Newton, o tenemos como la proximidad de los cuerpos se explican a través de las leyes de la gravitación universal o como los cuerpos celestes se mueven a través de las leyes de Kepler y así hoy en día tenemos una infinidad de leyes que explican el comportamiento de los fenómenos que ocurren en este mundo, leyes de la cinemática, termodinámica, hidrodinámica, la estática, la óptica, entre muchas otras. Ahora, todas estas leyes obedecen a modelos matemáticos exactos que difícilmente podrían llegar a establecerse en este universo del azar u ordenarse del caos sin la intervención de un ser inteligente que los diseñara. Los avances científicos han ayudado a entender que el ADN tiene una serie de información y códigos genéticos respecto a la herencia de cada ser vivo, por lo que esto ha fortalecido más a los defensores del argumento teleológico ya que solo un ser inteligente puede colocar información coherente y con un propósito determinado. Allan Rex Sandage, un astrónomo y cosmólogo estadounidense dijo: “El mundo es demasiado complejo en cada una de sus partes e interconexiones como para considerarlo resultado del puro azar. Estoy convencido de que la vida, el orden perfecto que vemos en cada organismo, es sencillamente un sistema demasiado bien concebido. Cada una de las partes de un ser vivo depende de todas las demás para poder funcionar. ¿Cómo saben qué debe hacer? ¿Cómo se diferencian unas de otras en el momento de la concepción? Cuanto más uno aprende sobre bioquímica, más increíble resulta la complejidad de la vida, salvo que exista alguna clase de principio organizador: para los creyentes, un arquitecto”. Este arquitecto es Dios.

 

ARGUMENTO AXIOLÓGICO

                  El tercer argumento que presentamos es el axiológico. La palabra axiológico viene de la palabra griega axios que significa “valor”. El argumento o axiológico o moral se propone probar que los valores morales deben ser objetivos y universales si han de tener algún sentido, ahora, de alguna manera, todos los seres humanos son conscientes de una ley moral, las leyes morales demandan un legislador moral para existir, de lo contrario reinaría la anarquía que va en contra del orden lógico de las cosas, aun las morales. Por tanto, este legislador moral es Dios y sus leyes morales son sus preceptos bíblicos que le dan sentido y propósito a la vida humana porque una existencia que no se fundamenta en principios carece de todo valor. Las leyes morales no ajustan a una fórmula matemática como cualquier otra rama de la ciencia, sino es un conocimiento implantado en la conciencia del ser humano que le atestigua lo bueno y lo malo. Algunos relativistas afirman que no existen leyes morales absolutas, que todo es relativo y que las leyes morales dependen de la cultura, la conveniencia o la subjetividad ética de la persona; pero este pensamiento de ilógico ya que les daría la razón a los actos atroces que los nazis cometieron en contra de los judíos al considerar que sus actos inhumanos eran perfectamente justificados por su moral al considerarlos una raza inferior a ellos. Además, el relativismo es una creencia que falla cuando la persona que convenientemente se mueve por verdades morales relativas es victima de una injusticia, allí inmediatamente vuelve a creer en un sistema de absolutos morales. La verdad es que existe una ley moral absoluta que aun sin conocer la palabra de Dios, esta es atestiguada por nuestra conciencia: “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”, (Romanos 2:14-15). Por tanto, las leyes morales no están sujetas a una opinión personal, sino obedecen a mandatos establecidos por un ser moral superior, y este ser moral superior es Dios quien a través de sus mandamientos nos enseña el bien y el mal. La Biblia enseña la ley moral de Dios, su estudio, entendimiento y practica han demostrado que son valores sumamente valiosos que le ayuda al hombre a vivir correctamente delante de Dios y sus semejantes, además que le dan significado a la vida. C. S. Lewis en su trabajo titulado “Mero Cristianismo” afirmó: “Si alguien se toma el trabajo de comparar las enseñanzas morales de, digamos, los antiguos egipcios, babilonios, hindúes, chinos, griegos o romanos, lo que realmente le llamará la atención es lo parecidas que son entre sí y a las nuestras”. La coincidencia de algunas leyes morales en todas las culturas son una evidencia que estas proviene del testimonio universal que Dios ha puesto en el corazón del hombre del bien y el mal y, por tanto, estos siendo enseñados por su conciencia han llegado a descubrirlos y ver en estas la perfección en las relaciones humanas, sin saber que estas están registradas en el volumen sagrado de la Biblia. Ahora, para concluir con este asunto, entendamos que la ley moral no es una opinión o sugerencia personal, es un mandato que tiene autoridad y debe obedecerse. Estos mandatos son perfectos y justos los cuales proviene de un legislador justo y santo que tiene la autoridad moral para imponer la ley, de lo contrario no serian leyes morales. Este legislador es Dios y, por tanto, Dios existe.

 

ARGUMENTO ONTOLÓGICO

               Finalmente, presentamos el argumento ontológico que hereda su nombre de la palabra griega “ontos” que literalmente significa “ser”. Este argumento fue formulado por primera vez por Anselmo de Canterbury, un monje benedictino, en el año 1078, el cual, sin la necesidad de acudir al argumento del diseño perfecto del universo, afirmó que se puede demostrar la existencia de Dios por medio de experimentar en la vida la necesidad de ser un ser superior que llena todo vacío que la ciencia u otras disciplinas no puede llenar. En este sentido, la misma existencia humana para encontrar un propósito en ella requiere la necesidad de creer en un ser supremo, sin Dios, no hay nada mas que creer en la capacidad humana para prevalecer en la vida, pero la capacidad humana es imperfecta, pero cuando alguien entiende que existe un ser necesario que es Dios, la fe cobra un significado supremo. Por tanto, el argumento ontológico afirma que, si Dios existe, lo concebimos como un ser necesario y por definición la misma existencia humana demanda la existencia de un ser necesario por lo que Dios es real. Cuando Dios se le manifestó a Moisés en la sarza ardiente, este le pregunto su nombre a lo que el Señor le dijo: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”, (Éxodo 3:14). En este sentido, Dios es el Gran Yo Soy, es decir, el auto existente, o como dice Apocalipsis: “…del que es y que era y que ha de venir…”, (Apocalipsis 1:4). Dios es un ser auto existente, siempre ha sido, es y será un ser necesario para la existencia, por lo que nuestra misma vida y la necesidad que tenemos de Él demuestra la existencia de Dios como un ser necesario.

 

 

Introducción a la Apologética

 

“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.

1 Pedro 3:15

INTRODUCCIÓN

               Hoy en día podríamos decir que existen tres tipos de personas. Las primeras son aquellas a las que se les presenta el mensaje del evangelio y estos creen para vida eterna. Luego, tenemos una segunda clase de personas que escuchan el mensaje del evangelio, saben que el evangelio es la verdad, pero aman más sus pecados y deciden rechazar el llamamiento a vida eterna. Sin embargo, existe otro tipo de personas, aquellos que no creen en el mensaje del evangelio, ya sea porque niegan la existencia de Dios, o porque han sido adoctrinados en otra religión y poseen cosmovisiones e ideologías muy diferentes a las cristianas o porque afirman fundamentar su vida en la ciencia o filosofía. Con este tipo de personas la situación de vuelve más difícil y prácticamente no pueden ser evangelizados. A parte de esto, muchas de estas personas lanzan un ataque en contra del cristianismo, tratando de influir en sus ideologías para que las personas crean a estas en lugar de la verdad. Por tanto, se vuelve importante realizar una defensa de nuestra fe y lograr allanar en la mente de aquellas personas que rechazan el mensaje de verdad.


Apologética
Apologética

 ¿QUÉ ES LA APOLOGÉTICA?

                 La apologética es una palabra que proviene del griego apología (ἀπολογία), que literalmente significa, defensa oral, Josh McDowell dice que esta palabra significa: “una defensa de conducta y procedimiento”, y en el Nuevo Testamento, la palabra apología aparece 8 veces: Hechos 22:1, Hechos 25:16, 1 Corintios 9:3, 2 Corintios 10:5-6, Filipenses 1:7, 2 Timoteo 4:16 y 1 Pedro 3:15. Para Doug Powell en su Guía Holman de Apologética define esta palabra como: “La ciencia que expone pruebas y fundamentos de la verdad de nuestra fe en Cristo”. En términos generales, la apologética es la rama de la teología que trata con la defensa y establecimiento de la fe cristiana. En su primera carta el apóstol Pedro nos enseña la importancia de estar preparado para presentar defensa, es decir, apología (ἀπολογία), a todo aquel que demande una razón de nuestra fe: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”, (1 Pedro 3:15). Además de esto, Judas en su carta nos exhorta a contender ardientemente por nuestra fe y contrarrestar las herejías que los falsos maestros introducen en la iglesia: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”, (Judas 3-4). Por tanto, todo cristiano debería prepararse para estar preparado para presentar esta defensa a todo aquel que demande una explicación de nuestra fe.

 

DIFERENCIA ENTRE LA EVANGELIZACIÓN Y LA APOLOGÍA

                  Por medio de la evangelización proclamamos las buenas nuevas de Jesús a toda criatura de tal forma que aquellos que creen en el mensaje alcanzan la vida eterna y los que no creen son condenados: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado”, (Marcos 16:15-16). De este grupo que no creen, pudiésemos separar otro grupo que posee ciertas creencias y argumentos que les impiden creer en el evangelio, de allí que la evangelización no tendrá su efecto, porque estas personas han cerrado su corazón a sus enseñanzas y, por tanto, es necesario iniciar un proceso de defensa y convencimiento para derribar dichos argumentos y abrir una brecha que les permita a estas personas considerar que sus convicciones personales están erradas y abracen la verdad del evangelio. En este sentido la apologética es la obra de convencer a las personas que cambien sus propios puntos de vista y Norman Geisler lo dice de esta forma: “A veces, antes que podamos hablar del evangelio, tenemos que allanar el camino, eliminar los obstáculos y responder las preguntas que impiden que la persona acepte al Señor”. De igual forma, La Guía Holman de Apologética de Doug Powell dice acerca de este tema: “Esto ha llevado a muchos cristianos a considerar la apologética como una suerte de pre-evangelización; no es el evangelio, pero prepara el terreno para recibir el evangelio”. Además de esto, Michael Green y Alister McGrath en su libro, ¿Cómo llegar a ellos?, dicen: “Al final, la Apologética siempre lleva a la evangelización. La Apologética establece la base sobre la cual construir la evangelización”. Ahora, nosotros como cristianos hemos llegado a creer por fe y no se trata que el cristianismo es una especie de religión que tiene sus bases en las evidencias científicas y la razón, sin embargo, esto no significa que la ciencia no puede confirmar nuestra fe, por ello Antonio Cruz en su libro de Apologética Cristiana dijo: “Es evidente que la fe cristiana, como todo aquello que pertenece al ámbito del espíritu, no puede ser probada mediante la razón positiva o la ciencia experimental. Sin embargo, esto no significa que tales realidades trascendentes sean contrarias a la razón humana”. En esto consiste la apologética, en allanar el camino, eliminar creencias erradas que los alejan de Dios a través del razonamiento o presentación de pruebas indubitables que provoquen la duda en las convicciones del incrédulo y lo lleve a cuestionar sus creencias, abriendo así su corazón al evangelio. En este sentido, podemos decir que la apologética se puede enfocar de dos formas, la primera, la Apologética Evidencial, la cual enfatiza las evidencias positivas a favor de la verdad del cristianismo, presenta pruebas y argumentos de varias áreas, incluyendo la arqueología, la profecía mesiánica cumplida, y especialmente de los milagros. En segundo lugar, tenemos la Apologética Presuposicional, la cual tiene por objeto presentar una base racional para la fe cristiana y defenderla contra las objeciones, exponiendo los defectos lógicos de otras cosmovisiones y demostrando así que el teísmo bíblico es la única cosmovisión que puede dar un sentido coherente a la vida.

 

LA NECESIDAD DE HACER APOLOGÍA

                      Desde los primeros siglos de la iglesia cristina ha existido la necesidad de hacer una defensa de la fe y las principales doctrinas bíblicas. Durante los primeros siglos surgieron hombres que torcieron las Escrituras estableciendo doctrinas erradas en cuanto a la salvación y la deidad y persona de Jesús y el Espíritu Santo, así vemos cómo la iglesia apostólica lucha en contra del judaísmo que quería agregarle a la fe las obras de la ley de Moisés y el gnosticismo que presentaba enseñanzas torcidas en cuanto a la naturaleza divina y humana de Jesús. En este sentido vemos que el evangelio según Juan y las 3 cartas de Juan, así como Gálatas, 2 Pedro y Judas se escribieron para realizar una defensa de la fe verdadera a parte de las advertencias de los falsos maestros y la apostasía que Pablo realizo en otras de sus cartas. Luego tenemos el periodo de la iglesia primitiva, y durante los primeros cuatro siglos surgieron muchos movimientos con enseñanzas heréticas que merecían ser contradichas, así tenemos el marcionismo que enseñaba que el Dios del Antiguo Testamento no era el mismo Dios del Nuevo Testamento y rechazó algunos libros de la Biblia, el arrianismo que rechazo la naturaleza divina de Jesús, el docetismo que negaba la encarnación de Jesús y afirmaba que solo fue un espíritu, el ebionismo que negaba el nacimiento virginal de Cristo y su carácter divino, el monarquismo que negaba la Trinidad divina, el nestorianismo que negó la unión hipostática de Cristo y afirmaba que las dos naturalezas, la divina y humana, formaban dos seres totalmente diferentes. Debido a estas y otras herejías surgieron grandes apologistas como Tertuliano, Justino Mártir, Orígenes, Agustín de Hipona, Ireneo de Lyon, entre otros que realizaron grandes obras de apología. De igual forma, conforme la Edad Media se abrió paso a lo largo de la historia, surgieron enseñanzas totalmente equivocadas en cuanto a la salvación y la iglesia, así durante este tiempo proliferó el papado romano, la idolatría y rezo a los santos, venta de indulgencias entre otras supersticiones religiosas. Todo esto desencadeno una defensa de la fe que trajo la santa inquisición y desencadeno finalmente el periodo de la reforma, así tenemos grandes reformadores que realizaron su apología como Martín Lutero, Ulrico Zwinglio, Juan Calvino, entre otros. Hoy en día la necesidad de realizar apología se hace necesario ya que existen muchas corrientes de pensamientos filosóficos contrarios a las verdades bíblicas tales como el materialismo que afirma que Dios no existe, solo la materia; o el naturalismo, que cree que la naturaleza es lo único que existe; o el fatalismo, que piensa que el destino de las cosas no se puede cambiar y toma una actitud resignada y deprimente ante la vida; o el positivismo, que enseña que la clave del éxito es la programación de una mente positiva; o el empirismo, que cree que la experiencia es todo lo que cuenta; o el relativismo, que afirma que no existen verdades absolutas.  Y qué decir de las diferentes cosmovisiones que existen, como el ateísmo, el agnosticismo, el teísmo, el deísmo, el panteísmo o el politeísmo. Todo esto y mucho más exige que como cristianos estemos enteramente preparados para presentar una defensa de nuestra fe en medio de tantas ideologías, religiones y posturas filosóficas anticristianas.

 

TITOS DE APOLOGÉTICA

                  Podemos decir que existen dos tipos de apologética. La primera es la Apologética Defensiva, la cual es una defensa de nuestra fe a ataques que los hombres realizan, así tenemos el ejemplo del apóstol Pablo, el cual siendo acusado por los judíos de un blasfemo de la ley de Moisés y de haber introducido gentiles en el Templo, presento su defensa a favor de su fe: “Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros”, (Hechos 22:1). Por otro lado, tenemos la Apologética Ofensiva que es una defensa intensional donde se presentan argumentos y evidencias que confirman la veracidad del evangelio y pretende poner duda en la mente de aquellos que no creen en Dios o disminuir el ataque de las herejías en este mundo.