domingo, 29 de enero de 2023

El Mundo Bíblico de las Peregrinaciones (Parte I)

 

“Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; porque forastero soy para ti, y advenedizo, como todos mis padres”.

Salmos 39:12

INTRODUCCIÓN

                 Cuando el salmista oraba a Dios para que escuchará su clamor, recordaba que una buena parte de la vida de sus antepasados había sido forasteros, como peregrinos. Desde Abrahán, los patriarcas como Isaac, Jacob y sus doce hijos fueron peregrinos en la tierra de Canaán y Egipto, también, Israel, fue peregrino a través de desiertos antes de entrar en la tierra prometida. En términos generales, pudiéramos considerar que existen tres naciones en las cuales los patriarcas e Israel fueron peregrinos, estas son: Egipto, Arabia Pétrea y Edom. Vamos a estudiar cada uno de los aspectos geográficos, arqueológicos y culturales de estas naciones, no obstante, en esta oportunidad comenzaremos con Egipto.

 

Egipto

La Gran Esfinge y las pirámides de Guiza, construidas durante el Imperio Antiguo de Egipto.

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EGIPTO 

“Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán”.

Génesis 10:6

               En el libro de Génesis, en su capítulo 10 se nos presenta el origen de todas las naciones ya que hoy en día todas estas provienen de uno de los hijos de Noé, y uno de los hijos de Noé fue Cam el cual a su vez engendro a 5 hijos, de los cuales uno de ellos fue Mizraim, el cual fue el padre de todos los egipcios y el nombre que los israelitas conocieron con el cual llamaron a la tierra de Egipto: “Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán”, (Génesis 50:11). Egipto está ubicado al noroeste de África, extendiéndose desde el mar Mediterráneo a la primera catarata del Nilo, rodeado al este por Arabia y el mar Rojo y al oeste por el gran desierto. La parte habitada de Egipto está a los lados del río Nilo, el cual se ensancha gradualmente de unos cuantos kilómetros en el sur hasta casi 161 km en el norte. Podemos agregar lo que el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles F. Pfeiffer, nos dice al respecto del origen del nombre de Egipto: “El nombre Egipto se deriva probablemente del nombre de Menfis, Hi-ku-Ptah, “la casa del espíritu de Ptah”, a través de la forma griega Aigyptos. Los antiguos egipcios tenían varios nombres para su país, tales como Kemi “tierra negra”, y “las dos tierras” (el Alto y el Bajo Egipto). El nombre arábigo moderno para Egipto Misr, está relacionado con el hebreo Misrayim, una forma doble probablemente para referirse al alto y al bajo Egipto”. Egipto es una tierra muy antigua la cual fue conocida por Abrahán y los patriarcas, y aun para este tiempo muy antiguo, la nación de Egipto se había consolidado en una sociedad muy estructurada. Al respecto de esto, J. B. Tidwell, en su libro Geografía Bíblica, nos dice: “Según los registros de las Escrituras o de los monumentos más antiguos que hay, Egipto aparece ante nosotros como un país completamente formado. Entre más retrocedemos en el tiempo, hallamos que el desarrollo y la organización del país son más perfectos”.

 

            Historia de Egipto.

La historia de Egipto podría dividirse en los siguientes periodos a saber:

1.      La edad prehistórica. De este periodo, J. B. Tidwell, en su libro Geografía Bíblica, nos dice: “Este período se extiende a un pasado remoto cuando el valle desierto del Nilo recibía suficientes depósitos de su inundación como para mantener a una población. No podemos estar seguros del origen de estos primeros pobladores, pero la poca información que los arqueólogos nos han podido dar muestra que en una edad temprana ellos habían hecho un gran avance en la civilización y las artes”.

2.      El Imperio Antiguo. Considera las dinastías que van de la 1 a la 14, de las cuales J. B. Tidwell, en su libro Geografía Bíblica, nos dice: “Durante el período de la cuarta dinastía se encontró una gran pirámide, la que ha sido llamada "la más eminente y la más exacta construcción que el mundo jamás ha visto." Las estatuas de este período parecen como si tuvieran vida, más que las de cualquier época posterior”.

3.      El imperio Hicso. De acuerdo a la historia egipcia, los hicsos fueron unos invasores que los echaron de su tierra y gobernaron bajo las dinastías XV y XVI, en una fecha aproximada de 1650-1542 a.C.  Se dice que cuando los egipcios recuperaron su nación, borraron muchos registros de las dinastías hicsas, ya que estos eran odiados por ellos y no querían que sus historias fuesen recordadas en Egipto, sin embargo, estas dinastías fueron las que conocieron a los patriarcas de Israel, especialmente a José, quien llego a ser gobernador de dicha nación, así lo afirma Laura Saá, en su libro, Geografía Bíblica; “Por lo general se acepta que Jacob y sus hijos se establecieron en Egipto durante la dominación de los hicsos, tal vez durante el reinado de Apop I.”. Una crítica que algunos tienen con respecto a la historia de José en la Biblia es que no existen evidencias arqueológicas que hablen de él, habiendo sido la persona que salvo a la nación de los 7 años de hambruna, sin embargo, es razonable pensar que al ser borrados muchos de los registros hicsos por los egipcios, todo rastro de dicha historia se perdió, de allí no es difícil entender por qué el faraón que esclavizo a los israelitas no conocía a José, ya que este no pertenecía a la dinastía hicsa: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José…”, (Éxodo 1:8). No obstante, durante las excavaciones se han logrado encontrar vestigios de esta dinastía hicsa y curiosamente se ha encontrado un dibujo donde se ve a un grupo de semitas llegando con burros cargados a Egipto, muy parecido al relato bíblico que habla de la ocasión cuando los hijos de Jacob llegaron a dicha tierra. De esto, Marcos L. Howard, en su libro, Arqueología Bíblica: La Exactitud de la Biblia, nos dice: “Excavaciones que se llevaron a cabo en Bani Hasan en Egipto, se encontró un dibujo que se hizo alrededor del año 1800 a.C. En el dibujo se ve un grupo de semitas, es decir, gente como los hebreos, entrando a Egipto con burros”. Como vemos en el dibujo que se presenta en la parte inferior a este texto, las similitudes con los semitas que llegan con sus burros y son recibidos por los egipcios son grandes considerando la historia que se nos narra en Génesis 45.16-21. Otros han visto difícil de creer que un esclavo como José pudiese ascender al puesto de gobernador en Egipto, sin embargo, G. Ernest Wright en su libro de Arqueología Bíblica nos da una respuesta a esto: “Algunos han pensado que resulta extraño el hecho de que un extranjero como José alcanzara una posición de tanta autoridad en Egipto. Sin embargo, un estudio detenido de los funcionarios egipcios revela que eso no era cosa totalmente desconocida en Egipto. Durante el Imperio nuevo (a partir del 1570 a. C.) hubo esclavos que se convirtieron en favoritos de los reyes, llegando a situarse a veces en puestos de gran autoridad. A semejanza de muchos poderosos monarcas (por ejemplo, los sultanes turcos de la Edad Media), los faraones, al parecer, sentían cierta desconfianza con respecto a sus propios súbditos y trataban de rodearse de individuos que les fueran bien conocidos y en los que pudieran depositar una absoluta confianza”.

4.      El Nuevo Imperio. Este periodo va desde el año 940 a.C. hasta el 350 a.C., el cual incluye las dinastías 25 a la 30. Con respecto a este periodo, Laura Saá nos comenta un poco en su libro, Geografía Bíblica: “Ahmés libró una batalla decisiva en el Delta, en la que derrotó a Apop III, el último rey hicso. El ejército hicso huyó a Palestina, pero Ahmés lo siguió y lo volvió a derrotar… A partir de aquí desaparecen de la historia: la mayoría de ellos permanecieron en el territorio entre los fenicios, cananeos, amorreos, etc., pero ya sin ninguna identidad que los uniera. Con sus victorias, Ahmés logró imponer su autoridad sobre un Nuevo Imperio Egipcio… Ahora Egipto tenía carros y caballos, así como un nuevo orgullo nacional. El rey ya no sólo era sacerdote y dios, sino también un gran general. Su autoridad era indiscutible. Una muestra de la nueva reverencia que se le reservaba es que los egipcios ya no se referían a él como “el rey”, sino con el circunloquio más pomposo de “la gran casa” o “el palacio”, voz que ha derivado en la expresión Faraón. Aunque anacrónicamente se llama faraones a todos los reyes egipcios, lo cierto es que este título surgió con el Imperio Nuevo”.

5.      El Egipto Moderno. Este periodo va desde el año 350 a.C. hasta el tiempo presente. De este periodo, J. B. Tidwell, en su libro Geografía Bíblica, nos dice: “Aquí hay un período de 2317 años. Comenzó con el gobierno de los griegos y romanos y vio el dominio de los coptos, la edad del mando de los árabes, el poder de Mesopotamia, la supremacía de los turcos y, todavía más tarde, la dirección general de la influencia europea.


Semitas-con-egipcios

A group of West Asiatic foreigners visiting the Egyptian official Khnumhotep II circa 1900 BC. The leader is labelled a "Hyksos". Tomb of 12th-dynasty official Khnumhotep II, at Beni Hasan.

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            El rio Nilo.

El Nilo es uno de los ríos más grandes del mundo, con 6.966 km de longitud desde sus fuentes en la zona ecuatorial de África hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo, sus fuentes se encuentran en los lagos Victoria y Alberto Nianza del África ecuatorial. Toma el nombre de Nilo después de la confluencia del Nilo Blanco y el Nilo Azul, en Kartum, capital de Sudán. El rio Nilo ha sido desde la antigüedad una fuente de recursos valiosos para la vida en Egipto aparte de proveer el valioso recurso del agua para regar las plantas, de allí que durante todo el tiempo antiguo el Nilo fue venerado como un dios. Al respecto del Nilo, Laura Saá, Geografía Bíblica, nos dice: “Egipto ha sido llamado “el regalo del Nilo”. El agua para beber, bañarse y regar las cosechas procedía de este gran río, además era la principal vía de comunicación de Egipto… El Nilo se desbordaba cada verano durante tres meses e inundaba el valle. La crecida era muy beneficiosa para los habitantes, ya que cubría las orillas de limo, un lodo negro que las fertilizaba. Los hombres empezaron a cultivar esas tierras hace 8000 años”.

          

Nilo

Rio Nilo

De River Nile map.svg: Hel-hama (discusión · contribs.) derivative work: Rowanwindwhistler (discusión) - River Nile map.svg, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38554770


El Bajo Egipto y el Alto Egipto

El Bajo y Alto Egipto, corresponden a los nombres que se le dio al periodo de Egipto donde los reinos se dividieron en dos hasta el final de la época del Egipto prehistórico. El diccionario Bíblico Mundo Hispano nos dice al respecto de esto: “La división de la tierra en Alto Egipto y Bajo Egipto es anterior a la unión de la nación. El Bajo Egipto incluía el delta y una corta sección del valle hacia el sur; el resto del valle hasta Asuán era el Alto Egipto”.  Gracias a la fertilidad de la zona que es regada por el delta del rio Nilo, el Bajo Egipto, cuya capital llego a ser Menfis, llegó a ser el más fuerte de los dos estados, lo cual a su vez permitió que se desarrollara plenamente la agricultura y fueron explotadas las minas de cobre de la península del Sinaí. El uso de armas y herramientas de cobre aumentó la grandeza de Egipto haciendo posible la construcción de edificios de piedra labrada e impulso la época donde fueron construidas las grandes pirámides. Esta forma de estado separado volvía a Egipto vulnerable, por lo que con el tiempo sucumbieron ante la invasión de un pueblo de ganaderos que procedían de Siria, llamados los hicsos, quienes dieron a conocer a los egipcios dos instrumentos primordiales: la rueda y el caballo. En el caso del Alto Egipto, su capital llego a ser Tebas, pero este no tuvo tanta preeminencia como el Bajo Egipto.

 

Bajo-Alto-Egipto
Mapa del Bajo y Alto Egipto Antiguo

La tierra de Gosén.

Gosén probablemente significa “montículo de tierra”, aunque otros opinan que su nombre aludía a “un lugar de pastos”, y esta fue la tierra donde Jacob y su familia se establecieron y habitaron durante el tiempo de los 7 años de hambruna que azotaba a las tierras cercanas a Egipto, y fue el lugar donde por mucho tiempo Israel se multiplico hasta los días en los que fueron hechos esclavos: “Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes”, (Génesis 45:10). Al respecto de esta tierra, nos dice: “Gosén es de importancia especial para nosotros porque fue el hogar de los israelitas durante su estancia en Egipto. Estaba en el lado oriental del Nilo y se extendía del Mediterráneo al mar Rojo; contenía 2, 331 km de tierras aluviales, llanas y ricas. Era una sección excelente de Egipto y estaba admirablemente adaptada para hatos y rebaños de Israel y era amplio como para dar lugar al crecimiento maravilloso de los israelitas”. Ahora bien, ¿qué evidencia arqueológica existe de que los israelitas se hayan establecido en la tierra de Gosén? Bueno, G. Ernest Wright en su libro de Arqueología Bíblica nos da dos evidencias que pudiéramos considerar. Primero hace referencia a una inscripción descubierta: “Una de ellas, fechada hacia 1350 a.C., nos informa que uno de estos grupos, «que no sabe cómo iban a subsistir, han venido suplicando un hogar en el dominio del faraón..., según la costumbre de los padres de tus padres (es decir, todos los faraones) desde el principio...». Se ve, por consiguiente, que era costumbre muy antigua de los faraones permitir a aquellas gentes la estancia en sus dominios”. Lo segundo que este autor nos comenta es lo siguiente: “La segunda inscripción contiene un informe de un funcionario fronterizo a su superior, de hacia 1230 a. C, dando cuenta de que se ha permitido a ciertos beduinos edomitas el paso por la fortaleza del distrito de Sucot (Tbeku) en el Wadi Tumilat, para que apacienten sus ganados en las cercanías de Pitón, «para que subsistan, junto con sus rebaños, en los dominios del faraón...». El término egipcio «subsistir» es en este caso el que se usa habitualmente para indicar el mantenimiento en época de hambre. Podemos suponer, por consiguiente, que la entrada de la familia de Jacob en Egipto se produjo bajo las mismas circunstancias en una época anterior”.


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Relieve egipcio en el que aparecen individuos consumidos por el hambre

Otra evidencia arqueológica a favor de la historia de que los israelitas se ubicaron en Gosén es la que Marcos L. Howard, en su libro, Arqueología Bíblica, nos presenta respecto a los escarabajos encontrados en Egipto y que pertenecen a la dinastía de los hicsos, los cuales presentan nombres de hebreos: “También resulta interesante, en relación a esta pregunta, los escarabajos egipcios que encontraron de los tiempos de los hicsos. El escarabajo era un animal sagrado para los egipcios y hacían amuletos de piedra en esta forma, donde escribían en jeroglíficos el nombre del portador. Varios de estos escarabajos llevan nombres hebreos y, de hecho, al menos uno de ellos llevaba el nombre de José, demostrando que alguien con este nombre vivía en Egipto cerca de los tiempos del José de la Biblia”. Por tanto, Gosén fue una tierra perfecta para el desarrollo de la nación de Israel, los cuales desde sus mismos antepasados se dedicaron al cuidado de ganados.

 

viernes, 27 de enero de 2023

El Buen Testimonio acerca de Demetrio (3 Juan 11-12)

 

“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero”.

3 Juan 11-12 

INTRODUCCIÓN 

               Casi finalizamos la tercera carta del apóstol Juan y si recordamos un poco, al principio mencionamos que dicha carta giraría en torno a tres personajes, Gayo, fiel hospedador y creyente, Diótrefes, una persona egoísta que amaba la preminencia en todo y no recibía a los buenos predicadores y Demetrio, un cristiano de buen testimonio. Ahora nos vamos a enfocar en el tercer personaje del cual se habla en esta carta, Demetrio, y el anciano lo elogia por su buen testimonio.


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El Buen Testimonio acerca de Demetrio


IMITADORES DE LO BUENO

“Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”.

3 Juan 11

           El anciano exhorta a Gayo a imitar lo todo bueno en todo momento y no las malas acciones de las personas: Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. Esta claro que un verdadero cristiano debe vivir en la luz, andar en santidad y manifestar un fruto de justicia, sin embargo, al ver la conducta egoísta de Diótrefes quedaba en evidencia su falta de amor lo cual estaba en contra de lo que el verdadero evangelio enseña. Como seres humanos tenemos una tendencia a imitar aquellas cosas que nos llaman la atención o que ejercen mayor influencia en nosotros, no obstante, debemos cuidarnos de no imitar cosas malas que no contribuyan a nuestro crecimiento personal y espiritual. En la Biblia vemos que también Pablo exhortaba a los creyentes a imitar a aquellos creyentes de buen testimonio, en los cuales se incluía él mismo: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros”, (Filipenses 3:17). En la Biblia podemos ver ejemplos de hombres y mujeres que tenían hábitos que los acercaban más a Dios, así, por ejemplo, tenemos el ejemplo de Daniel, el cual solía orar 3 veces al día: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”, (Daniel 6:10). También tenemos el ejemplo de David, el cual amaba estar delante de la presencia de Dios: “Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad”, (Salmo 84:10). Tenemos la actitud de Esdras, el cual preparo su corazón para estudiar, enseñar y poner en practica la palabra de Dios, una actitud digna de imitar: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”, (Esdras 7:10). Así, como cristianos debemos buscar la forma de alejarnos de todo lo malo, del pecado, y perseverar en la verdadera doctrina imitando lo bueno.

 

EL BUEN TESTIMONIO DE DEMETRIO

“Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero”.

3 Juan 12

              He aquí tenemos al tercer personaje del cual se habla en esta carta, este es Demetrio, un verdadero creyente que tenía un buen testimonio delante de la congregación: Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdaderoEl anciano nos ha exhortado a imitar todo lo bueno y aquí encontramos algo bueno que imitar, el testimonio de Demetrio. La palabra “testimonio” que aparece aquí se traduce del griego memarturetai (μεμαρτύρηται), la cual implica que su testimonio estaba basado en la aprobación de las personas, esto significa de que el testimonio de Demetrio provenía no de su propia boca, sino de las afirmaciones que las personas hacían al considerar su conducta intachable y buen servicio. En estos versículos el anciano nos dice que el verdadero buen testimonio debe tener dos elementos, lo primero, la misma congregación debe dar testimonio de la persona, en ningún momento el testimonio debe estar basado en lo que uno mismo dice o alardea ser, sino las mismas personas que nos conocen deben dar testimonio de nuestro carácter, obras y conducta. Lo segundo, el verdadero testimonio debe estar alineado con la verdad misma, es decir, nuestra vida entera debe estar en armonía con los principios de evangelio. Como lo hacia Demetrio cada uno de nosotros debemos esforzarnos en vivir en la verdad del evangelio, apartándonos del pecado, servir a Dios y nuestros hermanos, convirtiéndonos en personas que otros deseen imitar por nuestra buena conducta.

            El buen testimonio es muy importante en la Biblia, mucho mas valioso que las mismas riquezas: “De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro”, (Proverbios 22:1). Pedro hacia ver que el buen testimonio era necesario para que al final nuestras buenas obras prevalecieran delante de las falsas acusaciones que los impíos pudieran hacer: “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras”, (1 Pedro 2:12). De igual manera, el buen testimonio es indispensable para desarrollar un ministerio en la iglesia y por ello aparece entre los requisitos que los obispos tenían que cumplir: “También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo”, (1 Timoteo 3:7). De igual forma, cuando se eligió a los primeros siete diáconos, este fue uno de los requisitos: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo”, (Hechos 6:3). El buen testimonio le ayuda al servidor de Dios a tener solvencia moral y mayor autoridad para que en el nombre de Jesús realice su trabajo con eficacia en su obra: “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas”, (Hechos 20:17-20). De hecho, la integridad del creyente es comparado con el cinto de la verdad en la armadura del cristiano: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad…”, (Efesios 6:14). Por tanto, el buen testimonio es sumamente importante en la vida del creyente.

 

domingo, 22 de enero de 2023

Un mensaje Cristocéntrico (Hechos 2:22-36)

 

“Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia. Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que, de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”.

Hechos 2:22-36


INTRODUCCIÓN

                  Continuamos estudiando el primer sermón que la iglesia cristiana predicó y como hemos visto, el mensaje de Pedro guarda una increíble estructura homilética ya que no se tratan de un montón de palabras inventadas, sino más bien, iluminado por el Espíritu Santo, nos presenta un mensaje que tiene como propósito mostrar que Jesús es Señor y Cristo. Anteriormente el apóstol hizo su introducción citando el pasaje del profeta Joel para demostrar que los acontecimientos que estaban presenciado en ese momento no eran más que el cumplimiento de la profecía del Joel, ahora, amparándose de otros pasajes del Antiguo Testamento, presentara a Jesús como Dios, Señor de señores y el Mesías, es decir, el Cristo anunciado por las Escrituras.

 

mensaje-Pedro
Un mensaje Cristocéntrico

OÍD ESTAS PALABRAS

“Varones israelitas, oíd estas palabras…”

Hechos 2:22

               Las palabras de Pedro: Varones israelitas, oíd estas palabras…, nos sugieren que el mensaje que está a punto de compartir es algo que todo hombre debe conocer y prestarle toda la atención del mundo y esto es así porque su mensaje consistirá en presentar a Cristo. El mensaje del evangelio que se debe predicar a las almas perdidas debe en todo momento estar centrado en Cristo, en conocer su vida, obra y resurrección, ya que cualquier otro mensaje fuera de la verdadera doctrina de Cristo no conducirá a la vida eterna. Hoy en día, todo mensaje evangelístico debe ser Cristocéntrico y este fue el mensaje que la iglesia predico desde sus primeros tiempos, tal y como Pablo nos lo declara: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”, (1 Corintios 15.1-4). Veamos como Pedro presenta el mensaje de Cristo.

 

            Jesús fue hecho hombre perfecto y habitó entre nosotros.

“... Jesús nazareno…”

Hechos 2:22

Lo primero que Pedro enseña es que Jesús fue hecho hombre perfecto y habitó entre ellos porque lo llama: Jesús nazareno. La palabra nazareno hace referencia a una aldea de Galilea llamada Nazaret, una aldea despreciable y sin mayor importancia para los judíos, de hecho, en algunas ocasiones nuestro Señor fue despreciado por el hecho de venir de esta aldea: “El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve”, (Juan 1:43-46). La misma palabra enseña esta verdad, en que, siendo Dios, se encarnó en la persona de Jesús y habitó entre los hombres: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”, (Juan 1:14). Por tanto, el verdadero mensaje Cristocéntrico enseña esta verdad, la naturaleza humana de Jesús.

 

            Jesús aprobado por Dios.

“… varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis…”

Hechos 2:22

En segundo lugar, Pedro nos dice que Jesús fue un varón aprobado por Dios y esto se confirma a través de su vida intachable y las señales y maravillas que hacía: varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis. Lo que confirmó esto no solo fueron las palabras de Jesús acerca de sí mismo, sino también su testimonio, su vida sujeta a la voluntad de su Padre, su vida de santidad y conforme a las Escrituras y, finalmente, los milagros que lo precedían. Es importante notar que los milagros están al final de la lista, antes su carácter en santidad y de acuerdo a las Escrituras debe estar en orden, porque hoy en día existen muchos falsos apóstoles y profetas que violentan la pureza de la sana doctrina con sus falsas enseñanzas, su vida es un total desorden y lo único que tienen son supuestos milagros, pero si lo primero no está en orden, los milagros no son una señal determinante para concluir de que se trata de un hombre de Dios. Lo cierto es que Jesús vivía en santidad y en obediencia a la palabra de Dios, agradando en todo momento a su Padre y su vida era respaldada con milagros. Aquí Pedro utiliza tres palabras para referirse a los milagros: maravillas, prodigios y señales. Consideremos cada palabra. En primer lugar, se nos dice que Jesús hacia maravillas, y esta palabra proviene del griego dunamis (δύναμις), la cual describe un poder en acción, y realmente los milagros eso son, son el poder sobrenatural de Dios en acción para cumplir su voluntad, sin importar lo difícil de la situación. En segundo lugar, se nos dice que Jesús realizaba prodigios, y esta palabra proviene del griego teras (τέρας), que hace referencia a algo que ocurre y provoca que las personas que lo presencien se asombren. En tercer lugar, Jesús realizaba señales, y esta palabra se traduce del griego semeion (σημει̂ον), que indica que se está haciendo un acto milagroso que alude a una señal o indicativo que confirma algo. Por ello esta palabra se traduce como señal, porque los milagros eran señales que confirmaban que Jesús era el Cristo de Dios. Así que basado en esto podríamos decir que un milagro es un acto sobrenatural donde el poder de Dios se manifiesta para romper las leyes naturales y confirmar las palabras o acciones del mensajero que lo realiza, lo cual, a su vez, causa asombro en aquellas personas que las presencian.

 

Jesús fue crucificado.

“… a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole”.

Hechos 2:23

En tercer lugar, se nos dice que Jesús fue crucificado: a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. El tema de la cruz siempre ha sido muy controversial, sin embargo, es crucial en la doctrina de Cristo. Pablo nos habla de que para los griegos la predicación de la cruz era locura porque no concebían como un Dios pudiese morir en un madero y para los judíos la predicación de la cruz era locura, porque no concebían como su Mesías pudiese morir en un madero: “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura”, (1 Corintios 1:22-23). Ahora, todo esto de la crucifixión de Cristo ocurrió de acuerdo al anticipado conocimiento de Dios, es decir, Dios tenía planeado que la traición de Judas, el hecho de que los principales y sacerdotes de los judíos entregasen a Jesús a Poncio Pilato para ser crucificado, ocurrió porque era necesario que nuestro Señor padeciese por nuestros pecados, para que, por medio de su muerte, nosotros viniésemos a heredar vida eterna.

 

La resurrección de Jesús. 

“… al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia”.

Hechos 2:24-28

Acompañando el tema de la crucifixión de Cristo esta su resurrección. La resurrección marca la victoria final del Señor Jesús sobre la muerte y el pecado: al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Para confirmar este hecho maravilloso de la resurrección de Cristo, Pedro cita una parte del Antiguo Testamento que anunciaba esto de lo cual está hablando: Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia. En este caso, Pedro cita uno de los Salmos de David: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”, (Salmos 16:8-11). De acuerdo a todo esto, se había cumplido la profecía de David de que el Mesías no vería corrupción y, por ende, lo levantaría de la muerte.

 

            Jesús, Hijo de David.

“Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que, de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos”.

Hechos 2:29-32

En estos versículos el apóstol continúa con el pensamiento que trae concerniente a la resurrección de Cristo y ahora vuelve a recordarle la profecía que se le dio a David de que uno de sus descendientes se sentaría para siempre en su trono: Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que, de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. David había muerto y Pedro afirma que su tumba ahora se encontraba entre ellos, aunque arqueológicamente no se ha logrado encontrar, pero este que ahora estaba muerto se le había profetizado que el Cristo se sentaría en su trono: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente”, (2 Samuel 7:12-26). Jesús tenía todas las credenciales en cuanto a su linaje como para reclamar el título de Hijo de David y por consiguiente sentarse como rey en su trono, de hecho, en Mateo se nos dan tales credenciales al presentar su genealogía: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”, (Mateo 1:1). Ahora, el apóstol afirma que de todo esto ellos habían sido testigos.

 

Jesús ha sido glorificado y sentado a la diestra del Padre. 

“Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”.

Hechos 2:33-35

Todo esto conlleva el siguiente punto, Jesús ha sido glorificado y se ha sentado a la diestra del Padre: Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jesús fue crucificado, murió y fue sepultado, pero al tercer día, con el poder del Espíritu Santo, fue resucitado, posteriormente fue glorificado y ascendió a los cielos para sentarse a la diestra del Padre y tomar todo señorío en los cielos, la tierra y debajo de ella. Para esto, Pedro les recuerda otra profecía de carácter mesiánico que David en cierta ocasión cito en uno de sus salmos: “Jehová dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”, (Salmos 110:1). Esta profecía tiene un cumplimiento exacto en la vida de Jesús, porque ciertamente con su resurrección y ascensión a los cielos todo esto se cumplió.

 

JESÚS HECHO SEÑOR Y CRISTO 

“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”.

Hechos 2:36

              Después de haber presentado una descripción bastante precisa de la naturaleza de Cristo, como hombre perfecto que habito entre nosotros, como un verdadero varón aprobado por Dios y poderoso en obras milagrosas, el cual fue crucificado, murió y fue sepultado, pero al tercer día resucitó y ascendió a los cielos para sentarse a la diestra de su Padre para heredar todo poderío, Pedro nos dice que este Jesús ha sido hecho, Señor y Cristo: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. La palabra Señor, se traduce del griego kurios (κύριος), que hace referencia a un señor o amo que ejerce su poder y gobiernos sobre un grupo de personas. En este sentido, Jesús es el Señor, Dios todo poderoso, el Soberano que tiene su gobierno en todo el universo. También lo llaman Cristo, y Cristo se traduce de la palabra griega Jristos (χριστός), cuyo equivalente en hebreo es la palabra Mesías, que a su vez proviene de la palabra hebrea mashaj (מָשַׁח), que hace referencia a ungir con ungüento, y en este sentido, Jesús es el Ungido de Dios, porque el poder del Espíritu Santo estuvo sobre Él durante todo su ministerio. Por tanto, Pedro deja claro, que Jesús es el Señor y Cristo lo cual establece su preeminencia sobre todo poderío y su victoria final sobre la muerte y el pecado para convertirse en nuestro Salvador.

 


viernes, 20 de enero de 2023

La oposición de Diótrefes (3 Juan 9-10)

 

“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia”.

3 Juan 9-10

 

INTRODUCCIÓN

               Retomando nuestro estudio de 3 Juan, nos encontramos en una carta muy corta, de tan solo un capítulo con 15 versículos y cada vez nos acercamos más al final de esta. Como mencionamos anteriormente la carta gira alrededor de tres personajes, Gayo, Diótrefes y Demetrio. En esta oportunidad el anciano dirige sus palabras para denunciar los abusos y soberbia de Diótrefes, una persona que había tomado cierto control como principal en las iglesias joaninas y no permitía que nadie más que pudiese tener una buena doctrina predicase en ellas, ni siquiera el anciano, lo cual estaba fuera de todo comportamiento cristiano.

 

oposicion-Diotrefes
La oposición de Diótrefes

LA OPOSICIÓN DE DIÓTREFES

“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe”.

3 Juan 9

              En esta carta, el anciano expresa su inconformidad ante la actitud de una persona que estaba provocando daño en la iglesia: Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. A diferencia de Gayo el cual es elogiado por su gran hospitalidad con los misioneros que llegaban a su ciudad, Diótrefes es lo opuesto, porque este no quería ni siquiera recibirlos. El anciano nos dice que este Diótrefes era una persona que le gustaba tener el primer lugar entre ellos, lo cual nos sugiere que había decidido convertirse a sí mismo el líder principal entre las iglesias joaninas. Ya vimos anteriormente que las iglesias joaninas no reconocían posiciones que sugirieran liderazgos principales entre ellos, como obispos, pastores o incluso apóstoles, sin embargo, Diótrefes se había introducido entre ellos con este fin. A pesar de que las iglesias joaninas no aceptaban esta manera de pastorear, sino mas bien vivían en comunidad apoyándose los unos a los otros sin tener un líder principal, Diótrefes había logrado introducirse ejerciendo su influencia sobre ellos; no obstante, el problema con esto era que las intenciones egoístas de Diótrefes al ejercer un ministerio que buscaba beneficiar únicamente no a los miembros de la iglesia, sino solamente a él. Hoy en día existen algunos pastores o lideres principales que no buscan apacentar a la congregación, sino beneficiarse a sí mismos. El trabajo de un pastor en una iglesia es sumamente importante ya que es el responsable de velar por el crecimiento espiritual de los creyentes: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”, (Hebreos 13:17). Tristemente a veces encontramos creyentes desanimados por la actitud de algunos seudo pastores, ya que les restringen el poder aprender de otros buenos predicadores, o tener un servicio fuera de su congregación o estudiar en un instituto teológico que no sea el de ellos, si es que lo tienen. Muchos de estos a veces tienen una carencia de doctrina bíblica, enseñan cosas que no edifican o desafían a una vida de santidad y se oponen a que sus miembros conozcan otra enseñanza que no sea la que ellos promueven. Definitivamente, como pastores deben estar pendientes de lo que sus miembros aprenden o estudian fuera de su congregación, pero con el fin de asegurarse que no estén aprendiendo cosas contrarias al verdadero evangelio, sin embargo, algunos lo hacen porque quieren que estos solo sirvan a sus propósitos egoístas y lograr mantener una membresía de donde se lucran a través de sus ofrendas. Diótrefes era una persona como estas y por eso el anciano lo reprende en esta carta, porque ni siquiera a él lo quería recibir.

 

            El cuidado pastoral en estos tiempos.

Si bien es cierto que las iglesias joaninas no permitían la posición de un pastor u obispo entre ellos, sin embargo, la mayoría de las iglesias utilizaron estas figuras. Por ejemplo, podemos ver que aquellas iglesias que el apóstol Pablo fundaba eran supervisadas por obispos o ancianos que él mismo instituía: “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”, (Hechos 14:23). También, las iglesias de Asia Menor a las cuales Juan escribe en su libro de Apocalipsis tenían pastores a los cuales llama ángeles: “Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso… Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna… Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo… Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira…”, (Apocalipsis 2:1, 8, 12, 18). También vemos que la iglesia de Jerusalén tenía estas figuras: “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos”, (Hechos 21:18). Ahora, vemos que en ocasiones se usan las palabras obispo o anciano para referirse a estos cargos de supervisión y cuidado espiritual dentro de la iglesia. La palabra obispo proviene del griego episcopé (ἐπισκοπή), la cual hace referente a una persona que supervisa una obra, por otro lado, la palabra anciano se traduce del griego presbúteros (πρεσβύτερος), la cual, en su sentido natural, hace referencia a una persona de edad avanzada y que ha alcanzado una sabiduría y experiencia de gran valor, pero por otro lado, también era un titulo que se les daba a las personas que optaban con un título de liderazgo en las comunidades. Es común ver en el Antiguo Testamento que los ancianos eran los que generalmente fingían como los lideres y consejeros principales del pueblo. Por ejemplo, vemos a Moisés convocando a los ancianos, o lideres principales, de los clanes de Israel para darles instrucciones de lo que el pueblo tenía que hacer: “Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua”, (Éxodo 12:21). También, cuando Booz quería arreglar el asunto de la redención de Ruth convoco a los ancianos de la ciudad para tomar la mejor decisión: “Booz subió a la puerta y se sentó allí… Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad…”, (Rut 4:1-2). Por tanto, fue costumbre hasta la fecha llamarle ancianos a las personas que realizan algún trabajo de supervisión y liderazgo dentro de la iglesia. En cuanto a la diferencia de llamarlos obispo o anciano, el termino parece ser indistinto en el Nuevo Testamento, por ejemplo, en el libro de Hechos el apóstol Pablo se utiliza indistintamente ambos términos llamándolos primeramente ancianos a los lideres de la iglesia: “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia”, (Hechos 20:17), para luego llamar al mismo grupo obispos: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”, (Hecho 20:27, RV60).

Aunque pareciera que la mayoría de las iglesias utilizaban estas figuras para poner hombres idóneos para pastorear a los miembros de una comunidad cristiana, pareciera que las iglesias joaninas no compartían este mismo sentir, ya que, en su entender de las Escrituras, ningún miembro de la congregación era considerado mayor que el otro y ellos consideraban que estos títulos violentaban este principio, así que todos se veían como hermanos y se apoyaban cuidándose unos a otros. Este sentir lo vemos claro en las obras de Juan al no mencionar ni el termino apóstol y ni aun su propio nombre es mencionado. Hoy en día la iglesia ha visto la necesidad de que existan personas idóneas para desempeñar el cargo de pastor o líder principal de la congregación, un líder espiritual, con ciertas características que lo definan como apto para la tarea, tal y como 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:7-9 lo definen, hombres que cuiden del rebaño por amor, discipulándolos en el camino de la verdad y apartándolos de falsos maestros: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”, (1 Pedro 5:1-4). Lamentablemente, Diótrefes había usurpado este noble oficio para ejercer su dominio en las iglesias joaninas y por ello el anciano lo desaprueba.


LA OPRESIÓN DE DIÓTREFES SERÁ CONFRONTADA 

“Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia”.

3 Juan 10

              En este versículo vemos más detallado la opresión que este hombre hacia sobre la congregación, ya que usando palabras malignas denigraba a los buenos obreros de Dios, no recibía a los misioneros que llevaban la buena palabra de Dios y les prohibía a sus miembros el escucharlos, ya que no quería que nadie les enseñase cosa diferentes a lo que él les instruía, y si alguien se atrevía a desobedecerlo, amenazaba con expulsarlo de la iglesia, por ello el anciano espera ir pronto y confrontarlo. Aunque esto paso hace más de 2000 años, hoy en día la historia se repite en algunas congregaciones, sin embargo, nosotros oremos para que Dios continue levantando auténticos ministros que solo busquen la gloria de Cristo, el contribuir con el avance del evangelio y no busque lucrase o sacar ventaja de la posición y sobre todo, que alimenten con la buena palabra de Dios y apacienten a la congregación como verdaderos pastores.


domingo, 15 de enero de 2023

El Mundo Bíblico de los Patriarcas (Parte II)

 

“Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”.

Hebreos 11:9-10 

INTRODUCCIÓN

              El autor de la carta a los Hebreos nos resalta en el capítulo 11 la fe que habitó en el corazón de los patriarcas, los cuales, creyendo en las promesas de Dios, habitaron en tiendas, como nómadas, porque esperan que su descendencia heredaran la tierra que el Señor les había prometido. Hace un par de días atrás tocamos el tema del mundo bíblico donde los patriarcas de Israel habitaron, hoy con la ayuda del Espíritu Santo queremos seguir explorando ese maravilloso mundo tomando ventaja de los descubrimientos arqueológicos, geográficos y de los usos y costumbres de este tiempo, lo cual nos ayuda a comprender de una mejor manera las escrituras.


Isaac
Isaac, A Lover of Peace; as in Genesis 26:12-25; illustration from a Bible card published 1906 by the Providence Lithograph Company
De the Providence Lithograph Company - http://thebiblerevival.com/clipart/1907/gen26.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8379361


HABITANTO EN TIENDAS DE CAMPAÑA EN MEDIO DEL DESIERTO

“Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados”.

Génesis 4:20

               Tan pronto la humanidad comenzó a multiplicarse en este mundo, la vida como nómadas inició como primera costumbre y estos habitaron en tiendas y criaban ganados, así ocurrió con los habitante antediluvianos: Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. También, después del diluvio vemos esta que esta costumbre era muy común en el Medio Oriente antiguo: “Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo”, (Génesis 9:27). Incluso, los mismos patriarcas habitaron en tiendas: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob”, (Hebreos 11:9). Durante su peregrinar en el desierto, también Israel habito en tiendas: “Los hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos”, (Números 1:52). Durante mucho tiempo, desde sus patriarcas y hasta el tiempo de la conquista, Israel fue un peregrino. De acuerdo al Diccionario Bíblico Mundo Hispano, la palabra peregrinar implica: “Un lugar de residencia temporal, o la acción de vivir transitoriamente en un lugar”, y en este sentido, estos peregrinos habitaron en tiendas, tal y como ya lo hemos visto. Ahora bien, de acuerdo al Diccionario Expositivo de Palabras del AT y NT de W. E. Vine nos dice que la palabra que generalmente se traduce como tienda en el Antiguo Testamento es Ohel (איהֶל), que se puede traducir como: “tienda; hogar; morada o habitación. Primero, el término se refiere a la estructura portátil que llamamos «tienda». Este es su significado en Génesis 4:20: «Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados» … Segundo, el vocablo es un sinónimo de «hogar, morada» y de «habitación». Este énfasis es muy marcado en Jue_19:9 (RVA): «He aquí que el día se acaba, y está anocheciendo. Por favor, pasad aquí la noche, porque el día ya ha declinado. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana os levantaréis temprano para vuestro viaje, y te irás a tu morada» … Tercero, ohel puede referirse a los que habitan en las moradas de una región dada o que integran un conjunto de personas”.

Pero, ¿cómo era la vida y costumbres que estos hombres llevaban? Bueno, Fred H. Whight nos dice que hay una forma de entenderlo: “Como los judíos de antaño, los nómadas o árabes beduinos de Palestina, y especialmente de la Transjordania, por siglos han morado en sus tiendas, y su manera de vivir es bastante parecida a la de las gentes de la Biblia. De ahí que un estudio de la estructura de las tiendas de las tierras bíblicas de hoy día, arrojar mucha luz sobre la manera de vivir de los hombres de los primitivos tiempos bíblicos”. Si consideramos estas palabras podemos observar las actuales tiendas en las que habitan hoy en día los beduinos, así como las costumbres que tienen y entender mucho de la cultura bíblica de los tiempos del Antiguo Testamento durante sus días como peregrinos.


tienda
Ejemplo de Tienda donde los patriarcas habitaron

Por lo antes dicho podemos tomar en cuenta la descripción que Fred H. Whight nos da en su libro, Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas, referente a la forma de cómo eran construidas las tiendas en las que habitaron los patriarcas: “La habitación de los beduinos es su tienda, la que es fabricada con telas de pelo negro. Se llama beit sha'ar, "casa de pelo". Se fabrica con una tela basta, y sirve para proteger a la familia de los vientos fríos del invierno. En el verano, los lados de la tienda se levantan, y sirve entonces como sombra. La tela de pelo de cabra usada para hacer estas tiendas es porosa, cuando está seca; pero con las primeras lluvias de la estación se aprieta el tejido de manera que se convierte en impermeable”. Ademan, en el Diccionario Expositivo de Palabras del AT y NT de W. E. Vine podemos encontrar una descripción de cómo eran fabricadas estas tiendas al considerar la palabra hebrea que se traduce como tienda: “Hoy, al igual que en el pasado, las tiendas de los beduinos se hacen de una tela negra muy fuerte tejida con pelos de cabra. Tienen varias formas. Las mujeres las arman extendiendo la tela sobre palos y amarrándola con cuerdas de pelo de cabra o de cáñamo. Se usan mazos de madera para clavar las estacas en el suelo (Jueces 4:21). A veces la estructura se divide en secciones para acomodar a diferentes familias o separar los animales de las personas (2 Crónicas 14:15). La «tienda» al fondo se mantiene cerrada y los pliegues del frente, en la unión de las dos telas, sirven de entrada (Génesis 18:1). La «tienda» y todo su mobiliario se transporta a lomo de una sola bestia. La gente más pudiente tapiza el suelo con alfombras de diversos materiales. Un jeque podría tener varias «tiendas» para sí mismo, para sus mujeres, su familia más allegada y para los animales (Génesis 31:33)”. Las tiendas se levantaban de tal forma que la misma sala en el día fungía como dormitorio en la noche, a veces, tenían divisiones de cortina de piel de cabra en el interior, donde la división más grande correspondía a una especia de sala principal donde se recibían las visitas y la más pequeña era donde se mantenían las mujeres y niños, así lo vemos como cuando Abrahán recibió la visita del Ángel de Jehová y Sara estaba solo escuchando en el otro dormitorio: “Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él”, (Génesis 18:10). Dependiendo de que tan numerosa fuese la tribu o familia, así se levantaban el número de tiendas para cada miembro de la familia y esclavos, por ejemplo, vemos que Jacob esta entre dos campamentos cuando regreso a casa: “menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos”, (Génesis 32:10). En cuanto a la forma de cómo era amueblada la tienda, Fred H. Whight nos da una buena explicación de ello en su libro, Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas: “El amueblado de una tienda debe incluir solo lo necesario. El piso se cubre con alfombras, y por la noche se usa la ropa de cama, la que se compone de esteras o carpetas, sobre las cuales se duerme. Los mantos usados durante el día les sirven por la noche de colchas. Se pueden poner en derredor de los postes de en medio sacos de grano. Deben encontrarse a la mano en la tienda un molino de mano y el mortero en que se muele el grano. Colgados de los postes estarán los sacos de piel para el agua y demás líquidos. También habrá una cubeta de cuero para sacar el agua del pozo que se encuentra cerca, y un cántaro que usan las mujeres para llevar el agua. Los utensilios de cocina no son muchos, pero incluyen botes, bandejas y vasijas. Con las fuentes para servir se incluirán esteras y platos más grandes, así como tazas para beber. Una lámpara de las primitivas quemando aceite de oliva se usará para iluminar la tienda por las noches. Si la familia tiene la dicha de contar con un camello, entonces se usará la fornitura para sentarse en el interior de la tienda”. De esta forma, podemos entender cómo fue la vida de los patriarcas durante el tiempo de su peregrinación, habitando en tiendas, acampando bajo el cielo de una tierra donde fueron extranjeros pero que creyeron las palabras de Dios de que un día sus descendencias las heredarían: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios… Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”, (Hebreos 11:9-10, 13).

 

EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS QUE NOS HABLAN DE LAS COSTUMBRES DEL TIEMPO DE LOS PATRIARCAS

                Como lo mencionamos en la primera parte de este estudio que pretende entender el mundo bíblico de los patriarcas, hoy en día no ha sido posible demostrar histórica o arqueológicamente la existencia de los patriarcas de Israel, sin embargo, los descubrimientos arqueológicos si han podido corroborar las costumbres y aspectos culturales que estos vivieron y se mencionan en la Biblia. Al respecto, James Hoffmeir nos comenta en su libro, Arqueología de la Biblia: “Todavía no se han encontrado restos arqueológicos de los ancestros fundadores de Israel, mencionados en el resumen del libro del Génesis (de Abrahán a José). No obstante, gracias al estudio crítico de antiguos textos legales y sociales, advertimos que las historias de los patriarcas parecen reflejar costumbres y hábitos sociales característicos que también se encuentran en Mesopotamia”. Vamos a tratar de mencionar algunos de ellos con el fin corroborar aún más el relata bíblico, aunque en nuestro caso la palabra de Dios es suficiente y creemos completamente en ella, pero esto nos ayuda a comprender aún mejor las historias narradas en ellas.

 

Las tablillas de Nuzi.

Uno de los descubrimientos arqueológicos que ayudan a este fin son las famosas tablillas de Nuzi, de las cuales, G. Ernest Wright nos comenta al respecto en su libro Arqueología Bíblica: “Hay aún otra prueba a favor del origen normesopotámico de los Patriarcas. Más interesante que cuanto llevamos dicho en orden a aclarar las costumbres patriarcales es la luz que arrojan los archivos descubiertos en Nuzi, una ciudad situada al sudeste de Nínive. Algunas de las costumbres a que se alude en el Génesis resultaban muy oscuras, y hasta se diría que los mismos narradores israelitas posteriores no las comprendían bien. Los nuevos datos aportados por las tablillas de Nuzi nos ayudan a explicarlas, ya que estos documentos nos revelan un derecho consuetudinario semejante al de los Patriarcas, pero distinto de cualquier otro de los conocidos en épocas posteriores. Las gentes de Nuzi eran hurritas, un pueblo mencionado en la Biblia con el nombre de joritas”. En cuanto a las tradiciones descritas en estas tablillas en lengua acadia tenemos un resumen de estas en el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles F. Pfeiffer, nosotros solo mencionamos algunas de esta a continuación: “La mente moderna encontraría dificultad para entender la acción de Sara al sugerir que Abraham tuviera relaciones sexuales con Agar, su esclava. Las tabletas de Nuzi presentan paralelos sorprendentes. Los contratos de matrimonio especificaban que ningún matrimonio se consideraba satisfactorio si no se tenían hijos. Los textos de Nuzi especifican que una esposa estéril debía proveer al esposo de una muchacha esclava con la cual él podría tener hijos… Uno de los textos contiene un paralelo interesante con la venta de parte de Esaú de su derecho de primogenitura a Jacob (Génesis 25:29-34). En Nuzi, un hermano vendió su derecho de primogenitura por tres ovejas… A veces le nacía a la pareja un hijo legítimo después de que hubieran adoptado un niño. Las costumbres de Nuzi anticipaban esta eventualidad al determinar que un hijo adoptivo sería subordinado al hijo legítimo en tales circunstancias. El nacimiento de Ismael quitó a Eliezer de su posición de principal heredero; y más tarde el nacimiento de Isaac a la esposa de Abraham le daba prioridad sobre Ismael, el hijo de la esclava… La práctica del matrimonio del levirato era puesta en vigencia en Nuzi tanto como en la Biblia (Deuteronomio 25:5-10). En una tableta de Nuzi el padre especificaba, al comprar una esposa para su hijo, que en el evento de que su hijo muriera, la muchacha debería casarse con otro de sus hijos”. Así que podemos incluir entre las evidencias arqueológicas las tablillas de Nisi las cuales confirman muchas de las costumbres mencionadas en el Pentateuco.

 

El Código Hammurabi.

El código Hammurabi es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que hoy por hoy se han descubierto y datan aproximadamente del año 1750 a.C., siendo escritas, según se cree, por el rey de Babilonia Hammurabi el cual a su vez lo recibió del dios Marduk, según las mitologías caldeas. Hoy en día se conserva una estela en el Museo del Louvre, Francia, que tiene gravadas 282 leyes. Este descubrimiento permite conocer leyes muy antiguas que están en armonía con algunas costumbres que los patriarcas practicaron. Veamos, por ejemplo, lo que Pedro C. Morales nos dice de esto en su libro, Arqueología Bíblica: “Hoy está a la orden del día el tema de la maternidad subrogada o vientres de alquiler, algo que está permitido en algunos países. La cuestión no es nueva, sino que se vino planteando y regulando ¡desde hace cuatro milenios! Sara que no podía tener hijos por su avanzada edad —noventa años— entregó a su esposo Abraham como concubina a su esclava egipcia Agar para que le diera descendencia (Génesis 16:1-3). Aquello que nos puede parecer extraño —o en algunos ambientes, «moderno»— estaba de acuerdo con las prácticas corrientes en su país de origen. Esta maternidad subrogada era legal y estaban reglamentados los derechos y deberes de la criada y de los hijos. Leemos en el Código de Hammurabi: «Si un hombre se casa con una mujer y esta no le da un hijo, si quiere tomar una concubina, puede tomarla e introducirla en su casa. No pondrá a la concubina al mismo nivel que a la esposa»”. Este descubrimiento arqueológico nos habla de las costumbres que los patriarcas practicaron en este periodo de la historia.

 

codigo-Hammurabi
Code de Hammurabi, roi de Babylone ; face Avant
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El descubrimiento de Mari.

            Mari es una ciudad antigua descubierta en 1933 cuya historicidad data entre los años de 2900 a.C. y el 1798 a.C. Esta ciudad estaba ubicada en el camino que Abrahán recorrió desde Ur de los Caldeos a Harán. En cuanto a los descubrimientos realizados en la ciudad de Mari, el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles F. Pfeiffer, nos dice: “De acuerdo con la *Lista de Reyes Sumerios, Mari fue la décima ciudad en ser gobernada por rey después del diluvio… Los textos tratan mayormente de asuntos administrativos; pero los nombres de personas y de lugares señalan interesantes paralelos con los registros patriarcales del Génesis… Los textos de Mari mencionan al pueblo habiru y una tribu de Ben-Yamini, un nombre semejante al Benjamín bíblico, aunque se refiere a un pueblo diferente. Hazor es la única ciudad palestina mencionada; pero los nombres de lugares cerca de Harán tienen paralelos en los registros bíblicos. Nahur (Nahor), Turahi (Tera) y Sarug (Serug) son lugares mencionados en los textos de Mari que parecen estar relacionados con los nombres de los registros patriarcales (Génesis 11:23, 24). Entre los nombres personales semitas occidentales de Mari se encuentran un Ariukku y formas como Abraham y Jacob”.

 

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Vista parcial de las ruinas de Mari que muestran un zigurat cerca del palacio de Zimri-Lim.
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