lunes, 31 de octubre de 2016

El Carácter y Ministerio del Siervo de Dios (Mateo 12:15-21)


“Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio. No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles”.
Mateo 12:15-21

Introducción


                No olvidemos que este capítulo está dedicado a presentar las confrontaciones entre Jesús y los grupos religiosos de su tiempo la cual ira creciendo hasta despertar un espíritu de homicidio en estos hombres malvados. Si somos observadores ya hemos descubierto como Mateo agrupa las historias concernientes Jesús por temas. Podemos ver los temas generales que el apóstol Mateo registro de la siguiente forma: Las de su nacimiento (capítulos 1-2),  el ministerio de Juan el Bautista y la tentación de Jesús (capítulos 3-4), el inicio del ministerio de Jesús (capitulo 4), el Sermón del Monte (capítulos 5-7), la maratón de milagros (capítulos 8-9), la elección de los doce y las enseñanzas referente al ministerio que les esperaba (capitulo 10), los mensajeros de Juan el Bautista, los ayes sobre los incrédulos y la invitación a descansar (capítulo 11) y ahora las confrontaciones entre Jesús y sus enemigos religiosos (capítulos 12). No debemos olvidar que todos estos acontecimientos narrados hasta el momento tienen como objetivo demostrar el carácter mesiánico de Jesús y ahora en estos versículos el apóstol Mateo apoyado de un texto de Isaías nos presenta el carácter y ministerio del Siervo de Dios, el cual es Jesús.

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El Carácter y Ministerio del Siervo de Dios

La prudencia para manejar situaciones de riesgo


“Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen...”
Mateo 12:15-16

                  Las palabras: Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí… nos conectan con los acontecimientos recién pasados en los versículos anteriores. Si recordamos un poco en el versículo 14 de este mismo capítulo los fariseos tomaron consejo para matar a Jesús y por esa razón nuestro Señor decidió mejor apartarse de aquel lugar. En esta decisión vemos dos cosas descollantes. La primera es su prudencia para saber discernir la diferencia entre el coraje y la imprudencia. Definitivamente el Espíritu Santo estaba con Jesús y el peligro que allí se estaba presentando era por causa de hacer la obra de Dios y ante esta situación Jesús pudo haber desafiado a sus enemigos alegando que Él estaba en lo correcto, pero sabía que esto podía poner su vida en peligro por lo que decidió apartarse de aquel lugar. Muchos pudieran pensar que su actitud era cobarde, pero no fue así ya que Jesús sabía que todavía tenía mucho que hacer y el tiempo de su muerte estaba todavía muy lejos por lo decidió apartarse. En segundo lugar también vemos en este pasaje su coraje que pese a las amenazas de sus enemigos se parto pero no dejo de cumplir su ministerio: y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen. Jesús quería cumplir su ministerio, su vida había sido consagrada para ese fin, pero al mismo tiempo era prudente al buscar la forma de no llamar tanto la atención y por ello les ordenaba que no dijesen nada ya que no quería que su fama de hacer milagros se regase por todo Israel confundiendo los ánimos de las personas y empujándolos a una rebelión ya que anteriormente ya se habían levantado falsos mesías que solo habían provocado rebeliones locales y lo menos que quería era provocar una rebelión nacional. Jesús estaba allí para traer un nuevo reino basado en la justicia, amor y perdón; y no a través de la espada.

El carácter y ministerio del siervo de Dios


“… para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio. No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles”.
Mateo 12:17-21

                    Para demostrar que Jesús es el Mesías el apóstol Mateo asocia los acontecimientos ocurridos en este momento con una profecía del Antiguo Testamento que se encuentra en Isaías 42:1-4. En su sentido primario esta profecía estaba dirigía a Ciro el persa el cual como instrumento de Dios fue conquistando nación tras nación hasta expandir su territorio. De igual forma se aplica a nuestro Señor Jesucristo donde su dominio sobre todas la naciones se extenderá y reinara sobre todos sus enemigos. A través de esta profecía podemos descubrir el carácter del Mesías: He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él. Jesús es el siervo de Dios, aquel amado y escogido por el Padre que busca siempre la forma de agradarle. Si hay algo en el carácter de Jesús que lo identifica es su entera devoción a cumplir la voluntad de su Padre, todo con el objetivo de cumplir su ministerio. Además de expresar su carácter también nos habla del ministerio del Mesías: y a los gentiles anunciará juicio. No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles. Durante sus días en esta tierra Jesús anuncio el juicio que vendría a los pecadores que no se arrepintieran de sus maldades, pero también anunciaría el camino de salvación y se compadecería de los más necesitados.  Con las palabras caña cascada no quebrará y pábilo que humea no apagará hace referencia a aquellos pobres pecadores quebrantados y a punto de morir en su miseria de los cuales se compadecería y a través de su sacrificio los salvaría. Su ministerio estaría enfocado a traer la justicia de Dios a todos los hombres, y no solo a los judíos sino también a los gentiles: Y en su nombre esperarán los gentiles. Por tanto, Jesús es el Mesías, el Cristo, el Ungido de Dios quien vino a este mundo a anunciar el evangelio de salvación no solo a los judíos sino también a todo el mundo y muchos gozaremos de su salvación, no obstante, es el encargado de traer el juicio divino sobre todos los pecadores, por lo que quiera Dios que todos aceptemos su misericordia y escapemos de la condenación eterna.


Cuando perdemos la ultima oportunidad (Amos 7:1-9)



“Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey. Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a  Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová. Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra. Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor. Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam”.
Amos 7:1-9

INTRODUCCIÓN

          
              En la vida el hombre tiene muchas oportunidades en su vida las cuales se presentan a su vida muchas veces repentinamente por lo que debe estar preparado para aprovecharlas. Oportunidades de empleo, becas, de una buena relación sentimental, una buena inversión, de prosperidad, pueden llegar a la vida del ser humano y debe saber identificarlas y aprovecharlas; pero también debemos estar conscientes que Dios nos ofrece muchas oportunidades de arrepentirnos y cambiar nuestra vida de maldad para escapar del juicio divino. El problema es que el hombre no valora las muchas oportunidades que Dios le ofrece  sin saber que un día será la última.

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Cuando perdemos la ultima oportunidad

I.                   LA OPORTUNIDAD QUE ISRAEL PERDIÓ.


Este pasaje de Amos nos refleja perfectamente la paciencia de nuestro Dios hacia nuestros pecados, pero también revela que si el hombre no corrige sus caminos, las oportunidades de salvarse se terminaran. Aquí se presenta el cuadro de Israel como nación pecadora la cual atrajo la ira de Dios. En primer lugar pensó en destruir todas sus cosechas para traer a ellos el hambre como un juicio por sus pecados: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey,  y entonces el profeta Amos intercede por ellos y les perdona dándoles una oportunidad para que se arrepientan y escapen del juicio divino: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a  Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto. Pero no ocurrió así.  Posteriormente, la ira de Dios se vuelve a levantar contra Israel y decide destruirlos con fuego: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.  Pero una vez más Amos clama a Dios y se le decide dar una nueva oportunidad a Israel: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor. Lamentablemente Israel no se arrepintió por lo que Dios decidió enviar su juicio por todos sus pecados y ya no hubo más oportunidades: Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam. Así finalmente en el año 716 a.C. Israel cae bajo el poderío del imperio Asirio, destruyendo sus ciudades incluyendo Samaria, y siendo expulsados de su tierra. De esta forma la oportunidad de arrepentimiento de Israel se terminó.

II.                LA CAUSA DE LA DUREZA DE CORAZÓN.


“Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal”.
Eclesiastés 8:11

            Este versículo nos da una pista del por qué el hombre no se arrepiente rápidamente de su mal aprovechando las oportunidades de Dios. La razón es porque al no ver castigo inmediato por su pecado el corazón del hombre se confía pensando que su maldad jamás lo alcanzara, pero la verdad es que el pecado le traerá tarde o temprano el castigo por sus acciones: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”, (Gálatas 6:7-8).

III.             UN DÍA LAS OPORTUNIDADES TERMINARAN.


“Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia; y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios”.
Eclesiastés 8:12-13

            Lo cierto es que la Biblia declara que el fin del impío será trágico, sin embargo, Dios en su infinita misericordia es paciente, ofreciéndole oportunidades de cambiar. Muchas veces estando a punto de pagar por sus pecados Dios provoca que el hombre salga de terribles situaciones en las cuales se involucró por causa de su maldad. Pero el Señor lo hace para que el hombre reflexione y decida cambiar, pero muchos no aprovechan, despreciándolas o creyendo que tienen más tiempo o que siempre saldrán victoriosos. Cuando agotemos la última oportunidad de arrepentirnos que Dios nos da, nadie ni nada podrá cambiar nuestro destino, ni siquiera la intercesión de los mejores siervos de Dios: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor”, (Ezequiel 14:12-14).

IV.              DEBEMOS APROVECHAR LA OPORTUNIDAD QUE DIOS NOS DA.


“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.
2 Pedro 3:8-10

            Aun en nuestros tiempos Dios es paciente para con todos los hombres esperando que estos se arrepientan de sus pecados y escapen del juicio final que viene sobre todos los pecadores, por lo que todos debemos aprovechar antes que sea demasiado tarde.

CONCLUSIÓN.



¿Cuántas oportunidades hemos recibido de Dios? ¿Cuántas veces hemos escapado de la muerte o de las consecuencias del pecado? Dios en su infinita misericordia tiene paciencia para con todos los pecadores  dándoles repetidas oportunidades para que se aleje del camino del mal y la destrucción, por tanto debemos aprovecharlas porque un día se terminaran. 


La Aprobación Que Cuenta (1 Corintios 4:1-5)


“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios”.
1 Corintios 4:1-5

INTRODUCCIÓN


                   Llegamos al capítulo cuatro y donde el apóstol Pablo continuara su discusión en cuanto a la correcta forma de ver a los ministros de Dios. No debe olvidar que este capítulo está relacionado con resolver uno de los problemas que estaban dando en la iglesia en Corinto, las divisiones, y muchos se dividían en partidos afirmando ser de Pablo, Apolos, Cefas, que es Pedro o Cristo. Ya el apóstol les mostro a los corintios que el causar divisiones es considerado como un pecado terrible y es equivalente a destruir el cuerdo de Cristo y cualquiera que destruya el cuerpo de Cristo Dios lo destruirá a él. En este capítulo el apóstol Pablo concluirá con la temática que busca resolver el problema de la divisiones que ocurrían entre la iglesia de Corinto y ahora les enseñará la manera correcta de ver a los ministros que Dios ha levantado con el fin de servir en medio de su pueblo. Además de esto también nos mostrara cual es la aprobación que cuenta y por la cual debemos trabajar ya que un día estaremos delante de la presencia de Dios y su juicio es el único que cuenta.


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La Aprobación Que Cuenta

LA FORMA CORRECTA DE VER A LOS MINISTROS DE DIOS


“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”.
1 Corintios 4:1-2

               Con las palabras Así, pues, Pablo conecta sus palabras con lo antes dicho en el capítulo 3. Si recordamos la amonestación hacia los corintios era por las divisiones que entre ellos se había causado y parte de su pecado estaba usar los ministerios de Pablo, Apolos, Cefas e incluso Cristo como excusa para formar sus diferentes partidos. Ahora bien, esto no significa que estos ministros estaban involucrados es estas divisiones, o que realmente fueran los cabecillas, sino los creyentes carnales apasionados por el estilo de predicación de cada uno había decidido pronunciarse a favor de cada uno: “Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo”, (1 Corintios 1:12). Con sus palabras: téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios, nos enseña la razón por la cual el pueblo no debe considerar a los ministros como la cabeza principal de la iglesia. En primer lugar nos dice que los ministros de Dios son servidores de Cristo. La palabra que Pablo utiliza en el griego para referirse a servidor es juperétes (ὑπηρέτης) la cual era utilizada en relación a los esclavos que eran puestos como remeros en el fondo de los botes. Estos esclavos eran los responsable de hacer que el bote se moviera pero no eran los capitanes, así como los ministros son los responsables de hacer que la iglesia del Señor avancen bajo la orden de Jesucristo. Además de esto compara a los ministros con los administradores. Esta palabra proviene del griego oikónomos (οἰκονόμος) que se puede traducir como mayordomo el cual era un esclavo de confianza al cual se le había confiado la administración de toda la casa, ordenaba a los otros esclavos, pero eso no significaba que él era el verdadero dueño, sino solo el mayordomo. El mejor ejemplo lo podemos ver en la vida de José el cual llego a ser el siervo más diligente que Potifar tenía que lo puso al frente de toda su casa y sus negocios: “Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo. Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía”, (Génesis 39:4-6). Así son los ministros, son mayordomos en la casa del Señor, no son los verdaderos dueños de la iglesia, pero Cristo les ha dado autoridad para que la dirijan sin olvidar que ellos mismos son siervos junto con todo el pueblo. Pablo dice que estos son administradores de los misterios de Dios, y como ya hemos visto un misterio era algo que estaba oculto y que hoy ha sido revelando en su santo evangelio, y los ministros son los responsables de revelarlos delante del pueblo. Ante semejante privilegio es menester que sus ministros sean hallados fieles en todo su trabajo: Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. La meta de todo ministro debe ser cumplir con responsabilidad y fidelidad la obra que Dios le ha encomendado ya que un día será recompensado por todo su trabajo y el mismo Señor dará testimonio de ello, tal y como lo hizo de Moisés y otros siervos suyos: “No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa”, (Números 12:7). Sin embargo, esto no significa que los miembros de la iglesia tiene que poner la mirada en estos hombres para hacer sus diferentes partidos y causar divisiones, incluso, los ministros deben abstenerse de usar la posición que Dios les ha dado para dividir a la iglesia ya que esto es equivalente a mutilar el cuerpo de Cristo.

LA APROBACIÓN QUE CUENTA


“Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor. Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios”.
1 Corintios 4:4-5

                 En estos versículos el apóstol Pablo nos enseña acerca de la aprobación que debemos buscar. Aquí se utiliza tres veces el verbo griego anakríno (ἀνακρίνω) que se traduce juzgar, y tiene un sentido de examinar o escudriñar con el fin de emitir un juicio contra una persona ya sea de aprobación o desaprobación. Como ministros o incluso como cristianos las críticas no faltaran, muchas personas emitirán su aprobación o desaprobación, pero aquí el apóstol nos dice cómo debemos considerarlas. En primer lugar Pablo prestaba poca atención a ser juzgado por otros hombres o incluso por tribunales humanos: Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano. Con esto no significa que Pablo no le importara para nada los comentarios de los demás o incluso de sus enemigos, de hecho a veces los comentarios en contra de nuestra persona pueden ser de mucha utilidad si sabemos evaluarlos detenidamente, y por lo general pueden ser más provechosos que los buenos, pero lo cierto es que si el ministro se dedica a realizar la obra del Señor con fidelidad los comentarios egoístas de otras personas no cuentan. Algunos criticaban a Pablo por no cobrar sus servicios en la iglesia de Corinto, e incluso por no tener esposa: “Contra los que me acusan, esta es mi defensa: ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?”, (1 Corintios 9:3-6), pero todo esto lo hacía para ser más efectivo en su trabajo de ganar almas y por tanto cualquier comentario en su contra no era de relevancia. Como servidores de Cristo debemos estar conscientes que muchos mentirán y levantaran toda clase de testimonio en nuestra contra, pero si estamos haciendo bien las cosas para Dios no debemos prestarle atención ya que el mismo Jesús advirtió que esto pasaría: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”, (Mateo 5:11-12). De hecho Pablo sufrió muchas prisiones y acusaciones falsas de parte de sus enemigos y estuvo frente a muchos tribunales humanos dando testimonio de su fe: “Y deteniéndose entre ellos no más de ocho o diez días, venido a Cesarea, al siguiente día se sentó en el tribunal, y mandó que fuese traído Pablo. Cuando éste llegó, lo rodearon los judíos que habían venido de Jerusalén, presentando contra él muchas y graves acusaciones, las cuales no podían probar”, (Hechos 25:6-7). No obstante, esto muy poco afecto a Pablo ya que sabía que su conciencia estaba limpia y ninguna acusación injusta lo apartaría de su misión celestial.

Por otro lado ni siquiera el mismo se atrevía a juzgarse: y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado. En ocasiones el juicio que emitimos hacia nosotros mismo puede afectar nuestra consciencia y ser un impedimento en el desarrollo de nuestra vida cristiana. Una vida acusada por la consciencia puede afectar seriamente nuestro crecimiento en Cristo si no se resuelve a tiempo. Podemos recordar las vidas de algunos hombres que le sirvieron a Dios pero por sus pecados no confesados perdieron su favor y su conciencia acusada junto con la desesperación los llevo a su fin. Por ejemplo, podemos recordar el caso de Saúl el cual por sus constantes rebeliones a Dios perdió su favor siendo desechado y al no gozar de su respaldo su conciencia se angustio tanto que su corazón se turbo ante la amenaza del enemigo y se atrevió a consultar a una adivina para su propia perdición: “Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación”, (1 Samuel 28:5-7). Finalmente, sin Dios y sin esperanza opto por el suicidio: “Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella”, (1 Samuel 31:4). Otra persona que le sirvió a Dios pero por sus pecados se alejó de Él fue Judas el cual por su codicia vendió a Jesús por 30 monedas de plata y cuando se dio cuenta de su grande error su conciencia lo acuso tanto que decidió suicidarse: “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”, (Mateo 27:3-5). Ambos casos son el resultado de una conciencia acusada que les decía que Dios ya se había alejado de ellos lo cual pudo haberse superado si desde hace tiempo se hubieran arrepentido y cambiado su conducta, en lugar de persistir en sus pecados. De aquí se desprende la importancia de tener una conciencia limpia y si está sucia por el pecado debemos acercarnos a Dios en oración de arrepentimiento: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”, (1 Juan 2:1), y luego de esto apartarnos de nuestro pecado: “El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”, (Proverbios 28:13). Cuando nuestra conciencia está limpia y vivimos en santidad delante de Dios nada nos acusara y podremos servirle al Señor de una mejor manera.


Ya vimos que la aprobación de los hombres o incluso la de nuestra conciencia muy poco cuanta, pero la que sí  cuenta es la de Dios: pero el que me juzga es el Señor. Si hay alguien que es capaz de discernir las verdaderas intenciones de nuestro corazón y puede juzgar a cabalidad nuestras acciones es el Señor, y Él recompensara de manera justa a cada uno según sus obras: “Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, y dará al hombre según sus obras” (Proverbios 24:12). Por tanto, debemos cuidar nuestro corazón y asegurarnos que nuestras actitudes son las correctas porque Dios es el que pesa los corazones y nos dará la paga según nuestros caminos. También no debemos adelantarnos a emitir un juicio prematuro a menos que estemos plenamente seguros de ello: Así que, no juzguéis nada antes de tiempo… Nuestro Señor Jesús enseño que antes de juzgar a alguien debemos evaluarnos a nosotros mismo y corregir nuestros errores antes de querer corregir a otros: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?  ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”, (Mateo 7:1-5). Por estas palabras uno puede entender que juzgar no es pecado, el pecado es juzgar el error del prójimo sin haber corregido el error propio, y de aquí que se vuelve muy difícil hacerlo ya que requiere de nuestra parte un esfuerzo por mantenernos en integridad y mucha sabiduría para no juzgar a la ligera por lo cual Jesús dijo: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”, (Juan 7:24). Por todo esto entendemos cuando Pablo dice que es mejor no juzgar antes de tiempo, lo mejor es que si no estamos listos para hacerlos esperemos hasta que venga nuestro Señor ya que revelara todo: Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.



viernes, 28 de octubre de 2016

Métodos de Estudio Bíblico

“Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos”.
Salmo 119:68

INTRODUCCIÓN


                 En la actualidad existen muchos métodos a través de los cuales podemos aprender a estudiar la Biblia por tal razón buscaremos en esta sección mencionar los más importantes. Como el salmista nosotros debemos pedirle constantemente al Señor: enséñame tus estatutos. El anhelo por conocer su palabra debe ser grande en nuestra vida y como ya vimos debemos pedirle al Espíritu Santo que nos respalde en esta empresa, pero también si queremos ser aún más efectivos debemos aprender aquellos métodos que nos ayudaran a tener la mejor interpretación del pasaje que leamos. No debemos olvidar la importancia de ver las cosas en su justa dimensión, ya que ni lo académico sustituye a lo espiritual, pero tampoco solo la oración sin estudio traerá los mejores beneficios. Una persona que sabe combinar los mejores métodos de estudio bíblico y la oración esta mejor preparados para sacarle el mejor provecho a lo que Dios dice en su palabra. Veamos cuales son los métodos de estudio bíblico más comunes.
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Métodos de Estudio Bíblico

MÉTODO DEDUCTIVO

                 El método deductivo se apoya en el razonamiento deductivo. Este pensamiento va de lo general a lo particular. En general, el razonamiento deductivo comienza con una idea conocida y que es aceptada la cual se compara a una situación particular para sacar una conclusión final. La base para esta conclusión es el hecho de que la idea general es verdad, y que la situación específica asemeja esa idea. Por ejemplo, ya que las escaleras cubiertas de nieve normalmente son resbalosas, nos acercamos a ellas con precaución- aún si nunca hubiéramos resbalado en estas escaleras particulares. Sin embargo, la deducción tiene debilidades grandes. Si nuestro entendimiento es erróneo, también lo será nuestra conclusión.

deductivo
Método Deductivo

                Un ejemplo de aplicar este método en nuestro estudio bíblico seria el considerar los resultados de la vida de todos los reyes malos del reino norte de Israel los cuales terminaron mal por causa de su pecado. Después de estudiar sus vidas la conclusión seria que vivir en pecado alejado de Dios conduce a la muerte. Otro ejemplo de aplicar el método deductivo en el estudio de la palabra de Dios seria el considerar el uso que la palabra “carne” tiene en las cartas paulinas. Generalmente cuando Pablo habla acerca de las obras de la carne, o los deseos de la carne, o andar en la carne, no se está refiriendo a el cuerpo en sí, sino a la naturaleza pecaminosa del hombre, por tanto, cada vez que aparezca esta palabra el lector podría leerla y evaluarla en su contexto y deducir que se refiere a los deseos de la naturaleza pecaminosa. Si nos fijamos mucho para poder aplicar este método de deducción necesitamos un conocimiento previo en la palabra de Dios ya que parte de un conocimiento previo que se utiliza para llegar a una razón particular; sin embargo, debemos ser cuidadosos porque si nuestro conocimiento es errado, nuestra conclusión lo será. Un ejemplo de esto sería considerar que cada vez que la palabra “carne” siempre significa naturaleza pecaminosa, porque no es así, sino consideremos este versículo donde la palabra carne significa cuerpo humano: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne”, (Romanos 2:28). Otro caso sería pensar que la palabra “levadura” utilizada en los evangelios siempre significa siempre pecado. Generalmente, significa eso pero en Mateo 13 significa la expansión del reino de Dios: “Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”, (Mateo 13:33). Por tanto, hay que tener cuidado que nuestras deducciones no sean erróneas.

MÉTODO INDUCTIVO


               El método inductivo es el opuesto al deductivo. Esta forma de razonamiento va de lo particular a lo general. El  método inductivo es aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido, y se basa en tres pasos sencillos que son:

1.       Observación: ver detalladamente todo lo referente a dicho pasaje, su contexto histórico-cultura, quien lo dijo, a quien lo dijo, en que momento lo dijo, etc.
2.      Interpretación: Intenta darle significado a todo lo que ha descubierto para llegar a las conclusiones pertinentes.
3.       Aplicación: Evaluar las áreas donde se pueden aplicar todo lo descubierto.


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Método Inductivo

Ejemplo 1


Podemos intentar aplicar este método de estudio bíblico al siguiente texto: “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”, (Lucas 1:35). Aplicando la observación, interpretación y aplicación o conclusión del mismo llegamos a lo siguiente:

Observación:

Lo primeros que podemos observar de este pasaje de Lucas 1:35 es lo siguiente:

inductivo


Además de esto, observando detenidamente las palabras del ángel podemos sugerir la siguiente división del texto:

Observación
Texto Base
María concibió por obra del Espíritu Santo
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra
El ser que nacería seria santo
el Santo Ser
El ser que nacería seria hombre
que nacerá
El ser que nacería seria Dios
será llamado Hijo de Dios


Interpretación:

Basados en la observación buscar la mejor interpretación del texto y compararlo con otras partes de las Escrituras donde se refuerza estas afirmaciones:

Observación
Interpretación
Otro Texto que refuerza
María concibió por obra del Espíritu Santo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.
La concepción de María no fue obra de la consumación de un hombre y una mujer, sino por medio del poder del Espíritu Santo.
“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”, (Mateo 1:18-20).
El ser que nacería seria santo: el Santo Ser.
El ser que nacería seria santo, sin pecado, ya que no nacería de hombre, y por ende, no heredaría el pecado original que se transmitir por ser descendiente de Adán.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”, (Hebreos 4:15).
El ser que nacería seria hombre: que nacerá
Por el hecho de nacer de una mujer se convierte en hombre perfecto.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”, (Filipenses 2:5-8).
El ser que nacería seria Dios: será llamado Hijo de Dios
Finalmente, este ser que nació es Dios.
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”, (Colosenses 2:9).


Aplicaciones o conclusiones:

    En conclusión podemos afirmar que este niño que nació reúne las siguientes características.

1.       Su nacimiento fue obra del poder del Espíritu Santo.
2.       Su ser fue verdaderamente santo, sin pecado concebido.
3.       Es verdaderamente Hombre perfecto.
4.       Es Dios.

Ejemplo 2


        Aplicando el método inductivo a Esdras 7:10 podemos obtener los siguientes resultados: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”, (Esdras 7:10).

Observación:

Observación
Texto Base
Un hombre llamado Esdras preparo su corazón
Porque Esdras había preparado su corazón
Preparo su corazón para estudia la palabra de Dios
para inquirir la ley de Jehová
Preparo su corazón para cumplirla
y para cumplirla
Preparo su corazón para enseñarla
y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos

Interpretación:

Basados en estos cuatro aspectos que hemos identificado en Esdras 7:10 podríamos dar la siguiente interpretación.


Observación
Interpretación
Otro Texto que refuerza
Un hombre llamado Esdras preparo su corazón
Esdras fue un sacerdote que regreso de la deportación a Jerusalén después del exilio babilónico y había preparado su corazón para iniciar una reforma a través de la palabra de Dios.
“Esdras… escriba diligente en la ley de Moisés”, (Esdras 7:6).
Preparo su corazón para estudia la palabra de Dios
El primer paso que dio fue preparar su corazón para estudiar diligentemente la palabra de Dios
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la  vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”, (Juan 5:39).
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, (2 Pedro 3:18).
Preparo su corazón para cumplirla
El segundo paso que dio fue poner por obra la ley que había aprendido.
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Más el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”, (Santiago 1:22-25).
Preparo su corazón para enseñarla
Finalmente, preparo su corazón no solo para vivir lo que había aprendido, sino para enseñar a los demás la palabra de Dios.
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,  que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”, (2 Timoteo 4:1-2).

Aplicaciones o conclusiones:

                Finalmente, podemos sacar las siguientes aplicaciones y conclusiones de este versículo bíblico:

1.       Todos los cristianos deberíamos imitar la actitud de Esdras en cuanto al énfasis que le dio a la palabra de Dios.
2.       Debemos como Esdras preparar nuestro corazón para estudiar diligentemente la Biblia.
3.       Debemos esforzamos por vivir conforme a los estatutos de la palabra de Dios.
4.       Debemos ser diligentes en enseñar la palabra de Dios a otras personas.

OTROS MÉTODOS DE ESTUDIO BÍBLICO


               Aparte de los métodos ya mencionados, también existen otros que de igual manera pueden ayudar al creyente a estudiar de manera efectiva la Biblia. Ahora bien, no existe un método que sea mejor que el otro, al final de acuerdo a las circunstancias o necesidades el estudioso de la Biblia puede escoger cual utilizar, todos son útiles y al final encontrara que puede incluso hacer una combinación de dos o más métodos. También es importante mencionar que los aquí mencionados son los únicos, hay muchos más, pero estos son los básicos, lo importante es no olvidar el no depender enteramente de la capacidad académica para estudiar la Biblia, debe ser una combinación de estas herramientas con la oración y el auxilio del Espíritu Santo quien nos dará la iluminación para llegar a la mejor interpretación. Comencemos a enumerarlos.

Método de Estudio Bíblico Devocional.


Se conoce este método con el nombre de Método de Estudio Bíblico Devocional, porque acentúa el estudio con el fin de producir la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una experiencia más real de su conocimiento de Dios y de su entrega personal a él. Este método es aquel que utilizamos al seleccionar un pasaje de la Biblia, sea corto o largo, para leerlo, meditarlo y pedir en oración que sea el Espíritu Santo que nos ilumine para llegar a la correcta interpretación. Realmente todos los métodos que practiquemos deben ser acompañados de la meditación y oración auxiliándonos del Espíritu de Dios el cual nos guiara a toda verdad.

Método de Estudio Bíblico por Libros.


El método de estudio bíblico por libros consiste en seleccionar un libro de la Biblia con el fin de estudiar todas sus generalidades tales como: su tema principal, versículo clave, fecha y lugar donde se escribió, destinarios, contexto histórico-gramatical en el que se escribió, su autor y divisiones del mismo. El primer paso en este método es escoger el libro lo cual no es tarea fácil como parece, por la razón que los libros son de diferentes tamaños, es aconsejable disponer de un tiempo considerable ya que nos puede llevar horas y hasta varias semanas. Algunos libros son cortos y llenos de exhortaciones prácticas, como las cartas paulinas, mientras que otros son largos y complicados en su contenido como las profecías de Ezequiel o Daniel. Lo más conveniente para empezar será elegir un libro corto, cuyo mensaje sea instructivo práctico y sencillo.

Método de Estudio Bíblico por Capítulos.


Otro método que podemos utilizar en nuestro estudio bíblico es el estudiar por capítulos un libro de la Biblia. En este método después de haber seleccionado un capitulo precedemos a leerlo al menos 5 veces para luego hacerse las siguientes preguntas: ¿Qué lugares se mencionan? ¿Qué personas se nombran? ¿Qué doctrinas se formula, explicando o presentan? ¿De qué divisiones de tiempo se habla? ¿Qué objetos se mencionan? Luego se procede a sacar todas las conclusiones y aplicaciones correspondientes.

Método de Estudio Bíblico por Versículos.


El estudio de la Biblia por versículos es uno de los más utilizados por pastores y predicadores. Consiste es tomar un solo versículo de la Biblia y comenzar a desglosarlo palabra por palabra, compararlo con otras versiones, consultar de ser posible el original hebreo o griego, con el fin de elaborar una temática de estudio de cada una de ella que nos lleven a conclusiones que edifiquen nuestra vida.

Método de Estudio Bíblico por Palabra Clave.


El método de estudio bíblico por palabra clave consiste en escoger una palabra clave de la Biblia y elaborar una investigación en cuanto a su significado etimológico, su origen en el hebreo o griego, las veces que aparece en el texto sagrado y las aplicaciones que podemos obtener de ella. Por ejemplo podría iniciarse un estudio basado en las palabras: salvación, gozo, infierno, perdón, ministerio, amor, etc.

Método de Estudio Bíblico por Personaje.


El método de estudio bíblico por personaje es aquel donde se selecciona un personaje bíblico e investiga todos los versículos en que se relacionan con el fin de estudiar su vida, sus virtudes, errores, decisiones y en general, todos los aspectos concernientes a ellos. Por ejemplo se podría iniciar un estudio bíblico basado en las vidas de algunos personajes como Elías, David, Abraham, Moisés, Pablo, etc.

Método de Estudio Bíblico Temático o por Tópicos.


El método de estudio bíblico temático o por tópicos es aquel donde el estudioso de las Sagradas Escrituras escoge un tema determinado de la Biblia y comienza a investigar todo lo referente a él. Pueden ser estudios bíblicos basados en temas como el pecado, la salvación, la santificación, la Trinidad, los ángeles y demonios, etc.