“Esparciré
sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os
daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré
que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Ezequiel 36:25-27
INTRODUCCIÓN
La ciencia ha llegado a descubrir
que para que el ser humano sea feliz, necesita satisfacer ciertas necesidades
indispensables en su vida. Abraham Maslow, un psicólogo estadounidense llego a jerarquizar estas necesidades,
comenzando con las fisiológicas como el alimento, el agua, la respiración o
descanso, siguiendo con las necesidades de seguridad, afiliación y
reconocimiento hasta llegar a la autorrealización. De igual forma, en el mundo
espiritual hay otras necesidades mucho más importantes que el hombre tiene que
satisfacer y son las que vamos a ver.
Tres necesidades en la vida del hombre |
I. LA NECESIDAD DE SER LIMPIO DE NUESTROS PECADOS.
“Esparciré
sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y
de todos vuestros ídolos os limpiaré”.
La primera necesidad que el ser
humano tiene es la de ser limpio de sus pecados. Como seres humanos descendientes de Adán somos
pecadores tal y como las escrituras lo declaran. La Biblia define el pecado
como la infracción de la ley: “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues
el pecado es infracción de la ley”, (1
Juan 3:4). De tal forma que cualquier violación de su ley eterna es considerada
como pecado. En la Biblia también se utilizan otros términos para referirse al
pecado, como por ejemplo, la obras de la carne, transgresión, rebelión, etc. En Gálatas
aparece un listado de estas obras y las consecuencias de vivir en ellas: “Manifiestas son las
obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios”, (Gálatas 5:19-21).
Por tanto, si el hombre no es limpio
de su pecado, su alma está condenada al infierno, de aquí que se desprende la
primera necesidad en la vida del ser humano y para ello debe arrepentirse de
todos sus pecados y hacer al Jesús el Señor de su vida: “que si confesares con tu boca que Jesús es el
Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación”, (Romanos 10:9-10).
II. LA NECESIDAD DE UN NUEVO CORAZÓN.
“Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”.
La Biblia nos enseña que el lugar
donde se generan todos nuestros sentimientos e intenciones las cuales se
traducen en acción es el corazón, así como lo engañoso que es: Engañoso es el
corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo
el corazón, para dar a cada uno según su
camino, según el fruto de sus obras”, (Jeremías 17:9-10). Es el corazón
quien engaña al hombre para no obedecer a Dios a tal punto que la palabra de
Dios no tiene efecto en la vida de las personas: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes
caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron
hacia atrás y no hacia adelante”, (Jeremías 7:24). El mismo Jesús lo enseño en su parábola
del Sembrado donde compara la semilla que cayo junto al camino con la palabra
de Dios que llega a un corazón duro: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende,
viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue
sembrado junto al camino”, (Mateo 13:19). También nos enseñó que es
del corazón de donde nacen todas las intenciones que se convierten en acciones,
y si este es malo, sus obras serán malas: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los
homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos
testimonios, las blasfemias”, (Mateo 15:19).
Por tanto, la segunda necesidad que
el hombre tiene es la de un nuevo corazón. El Señor promete en este pasaje de
Ezequiel otorgar un nuevo corazón a los hombres, uno que lo haga sensible a su
palabra y lo convierta a Él.
III. LA NECESIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
“Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra”.
Finalmente, la tercera necesidad que
el hombre necesita en su vida es la ayuda del Espíritu Santo en sus vidas. Solamente
la presencia del Espíritu Santo puede ayudar al ser humano a vencer su
naturaleza carnal, el mundo y Satanás. En las Escrituras podemos ver como el Espíritu
Santo ha ayudado a los hombres de Dios. Ayudo a Bezaleel y de Aholiab a
construir el tabernáculo de reunión y utensilios en el desierto (Éxodo 31:3), fue por el Espíritu de Dios que Eldad, Medad y
70 ancianos profetizaron en el desierto en medio de Israel (Números 11:24-26);
fue después que el Espíritu vino sobre algunos hombres que pudieron hacer
grandes proezas y vencer a sus enemigos, tal y como paso con Otoniel (Jueces
3:10), Gedeón (Jueces 6:34), Jefté (Jueces 11:29), Sansón (Jueces 13:25), Saúl
(1 Samuel 11:6), David (1 Samuel 16:13). Fue el Espíritu Santo que ungió a Jesús
antes de iniciar su ministerio y estuvo con Él para respaldarlo en su obra
redentora: “El
Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas
a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar
libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los
oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”, (Lucas 4:18-19). Y fue en el día de Pentecostés que el Espíritu
Santo vino a la iglesia del Señor cumpliéndose la profecía de Joel 2:28-29: “Cuando llegó el día
de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como
de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban
sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen”, (Hechos 2:1-4).
Es solo el Espíritu Santo el que
puede ayudar al creyente a sostenerse de pie victorioso en esta tierra, y le
ayuda a perseverar en sus caminos, por eso el profeta decía: Y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos,
y los pongáis por obra. Hoy en día, el Espíritu de Dios habita en el
corazón de cada creyente, y Él es la causa de la renovación de todo nuestro corazón.
CONCLUSIÓN
Por causa del pecado el hombre se
encuentra completamente alejado de Dios y rumbo al infierno, en su estado
original es completamente imposible que se salve y por eso necesita tres cosas
en su vida:
1. Ser limpio de sus pecados.
2.
Cambiar
su corazón malo.
3. La ayuda del Espíritu Santo en su
vida.
De gran bendicion Dios les bendiga es de mucha ayuda.. bendiciones🙏🤗❤🇪🇨
ResponderBorrarAmén
BorrarDios les bendiga gracias por compartir la palabra de Dios de una manera fácil de entender
ResponderBorrarExcelente reflexión, muy concreto y puntual. La sabiduria de lo alto les siga guiando para proclamar la palabra de Dios.
ResponderBorrarMis felicitaciones amados,gracias por bendecirnos con este tema. Que el Señor siga dando de su sabiduría y conocimiento de su Palabra, bendiciones en Cristo
ResponderBorrarGracias por la enseñanza! Ha sido de gran ayuda y bendición para mi vida. Dios te siga usando para su gloria.
ResponderBorrarGracias asido de muchas bendiciones para mí vida 🙏🙏
ResponderBorrarQue lindo y hermoso mensaje mas clro no se puede gracias por enseñarnos la verdera pala de nuestro amado Dios muchas bendiciones por la comida solida Espiritual
ResponderBorrarDIOS los bendiga mucho me ayuda mucho
ResponderBorrar