Apacentad la grey de Dios (1 Pedro 5:1-4)


 

“Luego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.

1 Pedro 5:1-4

 

INTRODUCCIÓN

 

Hemos llegado al último capítulo de 1 Pedro y en esta ocasión el apóstol iniciara con una nueva temática, esta vez hablándole a los ancianos de la iglesia. Hasta este momento la carta ha ido dirigida a los creyentes que inician su fe, pero ahora Pedro cambiara su enfoque para aconsejar a los ancianos de la iglesia. En esta ocasión, cuando Pedro se dirige a los ancianos, no se dirige a hombres de edad avanzada, sino a los lideres espirituales de la iglesia, es decir, los obispos o pastores, aunque también es cierto que generalmente estos también eran hombres ya de años.

 

Apacentar-grey-de-Dios
Apacentad la grey de Dios


PEDRO SE DIRIGE A LOS ANCIANOS DE LA IGLESIA

 

“Luego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada”.

1 Pedro 5:1

 

El apóstol Pedro se dirige a los ancianos de la iglesia: Luego a los ancianos que están entre vosotros. La palabra anciano se traduce del griego presbutérous (Πρεσβυτέρους), que en su sentido literal significa anciano, pero en este contexto, la palabra anciano hace referencia a un título que recibían los lideres de la iglesia. El título anciano se le dada a un grupo de hombres que fungían cargos de autoridad dentro de las comunidades israelitas, este cargo surgió allá en tiempos de Moisés cuando Dios le pidió que estableciese hombres que le ayudaran a juzgar a su pueblo: “Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo”, (Números 11:16-17). Desde aquí se elegían de entre las comunidades israelitas hombres sabios, ancianos su mayoría por considerarse hombres de mayor dignidad, prudencia y experiencia, y ejercían autoridad en casos de litigios y otros asuntos de importancia, solían reunirse a la entrada de las ciudades para tales asuntos: “Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos”, (Josué 20:4). El oficio se extendió a lo largo del tiempo, en tiempos de Jesús 70 ancianos más el sumo sacerdotes formaban el Sanedrín y en la dispersión, en las sinagogas, los judíos solían tener su grupo de ancianos. Cuando la iglesia inicio, por tener influencia judía, adopto este cargo, así vemos como fueron constituidos los diferentes ancianos para cuidar las iglesias que surgían entre los gentiles: “Constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”, (Hechos 14:23). Así vemos cómo este título de autoridad existía en tiempos de la iglesia primitiva y eran los encargados de cuidar la grey de Dios: “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia… Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”, (Hechos 20:17, 28). Eran los que oraban por los enfermos y en general cuidaban espiritualmente de ellos: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor”, (Santiago 5:14). También se les conoció con el título de obispos, una palabra de origen griego que se traduce de la palabra episcopé (πισκοπή) que literalmente se traduce como superintendente o supervisor, y fue uno de los primeros privilegios que vemos en la iglesia primitiva junto con el de diácono: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos”, (Filipenses 1:1). De este noble oficio encontramos sus requisitos en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Por tanto, es a estos hombres, los ancianos de la iglesia que Pedro les dirige sus palabras.

 

Es interesante ver como Pedro se dirige a ellos, no se presenta así mismo como apóstol o como a superior a ellos, sino, como uno de ellos, un servidor y anciano de la iglesia: yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada. En ningún momento Pedro pretende elevarse en su posición, aunque si recalca que es uno de los pocos testigos de los padecimientos de Cristo, lo cual definitivamente hace que se reconozca su autoridad espiritual, pero aparte de ello, no vemos a un Pedro querer fijar una diferencia de rango o jerarquía entre los ancianos y él, antes, como ellos, era un anciano de la iglesia que compartía sus mismas responsabilidades de cuidar al rebaño del Señor y quien como ellos, seria participe de la gloria que un día será revelada cuando Jesús regrese a esta tierra. Este punto es muy importante tomarlo en cuenta, porque hoy en día muchos aman anteponerse el título de apóstol, o profeta, o evangelista, o de lo que sea con el fin de marcar algún tipo de jerarquía o superioridad espiritual, pero lo cierto es que el único digno de toda honra y superioridad es Cristo.

 

EL CUIDADO DE LA GREY DE DIOS

 

“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey”.

1 Pedro 5:2-3

 

En estos versículos el apóstol Pedro exhorta a los ancianos a cuidar la iglesia, de tal forma que respecto al oficio de pastor dice 4 cosas importantes. La primera, el pastor debe apacentad la grey de Dios: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros. La palabra apacentad se traduce del griego poimaíno (ποιμαίνω), que literalmente hace referencia al oficio de pastorear ovejas. El pastor es el encargado de pastorear a la grey del Señor, que es su iglesia, y así vemos en la Biblia sus muchas responsabilidades que de manera metafórica, se asemejan a la de un pastor de rebaños reales de ovejas, este es el responsable de alimentar, nutrir al creyente a través de la enseñanza de la palabra de Dios (Hebreos 13:7), administrar o gobernar la iglesia del Señor (Tito 1:5), cuidar y defender la fe cristiana de falsos maestros y corrientes doctrinales de error (Hechos 20:28-29) y orar por los enfermos (Santiago 5:14). En segundo lugar, el pastor debe ejercer su ministerio por voluntad propia, no por fuerza: ... cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente. El oficio de pastor debe ser un llamado por Dios y una verdadera vocación para aquellos que decidan trabajar en este ministerio. En tercer lugar, aquellos que estén en el ministerio de pastor, deben hacerlo por un verdadero deseo de servir, y no por el deseo de adquirir algún beneficio económico: ... no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto. Es importante recordar las palabras de Pablo: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”, (1 Corintios 9:13-14). Aquellos que han sido llamados por Dios al ministerio de pastor y trabajan de manera genuina y fidelidad, son dignos de recibir un salario, pues no tienen un trabajo secular, pero, nunca los que están en el ministerio deben trabajar en este buscando enriquecerse o sacar gran ganancia a costa de la fe de las personas. Finalmente, la forma de gobierno en la iglesia debe ser a través del ejemplo, no a través del autoritarismo: no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Pablo le enseñaba lo mismo a Timoteo quien había sido constituido como obispo en la iglesia de Éfeso, pero por su joven edad, algunos lo menospreciaban; por ello, Pablo le decía que debía ser ejemplo en todo, para que aquellos que lo menospreciaban por su edad, quedasen callados por su conducta intachable: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”, (1 Timoteo 4:12).

 

LA RECOMPENSA DE LOS PASTORES

 

“Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”.

1 Pedro 5:4

 

Al final, el apóstol Pedro exhorta y anima a los ancianos a cumplir con fidelidad su ministerio, ya que será el mismo Señor que los recompensará: Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Es interesante ver cómo Pedro llama a nuestro Señor Jesús, lo llama el Príncipe de los pastores. Recordemos que durante su ministerio Jesús cuido de sus discípulos y como un buen pastor los apacentó y alimentó con palabras de vida eterna: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”, (Juan 10:11). Hoy en día los pastores tienen la gran responsabilidad de apacentar la grey del Señor, esta grey no les pertenece, sino es el rebaño del Señor, por tanto, su cuidado debe realizarse con toda diligencia y fidelidad, porque de lo contrario, Dios castigará a aquellos que en lugar de proteger y cuidar al rebaño, lo maltrate y abuse de él: “Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida”, (Jeremías 34.7-10).

 


1 comentario:

  1. Le quiero felicitar a UD hermano Walter, y Dios Padre le bendiga siempre por éste excelente comentario de los textos de 1 Pedro 5:1-4 fueron dé mucha fortaleza y inspiración para mi vida y cada día deseo servirle a Nuestro Señor Jesús y con la ayuda de su Santo Espíritu. Amén 🙏❤️

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