El Trasfondo de Abdías (Abdías 1)


 

“Visión de Abdías…”.

Abdías 1

INTRODUCCIÓN

               Abdías es considerado el libro más pequeño del Antiguo Testamento, este solo posee un capítulo con 21 versículos, pertenece a la sección de los 12 profetas menores y es el cuarto libro en aparecer en este listado. Al igual que Nahum cuya profecía iba dirigida a Asiria, Abdías se dirige a una nación que no es Israel o Judá, es decir, su profecía está dirigida directamente a la nación de Edom y la temática gira alrededor del juicio que Dios ejecutara sobre ello debido a su soberbia, el escarnio y abuso que cometió sobre los habitantes de Judá después que Jerusalén fue destruida por Babilonia. En el año 586 a.C. Nabucodonosor, rey de Babilonio, destruyo Jerusalén y el templo, desde este momento Juda dejo de ser una nación independiente y en su mayoría, los habitantes que sobrevivieron fueron deportados. Edom, que era la nación hermana de ellos, en lugar de apoyarlos, se alegraron de su mal y hasta los terminaron entregando a sus enemigos, esto desagrado totalmente al Señor por lo que trajo sobre esta nación el juicio divino por causa de sus pecados.

 

Trasfondo-Abdías
El Trasfondo de Abdías 


EL AUTOR DEL LIBRO DE ABDÍAS

                 El autor de este libro se identifica como Abdías: “Visión de Abdías…”, (Abdías 1). El nombre de Abdías se traduce del hebreo Obadyá (עיבַדְיָה) y literalmente significa, “siervo de Jehová”, y si nos damos cuenta, su pronunciación hebrea es muy diferente a la transliteración española que tenemos en la RV60, probablemente porque en latín dicho nombre se escribe Abdiae, y de allí la transliteración a nuestro idioma. En algunas ocasiones la RV60 traduce este nombre como Obadías y no como Abdías (1 Crónicas 7:3, 1 Crónicas 9:16, 1 Crónicas 12:9 y Nehemías 10:5). La mayoría de las versiones en inglés traducen este nombre cercano a su pronunciación en hebreo: “The vision of Obadiah…”, (Obadiah 1), así como otras versiones de la Biblia que preservan los términos y nombres hebreos originales, tal y como lo presenta la Versión Israelita Nazarena: “La profecía de Ovadyah…”, (Abdías 1, VIN). Debido a la diferencia en la pronunciación entre nombre de Abdías y de Obadyá la Nueva Versión Internacional no utiliza el nombre de Abdías: “Hemos oído una noticia de parte del Señor y un mensajero ha sido enviado a las naciones…”, (Abdías 1, NVI). En cuanto a la identidad de Abdías, el libro ya no nos da más datos. Existe una tradición judía basada en el Talmud de Babilonia que lo identifica con el mayordomo de Acab el cual ayudo al profeta Elías: “Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová”, (1 Reyes 18:3). Sin embargo, a parte del problema cronológico, no hay evidencia bíblica que respalde que este Abdías haya ejercido el ministerio de profeta. Otros opinan que Abdías es el mismo personaje que durante el reinado de Josías, en Judá, dirigió la restauración del templo: “Y estos hombres procedían con fidelidad en la obra; y eran sus mayordomos Jahat y Abdías, levitas de los hijos de Merari, y Zacarías y Mesulam de los hijos de Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en instrumentos de música”, (2 Crónicas 34:12); no obstante, para el tiempo de Josías el templo y Jerusalén aún no habían sido destruidas por lo que concuerda el contexto histórico en el que este libro profético dirige su mensaje a Edom quien abuso de sus hermanos después de la conquista de los babilonios y la destrucción de Jerusalén. Por tanto, es difícil identificar al profeta Abdías ya que no nos da mayor referencia en cuanto a su vida personal y, de hecho, algunos han llegado a creer que Abdías no era su nombre propio, sino solo un seudo nombre que se adjudicó ya que este significa siervo de Jehová, no obstante, esta opinión es minoritaria ya que muchos creen que realmente Abdías era el nombre del autor de este libro profético.


ESTILO LITERARIO DE ABDÍAS

                El libro de Abdías posee un estilo literario conocido como profético el cual era muy común en el Antiguo Testamento y buscaba a través de la revelación, transmitir un mensaje que expresaba la voluntad de Dios al pueblo en circunstancias específicas a través de un profeta. En el Antiguo Testamento la palabra profeta se traduce de nabí (נָבִיא) y se le daba a toda persona con la cual Dios tenía una comunicación directa. El estilo profético se caracteriza por enfatizar que el mensaje del profeta no es de origen humano, sino la proclamación directa de la palabra de Dios. En este libro Abdías utiliza la palabra visión la cual se traduce del hebreo kjazón (חָזוין), término utilizado para hacer referencia al hecho de que el mensaje recibido por Abdías es por medio de revelación divina. Además de esto, los profetas acostumbraban a dejar claro que sus palabras provenían directamente de Dios y no era un mensaje humano: “... Jehová el Señor ha dicho así…”, (Abdías 1).

 

CONTEXTO HISTÓRICO

               Para comprender el propósito del libro de Abdías hay que entender el contexto histórico que envuelve los acontecimientos de la nación de Israel y su relación con la nación de Edom. Edom era la nación descendiente de Esaú, hermano de Jacob, del cual descendían los israelitas. Por tanto, podemos decir que ambas naciones eran hermanas. Desde su la rivalidad de los mellizos Jacob y Esaú fue muy evidente y después que Jacob engañó a su hermano haciendo que le vendiera la primogenitura por un plato de lentejas, la contienda entre ambos hermanos se intensificó (Génesis 25-36). Sin embargo, el deseo de Dios era que ambas naciones se consideraran como hermanas y no que las dividiera la revalidad: “No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra”, (Deuteronomio 23:7). Lamentablemente, la nación de Edom no llego a desarrollar este tipo de hermandad y de alguna manera esta diferencia se extendió a lo largo del tiempo entre sus descendientes de tal forma que los edomitas llegaron a odiar a la nación de Israel, odio que se da a conocer cuando estos se reusaron a ayudar a los israelitas cuando apenas iniciaban su éxodo y les impidieron pasar por sus territorios: “Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido; cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras. Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado. Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más. Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte. No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se desvió Israel de él”, (Números 20:14-21). Luego, entre los años 845 a.C. y 790 d.C. se dan algunas batallas entre el reino de Judá y Edom, donde estos últimos bajo el mando del rey Amasias son derrotados en batalla y Sele, su capital, es tomada: “Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy”, (2 Reyes 14:7). Finalmente, en el año 586 a.C., Jerusalén y el Templo es destruido por los babilonios, y Edom, en lugar de sentir simpatía y misericordia por los judíos que habían logrado huir de sus enemigos, los entregaron a sus perseguidores y a algunos mataron sin piedad. Luego, después de 70 años de cautiverio, los judíos regresaron a su nación y comenzaron a reconstruir el templo y los muros, pero entre las naciones que los oprimían estaban los edomitas, sin embargo, la ruina de Edom comienza en el año 312 a.C. con los árabes que los conquistan, pero no fue hasta el siglo II a. C. que fueron sometidos por los macabeos y convertidos a la fuerza al judaísmo, llamándoseles idumeos. Por tanto, algunos ubican la actividad profética de Abdías después de la destrucción de Jerusalén por los babilonios, entre el año 586 y 585 a.C.

 

TEMÁTICA DEL LIBRO DE ABDÍAS

               La temática de este libro profético gira en torno del juicio de Dios sobre la nación de Edom por causa de su odio a sus hermanos los judíos y esta descrito desde los versículos del 1 al 15 de su único capitulo: “Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre”, (Abdías 10). En ocasiones, la Biblia se refiere a Edom con otros nombres, tales como, Seir, que era la principal montaña de Edom, o también se hace referencia a la nación con los nombres de su capital, Sela, en hebreo, o Petra en griego, o como Temán, el nieto de Esaú (Gen 36: 11) y nombre de un lugar habitado por sus descendientes. De igual forma, el profeta aprovecha el ejemplo del juicio que venia sobre Edom, para anunciar el día de Jehová el cual hace referencia al juicio que viene al resto de las naciones por causa de sus pecados (Abdías 15-21). Además de esto, Abdías guarda cierta similitud con algunos temas que Jeremías y Joel tocan en sus libros. En la siguiente tabla podemos ver la similitud entre Jeremías y Joel y el libro de Abdías.

 

Versículo de Abdías

Versículo de Jeremías

Versículo de Abdías

Versículo de Joel

“He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido en gran manera”, (Abdías 2).

“Acerca de Edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?... He aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres”, (Jeremías 49:7,15).

“Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones”, (Abdías 17).

“Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado”, (Joel 2:32).

“La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová”, (Abdías 3-4).

“Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte, aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová”, (Jeremías 49:16).

“El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos”, (Abdías 11).

“Y echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber”, (Joel 3:3).

“Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (!!cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?”, (Abdías 5).

“Si vendimiadores hubieran venido contra ti, ¿no habrían dejado rebuscos? Si ladrones de noche, ¿no habrían tomado lo que les bastase?”, (Jeremías 49:9).

“Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza”, (Abdías 15).

“!!Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso”, (Joel 1:15).

 

BOSQUEJO

 1.       El Juicio venidero de Edom.

 

a.       El llamamiento de Dios a las naciones. (Abdías 1).

b.       Advertencia a Edom sobre su destrucción, (Abdías 2).

c.       Razones de la destrucción de Edom, (Abdías 3-4).

d.       3. El vaciamiento de riquezas, (Abdías 5-6).

e.       4. El abandono de sus aliados militares, (Abdías 7).

f.        5. La pérdida de su sabiduría, (Abdías 8).

g.       6. La desaparición de su valentía guerrera, (Abdías 9).

 2.       El pecado de Edom.


a.       La traición a su hermano Jacob, (Abdías 10-11).

b.       Razones para la condenación de Edom, (Abdías 12-14).

       3.       El juicio de Edom y la restauración de Judá.


a.       El día de jehová contra Edom y las naciones (Abdías 15-18).

b.       La restauración divina de Judá (Abdías 19-21).


2 comentarios:

  1. Excelente material sobre el profeta Abdías. Muchas gracias por publicarlo

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  2. Excelente sinopsis; Dios le continue bendiciendo con la sabiduria de lo alto.

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