“Pero estoy seguro de
vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos
de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”.
Romanos 15:14 (RV60)
INTRODUCCIÓN
La consejería noutética es un
concepto relativamente nuevo en el cristianismo en cuanto al uso técnico del
vocablo, pero su aplicación es tan antigua que se rastrea desde el tiempo de la
iglesia primitiva y que fue utilizada principalmente por el apóstol Pablo. El
termino fue popularizado por el pastor reformado Jay E. Adams, escritor de más
de 100 libros, muchos de ellos orientados al arte de la consejería, y que,
defendió su postura de que la psicología tradicional no es capaz de resolver
los problemas de los hombres que ven sus trastornos mentales como una
enfermedad, cuando la realidad es que la raíz del problema es el pecado y, por
ende, solo el consejo bíblico con la ayuda del Espíritu Santo pueden ayudarlo a
resolverlo. En esta oportunidad vamos a considerar la consejería noutética,
como una herramienta más que tiene su fundamento en la Biblia y que podemos
usar en el arte de aconsejar con el fin de hacerle ver a las personas su
conducta errada y conducirlas al camino de Dios.
¿QUÉ ES EL CONSEJO NOUTÉTICO?
El termino técnico, noutético, proviene de una palabra que el apóstol Pablo utilizo en algunas ocasiones y está la podemos encontrar en su carta a los Romanos: “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros”, (Romanos 15:14, RV60). La palabra “amonestaros” se traduce de la palabra griega nouzetéo (νουθετέω), literalmente significa “poner en la mente”, y generalmente se traduce como amonestar, exhortar, corregir o instruir. La consejería noutética pretende ofrecer un método en la consejería cristiana que gira alrededor de tres elementos principales que la componen: la preocupación genuina por el bienestar de la persona, la confrontación amorosa y el cambio, y a su vez esta se auxilia del uso de la Biblia, como fuente de sabiduría y salvación, el respaldo del Espíritu Santo como ayudador en el proceso de restauración y la oración. La introducción de este método fue impulsado por Jay E. Adams, el cual no vio cómo se puede armonizar el uso de la psicología en un proceso de consejería y por ello establece un método que este alineado con los principios bíblicos y que realmente conduzca al hombre a la solución de todos sus problemas, a Cristo, el dador de la vida eterna. Esta afirmación ha sido muy debatida hasta la fecha ya que tanto la psicología como otros eruditos cristianos no ven como inútil las herramientas que esta disciplina pueda proveer.
LOS TRES ELEMENTOS DE LA CONSEJERÍA NOUTÉTICA
Como ya lo vimos, la consejería
noutética pretende introducir un método bíblico en la consejería cristiana,
dejando a un lado la psicología que tiene muchas afirmaciones que están en
contra de la palabra de Dios y no reconoce la importancia de la oración y la
ayuda del Espíritu Santo en el proceso de restauración. La consejería noutética
se caracteriza por tres elementos principales: la preocupación genuina
por el bienestar de la persona, la confrontación amorosa y el cambio.
Consideremos por separado cada uno de estos.
La preocupación genuina por el bienestar de la persona.
“No escribo esto para avergonzaros,
sino para amonestaros como a hijos míos amados”.
1 Corintios 4:14 (RV60).
Para que el consejero
cristiano sea eficaz en su trabajo debe sentir un interés genuino de
ayudar a las personas a las cuales aconsejara. Lo peor que le puede
pasar a una persona que busca ayuda es tener sesiones de consejería con un
consejero que lo hace solo como un simple trabajo, que se dedica a escuchar
solo por hacerlo y le recomienda lo que el libro le dice de acuerdo al caso que
evalúa. En este caso, el resultado no será muy eficaz. El consejero cristino
debe ser, no solo una persona apta para tal tarea, muy preparada en el arte de
aconsejar, sino también, una persona que se preocupe por el bienestar de las
almas. Un buen ejemplo de esto fue el apóstol Pablo: No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros (nouzetéo)
como a hijos míos amados. El apóstol les
decía a los corintios que no les amonestaba, no con el fin de avergonzarlos
públicamente, sino porque los quería como a hijos amados lo cual mostraba el
gran interés en su bienestar. Cuando el aconsejado se da cuenta de que el
interés del consejero es genuino, los consejos son mejor recibido, aun cuando a
veces la amonestación puede ser dura.
La confrontación amorosa
“Por tanto, velad,
acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con
lágrimas a cada uno”.
Hechos 20:31 (RV60)
El otro elemento importante del
consejo noutético es la confrontación amorosa. La confrontación
significa hacerle ver cara a cara sus oportunidades a las personas con el
fin de que las corrijan. Es obvio que a la mayoría de personas no nos
gusta que se nos hagan ver nuestros errores y de allí que esta confrontación
debe hacerse en amor, porque de lo contrario, esta puede no ser eficaz en el
momento que se realiza. Una vez más, Pablo es un gran ejemplo de confrontación
amorosa a tal punto que este la realizaba a veces con lágrimas en sus ojos: Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y
de día, no he cesado de amonestar (nouzetéo) con
lágrimas a cada uno. Ahora bien, sabemos que del amor se desprenden
otras grandes virtudes que ayudan a que el consejero sea más eficaz en este
noble trabajo, virtudes como la bondad, el conocimiento cimentado en la palabra
de Dios y la sabiduría. Así, por ejemplo, en Romanos, el apóstol Pablo decía: Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros
mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de
tal manera que podéis amonestaros (nouzetéo) los
unos a los otros, (Romanos 15:14, RV60). Aquí el apóstol agrega que
aquellos que son aptos para amonestar están llenos de bondad y de conocimiento,
de tal forma que esta debe salir de una persona buena y llena de sabiduría: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos (nouzetéo) unos a
otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con
salmos e himnos y cánticos espirituales”, (Colosenses 3:16). Aquí
encontramos más elementos que nos ayudan a comprender en qué consiste el
consejo noutético, nos dice que en el corazón del consejero cristiano
debe abundar la palabra de Dios, como la fuente principal de sabiduría, esto
con el fin de enseñar la forma correcta de proceder en las diferentes áreas de
la vida y de amonestar a manera de exhortación a tal punto que el aconsejado se
sienta desafiado y animado a corregir sus errores y vivir a la altura del
evangelio, adorando a su Señor y Salvador Jesucristo. En este sentido
vemos cómo la confrontación es amorosa, llena de sabiduría y desafiante que
impulsa al aconsejado a buscar la respuesta a sus problemas y necesidades en
Cristo Jesús.
El cambio.
El tercer elemento en
la consejería noutética es el cambio y este cambio debe estar influenciado por
algunos agentes que le ayudaran al aconsejado a abandonar su pecado y resolver
sus problemas, estos agentes son:
1. El consejero que se auxilia de la palabra de Dios como fuente de sabiduría: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”, (2 Timoteo 3:16-17, RV60).
2. La oración que es una fuente de ayuda indispensable en este proceso de restauración del aconsejado: “SEÑOR, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego! No te alejes de mí en el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo”, (Salmo 102:1-2, NTV).
3. El poder regenerador del Espíritu Santo que lo guía a lo largo de todo su proceso de restauración: “Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo”, (Tito 3:5, NVI).
LA EFICACIA DEL CONSEJO NOUTÉTICO
La eficacia del consejo noutético depende
de la misericordia de Dios en abrir el corazón del aconsejado para recibir la
palabra de amonestación y permitir que esta lo redarguye y lo guíe a un
arrepentimiento donde reconozca su error y abrace la salvación que solo Cristo
le puede ofrecer. Tenemos el ejemplo de David que recibió la
amonestación del profeta Natán, cuando este le hizo ver su pecado de adulterio:
“Entonces Natán le dijo a David: —¡Tú eres ese
hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel, y
te libré del poder de Saúl. Te di el palacio de tu amo, y puse sus mujeres en
tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto
hubiera sido poco, te habría dado mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste
la palabra del Señor haciendo lo que me desagrada? ¡Asesinaste a Urías el
hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los
amonitas!... —¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán. —El
Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás —contestó Natán—. Sin embargo, tu
hijo sí morirá, pues con tus acciones has ofendido al Señor”, (2 Samuel 12:7-9, 13-14, NVI). Como vemos, David
recibió de la mejor manera la amonestación de Natán ya que procedió al
arrepentimiento para que Dios lo restaurara, aunque esto no quito que tuviera
que enfrentar las consecuencias de sus pecados. En este caso, el consejo noutético
fue eficaz. Sin embargo, no siempre el consejo noutético es eficaz ya que
depende del corazón de la persona que lo recibe y lamentablemente muchos se
niegan a ser corregido y abandonar sus pecados. En la Biblia tenemos un ejemplo
más, pero en este caso de una persona que no recibió el consejo noutético y se
trata del joven rico: “Jesús miró al hombre y sintió
profundo amor por él. —Hay una cosa que todavía no has hecho —le dijo —. Anda y
vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo. Después ven y sígueme. Al oír esto, el hombre puso cara larga y se
fue triste porque tenía muchas posesiones”, (Lucas 10:21-22, NTV). Aquí
vemos a un joven muy rico que amaba más a sus riquezas que ha Jesús y cuando
fue confrontado por el Señor para vender todos sus bienes, darlo a los pobres y
seguirlo a Él, este rechazo la amonestación y decidió seguir su camino, en este
caso el consejo noutético no fue efectivo en el aconsejado. Así que la eficacia
del consejo noutético depende en gran manera de la misericordia de nuestro Dios
para abrir el corazón de aquellas personas que están perdidas en sus pecados,
debemos orar a Dios para que estos estén dispuestos a permitir que el consejo
de la palabra de Dios los transforme y permitir así que el Espíritu Santo haga
su obra.
GRACIAS, ME HA QUEDADO CLARO Y ME HA SERVIDO MUCHO SABER SOBRE ESTE TEMA.
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