“Descendió, pues, a la
era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Y cuando Booz hubo comido y
bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón.
Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó. Y
aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he
aquí, una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y
ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu
sierva, por cuanto eres pariente cercano. Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová,
hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca
de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo
lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay
pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te
redimiere, bien, redímate; más si él no te quisiere redimir, yo te redimiré,
vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana. Y después que durmió a sus pies
hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a
otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era. Después le dijo:
Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis
medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad. Y cuando
llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó
ella todo lo que con aquel varón le había acontecido. Y dijo: Estas seis
medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las
manos vacías. Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se
resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el
asunto hoy”.
Rut 3:6-18
INTRODUCCIÓN
Con
estos versículos estaríamos terminando el capítulo 3 del libro de Rut, un libro
pequeño, pero con un contenido muy edificante que nos trae un lindo mensaje de
parte de Dios. Hasta ahora hemos visto cómo las decisiones de una familia que
no tomo en cuenta el consejo de Dios para emigrar a otro país les costaron la vida
a todos sus descendientes, quedando Noemí prácticamente sola y desamparada,
pero también hemos visto cómo esta mujer reconoció su responsabilidad en todo y
decidió regresar a su nación, trayendo consigo a Rut, su nuera que como ella
era viuda y decidieron refugiarse en la protección de Dios. Después de un
tiempo, ambas viudas desamparadas habían sido proveídas por Dios a través de un
buen hombre llamado Booz, el cual permitió que Rut espigara en su campo,
tratándola con misericordia, ahora, su suegra sabiendo que era un pariente
cercano, envía a su nuera para que le busque y le proponga que la redima, así
que veremos en esta oportunidad el desenlace de esta hermosa historia.
Booz se compromete a redimir a Rut
RUT DESCUBRE LOS PIES DE BOOZ Y SE ACUESTA A LA PAR DE ELLOS
“Descendió, pues, a la
era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Y cuando Booz hubo comido y
bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón.
Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó”.
Rut 3:6-7
El
texto nos dice que Rut fue obediente a lo que su suegra Noemí le solicito: Descendió, pues, a la
era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Una vez
más queda resaltada la obediencia de Rut, ella en todo el relato no ha presentado
objeciones, ha sido una mujer obediente y preocupada por el bienestar de su
suegra, lo cual la ha llevado a trabajar duro espigando en los campos de Booz,
definitivamente era una gran mujer, una mujer con un buen corazón y por su
bondad el Señor habría de recompensarla. Después de espigar, Booz comió y bebió:
Y cuando
Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a
un lado del montón. Booz comió y bebió hasta que su corazón estuvo
alegre, esto no deja de llamarnos la atención ya que definitivamente
era una costumbre en el Israel de este tiempo beber vino. No necesariamente podemos
entender este versículo en el sentido de que Booz se emborracho hasta perder la
razón, como algunos han opinado, si es cierto que el consumo excesivo del vino podía
provocar borracheras, lo cual la Biblia siempre ha condenado, sin embargo, la preparación
del vino en esta época cuidaba que este detalle se provocara, ya que, como lo
dice William Barclay en sus comentarios del Nuevo Testamento, solían mezclarse
tres partes de agua por cada dos de vino. Ahora, de alguna manera esta mezcla a
la que llamaban vino, más la comida, definitivamente alegraba el corazón y en
algunas ocasiones este tipo de comidas se realizaban con pequeñas fiestas en
medio de la noche ya que recordemos que estaban al final de la siega, un
momento de alegría que podría incluir alguna pequeña festividad entre el amo y
los demás agricultores que gozarían de la buena cosecha que el Señor les había
permitido tener. Es probable que todo esto provoco que el corazón de Booz se
alegrara, y no solo el hecho de beber vino hasta emborracharse, ya que una vez
más decimos que la Biblia condena esta práctica como un pecado: “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la
embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en
sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la
obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos”, (Isaías
5:11-12). Después de comer y beber, Booz se retiró a dormir y fue allí que,
al estar dormido, Rut vino silenciosamente y descubrió sus pies y se acostó:
Entonces
ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
Algunos han comentado cosas que creemos impropias concernientes a la interpretación
de este pasaje, de hecho, han llegado a decir que lo que Rut hace aquí es una insinuación
del tipo sexual para acostarse con él y exageran el punto afirmando que lo que
hizo no fue descubrir sus pies, sino sus órganos sexuales. Tal cosa es
exagerada e impropia, porque lo que hizo fue algo que aun los sirvientes del
medio orientes hacen, acostarse a los pies de sus amos, buscando su favor. Rut
llego calladamente, descubrió sus pies en señal de pedir ayuda y se acostó
allí, esperando su favor; pero en ningún momento hubo un acto sexual en todo
esto.
RUT LE PIDE A BOOZ QUE CUMPLA EL DEBER DEL PARIENTE CERCANO: LA REDENCIÓN
“Y aconteció que a la
medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba
acostada a sus pies. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy
Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres
pariente cercano”.
Rut 3:8-9
El
libro nos dice que fue a eso de la media noche de que Booz se estremeció, ya
que debió sentir de que alguien estaba acostado a sus pies: Y aconteció que a la
medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba
acostada a sus pies. Booz había estado profundamente dormido, pero de
repente, a eso de la media noche siente que alguien estaba acostado a sus pies,
por ello pregunta de quién se trataba y es aquí donde Rut aprovecha para
solicitarle su ayuda para ser redimida: Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella
respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva,
por cuanto eres pariente cercano. Rut le recuerda a Booz que
es un pariente cercano y, por ende, puede redimirla de acuerdo a la ley de Moisés,
le solicita que extienda sobre ella el borde de su capa, como señal de protección
y en algunas ocasiones, en el Medio Oriente era un símbolo de matrimonio.
BOOZ SE COMPROMETE CON RUT DE BUSCA LA REDENCIÓN DE ELLA
“Y él dijo: Bendita seas
tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no
yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija
mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que
eres mujer virtuosa. Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con
todo eso hay pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de
día, si él te redimiere, bien, redímate; más si él no te quisiere redimir, yo
te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana”.
Rut 3:10-13
En
todo esto uno podría ver una actitud algo atrevida, pero no fue así, de
hecho, sorprendió tanto a Booz que considero a Rut una mujer justa por
recordarle la obligación que él tenía como pariente cercano de redimirla:
Y él
dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad
que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora
pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente
de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa. Rut
hizo lo correcto, en lugar de buscar a los jóvenes y seguir con su vida, había
llegado a Israel, renunciando a su nación y dioses, refugiándose en el Dios de
Israel y dedicándose a cuidar a su suegra, y ahora, conforme a la palabra de
Dios, buscaba la redención a través del pariente cercano. Este es un buen
ejemplo para los jóvenes de nuestros tiempos, lo cuales deben buscar su futuro cónyuge
en la voluntad de Dios, no siguiendo sus pasiones e impulsos sexuales, ni las
normas de este mundo, sino, bajo la dirección de Dios, encontrar la persona con
la cual se unirá en matrimonio. Rut lo hizo así y por eso Booz reconoció que su
postrera bondad era mayor que la primera, es más. Booz reconoció que Rut era
considerada entre todo el pueblo como una mujer virtuosa. Ahora, Booz no era el
pariente más cercano, sino había otro, pero como todo hombre justo no quiso
tomarla como esposa de inmediato, sino decidió presentar el caso con los
ancianos de su pueblo de tal manera de que se hiciese la voluntad de Dios: Y ahora, aunque es cierto
que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. Pasa
aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; más si
él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta
la mañana. Al final, Booz se comprometió con Rut de que ella
seria redimida y le pidió que se quedara allí aquella noche y descansara hasta
la mañana.
LA BONDAD DE BOOZ
“Y después que durmió a
sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse
unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era. Después le
dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió
seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad. Y
cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le
contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido. Y dijo: Estas seis
medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las
manos vacías. Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se
resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el
asunto hoy”.
Rut 3:14-18
Basta leer estos versículos para darnos cuenta de la gran bondad de este hombre, un hombre respetuoso, preocupado por el cuidado de Rut no permitió que partiera en la madrugada, sino le pidió que se quedara a dormir hasta la mañana, luego, antes de que los hombres se levantaran, le pidió a Rut que se fuera, para evitar malos comentarios, cuidando así su reputación, pero no la deja ir con las manos vacías, sino le provee de alimentos para ella y su suegra. Al llegar a su casa, conto todo a su suegra y ella sabía que Booz cumpliría su palabra, que no descansaría hasta que el asunto se concluyera: Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy. De esta forma termina el tercer capítulo de este maravilloso relato que encontramos en el libro de Rut.
Excelente, versículos que hablan de lo maravilloso de ser hombres y mujeres de gran virtud
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