“Porque
partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor; y no sólo en
Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha
extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada”.
1 Tesalonicenses 1:8 (RV95)
INTRODUCCIÓN
En nuestro estudio anterior consideramos el significado de teología y
dijimos que la teología es el estudio de Dios y sus obras, ahora, es importante
entender que la palabra teología no es exclusiva del cristianismo, sino,
también puede hablarse acerca de la teología de los musulmanes, la teología de
los budistas, la teología de los Mayas, etc. En nuestro caso, nos interesa la
teología bíblica, la revelación del Dios verdadero, sus doctrinas y preceptos
divinos contenidos en la Biblia. Esta revelación ha sido enseñada por la
iglesia desde sus primeros inicios, Pablo, en 1 Tesalonicenses 1:8, afirmaba
que estas verdades habían sido divulgadas en muchas partes de mundo, no solo en
oriente medio, sino, en las regiones de Grecia y desde entonces se han extendido
a muchas partes del mundo llegando a nosotros.
NUESTRA TEOLOGÍA VIENE DE DIOS
Algo importante que debemos entender es que nuestra teología proviene del
entendimiento que Dios nos da a través de la ayuda del Espíritu Santo de su
carácter y naturaleza, de su relación con nosotros como seres pecadores
necesitados de su redención. En ningún momento nuestra teología bíblica es
producto de la imaginación mitológica o sectaria de los hombres; si no, viene
de Dios, de hecho, las mismas Escrituras dan testimonio de ello: “porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo”, (2 Pedro 1:21, RV60). A diferencia de otras mitologías o
religiones, nuestra teología es producto de la revelación de Dios a los hombres
y no son las tradiciones religiosas de los hombres que la han creado, por ello,
cuando hablamos de teología bíblica, nos referimos a eso mismo y, por ende,
debe ser 100% bíblica, o sea, leal al texto y la sana doctrina.
CLASIFICACIÓN DE LA TEOLOGÍA BÍBLICA, SEGÚN SU ESTUDIO
Realmente existen muchas formas de clasificar la teología bíblica, así
oiremos que existe teología sistemática, teología dogmática, teología natural,
teología práctica, teología histórica, etc. Todo depende del enfoque que se le
quiera dar a su estudio. Ahora, considerando la forma de cómo se realiza el
estudio de las verdades de las Sagradas Escrituras, podríamos dividirla en teología
de instrucción y teología contextual o en desarrollo. Ambas teologías
tienen como propósito el crecimiento y aplicación de las verdades de la palabra
de Dios, para que estas transformen la vida de aquellos que las estudian y que
con el respaldo del Espíritu Santo, podamos influir en este mundo dañado por el
pecado. Veamos en que consiste cada una.
Teología de instrucción.
La teología de instrucción, también conocida como teología catequética, se
refiere a la enseñanza, instrucción y formación en la fe cristiana. Este
tipo de teología se enfoca en transmitir el conocimiento y los principios de la
fe cristiana a través de la educación bíblica, desde el momento de su
conversión, hasta los últimos días de la vida del creyente, creando escuelas
bíblicas o programas de discipulado que incluyan todas las edades. Probablemente
la palabra “catequética” podría alarmar a alguien, ya que es muy usada en el
ámbito de la Iglesia Católica, y poco en las iglesias cristianas protestantes, aunque
en su práctica, la iglesia evangélica realice catequesis. La palabra
catequesis proviene del griego, katejismós (κατηχισμός),
que significa, instrucción, de allí que la teología catequética, o de
instrucción, se enfoque en eso, en instruir al cristiano en las verdades
bíblicas de su fe. La misma Biblia nos enseña la importancia de la teología
de instrucción, esta debe alcanzar a todo hombre y mujer, sin importar su edad
y desde el principio de todo Dios le daba gran importancia: “Congregarás a todo el pueblo, es decir, a hombres, mujeres y
niños, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que oigan y
aprendan, y teman al Señor su Dios, y se dediquen a cumplir todas las palabras
de esta ley”, (Deuteronomio 31:12, RVC). Una parte importante de la
ley de Moisés resaltaba la importancia de la instrucción de todo el pueblo en
los mandamientos y preceptos divinos. De igual manera podemos encontrar
ejemplos en el Nuevo Testamento de cómo la instrucción bíblica preservo el depósito
de la fe en las nuevas generaciones, así ocurrió con Timoteo: “Recuerdo tu fe sincera, como la que tuvo primero tu abuela
Loida, luego tu mamá Eunice y estoy seguro de que tú también la tienes”,
(2 Timoteo 1:5, PDT). De igual forma, los cristianos de la iglesia del primer
siglo instruían a sus miembros, desde los temas básicos de la fe cristiana,
hasta temas que requieren más atención de estudio: “En
realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros; sin embargo, necesitan que
alguien vuelva a enseñarles los principios más elementales de la palabra de
Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido. El que
solo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un
niño de pecho. En cambio, el alimento sólido es para los adultos, pues han
ejercitado la capacidad de distinguir entre el bien y el mal”,
(Hebreos 5:12-14, NVI). Por tanto, podemos decir que la teología catequética
es esa instrucción bíblica que le damos a los creyentes, desde su conversión al
compartirles los temas básicos de la fe cristiana, como el arrepentimiento,
la justificación por fe, el nuevo nacimiento, la Biblia, la oración y el
bautismo; así como la enseñanza bíblica de todas las verdades doctrinales y teológicas
que la iglesia ha compartido por años y que hoy forman parte de sus principales
declaraciones de fe y formación cristiana, convirtiendo así la teología
catequética o de instrucción en el depósito de las verdades del evangelio
que se han de compartir de generación a generación obedeciendo así el mandato
de Jesús de ir por todo el mundo predicando y enseñando el evangelio: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado...”
Teología contextual o en desarrollo.
Por un lado, la
teología de instrucción representa el depósito de fe de todas las doctrinas y
verdades bíblicas que la iglesia ha enseñado de generación a generación, sin
embargo, la teología contextual o en desarrollo se refiere a la manera en
que la iglesia en cada época tiende a interpretar sus enseñanzas a la cultura y
realidad histórica en la que se encuentra, de allí que esta también sea
conocida como "enculturación". El concepto de teología contextual
comenzó a ganar terreno durante el siglo XX, especialmente en América Latina y
África, donde las iglesias buscaban formas relevantes de vivir su fe en medio
de fuertes realidades culturales y sociales, de allí que la teología contextual
intenta entender y explicar la fe cristiana dentro de un contexto específico,
ya sea cultural, social o histórico. Entender esto es de suma importancia
ya que la palabra de Dios es viva y eficaz, un mensaje para todos los tiempos
y, por tanto, tiene su aplicación en cada época histórica del desarrollo
humano, y aun, en nuestros tiempos.
Cuando evaluamos la realidad
cultural en la que vivimos de acuerdo a los principios bíblicos, hacemos
teología contextual, cuando entendemos las realidades sociales, políticas y
económicas de un país en específico y lo contextualizamos a la luz de la
palabra de Dios para definir posturas y afirmar nuestros principios, hacemos teología
contextual. Ahora, es importante entender que la teología contextual puede aplicar
principios universales que son vigentes en todo lugar y tiempo; o pueden
aplicar solo para un tiempo y lugar específico.
Ejemplos de teología contextual en la Biblia.
Un ejemplo de hacer teología
contextual lo tenemos en el libro de los Hechos. Durante sus primeros años la
iglesia fue casi en su totalidad judía, por tanto, la teología de ellos no
veían el creer en Cristo como algo que los tendría que separar de sus antiguas
tradiciones referentes a obedecer la ley de Moisés; sin embargo, cuando los
gentiles se convirtieron hubo una discusión en cuanto si estos tenían que
obedecer las tradiciones de la ley de Moisés, de allí que hubo una discusión
que terminó en la siguiente conclusión que fue anunciada por Santiago, el
hermano de Jesús en el famoso concilio de Jerusalén: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten
a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de
los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”,
(Hechos 15:19-20, RV60). Si nos damos cuenta, considerando las circunstancias
sociales y culturales de los gentiles, la iglesia en Jerusalén determinó a la
luz de las Escrituras lo que les iban a pedir a los gentiles que obedecieran,
al hacerlo, estaban haciendo teología contextual.
También encontramos que Pablo hizo
teología contextual, de hecho, sus enseñanzas teológicas son universales hoy en
día, sin embargo, en 1 Corintios 7 tenemos un ejemplo de teología contextual
que solo aplicaría para las costumbres culturales de ese tiempo. En el tiempo
de Pablo, la costumbre era que los matrimonios eran arreglados por los padres,
por eso da este consejo: “Pero si alguno piensa que
es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así
sea, haga lo que quiera, no peca; que se case. Pero el que está firme en
su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha
resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace. De manera que
el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace
mejor”, (1 Corintios 7:36-38, RV60). Hoy en día esa costumbre no
aplica en la mayoría de países, ya que los que toman la decisión de matrimonio
es la pareja y no los padres, por tanto, podemos ver que Pablo aconsejo
considerando el contexto cultural de su tiempo y su realidad histórica. Otro ejemplo
de esto lo ven en su consejo dado a la iglesia de Corinto referente a que las
mujeres cristianas se cubriesen o no la cabaza y en 1 Corintios 11 encontramos
instrucciones respecto al velo. Conocer el contexto cultural y costumbres de la
época que rodeaban a Corinto ayudan un poco a entender este consejo y
generalmente se ve como un consejo que aplicaba al tiempo y lugar específico de
la iglesia a la cual Pablo escribió, aunque no todos están de acuerdo con esta última
afirmación, no obstante, podríamos ver aquí otro ejemplo de teología contextual.
Peligros de la teología
contextual.
Hoy en día, podemos aplicar teología contextual a nuestra realidad social,
cultural e histórica para entender la voluntad de Dios en medio de las
injusticias sociales, avances tecnológicos y acontecimientos de la realidad
mundial para comprender cual es el papel que la iglesia juega en los últimos tiempos
de gran apostasía en medio de ideologías anticristianas, sin embargo, debemos
tener cuidado de cómo ésta se aplica. Algunos ejemplos de teología contextual son:
1.
Teología de la Liberación, originada en América
Latina, se enfocó en la liberación de los pobres y oprimidos, utilizando las
enseñanzas bíblicas para abordar problemas de injusticia social y económica. Hasta
cierto punto la Biblia enseña mucho acerca de esto y Dios está en contra de la
injusticia y opresión social, pero, un enfoque equivocado a llevado a algunos a
fundamentar sus argumentos para exhortar al pueblo a tomar las armas e iniciar
guerras de guerrillas, otros, utilizando la Biblia, se han introducido para
tomar puestos en el gobierno para su beneficio propio.
2.
Teología evolucionista: Es un enfoque teológico que busca reconciliar
la teoría de la evolución con la teología de la creación. Este enfoque sostiene
que la evolución no está en conflicto con la fe cristiana, sino que puede ser
vista como un proceso guiado por Dios, donde se alegoriza Génesis 1 y se desvía
de la verdadera teología de la creación. Puntos de vista similares a llevado a
establecer otras explicaciones de cómo Dios creo el universo, así tenemos la teoría
del Big Bang, propuesta por el sacerdote católico Georges Lemaître, pero al
final, todas estas teorías han fracasado en su intento de ser demostradas en el
campo de la ciencia.
3.
La teología Minjung en Corea del Sur es un
buen ejemplo de teología contextual, enfatiza su descontento por la opresión de
los pobres y desposeídos, fundamenta sus argumentos en los ejemplos de Éxodo con
Israel siendo oprimidos en Egipto y ven la figura de Jesús como un Mesías que
viene a consolar a los pobres y afligidos. Esta teología fue desarrollada durante
el tiempo en el que Japón ejercía su poder sobre la nación, en la década de
1970, donde se les exigía reconocer al emperador japones como divino, lo cual provocó
persecuciones en la población pobre de Corea del Sur que era cristiana. Una crítica
que se ha realizado a esta teología es su principal enfoque en estar más preocupada
por los pecados nacionales que por los personales, por ser hasta cierto punto, elitista,
por simpatizar por los pobres e ignorar a las clases sociales altas, centrada
en la liberación de los oprimidos lo cual pudiese igualarse al enfoque de la
lucha de los grupos que buscan inclusión de valores y prácticas de vida que
realmente no están en armonía con la Biblia.
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