“Por lo cual, aunque
tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego
por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de
Jesucristo; te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el
cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual
vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. Yo quisiera retenerle
conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio;
pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de
necesidad, sino voluntario”.
Filemón 8-14
INTRODUCCIÓN
Hoy en día muchas personas
viven terribles realidades por causa del pecado. Algunos están hundidos en el alcoholismo
o la drogadicción, otros se lamentan de haber perdido su familia por causa del
adulterio, otros se encuentran privados de libertad en la cárcel por sus
delitos, otros son infelices por tanto odio y complejos que han acumulado en
sus corazones, y así sucesivamente muchas personas son infelices y en su vida
han causado mucho daño a otros. Algunas personas buscan la forma de cambiar sus
vidas a través de las religiones, la psicología o sociedades como alcohólico
anónimos; pero todos estos métodos no son tan eficaces como el mensaje del
evangelio. En la Biblia tenemos uno de tantos ejemplos de personas que habiendo
sido terribles pecadores fueron restaurados por el poder del evangelio, ese fue
Onésimo.
Onésimo de inútil a útil para el Señor |
I.
ONÉSIMO, UNA PERSONA
TRANSFORMADA EN EL EVANGELIO.
Aquí
encontramos en esta corta carta la historia de un hombre que llego a
convertirse en útil para el Señor. Onésimo fue un esclavo que huyó de su amo Filemón,
un hombre rico que era influyente en la iglesia de Colosa, y al parecer le causo
algunos daños al momento de huir por lo que Pablo intercede por él para que
Filemón lo vuelva a recibir, y si algo le debía que se lo cargara a su cuenta: “Así que, si me
tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe,
ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte
que aun tú mismo te me debes”, (Filemón 16-19). Al principio Onésimo
fue un hombre que solo causaba daños, pero en determinado momento de su vida
todo cambio y se volvió una persona muy útil, no solo para Filemón, sino para
Pablo: te ruego
por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te
fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a enviarte; tú,
pues, recíbele como a mí mismo. Yo quisiera retenerle conmigo, para que en
lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio. Pero, como
fue que Onésimo se convirtió en una persona tan útil para los demás. La
respuesta es: porque se convirtió a Cristo: mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones.
Lo cierto es que todos aquellos que creemos al evangelio no solo salvamos
nuestras almas, sino también nos volvemos en personas útiles y de provecho a
nuestra familia y a la sociedad en general ya que el evangelio tiene un poder
transformador que cambia aun al peor de los pecadores.
II.
¿POR
QUÉ EL HOMBRE PUEDE CAMBIAR EN EL EVANGELIO?
¿Por
qué decimos que el evangelio tiene un poder que transforma aun al peor de los
pecadores? Veamos a la luz de la Biblia al menos tres razones por las cuales
nosotros decimos que el evangelio es el único mensaje que tiene poder para
transformar la vida del ser humano.
1. Porque
anuncia a Cristo.
La
primera razón por la cual el evangelio tiene poder para transformar aun hasta
al peor de los pecadores es porque anuncia a Cristo mismo: “Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras”, (1 Corintios 15:3-4). El creer que el sacrificio de
Cristo es suficiente para perdonar nuestros pecados y ser salvos de la
condenación eterna. Esto es así porque la victoria de Cristo radica en su
resurrección, ya que si bien es cierto el murió por nuestros pecados, pero
también se levantó de entre los muertos al tercer día, y esto constituye el
sello de su victoria ya que derroto al imperio de Satanás y la muerte de tal
forma que hoy tiene potestad sobre la vida y la muerte. Por eso alguien que
cree en Jesús vence a través de Él la muerte y sus pecados le son perdonados,
todo su pasado le es perdonado y a partir de allí comienza una nueva vida: “De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas”, (2 Corintios 5:17).
2. Porque
en el convertido actúa el poder regenerador del Espíritu Santo.
“Porque nosotros también éramos en otro tiempo
insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites
diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a
otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor
para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración
y por la renovación en el Espíritu Santo”.
Tito 3:3-5
En
segundo lugar, el evangelio tiene un poder transformador para cambiar la vida
del hombre porque una vez cree actúa en él el poder regenerador del Espíritu
Santo. Esta es una razón por la cual vemos que hombres terribles como Onésimo
se convierten en personas útiles y santas ya que en ellos actúa un poder divino
a través del mismo Espíritu Santo lo cual hace que el hombre comience a
regenerarse. La regeneración es el nacimiento a una nueva vida que lo convierte
en hijo de Dios: “Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios”, (Juan 1:12). A partir de este momento
el Espíritu de Dios comienza a hacer una obra donde va perfeccionando al
creyente y puede darle una capacitación sobrenatural para ser un mejor testigo
de su gracia: “Pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra”, (Hechos 1:7). Este mismo poder actuó en la vida de
Onésimo para convertirlo en un creyente útil para el Señor y el demás,
completamente regenerado de su antigua vida.
3. Porque
para los creyentes hay una promesa de llevar mucho fruto.
“No me elegisteis
vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis
y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, él os lo dé”.
Juan 15:16
Otra razón por la cual el evangelio
tiene poder para cambiar la vida de los hombres es porque aquellos que creen el
él tienen una promesa de llevar mucho fruto: No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os
elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os
lo dé. Para los que se conviertan al evangelio Jesús les promete dos
cosas, llevar mucho fruto, es decir, bendecir todo lo que hagan; y responder
todas sus oraciones. Por ello, alguien que se convierte al Señor y vive
conforme a su voluntad sabe que tiene estas promesas, sabe que a través de la
oración pueden vencer todos sus obstáculos y recibir del Señor todo lo que le
pida dentro de su voluntad, así como también tiene su respaldo para vencer y
prosperar en todo lo que emprenda. Esto fue lo que le paso a Onésimo el cual
conoció a Cristo en una cárcel a través del evangelio que Pablo predicaba, y
fue a partir de allí que se convirtió en una persona regenerada y de provecho
para todos.
CONCLUSIÓN.
Onésimo es otro fiel testimonio de
cómo un hombre puede cambiar gracias al poder transformador del evangelio.
Antes, habiendo sido esclavo, huyo de su amo Filemón, causándole muchos males,
pero en su perdida vida termino en la cárcel donde conoció el evangelio en boca
del apóstol Pablo, y después de allí siendo un creyente se convirtió en un
hombre útil a tal punto que Pablo se lo devuelve a Filemón como un gran
colaborador del evangelio. Así Dios puede cambiar nuestra vida a través del
poder transformador del evangelio ya que este:
1.
Anuncia
a Cristo.
2. Opera el poder
transformador del Espíritu Santo en nosotros.
3.
Declara
grandes promesas de prosperidad y bendición para nuestra vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario