“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre
preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que
os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
1 Pedro 3:15
INTRODUCCIÓN
Hoy en día podríamos decir que existen tres tipos de personas. Las primeras son aquellas a las que se les presenta el mensaje del evangelio y estos creen para vida eterna. Luego, tenemos una segunda clase de personas que escuchan el mensaje del evangelio, saben que el evangelio es la verdad, pero aman más sus pecados y deciden rechazar el llamamiento a vida eterna. Sin embargo, existe otro tipo de personas, aquellos que no creen en el mensaje del evangelio, ya sea porque niegan la existencia de Dios, o porque han sido adoctrinados en otra religión y poseen cosmovisiones e ideologías muy diferentes a las cristianas o porque afirman fundamentar su vida en la ciencia o filosofía. Con este tipo de personas la situación de vuelve más difícil y prácticamente no pueden ser evangelizados. A parte de esto, muchas de estas personas lanzan un ataque en contra del cristianismo, tratando de influir en sus ideologías para que las personas crean a estas en lugar de la verdad. Por tanto, se vuelve importante realizar una defensa de nuestra fe y lograr allanar en la mente de aquellas personas que rechazan el mensaje de verdad.
Apologética |
¿QUÉ ES LA APOLOGÉTICA?
La
apologética es una palabra que proviene del griego apología (ἀπολογία), que literalmente significa, defensa
oral, Josh McDowell dice que esta palabra significa: “una defensa de conducta y
procedimiento”, y en el Nuevo Testamento, la palabra apología aparece 8 veces: Hechos
22:1, Hechos 25:16, 1 Corintios 9:3, 2 Corintios 10:5-6, Filipenses 1:7, 2
Timoteo 4:16 y 1 Pedro 3:15. Para Doug Powell en su Guía Holman de Apologética
define esta palabra como: “La ciencia que expone
pruebas y fundamentos de la verdad de nuestra fe en Cristo”. En
términos generales, la apologética es la rama de la teología que trata
con la defensa y establecimiento de la fe cristiana. En su primera
carta el apóstol Pedro nos enseña la importancia de estar preparado para
presentar defensa, es decir, apología (ἀπολογία),
a todo aquel que demande una razón de nuestra fe: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y
estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia
ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”,
(1 Pedro 3:15). Además de esto, Judas en su carta nos exhorta a contender
ardientemente por nuestra fe y contrarrestar las herejías que los falsos
maestros introducen en la iglesia: “Amados,
por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos
hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados
para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia
de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor
Jesucristo”, (Judas 3-4). Por tanto, todo cristiano debería
prepararse para estar preparado para presentar esta defensa a todo aquel que
demande una explicación de nuestra fe.
DIFERENCIA ENTRE LA EVANGELIZACIÓN Y LA APOLOGÍA
Por
medio de la evangelización proclamamos las buenas nuevas de Jesús a toda
criatura de tal forma que aquellos que creen en el mensaje alcanzan la vida
eterna y los que no creen son condenados: “Y
les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado”,
(Marcos 16:15-16). De este grupo que no creen, pudiésemos separar otro grupo
que posee ciertas creencias y argumentos que les impiden creer en el evangelio,
de allí que la evangelización no tendrá su efecto, porque estas personas han
cerrado su corazón a sus enseñanzas y, por tanto, es necesario iniciar un
proceso de defensa y convencimiento para derribar dichos argumentos y abrir una
brecha que les permita a estas personas considerar que sus convicciones
personales están erradas y abracen la verdad del evangelio. En este
sentido la apologética es la obra de convencer a las personas que cambien sus
propios puntos de vista y Norman Geisler lo dice de esta forma: “A veces, antes que podamos hablar del evangelio, tenemos
que allanar el camino, eliminar los obstáculos y responder las preguntas que
impiden que la persona acepte al Señor”. De igual forma, La Guía
Holman de Apologética de Doug Powell dice acerca de este tema: “Esto ha llevado a muchos cristianos a considerar la
apologética como una suerte de pre-evangelización; no es el evangelio, pero
prepara el terreno para recibir el evangelio”. Además de esto, Michael
Green y Alister McGrath en su libro, ¿Cómo llegar a ellos?, dicen: “Al final, la Apologética siempre lleva a la
evangelización. La Apologética establece la base sobre la cual construir la
evangelización”. Ahora, nosotros como cristianos hemos llegado a
creer por fe y no se trata que el cristianismo es una especie de religión que
tiene sus bases en las evidencias científicas y la razón, sin embargo, esto no significa
que la ciencia no puede confirmar nuestra fe, por ello Antonio Cruz en su libro
de Apologética Cristiana dijo: “Es evidente que
la fe cristiana, como todo aquello que pertenece al ámbito del espíritu, no
puede ser probada mediante la razón positiva o la ciencia experimental. Sin embargo,
esto no significa que tales realidades trascendentes sean contrarias a la razón
humana”. En esto consiste la apologética, en allanar el
camino, eliminar creencias erradas que los alejan de Dios a través del
razonamiento o presentación de pruebas indubitables que provoquen la duda en
las convicciones del incrédulo y lo lleve a cuestionar sus creencias, abriendo
así su corazón al evangelio. En este sentido, podemos decir que la
apologética se puede enfocar de dos formas, la primera, la Apologética
Evidencial, la cual enfatiza las evidencias positivas a favor de
la verdad del cristianismo, presenta pruebas y argumentos de varias áreas,
incluyendo la arqueología, la profecía mesiánica cumplida, y especialmente de
los milagros. En segundo lugar, tenemos la Apologética
Presuposicional, la cual tiene por objeto presentar una base
racional para la fe cristiana y defenderla contra las objeciones, exponiendo
los defectos lógicos de otras cosmovisiones y demostrando así que el teísmo
bíblico es la única cosmovisión que puede dar un sentido coherente a la vida.
LA NECESIDAD DE HACER APOLOGÍA
Desde los primeros siglos de la iglesia cristina ha existido la necesidad de hacer una defensa de la fe y las principales doctrinas bíblicas. Durante los primeros siglos surgieron hombres que torcieron las Escrituras estableciendo doctrinas erradas en cuanto a la salvación y la deidad y persona de Jesús y el Espíritu Santo, así vemos cómo la iglesia apostólica lucha en contra del judaísmo que quería agregarle a la fe las obras de la ley de Moisés y el gnosticismo que presentaba enseñanzas torcidas en cuanto a la naturaleza divina y humana de Jesús. En este sentido vemos que el evangelio según Juan y las 3 cartas de Juan, así como Gálatas, 2 Pedro y Judas se escribieron para realizar una defensa de la fe verdadera a parte de las advertencias de los falsos maestros y la apostasía que Pablo realizo en otras de sus cartas. Luego tenemos el periodo de la iglesia primitiva, y durante los primeros cuatro siglos surgieron muchos movimientos con enseñanzas heréticas que merecían ser contradichas, así tenemos el marcionismo que enseñaba que el Dios del Antiguo Testamento no era el mismo Dios del Nuevo Testamento y rechazó algunos libros de la Biblia, el arrianismo que rechazo la naturaleza divina de Jesús, el docetismo que negaba la encarnación de Jesús y afirmaba que solo fue un espíritu, el ebionismo que negaba el nacimiento virginal de Cristo y su carácter divino, el monarquismo que negaba la Trinidad divina, el nestorianismo que negó la unión hipostática de Cristo y afirmaba que las dos naturalezas, la divina y humana, formaban dos seres totalmente diferentes. Debido a estas y otras herejías surgieron grandes apologistas como Tertuliano, Justino Mártir, Orígenes, Agustín de Hipona, Ireneo de Lyon, entre otros que realizaron grandes obras de apología. De igual forma, conforme la Edad Media se abrió paso a lo largo de la historia, surgieron enseñanzas totalmente equivocadas en cuanto a la salvación y la iglesia, así durante este tiempo proliferó el papado romano, la idolatría y rezo a los santos, venta de indulgencias entre otras supersticiones religiosas. Todo esto desencadeno una defensa de la fe que trajo la santa inquisición y desencadeno finalmente el periodo de la reforma, así tenemos grandes reformadores que realizaron su apología como Martín Lutero, Ulrico Zwinglio, Juan Calvino, entre otros. Hoy en día la necesidad de realizar apología se hace necesario ya que existen muchas corrientes de pensamientos filosóficos contrarios a las verdades bíblicas tales como el materialismo que afirma que Dios no existe, solo la materia; o el naturalismo, que cree que la naturaleza es lo único que existe; o el fatalismo, que piensa que el destino de las cosas no se puede cambiar y toma una actitud resignada y deprimente ante la vida; o el positivismo, que enseña que la clave del éxito es la programación de una mente positiva; o el empirismo, que cree que la experiencia es todo lo que cuenta; o el relativismo, que afirma que no existen verdades absolutas. Y qué decir de las diferentes cosmovisiones que existen, como el ateísmo, el agnosticismo, el teísmo, el deísmo, el panteísmo o el politeísmo. Todo esto y mucho más exige que como cristianos estemos enteramente preparados para presentar una defensa de nuestra fe en medio de tantas ideologías, religiones y posturas filosóficas anticristianas.
TITOS DE APOLOGÉTICA
Podemos
decir que existen dos tipos de apologética. La primera es la Apologética
Defensiva, la cual es una defensa de nuestra fe a ataques que los
hombres realizan, así tenemos el ejemplo del apóstol Pablo, el cual
siendo acusado por los judíos de un blasfemo de la ley de Moisés y de haber
introducido gentiles en el Templo, presento su defensa a favor de su fe: “Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante
vosotros”, (Hechos 22:1). Por otro lado, tenemos la Apologética
Ofensiva que es una defensa intensional donde se presentan
argumentos y evidencias que confirman la veracidad del evangelio y
pretende poner duda en la mente de aquellos que no creen en Dios o disminuir el
ataque de las herejías en este mundo.
Hermoso blog, gracias hermano walter por invertir su tiempo en enseñar la palabra de la verdad, lo apreciamos. Bendiciones!
ResponderBorrarSoy erica ayelen alva
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