Probar los espíritus si son de Dios (1 Juan 4:1-3)


 

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”.

1 Juan 4:1-3

INTRODUCCIÓN

              Iniciamos hoy un nuevo capitulo en esta primera carta de Juan y ahora nos enseña la manera correcta de probar a los espíritus si son de Dios. Como cristianos debemos estar consientes que nos movemos en dos mundos, uno material y otro espiritual, de hecho, nuestra nueva naturaleza, creada por Dios en el momento del nuevo nacimiento, es capaz de responder a la parte espiritual y vivir en el Espíritu. Sin embargo, no debemos olvidar que también Satanás y sus demonios influyen en este mundo con señales que tienen como objetivo engañar a las personas respecto a la verdad, pero aquí el apóstol Juan nos enseña como probar si los espíritus son de Dios.

 

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 Probar los espíritus si son de Dios

NO TODO ESPÍRITU ES DE DIOS

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”.

1 Juan 4:1

             Aquí encontramos una realidad, no todas las manifestaciones espirituales provienen de Dios: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios. Si hay algo que atrae la atención de las personas e interés, son las manifestaciones espirituales. Con esto hay que tener cuidado, primero porque hoy en día en el ámbito cristiano se ha desvirtuado esto totalmente, ya que hay “cristianos” que ven demonios por todos lados, le echan la culpa al diablo por casi todo y andan declarando guerra espiritual, lo cual la Biblia no enseña, porque es Dios el que pelea nuestras batallas. Sin embargo, si hay que estar conscientes de que existe un mundo espiritual que se encuentra en guerra, donde Satanás y sus demonios engañan y tratan de arrastrar a las personas al infierno, además de que se oponen a aquellos que desean servirle a Dios. Así Pablo nos dice que nuestra lucha no es con seres humanos, sino con espíritus malignos: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, (Efesios 6:12). También vemos en el libro de Job la intervención de Satanás para provocar las duras pruebas en la vida de Job con el propósito de obligarlo a blasfemar de su fe: “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”, (Job 1:9-11). También vemos como los planes de Pablo de predicar el evangelio se veían estorbados por Satanás: “Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”, (1 Tesalonicenses 2:18). Además, busca la manera de tentarnos, para que una vez sedamos a ella, daña nuestra santidad y relación con Dios, pudiendo también afectar nuestra efectividad en el servicio de Dios: “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle… Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel”, (Zacarias 3:1,3). De esta forma podemos entender que hay un mundo espiritual malo que se opone a nuestro progreso en el camino de Dios.

            Ahora, Juan nos dice, que hay que saber probar los espíritus, si son de Dios: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. por tanto, el hecho de que haya manifestaciones espirituales no es garantía de que Dios se encuentre respaldando dicha actividad. Hoy en día oímos de reuniones religiosas donde hay sanidades, milagros, se habla en lenguas y una serie de manifestaciones extrañas como la risa santa, el reposar en el espíritu y otras más que podría causar la duda si realmente Dios esta en ese lugar, pero es allí en donde Juan nos invita a probar los espíritus si son de Dios porque muchos falsos profetas han salido por el mundo tratando de engañar con sus herejías a las personas y algunos de ellos, hasta hacen señales para confundirlos.

 

¿CÓMO PROBAR SI LOS ESPÍRITUS SON DE DIOS?

“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios…”

1 Juan 4:2-3

                   Podríamos preguntarnos cómo podemos probar los espíritus si son de Dios, bueno Juan nos enseña eso aquí: En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios. Tratemos de entender lo que Juan esta diciendo aquí. Recordemos que una razón por la cual Juan escribió su evangelio y cartas fue para contradecir las falsas enseñanzas acerca de Jesús. Los gnósticos enseñaban que el espíritu es bueno y que la carne es mala y de aquí se desprendían dos interpretaciones erradas. La primera es que, si el espíritu es bueno y la carne mal, entonces podía yo hacer con el cuerpo lo que quisiera, al final ya era malo y estaba separado del espíritu, así muchos se entregaban a pecados en contra del cuerpo practicando lo que se conocía como hedonismo. Lo otro era que, si el cuerpo era malo, entonces había que martirizarlo, negándole todo placer y sometiéndolo a vivir en la pobreza y castidad, algo parecido a la vida monástica que se practicó desde el siglo IV. Con todo esto, el factor común era que el cuerpo es malo y, por tanto, los gnósticos no creían en la encarnación de Jesús y ni mucho menos en su resurrección corporal, porque iba en contra de sus enseñanzas. Por eso Juan decía, que todo aquel que no confesaba que Jesucristo no había venido en la carne, no es de Dios.

              En este sentido, los espíritus que no provienen de Dios se prueban filtrando sus enseñanzas con la sana doctrina. Alguien puede hacer muchos milagros, hablar en lenguas o profetizar, sanar muchos enfermos, pero en medio de todo eso, lo que determina si realmente es de Dios su ministerio es la palabra de Dios. En 1 Corintios Pablo nos habla del don de discernimiento de espíritus, el cual ayuda a algunos creyentes a discernir que clase de espíritu está detrás de alguna obra sobrenatural: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho… a otro, discernimiento de espíritus…”, (1 Corintios 12:7, 10). Vemos en Hechos como Pablo entendió que el espíritu por medio del cual la joven de Filipo les profetizaba no era de Dios: “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, este se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”, (Hechos 16;16-18). Si bien es cierto, Dios puede darnos discernimiento de espíritus, pero lo cierto es que una buena forma de identificar a los espíritus que no vienen de Dios es por la doctrina que enseñan, tal y como Juan lo dice en estos versículos. En el Antiguo Testamento, de igual forma, los falsos profetas que incluso podían hacer señales milagrosas se conocían si eran de Dios por la doctrina que enseñaban: “Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños… Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto…”, (Deuteronomio 13:1-2, 5). También Pablo le dice a la iglesia que debemos probar toda profecía si es de Dios: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen”, (1 Corintios 14:29). Por tanto, evaluemos la doctrina y si esta no esta conforme a la sana enseñanza del evangelio, el tal, aunque haga milagros, es un falso maestro.

 

EL ESPÍRITU DEL ANTICRISTO

 “… y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”.

1 Juan 4:3

                      Al final, Juan nos dice que todo esto es el espíritu del anticristo, el cual un día se manifestara en el mundo: y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Para Juan, este espíritu del anticristo ya estaba en la tierra y ejercía su influencia de oponerse a la sana doctrina de Cristo, de hecho, Pablo lo dijo así: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio”, (2 Tesalonicenses 2:7). Por tanto, no es de extrañarnos el avance que la apostasía ha tenido en los últimos tiempos en medio de nuestro mundo, muchos de estos apostatas introducen sus herejías destructoras en medio de señales y milagros, pero como ya lo dijimos, no son sus señales o milagros la garantía de que son de Dios, sino su doctrina. Como cristianos debemos cuidarnos de estos engaños y no sorprendernos ya que la apostasía debe seguir creciendo hasta la aparición del falso profeta que a través de milagros hará que la humanidad adore al Anticristo: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase”, (Apocalipsis 13:11-15). Por tanto, probemos los espíritus, a través de la sana doctrina, para saber si son de Dios.

 

1 comentario:

  1. Excelente estudio de la palabra de Dios, gracias hermano walter que Dios lo use de gran manera siempre.

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