Auténticas conversiones (Hechos 2:37-41)


 

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”.

Hechos 2:37-41

INTRODUCCIÓN

                 El apóstol Pedro ha terminado de exponer su mensaje, un mensaje que proclama a Cristo, su vida, muerte y resurrección, ha hecho ver la realidad de sus pecados al sacrificar al Hijo de Dios y ahora viene el resultado después de predicar el verdadero evangelio, la autentica conversión. Como hemos visto desde el versículo 14 de este capitulo del libro de Hechos, el apóstol ha expuesto valerosamente el mensaje del evangelio ha presentado los hechos ocurridos referente a Jesús, ha citado diferentes profecías del Antiguo Testamento que confirman sus palabras y ahora veamos la reacción de las personas que lo escucharon.

 

conversiones
Auténticas conversiones

EL EFECTO DEL VERDADERO EVANGELIO

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?”.

Hechos 2:37

                 En este versículo vemos el efecto que el evangelio provoca en aquellas personas que lo reciben con humildad: Al oír esto, se compungieron de corazón. Primeramente, se nos dice que las personas se compungieron de corazón, y esta palabra, “compungieron”, se traduce del griego katenugesan (κατενύγησαν), la cual en su significado original hace referencia a pinchar o punzar algo repentinamente, también puede entenderse como una acción que agita la mente provocando así un dolor y el pasaje nos dice que dicho dolor es provocado en el corazón y literalmente la palabra griega usada para referirse al corazón es kardian (καρδίαν). Así que podríamos decir que cuando una persona escucha con humildad el mensaje del evangelio y reconoce su culpa por el hecho de ser un pecador, esto lo lleva a experimentar un verdadero dolor y aflicción en su corazón al considerar su estado de condenación. Sin embargo, esto no termina aquí, sino que también lleva al hombre a preguntarse: y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?. Cuando el hombre considera la magnitud de la gravedad de su pecado, esto lo lleva a entender su estado de condenación eterna, pero al mismo tiempo lo impulsa a buscar en el evangelio la solución a su penosa situación, la cual es Cristo. La verdad es que el evangelio no solo le presenta al hombre su situación de pecado y condenación eterna, sino que también le muestra el camino a la redención a través de la fe en Jesús.

 

EL RESULTADO DEL VERDADERO EVANGELIO

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Hechos 2:38

                  He aquí el resultado que el evangelio provoca en la vida de aquellas personas que reciben con humildad el mensaje del evangelio, reconocen su culpa y buscan la misericordia de Dios: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. El resultado es el arrepentimiento. La palabra “arrepentíos” se traduce del griego metanoésate (μετανοήσατε), la cual literalmente hace referencia a un cambio de mente que provoca a su vez un cambio de actitud y sentimientos. Por tanto, el verdadero arrepentimiento lleva al hombre a experimentar una autentica conversión a Cristo y de allí que Pedro les dije: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo. Seguido de la conversión debería ir el bautismo el cual es una ordenanza que la iglesia practica en obediencia a la orden de Cristo de Mateo 28:19 y que da testimonio público de que la persona a muerto a su antigua vida y ha resucitado a una nueva vida. Ahora, Pedro dice que es necesario arrepentirse y bautizarse para perdón de pecados, sin embargo, esto no significa que el bautismo salve, sino mas bien pone en orden la sucesión de pasos de una persona que se convierte a Dios, primero arrepentimiento, luego bautismo y aunado a todo esto recibe el don del Espíritu Santo. La palabra don se traduce del griego dorean (δωρεὰν), la cual nos habla de una dádiva o regalo gratuito, el Espíritu Santo morando en nuestro corazón.

            Ahora bien, este pasaje causa controversia en algunas sectas unitarias que afirman que el bautismo debe ser realizado en el nombre de Jesús y no en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. En Mateo encontramos lo que conocemos como la Gran Comisión y la fórmula bautismal: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, (Mateo 28:19). Algunos grupos unitarios afirman que no debe bautizarse de esta forma, sino en el nombre de Jesús basándose en algunos versículos de Hechos de los Apóstoles como Hechos 2:38. Sin embargo, cuando Pedro ordenó a los recién convertidos a bautizarse, no estaba dando una fórmula bautismal, sino diciéndoles en el bautismo de quién tendrían que bautizarse, porque para este momento ya existía el bautismo de Juan el Bautista, otros dicen que algunas sectas judías bautizaban a sus seguidores, y en este sentido, Pedro les dice que se bauticen en el nombre del Jesucristo, es decir, se bauticen con el bautismo que Jesús ordenó, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Ahora, si estas palabras de Pedro en Hechos 2:38 fueron dichas con el objetivo de establecer una formula bautismal, debiera repetirse en otras partes del mismo libro, pero aparecen de forma diferente. Por ejemplo, en Hechos 2:38 se dice: “En el nombre de Jesucristo”; pero en Hechos 8:16 se dice “En el nombre de Jesús”: “Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús”, (Hechos 8:16) y, en Hechos 19:5 dice “En el nombre del Señor Jesús”: “Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”, (Hechos 19:5). Por tanto, no podemos decir que en el libro de los Hechos se está estableciendo una fórmula bautismal, porque no es una forma constante, sino lo que se está haciendo es afirmar bajo qué autoridad y bajo qué tipo de bautismo se tenían que bautizar los recién convertidos.

Otro aspecto controversial es el hecho de que algunas sectas unitarias afirman que el bautismo salva ya que este pasaje dice: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados… Ahora, esto no puede ser así, primero, porque esta afirmación contradice toda la doctrina de la salvación por medio de la fe sin obras que se encuentra en las Escrituras y, segundo, lo que Pedro hace es establecer el orden en el que ocurren las cosas, primero viene el arrepentimiento que es producto de un corazón afligido que ha decidido creer en Jesús, luego, después de esto viene el bautismo como testimonio público de nuestras conversión ya que hemos sido perdonados de nuestros pecados, pero todo depende de creer, de nuestra fe en Jesús.

 

UNA PROMESA DE VIDA ETERNA

“Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.

Hechos 2:39

               Aquí tenemos una gloriosa promesa de vida eterna que no hace diferencia de personas, edades o nacionalidades: Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Hoy en día el evangelio debe seguirse predicando bajo la misma promesa de vida eterna a través de la fe en nuestro Señor Jesucristo quien murió por nuestros pecados, esta promesa es para cuantos el Señor llamare y serán llamados en la medida que permitamos que Dios nos use en la proclamación del evangelio para que así las personas puedan venir al conocimiento de Cristo.

 

LA IGLESIA HA CRECIDO

“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”.

Hechos 2:40-41

                 De esta forma aquel día este gran sermón termino y provoco el quebrantamiento de muchas personas que procedieron al arrepentimiento. Lucas nos día que después de esto se les continúo testificando y exhortando a huir de este mundo de pecado: Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Es de entender que probablemente no solo Pedro continuo con la exhortación al arrepentimiento, sino el resto de los discípulos que lo acompañaban, porque aquel día hubo muchas conversiones que el libro de Hechos registra con el numero de 3, 000 personas: Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Es increíble ver el gran respaldo que los primeros discípulos tuvieron al momento de predicar su primer mensaje ya que ese día el numero de conversiones fue extraordinario.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario