“Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido,
sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la tierra”.
Hebreos 11:13
INTRODUCCIÓN
Durante toda su vida los patriarcas
de Israel fueron peregrinos en tierras extrañas, creyendo en las promesas de
Dios de que su descendencia heredaría las tierras de Canaán donde habitaban
como forasteros se movían de una región a otra. Abrahán abandono su tierra allá
en Ur de los caldeos y habitó en tiendas, en tierra de Siquem, Betel, Egipto,
Hebrón y Beerseba; su hijo Isaac así lo hizo, así como Jacob y sus 12 hijos,
hasta que finalmente se ubicaron en la tierra de Gosén, en Egipto, donde todos
ellos murieron, pero su descendencia se multiplicó hasta que llego a ser una
gran nación la cual esclavizo Egipto, luego el Señor los libero y durante 40
años vagaron por el desierto, a través de las regiones de Arabia Pétrea y el
desierto del Sinaí, antes de entrar a la región de Canaán e iniciar la
conquista de la tierra prometida. En esta oportunidad vamos a continuar estudiando
estas tierras por las cuales los israelitas fueron peregrinos y ahora
consideraremos la península de Arabia Pétrea y la tierra de Edom.
Mount Sinai De Mohammed Moussa - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28338950 |
ARABIA PETREA
Arabia es considerada la península
más grande del mundo la cual está ubicada en la confluencia de África y Asia,
entre el golfo Pérsico, el golfo de Adén, el mar Arábigo y el mar Rojo, la cual
es mencionada por primera vez en la Biblia en el libro de 1 Reyes o 2 Crónicas
cuando narra todos los tesoros que le llagaban a Salomón en pago de la renta
que les cobrara a otras naciones: “El peso del oro
que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de
oro; sin lo de los mercaderes, y lo de la contratación de especias, y lo de
todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra”, (1
Reyes 10:14-15). En cuanto a los pueblos que habitaron en la península de
Arabia y que en la Biblia se mencionan, el Nuevo Diccionario Bíblico Certeza
menciona lo siguiente: “Arabia no figura
frecuentemente con este nombre en la Biblia, ya que generalmente sus habitantes
fueron conocidos por los nombres políticos o tribales de los grupos menores a
que pertenecían. La tabla de las naciones en Génesis 10 enumera una cantidad de
pueblos del sur de Arabia como descendientes de Joctán y de Cus. Aparecen
también los nombres de una cantidad de tribus, principalmente del norte de
Arabia, como descendientes de Abraham a través de Cetura y Agar (Génesis 25).
También entre los descendientes de Esaú (Génesis 36) se menciona una cantidad
de pueblos árabes. En la época de Jacob dos grupos de descendientes de Abraham,
los ismaelitas (Ismael) y los Madianitas aparecen como mercaderes que viajan en
caravanas (Génesis 37:25-36)”. Podemos ver como los descendientes de
Abrahán llegaron a convertirse en tribus que poblaron la península de Arabia.
Así paso con Ismael: “Estos son los hijos de Ismael,
y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce príncipes por
sus familias… Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto
viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos”, (Génesis
25:16, 18). De igual forma lo hicieron los demás hijos de Abrahán que fueron
concebidos por Centura: “Abraham tomó otra mujer,
cuyo nombre era Cetura, la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián,
Isbac y Súa… Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus
concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él
vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental”, (Génesis 25:1-2,
5-6). Estas familias que procedían de Arabia generalmente se les asociaba con
tribus que llevaban una vida nómada que comerciaban con diferentes productos: “Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he
aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían
aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus
hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su
muerte? Venid, y vendámosles a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él;
porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron
con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la
cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte
piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto”, (Génesis 37:25-28). A
todo esto, el Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia de Nelson Wilton agrega:
“Arabia casi siempre se presenta en la Biblia
como lugar solitario y apto para recibir allí la revelación de Dios. Por eso la
parte más famosa es la pequeña península de Sinaí/ Horeb al noroeste de la
península principal. En este lugar sagrado para los hebreos, Dios se reveló a
Moisés y le dio las tablas de la ley”. Ahora, Arabia puede dividirse
en tres partes de las cuales el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles
F. Pfeiffer nos lo explica muy bien: “Los
geógrafos clásicos concuerdan con Tolomeo (siglo II a.C.) al dividir la Arabia
en tres partes: la Arabia Pétrea, al noroeste, que incluye el Sinaí, Edom, Moab
y la Transjordania; la Arabia Desértica que comprende el desierto sirio; y la
Arabia Feliz, la sección sureña”. Por tanto, vamos a estudiar un
poco más la parte de Arabia Pétrea.
Arabia Pétrea.
Arabía Pétrea es una península con forma de triángulo, ubicada en la región asiática de Oriente Próximo, comúnmente llamada la Península del Sinaí, la cual fue el escenario donde se dio la peregrinación de los israelitas durante sus 40 años que vagaron en el desierto. Su nombre fue establecido en el segundo siglo por los romanos ya que llego a ser una de sus provincias. Entre las principales tribus que habitaron las regiones de Arabia Pétrea la Biblia menciona a los Amalecitas: “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim”, (Éxodo 17:8). Estos fueron descendientes de Esaú, hermano de Jacob: “Y Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec; estos son los hijos de Ada, mujer de Esaú”, (Génesis 36:12). Otra tribu que habitaron esta región fueron los Ceneos, una tribu madianita la cual fue perdonada por el rey Saúl: “Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec”, (1 Samuel 15:6).
En términos generales
podemos dividir las regiones de Arabia Pétrea en cuatro partes importantes:
1. La Altiplanicie Central: Es la parte central de Arabia Pétrea, en cuyo inferior está una cuenca larga desaguada por el rio de Egipto o Sihor, que servía como límite entre Canaán y Egipto (Génesis 15:18).
2. La Cordillera Sinaítica: Es la forma triangular llamada Sinaí u Horeb. Los dos nombres, Horeb y Sinaí, se usan en forma intercambiable, siendo Horeb el más común en Deuteronomio, y Sinaí en los otros libros del Pentateuco.
3. El Neguev: Este comprende la región de terreno escarpado y árido de unos 96 km de largo y se extiende desde Este a Oeste entre Beerseba y Cades Barnea.
4. El Arabá: Es el nombre geográfico de la depresión de Palestina, la cual se extiende desde el sur del Mar Muerto y el Golfo de Akaba, sinónimo del desierto de Sin.
Mapa del Mundo Bíblico de los Patriarcas incluyendo Arabia y la Península del Sinaí |
EDOM
Otro de los lugares relacionado con el peregrinar de Israel durante sus 40 años que vagaron por el desierto es Edom. Edom es una nación antigua cuya mayor información referente a su origen es mencionada en los registros de la Biblia, aparte de esta, muy poco se conoce de Edom, más que un registro antiguo del faraón Seti I donde es mencionada la nación (1215 a.C. aproximadamente) y en las crónicas de una campaña de Ramsés III (1186-1155 a.C.). Aparte de los registros egipcios, también se poseen inscripciones cuneiformes asirias donde se mencionan tres reyes edomitas, tales como Ḳaus-malaka en la época de Tiglath-pileser III (c. 745 a.C.), Malik-rammu en la época de Senaquerib (705 a.C.) y Ḳaus-gabri en la época de Esarhaddon (c. 680 a.C.). Los edomitas fueron descendientes de Esaú, hermano de Jacob y, por lo tanto, fueron una nación hermana de Israel: “Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom…”, (Génesis 36:1). El nombre de Edom proviene del hebreo, Edom (אֱדֹם), raíz hebrea que significa rojo, ya que rojo era el guiso de lentejas por el cual vendió su primogenitura: “dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto, fue llamado su nombre Edom”, (Génesis 25:30). El nombre griego con el cual se conoció Edom fue Idumea y se ubicaron en la región del Monte Seir, que significa “Monte Accidentado”: “Y Esaú habitó en el monte de Seir; Esaú es Edom”, (Génesis 36:8). Al respecto de Edom, J. B. Tidwell, en su libro Geografía Bíblica, nos dice: “El territorio de Edom no es grande como el de los madianitas (o ismaelitas). Se extendía del mar Muerto al golfo de Akaba y, principalmente, al lado este del río Arabah, aunque, sin duda, algo de él estaba en el lado oeste del rio. Es una región montañosa, pero hay gran variación en carácter y aspectos, desde altas montañas que alcanzan 1,798 metros, hasta valles bajos y fértiles, donde se sembraba una gran variedad de productos. Por siglos el comercio entre el norte y el sur —entre Babilonia y Siria por un lado y Egipto e India en el otro— pasaba por Edom. Y la nación, debido en parte a este hecho, ganó considerable prominencia. Los habitantes eran descendientes de Esaú, de quienes se dice que destruyeron a los horeos, quienes moraban allí antes que ellos (Génesis 14:6; Deuteronomio 2:22)”.
Principales ciudades edomitas.
“Y los reyes que reinaron
en la tierra de Edom, antes que reinase rey sobre los hijos de Israel, fueron
estos: Bela hijo de Beor reinó en Edom; y el nombre de su ciudad fue Dinaba. Murió
Bela, y reinó en su lugar Jobab hijo de Zera, de Bosra. Murió Jobab, y en su
lugar reinó Husam, de tierra de Temán. Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad
hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su
ciudad fue Avit. Murió Hadad, y en su lugar reinó Samla de Masreca. Murió Samla,
y reinó en su lugar Saúl de Rehobot junto al Eufrates. Murió Saúl, y en lugar
suyo reinó Baal-hanán hijo de Acbor. Y murió Baal-hanán hijo de Acbor, y reinó
Hadar en lugar suyo; y el nombre de su ciudad fue Pau; y el nombre de su mujer,
Mehetabel hija de Matred, hija de Mezaab”.
Génesis 36:31-39
Algunas de las cuidades de los edomitas se mencionan en la Biblia, así tenemos a Ezión-geber y Elot: “Hizo también el rey Salomón naves en Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la tierra de Edom”, (1 Reyes 9:26). En el caso de Ezión-geber, fue una ciudad antigua de Edom que fungió como puerto ya que se encontraba sobre el mar Rojo y cullas ruinas fueron descubiertas por el explorador alemán F. Frank y posteriormente Nelson Gluck dirigió una excavación de carácter arqueológico. Luego, Elot, también conocida como Elat, fue tambien una ciudad portaría muy importante por representar un acceso al océano Índico por vía del mar Rojo. Fue territorio edomita habitado por los descendientes de Ela, uno de “los jefes de Esaú”: “Estos, pues, son los nombres de los jefes de Esaú por sus linajes, por sus lugares, y sus nombres: Timna, Alva, Jetet, Aholibama, Ela, Pinón, Cenaz, Temán, Mibzar, Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom según sus moradas en la tierra de su posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los edomitas”, (Génesis 36:40-43). Además de estas, también tenemos a la ciudad de Temán, la cual recibe su nombre de uno de los descendientes de Esaú: “Estos son los jefes de entre los hijos de Esaú: hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: los jefes Temán, Omar, Zefo, Cenaz”, (Génesis 36:15). Temán fue una ciudad de la parte noreste edomita que fue famosa por su sabiduría, pero el Señor en sus profecías anuncia que terminaría con sus consejos al momento de destruir a todo Edom: “Acerca de Edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría? Huid, volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de Dedán; porque el quebrantamiento de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo castigue”, (Jeremías 49:7-8). Finalmente, podemos mencionar la capital de Edom, Sela o Petra: “Este mató asimismo a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy”, (2 Reyes 14:7). El nombre de su capital, Selá, significa en hebreo piedra y su nombre equivalente en griego es Petra, que significa lo mismo y hoy por hoy, Petra es un tesoro arqueológico en la tierra de Jordania. Su principal capital, Sela o Petra, estaba ubicada en una región montañosa que les proveía al mismo tiempo un gran defensa en contra de sus enemigos. Al respecto de su geografía montañosa, Oliver Artur, en su libro Geografía de la Biblia, nos dice: “Los textos bíblicos mencionan a Selá como ciudad principal de este territorio (2 Reyes 14:7). En el plano morfológico se pueden distinguir dos regiones. Al norte, una zona montañosa que culmina a más de 1, 600 metros, y cuyo flanco occidental deja aparecer granitos. Entre los cursos de agua que en ella cortan circos citemos el wadi Musa, cerca del cual fue fundada la ciudad nabatea y después romana de Petra. La vertiente oriental está formada por rocas calizas, cuya altitud decrece progresivamente hacia Arabia. Más al sur, la caliza deja lugar a una llanura arenosa salpicada de elevaciones de arenisca, mientras que, al oeste, una cadena de montañas precámbricas que superan los 1, 500 metros domina la Arabá”.
Ruinas de Petra By Diego Delso, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17901222 |
Edom fue una nación que
se caracterizó por su orgullo, ya que su capital Petra los hacia invencibles al
considerar la inexpugnable fortaleza rocosa que los rodeaba: “La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en
las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón:
¿Quién me derribará a tierra?”, (Abdías 3). Aunque Israel fue su nación
hermana, nunca sintió simpatía de ella. Cuando Israel paso por sus fronteras
durante su peregrinación en el desierto, no lo dejo pasar por su territorio: “Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades,
diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha
venido… Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por
viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a
diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. Edom le
respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado”.
(Números 20:14, 17-18). Con el tiempo Edom llego a odiar a Israel, su nación hermana,
a tal punto que se alegró de su caída, cuando Babilonia finalmente destruyó Jerusalén
y tomo cautiva a toda la nación, fue allí donde Edom tomo ventaja de cuando ellos
estaban más vulnerables para atacarlos y saquearlos: “Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás cortado
para siempre. El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su
ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre
Jerusalén, tú también eras como uno de ellos. Pues no debiste tú haber estado
mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte
alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte
jactado en el día de la angustia. No debiste haber entrado por la puerta de mi
pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en
el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su
calamidad. Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los
que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día
de angustia”, (Abdías 10-14). Fue por este terrible pecado que Dios
los condenó a ser exterminados de la tierra: “Mas en
el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de
Jacob recuperará sus posesiones. La casa de Jacob será fuego, y la casa de José
será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun
resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho”,
(Abdías 17-18). Al final, esta profecía se cumplió y al respecto, nos dice: “Todas las profecías sobre la destrucción de Edom se han
cumplido completamente. Fueron conquistados por los romanos en el año 106 d.C.,
otra vez por los musulmanes en el siglo VII, y finalmente, por los cruzados en
la Edad Media. De allí dejaron de existir por completo como pueblo, y sus
ciudades, excepto la de Temán, de acuerdo a una de las profecías, se han
quedado completamente deshabitadas”.
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