“Salum hijo de Colhoze,
gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la
reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y
el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que
descienden de la ciudad de David. Después de él restauró Nehemías hijo de
Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los
sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los
Valientes. Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él
restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región.
Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador de la
mitad de la región de Keila. Junto a él restauró Ezer hijo de Jesúa, gobernador
de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina. Después de
él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina
hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote. Tras él restauró Meremot
hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib
hasta el extremo de la casa de Eliasib. Después de él restauraron los
sacerdotes, los varones de la llanura. Después de ellos restauraron Benjamín y
Hasub, frente a su casa; y después de estos restauró Azarías hijo de Maasías,
hijo de Ananías, cerca de su casa. Después de él restauró Binúi hijo de Henadad
otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta
la esquina. Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale
de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías
hijo de Faros. Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron
hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.
Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre
que sobresale, hasta el muro de Ofel”.
Nehemías 3:15-27
INTRODUCCIÓN
Continuamos nuestro
estudio a través del libro de Nehemías. Hasta el momento hemos seguido la
reconstrucción de los muros de Jerusalén, iniciando desde la parte norte de
este, extendiéndose hasta la parte noroccidental hasta llegar a la parte
suroccidental. Ahora, consideraremos la reconstrucción de la parte suroriental
del muro, trataremos de entender las partes del muro que implico esta
restauración y las verdades espirituales que podamos encontrar en este relato
bíblico.
La reconstrucción del muro suroriental
LA RECONSTRUCCIÓN SURORIENTAL INICIA DESDE LA PUERTA DE LA FUENTE
“Salum hijo de Colhoze,
gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la
reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y
el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que
descienden de la ciudad de David”.
Nehemías 3:15
La reconstrucción
de los muros de Jerusalén en la parte suroriental de este comienza desde la
puerta de la fuente: Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la
puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus
cerraduras y sus cerraduras y sus cerrojos… Aquí tenemos a Salum, hijo de Colhoze, quien
era el gobernador de Mizpa quien lideró esta parte de la reconstrucción. Mizpa
estaba ubicada en Benjamín cerca de Gabaón y Ramá: “Entonces el rey Asa convocó
a todo Judá, sin exceptuar a ninguno; y quitaron de Ramá la piedra y la madera
con que Baasa edificaba, y edificó el rey Asa con ello a Geba de Benjamín, y a
Mizpa”, (1 Reyes 15:22). Este reedifico desde la puerta de la Fuente,
llamada así porque conectaba con la fuente de Siloé, la cual recogía las
aguas de la lluvia y terminaba en ella el canal subterráneo que hizo excavar
Ezequías: “Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y
condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado
Ezequías en todo lo que hizo”, (2 Crónicas 32:30). Por ello el texto nos dice que Salum reedificó
desde la puerta de la Fuete, pasando por el estanque del Siloé hasta llegar a
las gradas que descendían a la ciudad de David: … y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto
del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David. La Ciudad de David debió
haber estado en la parte baja al sur del cerro oriental desde la fuente de
Gihón donde podría intuirse que las gradas mencionadas en este texto aludían a
las que se usaban para descender hasta dicha ciudad.
LA UNIDAD COORDINADA DEL PUEBLO PERMITE EL AVANCE DE LA OBRA EN LA ZONA SURORIENTAL
“Después de él restauró
Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta
delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa
de los Valientes. Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto
a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su
región. Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad,
gobernador de la mitad de la región de Keila. Junto a él restauró Ezer hijo de
Jesúa, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armería de la
esquina”.
Nehemías 3:16-19
Si hay un principio
importante muy marcado en el libro de Nehemías referente al trabajo en equipo
es la impresionante unidad del pueblo dividida en diferentes tareas y
asignaciones que les permitió trabajar en una parte específica del muro de
Jerusalén de manera muy coordinada que permitió un avance increíble, y en
estos versículos se vuelve a ver: Después de él restauró Nehemías hijo de
Azbuc… Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y
junto a él restauró Hasabías… Después de él restauraron sus
hermanos, Bavai hijo de Henadad... Junto a él restauró Ezer hijo
de Jesúa… otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina. Un trabajo se realizaba
por un grupo de personas y tras ellos estaba otro grupo que restauraba la
siguiente parte, al final, todo este trabajo permitió que la parte
suroriental del muro fuese restaurada, una obra bastante enorme que un solo
puñado de personas jamás hubieran podido finalizar, pero la asignación de
secciones del muro a grupos específicos lo permitieron. Destaca en este
texto la mención de un hombre en específico como líder del grupo, ya sea que
fuese un gobernador de un pueblo o región, o cabeza de una familia, todos ellos
dirigieron a su gente en la reconstrucción de la parte que les correspondió.
Todo esto nos recuerda la importancia de la unidad de la iglesia, el recordar
que, si bien es cierto de que el éxito de la obra de Dios depende del respaldo
del Espíritu Santo, también es el Espíritu Santo el que usa, no a uno, sino a
todos los creyentes con diferentes talentos y dones para que combinados
alcancen los mejores resultados. El éxito no descansa en un solo hombre,
sino en el trabajo coordinado de un equipo, de allí que debemos entender
que todos somos importantes en la obra de Dios, nadie es más o menos que otros,
todos tenemos diferentes dones que podemos usar para contribuir al avance del
reino de Dios en esta tierra: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos
es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de
servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la
exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el
que hace misericordia, con alegría”, (Romanos 12:6-8).
Ahora, si
consideramos la parte del muro que estos hombres reconstruyeron, tenemos que: Después de él restauró
Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta
delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa
de los Valientes. El pueblo de Betsur se encentraba a unos 20 kilómetros al sur de
Jerusalén y era una de las cuidades fortificadas por el rey Roboam: “Y habitó Roboam en
Jerusalén, y edificó ciudades para fortificar a Judá. Edificó Belén, Etam,
Tecoa, Bet-sur…”, (2 Crónicas 11:5-7). Es interesante ver que Nehemías hijo de
Azbuc era gobernador solo de la mitad de dicha ciudad. Este reedifico desde los
sepulcros de David, extendiéndose a través del estanque labrado, hasta llegar a
la casa de los Valientes. Los sepulcros de David era el lugar donde los reyes
de Judá habían sido enterrados y se encontraba en la ciudad de David, al
interior de Jerusalén: “Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en el lugar más
prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo
Judá y toda Jerusalén; y reinó en su lugar Manasés su hijo”, (2 Crónicas 32:33). Nada
se sabe acerca del estanque labrado, probablemente se encontraba en ciudad de
David y la casa de los Valientes probablemente se refiere a una casa edificada
para los hombres que formaban parte del escuadrón especial de David a los
cuales se les conoció con el nombre de los valientes de David y que se
mencionan en el 2 Samuel (2 Samuel 16:6; 2 Samuel 23:8). Hoy por hoy, la
ubicación de dicha casa es desconocida. Keila era una ciudad que pertenecía a
la tribu de Judá (Josué 15:44) que se encontraba a 35 kilómetros al sur de
Jerusalén, de allí era gobernador Hasabías, quien también ayudo con la
reedificación junto con otros que se mencionan en el texto, extendiéndose hasta
llegar a la armería de la esquina, cuya ubicación es difícil de determinar. Fue
a través del esfuerzo de todos estos hombres que la reedificación del muro
suroriental avanzo considerablemente.
UN TRABAJO REALIZADO CON FERVOR
“Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro
tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote”.
Nehemías 3:20
Después de la
sección restaurada por el equipo de hombres antes ya mencionado, se nos dice
que la reconstrucción continua a cargo de Baruc, hijo de Zabai, este edifico la
puerta de la casa de Eliasib, sumo sacerdote, pero en este versículo destaca el
entusiasmo con el cual realizo esta obra: Después de él Baruc hijo de Zabai con todo
fervor restauró otro tramo. La palabra hebrea que se traduce en la RV60 como “fervor” es kjará
(חָרָה), la cual da la idea de algo que “arde”, lo cual nos sugiere la
gran pasión y entusiasmo con el cual trabajaba en la reconstrucción y esto nos
enseña que como cristianos también nosotros debemos prestar nuestro servicio
en la obra de Dios, no como una carga molesta, sino con toda disposición y fervor
debemos trabajar por el engrandecimiento de la obra de Dios.
UN TRABAJO COMUNITARIO
“Tras él restauró Meremot
hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib
hasta el extremo de la casa de Eliasib. Después de él restauraron los
sacerdotes, los varones de la llanura. Después de ellos restauraron Benjamín y
Hasub, frente a su casa; y después de estos restauró Azarías hijo de Maasías,
hijo de Ananías, cerca de su casa. Después de él restauró Binúi hijo de Henadad
otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta
la esquina”.
Nehemías 3:21-24
La reconstrucción
del muro suroriental continuo a cargo de otros grupos de personas, en este caso
el punto de partida se ubica desde la casa de Eliasib, quien en el versículo 20
se nos menciona que era el sumo sacerdote cuya obra la inicio Baruc hijo de Zabai
y la continuo Meromot. Por tratarse de la casa del sumo sacerdote,
probablemente la reconstrucción ha llegado a la sección de la casa sacerdotal,
razón por la cual en la obra vemos involucrados a los sacerdotes: Después de él restauraron los
sacerdotes. Ahora, en estos versículos destaca un detalle interesante y es
el hecho que se menciona que aquellos que reconstruyen esta sección tenían
cerca sus casas: Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa… restauró
Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa… restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de
Azarías...
Podemos entender que Benjamín y Hasub reconstruyeron frente a su casa, luego,
Azarías hizo lo mismo y Binúi hijo de Henadad le ayudo: “Después de ellos, Benjamín y Jasub reconstruyeron el
sector que está frente a sus propias casas. Azarías, hijo de Maseías y
nieto de Ananías, reconstruyó el tramo que está junto a su propia casa.
Luego, Binuy, hijo de Henadad, reconstruyó el sector que va desde la casa
de Azarías hasta el ángulo, es decir, hasta la esquina”,
(Nehemías 3:23-24, NVI). Todo esto nos enseña la increíble unidad y compromiso
que existía en la comunidad judía al involucrarse aun las personas que vivían
cerca de los muros que se estaban reconstruyendo, ningún vecino de alrededor
pudo quedarse sin participar de esta obra y en la iglesia eso es lo que
necesitamos, un total involucramiento, no podemos quedarnos como espectadores
viendo cómo otros trabajan en la obra, nosotros debemos involucrarnos en esta
bendita obra y ser parte del trabajo en medio de nuestra comunidad de fe.
LA RECONSTRUCCIÓN SURORIENTAL LLEGA HASTA EL MURO DE OFEL
“Palal hijo de Uzai, enfrente
de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio
de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Faros. Y los sirvientes del templo
que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al
oriente, y la torre que sobresalía. Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que
sobresale, hasta el muro de Ofel”.
Nehemías 3:25-27
En el versículo
anterior podemos leer que el trabajo de aquellos hombres llego hasta la
esquina, hasta el ángulo entrante del muro, lo cual nos sugiere que llegaron a
una esquena principal del muro, luego de allí, Pelal hijo de Uzai continuo su
trabajo hasta la torre alta que salía de la casa del rey, cerca del patio de la
cárcel: Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale
de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. De acuerdo con Jeremías,
en el patio de la casa del rey se encontraba la cárcel donde aprisionaban a los
enemigos: “Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de
Jehová, al patio de la cárcel…”, (Jeremías 32:8). Desde aquí la obra fue continuada por Pedaías
hijo de Faros, luego los sirvientes del templo que habitaban en Ofel
reconstruyeron hasta llega a la puerta de las Aguas y la torre que sobresalía
allí. Todos estos detalles nos sugieren que los trabajos habían llegado cerca
del palacio real donde existía una torre alta que sobresalía en toda aquella
área y fungía como un atalaya. La puerta de las Aguas estaba al oriente y
conducía a la fuente de Gihón en el valle de Quedrón, un poco al sur del punto
intermedio en el lado oriental de la ciudad. Luego, los tecoítas reconstruyen
hasta llegar a otra gran torre que sobresale en el muro de Ofel, el cual fue
fortalecido en el pasado por el rey Jotam: “Jotán fue quien reconstruyó la puerta superior
del Templo del Señor. Hizo también muchas obras en el muro de Ofel”, (2 Crónicas 27:3. NVI), y
Manases lo reforzo con un muro más alto: “Después de esto edificó el muro exterior de la
ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta
del Pescado, y amuralló Ofel, y elevó el muro muy alto; y puso capitanes de
ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá”, (2 Crónicas 33:14). De
esta manera, las obras de la reconstrucción avanzaron por toda la parte
suroriental del muro de Jerusalén.
Excelente explicación Dios Padre le siga llenando de sabiduría por medio de Nuestro señor Jesucristo con la bendición de su Santo Espíritu. Amén
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