“Cuando
Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado;
así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les
llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado
para siempre.”.
Malaquías 1:4
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de fundamento nos
referimos a aquellos principios, fortalezas, destrezas y cosas materiales en las cuales ponemos
nuestra confianza para asegurar nuestra felicidad y seguridad en la vida. Como
seres humanos todos deseamos lo mejor para nosotros mismos y luchamos por
edificar una vida que nos sea satisfactoria y de éxito. Generalmente las cosas
como el dinero, el poder, la influencia y nuestras fortalezas son el fundamento
de ello, pero la realidad es que todo esto sin Cristo es vano. Hoy veremos una nación
que desde su antepasado fundamento su vida en cosas vanas que no aseguraron su
destino.
I.
EL FUNDAMENTO EQUIVOCADO.
El padre de esta nación fue Esaú
y desde el principio su vida estuvo fundamentada en cosas efímeras y falsas que
no aseguraron su futuro, y su descendencia siguió su mismo ejemplo. Veamos sus
errores y los de su descendencia.
1. No valorar las promesas divinas.
“Y guisó
Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego
que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue
llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu
primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues,
me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró,
y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado
de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció
Esaú la primogenitura”.
Génesis 25:29-34
Si hubo algo que caracterizo a esta nación y al
mismo Esaú fue su falta de capacidad para no valorar las cosas espirituales.
Fue Esaú quien menosprecio su primogenitura y por ende las promesas de Dios
hacia el descendiente de Abraham, por un plato de lentejas. Así muchas personas
hoy en día menosprecian las promesas de Dios por las cosas de este mundo sin darse
cuenta del terrible error que cometen. Piensan que la verdadera felicidad se
encuentra en los placeres temporales de este mundo rechazando así la vida plena
que el Señor puede darles lejos del pecado. Su terrible error es amar más las
cosas de este mundo que a Dios mismo.
2. Confiar en las cosas de este mundo.
“Visión
de Abdías. Jehová el Señor ha dicho así en cuanto a Edom: Hemos oído el pregón
de Jehová, y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y
levantémonos contra este pueblo en batalla. He aquí, pequeño te he hecho entre
las naciones; estás abatido en gran manera. La soberbia de tu corazón te ha
engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada;
que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?”
Abdías 1-3
Otro de los errores terribles de
esta nación fue confiar en su propia fortaleza y creer que no necesitaba nada
más para vencer en este mundo. Edom se consideraba inconquistable debido a que
estaba ubicado entre grandes peñascos de piedra que hacían que la ciudad se
viera inconquistable, pero se equivocó ya que finalmente fue destruida y sus
habitantes esparcidos por todo el mundo hasta desaparecer. Muchas personas hoy
en día están fundamentando su vida en falsas confianzas. Algunos confían en sus
propias fuerzas o habilidades, tal vez en sus riquezas o personas, pero se
equivocan al no poner su confianza primeramente en Dios.
II.
EL FINAL DE LOS QUE NO PONEN SU
CONFIANZA EN DIOS.
“Si
Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no
guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de
madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su
amado dará Dios el sueño”.
Salmo 127:1-2
La Biblia es clara al enseñarnos
que si Dios no está incluido en nuestras vidas, todo proyecto y hasta nuestra
propia existencia carece de significado y están destinados al fracasa. Esaú fue
todo esto y muchos más, no supo valorar las promesas divinas, amando más al
mundo puso su confianza en las cosas terrenales, y su descendencia, Edom, lo
imito en esto siendo su final trágico:
“No sea
que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió
su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la
bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque
la procuró con lágrimas”.
Hebreos 12:16-17
III.
EL FUNDAMENTO MÁS SEGURO: CONFIAR
EN EL SEÑOR.
“Bendito
el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el
árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y
no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.
Jeremías 17:7-8
Definitivamente, la confianza en el
Señor es nuestra única garantía en este mundo. Cuando esto es así, aunque
atravesemos por problemas y dificultades jamás pereceremos. Cuando los árboles
se plantan a la orilla de los ríos sus hojas siempre están verdes ya que sus
raíces se extienden hacia las profundidades humedecidas por el agua. Aun en
tiempos de gran calor su color verde se mantiene y su fruto no falta. No es así
con los árboles que se encuentran lejos de los ríos ya que en tiempos de sequías su hoja cae y se marchitan. Aun en medio de los peores tiempos de
angustia, el Señor promete bendecir y fortalecer la vida de sus hijos porque
han puesto su confianza en Él; mas no será así con los impíos.
CONCLUSIÓN.
1. Cuando nuestra confianza está
puesta en nuestras fortalezas o habilidades estamos destinado a fracasar.
2. Si nuestra confianza esta puesta
en Dios, aun en las peores situaciones nuestra vida será de éxito.
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