“Y vino
el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual
era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón
estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le
dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si
Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están
todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos
sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en
mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y
salvarás a
Israel de
la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He
aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi
padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo
estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre”
Jueces 6:11-16
INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo donde muchas
personas están insatisfechas por la vida que llevan y aunque sean muchos los
que se esfuercen por lograrlo, muy pocos la alcanzan. Nuestra malas decisiones,
la escasez de recursos, nuestras propias debilidades y en general el pecado que
practiquemos son la causas de todo ello. No obstante, Dios no desea que esto
sea así. Israel es un buen ejemplo para nuestras vidas ya que el Señor los
libero de la esclavitud de Egipto para introducirlo en una tierra fértil, les
prometió bendecirlos y ponerlos por cabeza de todas las naciones sin tan solo
obedecía su palabra. Pero lamentablemente no fue así. Israel se desvió y por
causa de su pecado Dios levanto otras naciones que los hostigaban a tal punto
que los obligaron a vivir sometidos a ellos lejos de las promesas divinas. Esto
es lo que el pecado nos ofrece, una vida de limitaciones y sufrimiento; pero el
Señor desea algo diferente para nosotros.
Gedeón sacudiendo el trigo |
I. UNA VIDA CONDENADA POR EL PECADO.
“Y vino
el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual
era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón
estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas”.
Aquí encontramos al ángel de
Jehová observando la vida de un hombre que por causa del pecado estaba
destinado a llevar una vida trágica. La Biblia nos enseña que por sus maldades
Dios había castigado a Israel enviando a los madianitas para que los azotaran.
Estos los habían obligado a hacer cuevas en los montes y lugares fortificados y
no podían sembrar en el campo libre ya que sus enemigos los saqueaban
constantemente. A pesar de que eran herederos de la tierra que Dios les había
prometido no podían disfrutar de ella por causa del pecado. Muchas personas hoy
en día no disfrutan de lo mejor que la vida les puede dar, viven con grandes
limitaciones y circunstancias adversas porque sencillamente se alejaron de
Dios. El pecado, aunque produce un placer temporal, solo nos traerá males y en la eternidad el
infierno y por eso Salomón lo considero algo vano: “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré
con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad”,
(Eclesiastés 2:1), y Pablo las llama obras infructuosas: “Y no participéis en las obras infructuosas de
las tinieblas, sino más bien reprendedlas”, (Efesios 5:11).
II. LA PERSPECTIVA DE DIOS HACIA NOSOTROS.
“Y el
ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado
y valiente“.
A pesar que en ese momento Gedeón se
encontraba en una situación precaria y a los ojos de los hombres y posiblemente
para el mismo, no era nada, para Dios valía mucho. Él lo llama: varón esforzado y
valiente, a pesar de que en ese momento huía de escondite en
escondite, pero si algo tiene Dios es que ve la obra que Él puede hacer en
nosotros independientemente de lo arruinado que nos encontremos.
III. DOS ACTITUDES ERRÓNEAS ANTE LAS DIFICULTADES.
Ante las dificultades las
personas tendemos a tomar la actitud equivocada, y en este pasaje Gedeón nos
muestra dos de ellas.
1. Culpar a Dios por las circunstancias.
“Y Gedeón
le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido
todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han
contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha
desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas”.
Gedeón fue arrogante al responderle
al ángel de Jehová al insinuar que Dios tenía la culpa de la situación que estaba
pasado, cuando realmente la principal razón por la cual se encontraban mal era
porque ellos se habían alejado del Señor. Muchas personas hoy en día pueden
quejarse de las circunstancias trágicas que nos envuelven, pero la verdad es
que la razón de tanto sufrimiento e injusticias tiene que ver con la maldad del
hombre, y al alejarnos del Señor quedamos expuesto a los cardos de este mundo.
2. No creerle a Dios y mirar más nuestras limitantes.
“Y
mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a
Israel de
la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He
aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre”.
Después de escuchar el reproche de
Gedeón Dios le anima a ir y liberarse por sus propios medios prometiéndole que
salvaría al pueblo, sin embargo, Gedeón no creyó, ya que vio más sus
limitaciones y lo imponente del ejército madianita que intimidaba a muchos: “Y los madianitas,
los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como
langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está
a la ribera del mar en multitud”, (Jueces 7:12). Muchas personas
viven como Gedeón, lamentándose de su condición, intimidados por las
circunstancias adversas no creen que Dios pueda darles la victoria.
IV. LA ÚNICA GARANTÍA DE NUESTRA VICTORIA.
“Jehová
le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un
solo hombre”.
Dios le da a Gedeón el secreto
del éxito ante cualquier situación: la continua presencia del Espíritu Santo en
la vida. El secreto del éxito de Gedeón no radico en su astucia militar, ni en
sus armas o la cantidad de hombres que lo apoyaban, estaba en el respaldo
divino: Jehová le
dijo: Ciertamente yo estaré contigo. Si queremos ser exitosos a lo
largo de toda nuestra vida necesitamos estar en comunión con Dios; pero si
vivimos lejos de Él y llevamos una vida de pecado, podemos estar seguros que solo
nos espera el fracaso.
CONCLUSIÓN
El pecado solo nos ofrece una vida
de pecado, pero cuando tenemos una verdadera comunión con Dios las cosas son
diferentes. La paga del pecado es muerte, jamás lograremos salvarnos si vivimos
lejos del Señor y sus gloriosas promesas.
Es una excelente palabra para honra y gloria de Dios.
ResponderBorrarExcelente aplicación de Jueces 6. Bendiciones
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