Advertencias para los Mensajeros del Rey (Mateo 10:16-25)



“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Más cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?”.
Mateo 10:16-25

Introducción


             Como lo hemos percibido, a Mateo le gusta ordenar su contenidos en temas, lo vimos en el Sermón del Monte, donde en tres capítulos presento las normas del reino de Dios. Luego, presenta en una sección de tres los milagros que daban testimonio de Jesús como el Cristo seguido por una enseñanza de discipulado en dos capítulos seguidos. Ahora en el capítulo 10 nos está presentando los hechos referentes al llamamiento, comisión y recomendaciones para los misioneros del Rey. En esta sección presenta algunas advertencias y recomendaciones para los apóstoles, mostrándonos algunas cosas que aplican tanto al presente de ellos, como una mirada a lo que representaría la labor misionera en el futuro, hasta el tiempo de su segunda venida.

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Advertencias para los Mensajeros del Rey  

Recomendaciones para los mensajeros del Rey


“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”.
Mateo 10:16

             Es increíble la sinceridad de nuestro Señor Jesús con sus discípulos. Generalmente, cuando se andan buscando seguidores para una misión se suele presentar solo el panorama positivo, pero Jesús es sincero al decirles que no les espera fama y fortuna, sino dificultades. Sin embargo, también les da las recomendaciones para animarlos y prepararlos para aquellos días. En primer lugar les dice: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos, describiendo a sus adversarios como lobos, animales rapaces que no perdonan a sus víctimas, pero Jesús les dice: He aquí, yo os envío. El éxito de la misión está garantizado aun en medio de las adversidades ya que el que los envía es Jesús, y en general, la obra de Dios es precisamente de Él, por lo que los resultados están garantizados. Por el grado de dificultad que la misma obra representa, nuestro Señor le pide a sus discípulos astucia y sencillez: sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Si hay un buen ejemplo de esto, es Pablo. Su carácter sencillo gano muchos amigos, sin importar sus derechos solía buscar agradar a los demás con tal de salvar almas: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.  Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.  Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.  Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él”, (1 Corintios 9:19-23). Su sencillez también se veía en su humildad, como judío de la secta farisea y doctor de la ley podía hacer alarde de eso, no obstante, hizo a un lado todo eso para ganar a Cristo, convirtiéndose en un verdadero ejemplo de humildad y modestia: “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo”, (Filipenses 3:4-7). También, fue un hombre astuto, ya que cuando lo requería la situación hacia uso de su ciudadanía romana para escapar de situaciones de peligro, e incluso la utilizo para apelar al Cesar con el fin de presentarle el mensaje del evangelio, no solo a él, sino a los ciudadanos en Roma. Por tanto, es indispensable que para esta tarea los servidores de Dios sean sencillos como palomas, pero tengan la astucia de una serpiente.

Las futuras dificultades


“Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Más cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
Mateo 10:17-22

                A continuación, Jesús les advierte del tipo de dificultades que tendrían los mensajeros del reino de los cielos: Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Después de Pentecostés, la iglesia no tardo en ser perseguida por los judíos, tanto Pedro como Juan fueron llevados delante de los ancianos de Jerusalén donde los interrogaron acerca de su fe: “Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?”, (Hechos 4:5-7). También fueron echados en cárceles: “y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública”, (Hechos 5:18), y fueron perseguidos por reyes y gobernantes. Por ejemplo, el rey Herodes Agripa I mato a espada a Jacobo, hermano de Juan (Hechos 12:1-2), Pablo fue encarcelado y compadeció ante reyes y gobernantes como Félix (Hechos 24), Festo (Hechos 25:1-12), el rey Agripa II (Hechos 25:13-27; 26) y ante el mismo César, el emperador romano (Hechos 25:12). En medio de esto el Señor les dice a sus discípulos que en esos momentos de presión tendrán el respaldo del Espíritu Santo para hablar en el nombre de Dios: Más cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. Esta misma promesa se le hizo a Moisés cuando el Señor lo mando delante de Faraón: “Ahora pues, vé, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar”, (Éxodo 4:12). La promesa del Señor es poner palabras en sus siervos cuando estos enfrenten este tipo de dificultad, lamentablemente muchas personas toman mal esta cita para apoyar sus negligencia en la preparación y exposición del mensaje del Evangelio. Jesús es claro al señalar el tiempo y las circunstancias en las cuales apoyaría a sus siervos en la exposición de su palabra.

                A parte de estas persecuciones provocadas por los gobernantes, también se agrega la de los familiares que no comulgan con la fe cristiana: El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Estas advertencias eran de alguna manera conocidas por los judíos los cuales lo asociaban con el día del juicio final del Señor. Libros apócrifos que datan del periodo inter-testamentario como Enoc, Jubileos y el apocalipsis de Baruc hablaban de las dificultades y persecuciones que se levantarían entre los mismos familiares, así Jesús mira al futuro y sabia de después de su muerte y resurrección el tiempo de la gracia iniciaba y finalizaría con el inicio de la gran tribulación. Esta historia se ha repetido miles de veces, los judíos odiaban a sus familiares que se convertían al cristianismo. Roma llego a detestar a los cristianos por sus enseñanzas que estaban en contra de la corrupción e idolatría del imperio, por lo que muchos llegaron a detestar a sus familiares que se convertían a Cristo. Algunas religiones del mundo odian a sus familiares si estos abandonan sus creencias para convertirse a Cristo, como lo hizo en el pasado el catolicismo romano o el Islam en la actualidad. En medio de esta situación difícil, donde sus enemigos serán sus propios familiares, Jesús les exhorta a mantenerse en su fe: más el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Persecuciones venideras para los mensajeros del rey


“Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?”.
Mateo 10:23-25

                   Estos versículos han sido bastante difíciles de interpretar a lo largo del tiempo por los eruditos bíblicos.  Algunos creen que Jesús se refería al tiempo cuando Jerusalén fue destruido por el general romano Tito en el año 70, donde tendrían sus discípulos que huir de ciudad a ciudad, pero el problema es la aseveración de que no recorrerían todo Israel: antes que venga el Hijo del Hombre. Pareciera que Jesús hace una referencia al futuro, y se refiere no a la iglesia, ya que para esta época ésta habría sido raptada y no atravesaría por la gran tribulación, más bien tendría que referirse a los judíos convertidos en este periodo que sería perseguidos por el Anticristo, pero antes de recorrer todas las ciudades de Israel, el Hijo del Hombre aparecería en su segunda venida. Sea como sea, lo cierto es que a los mensajeros del Rey les espera persecuciones ya que Jesús lo vivió en carne propia cuando fue llevado delante de Poncio Pilato y fue juzgado y condenado a muerte. Él les dice que no esperen un trato diferente, y que les baste ser como su Maestro: El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si a su Maestro lo llamaron Beelzebú, que no dirán de sus discípulos: Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

2 comentarios:

  1. Hermano, en este párrafo "..Después de Pentecostés, la iglesia no tardo en ser perseguida por los judíos,..." me parece antisemita el comentario ya que analizando Hechos 2, en Pentecostés, solo el pueblo Judío recibió el Espíritu Santo. Si lee con atención ningún gentil estaba presente en aquella celebración de la Fiesta de Pentecostés. Ni siquiera la conocían. Todos los que recibieron el Espíritu Santo eran Judíos, (Hechos 1: 13), cuando Pedro hablo a la multitud se refirió a ellos como "Varones Israelitas" (Hechos 2 : 22), y se añadieron en aquel día al grupo de creyentes 3.000 personas todas judías, conocedores de la Torah. (Hechos 2: 42). Pedro necesitó pasar por la experiencia de la visión más adelante, en Hechos 10, para ir a Cornelio, primer gentil en recibir misericordia y ser añadido al pueblo de Israel.

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    1. Si.
      Lo cierto es que muchos de los judios obedecieron a la fe e iniciaron la iglesia a la cual hoy pertenecemos.
      Realmente el termino que usamos aqui al referirnos a los "judíos" no hace referencia tanto a la naconalidad o senala a toda la nacion, sino mas bien es un termino utilizado para referirse a los lideres religiosos que fueron los que conspiraron para matar a Jesus y luego en Hechos vemos como persicuieron a la iglesia. Por ejemplo, en el Evangelio segun Juan vemos como el autor utiliza el termino "judios", pero no se refiere a la nacion, sino a los lideres religiosos que se oponian a Cristo, estos eran los saduceos, fariseos y escribas. Tambien es cierto que no todos los lideres religiosos estaban encontra de Jesus, como Nicodemo y Jose de Animatea. Tambien Hechos nos dice que muchos de los sacerdotes obedecieron a la fe.

      Al principio estos hombres se opusieron a la iglesia y a lo largo del tiempo muchos otros lo han hecho, pero gracias a Dios por aquellos judios que creyeron y fueron perseguido, pero por su testimonio el evangelio llego a todo el mundo.
      Que Dios bendida a los judios y ellos crean en Jesus como su Mesias.

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