Mateo 10:26-33
Introducción
Después de haberles explicado a sus discípulos los
peligros y persecuciones que tendrían los mensajeros de su santo evangelio,
cambia el panorama de sus enseñanzas a contrastarla con palabras alentadoras
que les exhortan a no temer nada de lo que vendrá. En estos versículos, el
apóstol Mateo registra al menos cuatro razones por las cuales los mensajeros
del Rey no deben temer. La tarea de proclamar su evangelio no es fácil, y
muchas veces la oposición provoca el sufrimiento y hasta la muerte de ellos. A
lo largo del tiempo la historia del cristianismo cuanta a un sinfín de
mártires, pero nuestro Señor le exhorta a no temer a nada. Veamos las cuatro
razones por las cuales los mensajeros del evangelio no deben temer.
Razones para que los Mensajeros de Rey no Teman |
La verdad no puede ser callada
“Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto,
que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse. Lo que os
digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde
las azoteas”.
Mateo
10:26-27
La primera razón para no temer es saber que la verdad
jamás podrá ser callada, pese a los intentos de los enemigos. Desde el
surgimiento de la iglesia, sus enemigos trataron de silenciar el mensaje del
evangelio. Este mensaje es ofensivo para el diablo, por lo que siempre
levantara oposición para que no se predique, lo hizo en Jerusalén para
despertar el odio de los ancianos de los judíos: “Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos
los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos
de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los
muertos… Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni
enseñasen en el nombre de Jesús” (Hechos 4:1-2, 18). Sin embargo,
los discípulos no temieron a sus amenazas, sino confiaron en Dios a quien
tenían que obedecer antes que al hombre: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es
justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos
dejar de decir lo que hemos visto y oído”, (Hechos 4:19-20). Y desde
entonces esta verdad se ha seguido proclamando, pese los intentos del diablo
que querer acallarla y destruir al cristianismo. Su palabra se ha predicado aun
en los tiempos de mayor persecución. Miles de cristianos fueron mártires
durante los primeros 2 siglos de la iglesia, sin embargo, Roma no pudo acallar
este mensaje, y en su lugar el evangelio prevaleció cuando Constantino declaro
en el 316 d.C. el cristianismo como religión oficial del imperio. El papado
romano trato de silenciar el evangelio cuando prohibió la traducción y
enseñanza de la Biblia en otros idiomas ejecutando a miles de protestantes que
se negaban a cumplir este edicto durante el periodo de la santa inquisición.
Sin embargo, ni con todo eso lograron acallar este mensaje, al final la Biblia
comenzó a traducirse al inglés, español, francés y alemán y hoy en día es
traducida a cientos de idiomas y dialectos alrededor del mundo. Jesús tenía
razón cuando les dijo a sus discípulos que no temieran compartir este mensaje
de verdad, ya que al final nada quedaría oculto que no se proclamare, la verdad
jamás será acallada y Dios hará que la luz prevalezca en medio de las
tinieblas: Así
que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado;
ni oculto, que no haya de saberse. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la
luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Aunque el
hombre se esfuerce por ocultar la verdad, esta saldrá a la luz, por tanto, el
mensajero del Rey no debe temer declararla: “Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga
el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará
las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de
Dios”, (1 Corintios 4:5).
Los enemigos del evangelio no pueden destruir nuestra alma en el infierno
“Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar;
temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.
Mateo 10:28
La otra razón por la
cual no deben temer los mensajeros del Rey es que si bien es cierto, los
hombres pueden provocarles grandes males e incluso hasta quitarles la vida, el
alma nadie puede tocárselas. En Lucas se dice de esta forma: “Mas os digo,
amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden
hacer”, (Lucas 12:4). Si
Dios se los permite lo más que pueden hacer es quitarles la vida, pero ninguno
de ellos, ni el mismo diablo puede destruir sus almas en el infierno. A todos
los impíos y al mismo diablo y sus ángeles caídos les espera un terrible destino
de castigo y tormento eterno, sin embargo, a los cristianos les espera una
recompensa eterna que no tiene comparación a cualquier recompensa terrenal.
Posiblemente estas palabras han servido de aliento a aquellos que con valentía
han enfrentado la muerte por causa del testimonio de Cristo, sabiendo que sus
enemigos lo único que pueden hacer es matar su cuerpo, pero su alma es de Dios.
Si hay alguien a quien debemos temer, ese es Dios y por ello Jesús les dijo: temed más bien a
aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Nuestra vida está en las manos de Dios
“¿No
se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra
sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no
temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”.
Mateo 10:29-31
Jesús les da a sus
discípulos una tercera razón para no temer a los enemigos del evangelio:
Nuestra vida está en completo control de Dios, y nada nos pasará sin que sea su
voluntad. En los tiempos de Jesús solían cazarse pajarillos los cuales eran una
comida muy apetecida en el medio oriente, especialmente las codornices. Durante
su viaje por el desierto, Dios alimento con codornices a los israelitas cuando
éstos se quejaron delante de Moisés: “Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel;
háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os
saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios. Y venida la tarde,
subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió
rocío en derredor del campamento”, (Éxodo 16:12-13), y para los tiempos de Jesús era
una comida común en Palestina. Ahora bien, el precio de dos codornices era de
un cuarto, es decir, un assarión (ἀσσάριον), el cual equivalía a
la dieciseisava parte de un denario. Prácticamente no valían mucho, pero con
todo eso el Padre celestial tiene cuidado de ellas y ninguna cae en tierra sin
que sea su voluntad. Así, la vida de los mensajeros del Rey está en sus manos a
tal punto que hasta sus cabellos están contados, y ninguno de ellos morirá si
no es la voluntad de Dios, por ello les dice: no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
En aquel día Jesús nos confesará delante de su Padre
“A
cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me
niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que
está en los cielos”.
Mateo 10:32-33
Finalmente, Jesús les
promete a sus mensajeros que su fidelidad tendrá recompensa aquel día. Muchos
serian tentados a negar el nombre de Cristo, y ha blasfemar su nombre, tal y
como lo hizo Pablo en sus días antes de su conversión, como perseguidor de la
iglesia del Señor: “Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas,
los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí
hasta en las ciudades extranjeras”, (Hechos 26:11), también durante el periodo de los
emperadores romanos, muchos cristianos murieron por no negar a Jesús y declarar
al César como su Señor. Muchos tendrían que morir, pero todos sabrían que su
sacrificio no sería en vano, aquel día Jesús no se avergonzaría de ellos y los
confesaría delante de su Padre, mas no a aquellos que lo negaron delante de los
hombres.
Es de mucha ayuda y bendición sus comentarios y estudios biblicos
ResponderBorrarGrac x este comentario bíblico. De gran orientación...
ResponderBorrarGracias por estaexplicacion esta muy bien explicada y muy alentadora Dios les continue usando y bendiciendo
ResponderBorrarGloria a Dios por el don de enseñanza que le ha dado y compartirlo con los hermanos. Bendiciones
ResponderBorrarExelente comrntario trae mucha luz y nos orienta en el estudio de la palabra de Dios bendiciones
ResponderBorrarCracias hermanos qjien alla escrito toda esta enseñanza. E fue de. Ucha ayuda. nada mas quiero saber quien es el hermano que explico para poder saber el nombre y poder ver si tiene mas enseñansas
ResponderBorrarGracias al Papa Damaso y a los Papas anteriores,Tenemos la Santa Biblia. A
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