Nuestra pasión por la obra de Dios (Esdras 9:1-3)



“Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado. Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo”.
Esdras 9:1-3

INTRODUCCIÓN


Alguien dijo en cierta ocasión que la pasión es el combustible del alma, ya que solo aquellas cosas que nos apasionen  en nuestra vida son por las que peleamos. Todos tenemos diferentes cosas que nos apasionan, pero a cuantos les apasiona verdaderamente la obra de Dios. Hoy vemos a un hombre que verdaderamente le apasiono la misión que Dios le había encomendado, misión que todos deberíamos retomar para transformar a los perdidos al presentarle el mensaje del evangelio.

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Nuestra pasión por la obra de Dios

 I.            EL DESAFÍO PERSONAL DE ESDRAS.


Para esta época Israel estaba regresando a su tierra natal, y entre los que regresaban se encontraba Esdras, pero, quién era Esdras. El capítulo 7 de Esdras lo describe como un descendiente directo de Aarón, el primer sumo sacerdote de Israel, y como un escriba diligente en la ley de Jehová que había consagrado su vida al estudio, cumplimiento y enseñanza de la palabra de Dios. Muchas personas contribuyeron con la reconstrucción de Jerusalén después del cautiverio, figuran entre los más conocidos Zorobabel que se encargó de la reconstrucción del Templo, Nehemías quien reconstruyo los muro y Esdras, quien fue el encargado de restaurar el culto a Dios.

Si uno considera el encargo personal de Esdras puede comprender que representaba un verdadero desafío personal, ya que tenía que ser capaz de reconstruir los muros espirituales que el pecado de Israel había destruido, y esto no era una tarea fácil. Si hay algo que es verdaderamente difícil y requiere una gran lucha es restaurar las almas de los perdidos y establecer su reino en esta tierra, lo cual solo se logra a través de la predicación del evangelio. Los grandes avivamientos han surgido como resultado de la proclamación de la palabra de Dios, lo vemos en los libros de los Reyes y Crónicas donde aquellos reyes que volvieron su corazón a Dios para obedecer su palabra fueron prosperados y este mismo enfoque lo tuvo la iglesia primitiva cuya principal preocupación era la oración y la predicación del evangelio.

II.            LOS OBSTÁCULOS PARA CUMPLIR CON ESTE RETO.


Ahora bien, esta tarea no es fácil ya que demanda primeramente del que la va a predicar una buena preparación para estar capacitado tanto en el área académica como espiritual para tan noble tarea, tal y como Esdras lo hizo: “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos”, (Esdras 7:10). El predicador de esta palabra debe esforzase por preparar su corazón para estudiar, cumplir y enseñar esta palabra, si un elemento de esta receta falta, la tarea no será muy exitosa.

En segundo lugar este reto es difícil de completar porque las dificultades son grandes y la disposición de las personas para sujetarse a la palabra son pocas.  Lo vemos en este pasaje donde después de hacer todos los preparativos para establecer el culto a Dios entre los judíos, Esdras se enteró de todos los obstáculos que enfrentaba: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.

La situación era muy crítica ya que no solo el pueblo se había corrompido en las costumbres paganas sino hasta los dirigentes y sacerdotes lo cual ponía la misión de Esdras en gran dificultad y hasta cierto punto imposible de cumplir. Muchas veces podemos experimentar situaciones similares, por un lado la indiferencia de la gente y del mismo pueblo de Dios a la obediencia de su palabra. Prácticamente las personas se negaban a someterse a la restauración de su alma a tal punto que habían hechos lasos fuertes con los paganos casándose con sus hijas  y teniendo hijos con ellas.  Por otro lado la sensación de soledad y la indiferencia a  la obra de Dios puede hacer desistir a muchos. A Esdras le dolió mucho el hecho de que Israel estuviera fallando en este sentido a tal punto que rasgo sus vestidos, se arrancó los pelos de la barba y la cabeza y se angustio en extremo: Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo. Hoy muchos ven la necesidad que se vive en el servicio a Dios pero a muy pocos les interesa verdaderamente, algunos solo sirven medio tiempo u otros son completamente descuidados sin saber el gran sacrilegio que comenten.

III.            LA NECESIDAD DE ANGUSTIAR NUESTRA ALMA POR LA OBRA DE DIOS.


Para todos la obra de Dios debería convertirse en nuestra principal responsabilidad y administrar nuestro tiempo para cumplir con responsabilidad todas nuestras funciones. Muchas veces se necesita de un hombre o una mujer que esté dispuesto a angustiar su alma por Dios. De hecho los grandes avivamiento y ministerios han nacido de en medio de la angustia.

            Si revisamos la Biblia nos podemos dar cuenta de ello, por ejemplo Moisés tuvo que ser formado por 40 años en la dureza del desierto antes de convertirse en el gran profeta que Israel jamás ha tenido. David tuvo que experimentar peligros de muerte, vituperios y hasta vivir como extranjero en tierra enemiga por causa de las persecuciones de Saúl antes de convertirse en el rey de Israel, el hombre conforme al corazón de Dios. Pablo, después de su conversión tuvo que pasar 3 días en ayuno y oración antes de recibir la sanidad de sus ojos  y luego paso 3 años en Arabia antes de convertirse en el apóstol de los gentiles. Nehemías angustio se alma en ayuno y oración antes de hallar el favor del rey quien lo comisiono a reconstruir los muros de Jerusalén. Y en general, antes de una gran bendición y avivamiento siempre existe un bautismo de angustia, el problema es quien está dispuesto a pasar por él.

 IV.            EL LEGADO DE ESDRAS, SU RECOMPENSA POR SU PASIÓN Y PERSEVERANCIA.


A pesar de las dificultades, Esdras no renuncio a lo que Dios le había encomendado. A pesar que desmayo por un momento, pero pronto se volvió a Dios en oración para buscar la ayuda divina: “Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios”, (Esdras 9:5). Si estamos seguros que es Dios quien nos ha llamado a esa área, cuando vengan las dificultades y parezca que la situación no tiene solución debemos imitar la actitud de Esdras antes de renunciar.

Al final, la oración de Esdras conmovió tanto al pueblo y sus dirigentes que abandonaron a sus mujeres y se volvieron a Dios, y su labor fue tan loable que Israel lo recuerda por sus grandes contribuciones en conservar y predicar la palabra de Dios. De acuerdo a la tradición judía el es el autor de este libro, el salmo 119  y los de Crónicas, también fue el que ordeno el canon hebreo e impulso el oficio de escriba para esta tarea. De igual forma, Dios nos ha llamado a cada uno de nosotros para realizar una misión especial, es nuestra responsabilidad completarla pese a las dificultades.

CONCLUSIÓN.


            Como Esdras hoy enfrentamos el reto de predicar su palabra, y engrandecer el reino de Dios en esta tierra, sin embargo, no siempre es fácil. Nos enfrentamos a serios problemas, oposiciones y la indiferencia de muchos que no se unen a este esfuerza. Pero nosotros debemos  imitar la actitud de Esdras.    Desde siempre Dios ha buscado hombre y mujeres que estén dispuestos a ver más allá de lo que este mundo ofrece, y que estén dispuestos a llevar su mensaje a los perdidos, quiera el Señor que todos seamos estas personas.

“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.
Ezequiel 22:30

“No me importaba donde o como vivía, o cuantas dificultades tenía que soportar, con tal de poder ganar almas para Cristo”
David Brainerd

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