“Y Ana
oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi
boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No
hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como
el Dios nuestro. No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las
palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones. Los arcos de
los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder. Los saciados
se alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre; hasta la
estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece. Jehová
mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y
enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para
hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová
son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo. El guarda los
pies de sus santos, más los impíos perecen en tinieblas; porque nadie será
fuerte por su propia fuerza”.
1 Samuel 2:1-9
INTRODUCCIÓN
Muchas veces hemos oído palabras de
agradecimiento dirigidas a otras personas o incluso a nosotros mismos, por algo
que se hizo por alguna persona que impacto grandemente su vida. Esto lo vemos
en un hijo que agradece a sus padres su cuidado, o por el apoyo que alguien
recibió para finalizar sus estudios, o por la ayuda que alguien le brindo para
que comenzara a trabajar en alguna empresa, etc. En general, existen muchas
razones por las cuales agradecer a alguien, pero si hay alguien a quien le
podemos agradecer nuestra salud, nuestros trabajos, nuestros éxitos en
proyectos personales, por nuestra familia y por todo lo que tenemos, ese es a
Dios. En estos versículos vemos a Ana haciendo una oración que expresa el
agradecimiento que ella tenía a Dios, así como las razones por las cuales le agradecía.
Un Dios que merece nuestro agradecimiento |
I.
DIOS MERECE NUESTRO
AGRADECIMIENTO PORQUE NOS OFRECE UNA GRANDE SALVACIÓN.
“Y Ana
oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová; mi
boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No
hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como
el Dios nuestro. No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; cesen las
palabras arrogantes de vuestra boca; porque el Dios de todo saber es Jehová, y a él toca el pesar las acciones”.
En su oración Ana expresa un
profundo agradecimiento por la gran salvación que Dios ofrece a su pueblo lo
cual nos hace reflexionar acerca de la gran bendición que tenemos en tener a un
Dios protector como Él: Por cuanto me alegré en tu salvación… porque no hay ninguno
fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro. Ninguna nación
en la tierra puede alegrarse tanto como nosotros por el hecho de tener un Dios
que vele y guarde a su pueblo y que le provea una grande salvación. Ni los dioses
paganos de la antigüedad, ni en el Islam o el hinduismo encontraremos a un dios
tan lleno de misericordia y que restaure la vida de su puede como nuestro Dios.
II.
DIOS MERECE NUESTRO
AGRADECIMIENTO PORQUE TIENE EL PODER DE CAMBIAR CUALQUIER SITUACIÓN A NUESTRO
FAVOR AUN CUANDO ESTAS SEAN IMPOSIBLES.
“Los
arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder. Los
saciados se alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre; hasta
la estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece. Jehová
mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir. Jehová empobrece,
y él enriquece; abate, y enaltece. El levanta del polvo al pobre, y del muladar
exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio
de honor”.
En estos versículos encontramos
otra razón para estar agradecido con Dios, y es el hecho de que tiene poder
para cambiar cualquier situación aun cuando estas sean imposibles. En su
oración Ana lo expresa de la siguiente manera:
1.
Los arcos de los
fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de poder.
2.
Los saciados se
alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de tener hambre.
3.
hasta la estéril ha
dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece.
4.
Jehová empobrece, y él
enriquece.
5.
abate, y enaltece.
6.
El levanta del polvo al
pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentarse con príncipes
y heredar un sitio de honor.
III.
DIOS MERECE NUESTRO
AGRADECIMIENTO PORQUE NOS GUARDA DE TODO MAL.
“Porque
de Jehová son las columnas de la tierra, y él afirmó sobre ellas el mundo. El
guarda los pies de sus santos, más los impíos perecen en tinieblas; porque
nadie será fuerte por su propia fuerza”.
En tercer lugar Dios merece nuestro
agradecimiento porque nos guarda de todo mal. Hoy vivimos en un mundo de mucha
violencia y el ser humano hace grandes esfuerzos para garantizar su seguridad
personal, ya sea reforzando la seguridad pública, mudándose a colonias de alta
seguridad, contratando vigilancia o guarda espaldas privados, etc. Pero qué
bueno es saber que los cristianos tenemos uno que guía nuestros pasos y ese es
el Dios todo poderoso el cual no permite que nadie nos haga daño si no es su
voluntad.
CONCLUSIÓN.
Dios merece nuestro
agradecimiento porque:
1. Porque nos ofrece una grande
salvación
2.
Porque
tiene el poder de cambiar cualquier situación a nuestro favor aun cuando estas
sean imposibles.
3. Porque nos guarda de todo mal.
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