Lo que permanecerá para siempre (Salmo 72:17)




“Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado”.
Salmo 72:17

INTRODUCCIÓN


            A lo largo de la historia el hombre ha buscado la forma de inmortalizarse y por ello ha levantado grandes obras arquitectónicas como la torre de Babel, la pirámides de Egipto, el gran templo de Diana en Éfeso, los templos Mayas, grandes compañías y organizaciones, aun mismo algunas religiones han buscado ser las más grandes del mundo. Sin embargo, todas estas cosas están destinadas a desaparecer con el tiempo, a excepción de tres cosas, las cuales no solo sobrevivirán a lo largo del tiempo que le quede de existencia a la humanidad, sino más haya, en la eternidad. Veamos qué es lo que permanecerá para siempre.

eternamente
Lo que permanecerá para siempre 

                               I.            SU NOMBRE PERMANECERÁ PARA SIEMPRE.


“Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado”.
Salmo 72:17

El salmista expresa una verdad sublime en cuanto a nuestro Dios: su nombre permanecerá por siempre, siglos pasaran, nuevas generaciones vendrán, pero el nombre de Dios será hasta el fin de la humanidad. Muchos dioses han sido creados por los hombres, pero ninguno de sus nombres es tan antiguo y tan sublime como el de nuestro Dios. Ni los dioses de Egipto, ni los mesopotámicos, ni los griegos, ni el dios de los musulmanes, ni aun los dioses de los hindúes son tan antiguos como el nombre de nuestro Dios. Muchos de estos dioses antiguos ya no son venerados, pero nuestro Dios es el verdadero y está con el hombre desde su misma creación. El solo hecho de considerar los diferentes nombres a través de los cuales se ha manifestado a la humanidad nos habla de su increíble grandeza. Él es:

1.      Elohim, el primer nombre de Dios que se da en la Biblia (Génesis 1:1).
2.      EL ELYON, El Altísimo (Deuteronomio 26:19).
3.       EL ROI,  El Dios que me ve  (Génesis 16:13).
4.      EL OLAM, El Dios Eterno  (Salmo 90:1-3).
5.      El gran Yo Soy (Génesis 3:14).
6.      El Shadai, Dios Todopoderoso (Génesis 17:1) .
7.      Jehová Jireh o Jehová proveerá (Génesis 22:14).
8.      Jehová Rapha o Jehová el sanador (Éxodo 15:26).
9.      Jehová Nisi o Jehová es mi estandarte (Éxodo 17:15).
10.  Jehová Mekaddesh o Jehová santifica (Levítico 20:8).
11.  Jehová Shalon o Jehová es nuestra paz (Jueces 6:24).
12.  Jehová Sabaoth o Jehová de los ejércitos  (Isaías 1:24; Salmo 46:7).

Estos son algunos de los nombres a través de los cuales se expresa la grandeza de nuestro Dios y en estos postreros días se ha revelado por medio de la persona de Jesucristo quien posee los más grandes tirulos: Rey de reyes, Señor de señores, Príncipe de paz, admirable, consejero, Dios fuerte, Sumo Sacerdote, Apóstol de apóstoles, Hijo de Dios, Mesías, Cristo, Abogado de los cristianos, intercesor entre Dios y los hombres, y Juez de los pecadores. También en Jesús encontramos todo lo que necesitamos ya que Él es el pan de descendió del cielo, la luz de este mundo, el buen pastor, la puerta a través de la cual podemos ser salvos, el camino, la verdad y la vida, la vid verdadera, la resurrección y la vida. ¿Dónde encontraremos un dios cuyo nombre supere al nuestro? ¿Cuál de todos los nombres de los dioses es tan antiguo o ha logrado existir tanto como el nuestro? Ninguno, porque su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol.

                            II.            SU PALABRA PERMANECERÁ PARA SIEMPRE.


“Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; más la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada”.
1 Pedro 1:24-25

En segundo lugar, lo que permanecerá para siempre será la palabra de Dios. Su sola existencia, su originalidad, unidad, preservación a lo largo del tiempo, su exactitud histórica y arqueológica, y sobre todo su poder transformador en la vida del ser humano son una prueba contundente que la Biblia no es un libro más, sino la palabra de Dios. No existe un libro que haya sido tan perseguido y atacado como la Biblia. Desde los emperadores romanos hasta el mismo comunismo ha tratado de destruirla permanentemente, pero sin resultado alguno. Voltaire, un destacado incrédulo francés que murió en 1778 dijo que 100 años después de su muerte el cristianismo desaparecería. Lo irónico fue que después de su muerte, 50 años después la Sociedad Bíblica de Génova utilizo su prensa y casa para producir cientos de Biblia. Hoy en día Voltaire ha pasado a la historia y la Biblia continúa circulando alrededor del mundo. También tenemos el ejemplo de Diocleciano, un emperador romano que promulgo un edicto donde condenaba al cristianismo y ordenaba la destrucción por fuego de todas las Biblias. Irónicamente, 25 años después, Constantino el nuevo emperador romano comisiono a Eusebio para que preparara 50 ejemplares de la Biblia a expensas del mismo gobierno. En la década de los 80’s se levantó una nueva corriente de pensamiento que tenía como objetivo ridiculizar a la Biblia usando la ciencia para ello, a lo cual se le conoció como la alta critica. En aquel entonces condenaron a la Biblia y afirmaron que en pocos años dejaría de ser popular. Hoy en día podemos darnos cuenta que eso no ocurrió y que la Biblia sigue reinando como el libro de mayor circulación en el mundo. Así, la Biblia ha sobrevivido a muchos otros ataques donde han tratado de quemarlas, destruirla, criticarla, ridiculizarla o prohibirla, pero hasta hoy su supervivencia muestra la poderosa mano de Dios obrando en ella.

Por tanto, todos nosotros debemos buscar en sus páginas la sabiduría que ofrece la cual nos muestra nuestro estado de perdición, pero al mismo tiempo el camino de salvación a través de Jesucristo. Ningún otro libro ha sido preservado y dado a conocer al mundo como la Biblia, porque ella permanecerá para siempre: La hierba se seca, y la flor se cae; más la palabra del Señor permanece para siempre.

                         III.            EL QUE HACE SU VOLUNTAD PERMANECERÁ PARA SIEMPRE.


“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
1 Juan 2:17

            Finalmente, el mundo y sus deseos pasara, pero los que hacen la voluntad de Dios, esos jamás pasaran, sino permanecerán para siempre. En este mundo el hombre se esfuerza por tener éxito, por ser famoso, porque su nombre sea conocido y de ser posible recordado en la historia, pero lo cierto es que sin Cristo todos sus esfuerzos son vanos ya que un día dejara de existir en esta tierra y pasara a la eternidad, y si no es salvo su memoria se perderá en el infierno: “Asimismo he visto a los inicuos sepultados con honra; más los que frecuentaban el lugar santo fueron luego puestos en olvido”, (Eclesiastés 8:10). Sin embargo, los que creamos en Cristo seremos salvos del infierno y estaremos delante de su presencia para siempre: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”, (Apocalipsis 21:1-4).

CONCLUSIÓN.


Aunque el ser humano busca la forma de inmortalizarse a sí mismo y sus obras, nada será para siempre, ya que los hombres y sus memorias mueren, sus grandes obras se deterioran y están condenadas a desaparecer con el tiempo; pero hay tres cosas que jamás pasaran, sino serán para siempre:

1.      El nombre de Dios permanecerá para siempre.
2.      Su palabra permanecerá para siempre.
3.      El que hace la voluntad de Dios permanecerá para siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario