“Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga
espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte.
Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene
espíritu de adivinación. Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue
con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego
que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te
dijere. Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha
cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones
tropiezo a mi vida, para hacerme morir? Entonces Saúl le juró por Jehová,
diciendo: Vive Jehová, que ningún mal te vendrá por esto. La mujer entonces
dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel. Y viendo la
mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por
qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has
visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra. Él
le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto
de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a
tierra, hizo gran reverencia”.
1 Samuel 28:7-14
INTRODUCCIÓN
Saúl llego a ser el primer rey
sobre Israel, Dios lo eligió y estaba dispuesto a afirmar su reino, pero
lamentablemente su desobediencia y corazón duro lo llevaron por otro camino
hasta perecer en sus pecados. Esta es la triste historia de un monarca y los
versículos anteriores narran sus últimos días de desesperación en este mundo.
Saúl consulta a una adivina |
I.
LA TRÁGICA SITUACIÓN DE UN REY.
En estos versículos
vemos la trágica situación de un rey, Saúl. Saúl era rey en Israel y se
encontraba rodeado de sus enemigos, ya Samuel, el profeta que lo había ungido
había muerto y Dios ya no le hablaba a tal punto que el temor se apoderó de él,
especialmente porque sus enemigos los filisteos lo rodeaban: “Ya Samuel había
muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado en Ramá, su
ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos. Se
juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl juntó a
todo Israel, y acamparon en Gilboa. Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos,
tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera. Y consultó Saúl a Jehová;
pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas”,
(1 Samuel 28:3-6). Por esta causa Saúl tomo una decisión alocada, buscar
consultar una adivina.
II.
¿CÓMO LLEGO SAÚL A ESTA SITUACIÓN?
Ahora
bien, ¿cómo llego Saúl a esta situación? La respuesta es por su desobediencia.
Saúl fue elegido por Dios para ser rey sobre Israel y estaba dispuesto a
afirmar su reino, lamentablemente por su falta de carácter y constantes
desobediencias fue desechado por Dios: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos
y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el
obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de
los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey. Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo
he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque
temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, y
vuelve conmigo para que adore a Jehová. Y Samuel respondió a Saúl: No volveré
contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para
que no seas rey sobre Israel”, (1 Samuel 15:22-26). A todo esto le
agrego un pecado más al perseguir a David para quitarle la vida. Al final, Saúl
jamás se arrepintió de todos sus pecados y su obstinación lo condujo a su
propio fin.
III.
LA ÚLTIMA FALTA DE UN REY
DESESPERADO.
Después
de todos sus días de desobediencia su fin llego a su vida, sus enemigos lo
habían rodeado y aunque procuro consultar a Dios por todos los medios
conocidos, el Señor no le respondió, y fue allí en su desesperación que cometió
la última desobediencia, consultar una adivina que le hiciere traer el alma de
Samuel para consultarle, lo cual era prohibido por la ley: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su
hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni
sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte
a los muertos”, (Deuteronomio 18:10-11). Para ello Saúl se disfrazó
y con dos de sus hombres buscó de noche a una adivina a la cual le pidió que
hiciera volver de la muerte a Samuel, y esta accedió, aunque con mucho miedo
porque Saúl había exterminado a todos los adivinos, pero este le prometió que
no moriría.
IV.
¿ERA SAMUEL O UN DEMONIO?
“Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir?
Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y
Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni
por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que
hacer”.
1 Samuel 28:15
Este pasaje es muy controversial ya
que muchos discuten si fue Samuel o un demonio que se le apareció a Saúl.
Muchos afirman que fue un demonio, tal y como ocurre hoy en día con los que
practican el espiritismo donde un médium es poseído supuestamente por el espíritu
de la persona muerta y esta al hablar le revela a sus familiares cosas que solo
ellos sabían, incluso en algunos casos fingen hasta la voz del difunto; pero
todos sabemos que son demonios porque de acuerdo a la historia del rico y
Lázaro, nadie puede volver del mas allá para hablar con los vivos: “Además de todo
esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los
que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá… Mas
Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán
aunque alguno se levantare de los muertos”, (Lucas 16:26, 31). Sin
embargo, algunos opinan que Dios hizo una excepción permitiendo que Samuel
regresara de entre los muertos ya que la adivina se asustó al ver que realmente
este apareció e identifico rápidamente a Saúl: Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz,
y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres
Saúl. Sin embargo, todos sabemos que Dios ha prohibido esta práctica
y Él jamás viola su propia ley, aun siendo soberano, además todo lo que Samuel
le dijo eran cosas obvias que se podían deducir al observar la vida de
desobediencia que Saúl había traído y al momento que había llegado.
V.
EL TRÁGICO FINAL DE UN REY.
“Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se
ha apartado de ti y es tu enemigo? Jehová te ha hecho como dijo por medio de
mí; pues Jehová ha quitado el reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero,
David. Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su
ira contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy. Y Jehová entregará a
Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú
y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los
filisteos. Entonces Saúl cayó en tierra cuán grande era, y tuvo gran temor por
las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y
aquella noche no había comido pan”.
1 Samuel 28:16-20
A Saúl
se le dice que Dios se ha apartado de él y era su enemigo, que será entregado a
sus enemigos y su reino será entregado a David. Cuando él escucho estas
palabras su corazón desfalleció sin ninguna esperanza. Qué triste historia de
un monarca que pudo haber tenido un gran reino bendecido por Dios, pero aun en
esta situación no se humillo delante del Señor, sino solo se resignó a pagar
por sus pecados. La verdad es que Dios no es enemigo de nadie, pero por
nuestras acciones nos enemistamos con Él, al final, Saúl no busca la ayuda de
Dios, no pidió perdón por sus pecados, sino continuo en su desesperanza y fue
vencido por sus enemigos, quitándose la vida durante la batalla: “Los filisteos,
pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos,
y cayeron muertos en el monte de Gilboa. Y siguiendo los filisteos a Saúl y a
sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Y
arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran
temor de ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame
con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me
escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó
Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl muerto,
él también se echó sobre su espada, y murió con él. Así murió Saúl en aquel
día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones”,
(1 Samuel 31:1-6).
CONCLUSIÓN.
Esta
es la triste historia que narra la tragedia de un monarca, un hombre que pudo
ser grande en Israel pero lamentablemente no aprovecho la oportunidad que Dios
le dio, sino decidió vivir en desobediencia hasta perecer en sus pecados. Hoy
en día esta historia se repite en muchas personas que no obedecen la palabra de
Dios, el Señor desea salvarnos de nuestros pecados, bendecir nuestras vidas y
darnos la salvación de nuestras almas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario