Dos huertos en la Biblia (Génesis 2:8-17)




“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.
Génesis 2:8-17

INTRODUCCIÓN


En la Biblia encontramos dos huertos donde ocurrieron eventos trascendentales para la historia de la humanidad y hoy queremos estudiarlos en detalle. El primer huerto, el huerto de Edén, allí ocurrió la caída del hombre por su desobediencia y esto dio paso al pecado. El segundo huerto, el huerto de Getsemaní, allí Jesús tuvo una lucha interna difícil para preparar su corazón para lo que venía, su entrega en manos de gentiles y muerte en la cruz del Calvario, y de esta forma, su obediencia dio paso a la vida eterna para todo aquel que en él cree.

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Los dos huertos en la Biblia


                   I.                        EL HUERTO DEL EDÉN.


Vemos en las primeras páginas de la Biblia la aparición del primero de los huertos que hoy queremos considerar. Este huerto es importante, porque aquí fue donde Dios puso al primer hombre para vivir. Si leemos estos versículos podemos comprender como era este huerto:

1.       El huerto del Edén estaba ubicado en el oriente, y fue allí donde Dios puso al hombre para vivir: Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
2.       El huerto era un verdadero paraíso vegetal que le proveía al hombre, no solo un lugar agradable para vivir, sino el alimento necesario: Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
3.       Este huerto era regado con abundante agua ya que estaba rodeado por cuatro ríos, además de elementos y piedras preciosas: Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.
4.       La responsabilidad del hombre consistía en trabajarlo y cuidarlo: Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
5.       El único mandamiento que el hombre tenía que obedecer: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

. Lamentablemente el hombre desobedeció este único mandamiento: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”, (Génesis 3:1-7). Este huerto es trascendental en la vida de los seres humanos, no solo porque allí Dios puso al hombre para vivir, sino porque aquí fue donde este peco y así el pecado entro a la vida de los hombres. De esta forma, el pecado entro a la vida del hombre y este quedo bajo el yugo del pecado y totalmente alejado de Dios.

                II.                        EL HUERTO DE GETSEMANÍ.


“Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.  Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que, si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega”.
Marcos 14:32-42

Aquí tenemos otro de los huertos importantes de la Biblia, el huerto del Getsemaní. El Getsemaní era un huerto que quedaba en el monte de los Olivos, cerca de Jerusalén, donde Jesús solía ir a orar. Fue en este huerto donde se dio otro de los acontecimientos que ha marcado el destino de la humanidad, el día en que Jesús fue entregado para morir en la cruz del Calvario. Al final de sus días de ministerio vemos como el Señor se encuentra angustiado en gran manera y le pedía a Dios que si era posible no le permitiera atravesar por ese terrible martirio; pero al final, estuvo dispuesto a sacrificarse en obediencia a su Padre, todo con el fin de que se consumara el plan de salvación.

             III.                        EL GRAN CONTRASTE ENTRE AMBOS HUERTOS.


De esta forma, tenemos dos huertos importantes en la Biblia, el primero era un paraíso, el segundo, un huerto en medio del monte de los Olivos en Jerusalén; en el primero, Adán tenía que obedecer un solo mandamiento en medio de un paraíso tropical, en el segundo, Jesús venia de cumplir toda la ley sin infringir uno de sus mandamientos y ahora estaba allí en el Getsemaní. En el primero, Adán recibió la tentación pudiendo elegir no ceder a ella, porque otros frutos existían a su alrededor, en el segundo, Jesús se sometió a una gran angustia queriendo no beber esa copa amarga, pero por obediencia se sujeto a la voluntad de su Padre. En el primero, Adán desobedeció y así el pecado entro a la vida de las personas, en el segundo, Jesús fue obediente hasta la muerte y por ello hoy tenemos vida eterna.

Por ello, el apóstol Pablo resalta la enorme diferencia entre Adán y Cristo: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque, así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”, (Romanos 5:17-19).

CONCLUSIÓN.


En la Biblia existen dos huertos que podemos considerar importantes, el primero es el huerto del Edén, donde el primero hombre tuvo la oportunidad de disfrutar de una vida plena en comunión con Dios y con la condición de obedecer un solo mandamiento, pero este fallo, y como consecuencia el pecado entro a la vida de los hombres y este reino para muerte. Luego, tenemos el huerto del Getsemaní, donde un hombre llamado Jesús, después de cumplir toda la ley y los profetas, se presento para enfrentar su destino, y aunque no quería tomar de esa copa, se sometió en obediencia para morir en la cruz del Calvario, y por ese sacrificio trajo la vida eterna a todos aquellos que creen en El.





2 comentarios:

  1. Precioso y de gran bendicion espiritual para mi vida.

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  2. Impresionante y muy claro el plan de salvación, muchas gracias.

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