“Entrad
por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle,
bendecid su nombre”.
Salmo 100:4
INTRODUCCIÓN
Aquellos que verdaderamente hemos
sido redimidos por Dios y hemos gustado de su salvación podemos dar testimonio
de sus muchas misericordias y por ello alabamos y bendecimos su nombre, sin
embargo, nuestro agradecimiento debe ir más allá de expresar uno o dos cantos,
más bien debe ir acompañado de una vida que expresa su eterna gratitud a través
de sus acciones. Pero cómo podemos expresar nuestro agradecimiento a Dios.
Veamos a la luz de la Biblia como podemos hacerlo.
¿Cómo expresar nuestro agradecimiento a Dios? |
I.
RECONOCIENDO
QUE TODAS LAS BENDICIONES QUE HOY TENEMOS PROVIENEN DE DIOS.
“Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”.
Efesios
1:3-4
Lo primero que tenemos que hacer al
momento de agradecerle a nuestro Dios es reconocer que todo lo que tenemos es
de parte de Dios. Como Pablo lo dice, el Señor nos ha bendecido con toda clase
de bendición espiritual, en primer lugar, nos ha dado la vida eterna, luego nos
ha permitido conocerle y tener una comunión con Él. Hoy en día, podemos hacer
un inventario de todas las cosas que tenemos y podemos darle gracias a Dios por
ellas, nuestra familia, nuestra salud, nuestros logros o lo bienes que hemos
adquirido, todo es consecuencia de sus misericordias y por ello debemos
agradecerle.
II.
NO
OLVIDANDO SUS MUCHAS MISERICORDIAS.
“Bendice, alma mía, a
Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y
no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de
modo que te rejuvenezcas como el águila”.
Salmo
103:1-5
Un corazón agradecido con Dios no
solo reconoce que de Él provienen todas sus bendiciones, sino que también jamás
lo olvida. Muchas personas que han recibido de parte de Dios bendiciones y
cuando finalmente sus vidas se ven prosperadas se olvidan de Él. Hay personas
que en sus angustias buscaron a Dios, y quizás para este momento no tenían
nada, pero el Señor les perdono sus pecados y los restauro, pero conforme el
tiempo fue pasando, fueron prosperados, formaron su familia, consiguieron un
buen trabajo y sus vidas se volvieron muy ocupadas como consecuencia de ello, y
fue allí donde se fueron olvidando de Dios, su vida espiritual decayó y ya no
tuvieron tiempo para Él, pero esto es un terrible error. El mundo tratara de
seducirnos para alejarnos de Dios, pero nosotros debemos permanecer firmes
perseverando en nuestra fe y no menguando nuestra vida espiritual, recordando
de donde venimos y no olvidando ninguna de sus misericordias.
III.
NO
PARTICIPANDO DE LAS OBRAS DE ESTE MUNDO.
“Bienaventurado el varón
que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en
silla de escarnecedores se ha sentado”.
Salmo 1:1
En
tercer lugar, debemos expresar nuestra gratitud a Dios manteniéndonos limpios
del pecado y no participemos de las obras de este mundo. Dios es santo y Él
espera que su pueblo sea santo y ser santo significa ser diferente o estar
apartado de las obras de las tinieblas. Como cristianos debemos esforzarnos por
no contaminarnos con el pecado de este mundo, no olvidemos que nuestros pecados
fueron limpiados por la sangre de Cristo por lo que no hay necesidad de volver
a nuestras antiguas costumbres pecaminosas porque cada vez que lo hacemos
estamos siendo desagradecidos con nuestro Dios.
IV.
AMANDO
Y OBEDECIENDO SU PALABRA.
“Sino que en la ley de
Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol
plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja
no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Salmo
1:2-3
Finalmente, debemos vivir
agradeciéndole a Dios a través de amar y obedecer su palabra. La verdadera
bienaventuranza se encuentra en apartarse de la inmundicia de este mundo y
obedecer su palabra, ya que en ella se encuentra la guía perfecta para nuestra
vida, nos muestra la senda de vida y aquel que la sigue es verdaderamente
bienaventurado.
CONCLUSIÓN.
Como cristianos debemos vivir
agradecidos por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y este agradecimiento se
puede mostrar a través de:
1.
Reconocer
que todas nuestras bendiciones provienen de Dios y no de otra fuente.
2.
Nunca
olvidando sus muchas misericordias.
3.
Apartándonos
de toda inmundicia del pecado.
4.
Amando
y obedeciendo su palabra.
Excelente👏👏
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