La celebración de la pascua (Mateo 26:17-25 )


 

“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho”.

Mateo 26:17-25 

INTRODUCCIÓN

              Los siguientes versículos de este evangelio nos presentan la preparación para la celebración de la cena pascual. La pascua y la fiesta de los panes sin levadura eran fiestas ceremoniales muy importante para los judíos y su celebración estaba íntimamente relacionada la una de la otra. El momento de la muerte del Señor Jesucristo se acercaba cada vez más, el motivo por el cual había venido a esta tierra se cumpliría en un par de días, y ahora estaba a punto de celebrar su ultima pascua y para eso decide enviar a sus discípulos a buscar a Jerusalén un lugar adecuado para ello. Al mismo tiempo, no olvidemos que Judas había aceptado el soborno de los principales sacerdotes y ancianos de Jerusalén para entregarles a su Maestro, todo esto ocurría para que se cumpliesen las Escrituras.


pascua-Jesús
La última pascua del Señor


LA ÚLTIMA PASCUA DEL SEÑOR

“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura…”

Mateo 26:17

              Aquí vemos una de las principales fiestas que los judíos celebraban, la pascua, la cual era una celebración que la ley de Moisés ordenaba que se celebrara de manera perpetua en recuerdo a su liberación de la esclavitud de Egipto: “Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche. Y sacrificarás la pascua a Jehová tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que Jehová escogiere para que habite allí su nombre. No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto”, (Deuteronomio 16:1-3). Esta fiesta era una de las más importantes para los judíos ya recordaban su salida de Egipto que representaba el fin de la esclavitud de toda la nación además que el sacrificio del cordero pascual y los panes sin levadura les recordaba su salida urgente de Egipto. También la sangre de los corderos sirvió para pintar los dinteles de las puertas y ventanas para que el ángel de la muerte pasara de largo y no matase a los primogénitos de Israel: “Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir”, (Éxodo 12:21-23). Por este motivo que el ángel exterminador pasaría por alto aquellas casas donde encontraba la sangre en el dintel y postes se le llamo pascua, ya que la palabra pascua se traduce del hebreo Pésakj (פֶּסַח), y literalmente significa pasar por alto. Unida a la celebración de la pascua estaba la fiesta de los panes sin levadura y la preparación de estas fiestas consistía en los siguientes elementos:

 1.       El sacrificio del cordero pascual: “Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras”, (Éxodo 12:3-5).

2.       Comían panes sin levadura, hiervas amargas y la carne asada al fuego: “Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán”, (Éxodo 12:8).

3.       Después de la pascua, seguía por siete días más, la fiesta de los panes sin levadura donde no comían nada leudado: “Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel”, (Éxodo 12:19).

4.       Durante esta fiesta, los padres debían transmitir a sus hijos la tradición de forma oral: “Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró”, (Éxodo 12:25-27).

5.       Conforme el tiempo paso, se acostumbro cantar salmos durante la celebración de la pascua: “Y cuando hubieron cantado el himno”, (Mateo 26:30).

6.       En tiempos de Jesús, se acostumbra beber 4 copas de vino a lo largo de la celebración las cuales recordaban las promesas de Dios cuando los liberó de Egipto: “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes”, (Éxodo 6:6). A parte de estas 4 copas que eran bebidas, se colocaba una quinta copa que no era bebida, sino se colocaba en una esquina de la mesa a la espera de que la beba Elías cuando llegue.

Para este tiempo Jerusalén se llenaba de muchas personas, no solo de judíos que vivían en los alrededores de la ciudad, sino también por aquellos judíos que vivían en el extranjero, pero para esta época peregrinaban a Jerusalén solo para participar de la celebración de la pascua. Por lo que vemos, para Jesús esta celebración también era muy importante y especialmente porque era la última que iba a celebrar con sus discípulos antes de morir: “Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios”, (Lucas 22:14-16).


LOS DISCÍPULOS BUSCAN LUGAR PARA CELEBRAR LA PASCUA

“El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua”.

Mateo 26:17-19

              Debido a que la pascua estaba cerca los discípulos tenían que ir a preparar un lugar para celebrarla con su Maestro: El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua Jesús les encomienda a sus discípulos que fueran a la ciudad, a la casa de un hombre en específico, para preparar allí la pascua, y Lucas nos da más detalles en cuanto a esto: “Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos? Él les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua”, (Lucas 22:7-13). Según Lucas, fueron Pedro y Juan los discípulos que envió a buscar el aposento para que lo preparaban para la celebración de la pascua, y aparte de esto, Lucas nos da más detalles en cuanto a la forma de cómo encontrarían el lugar adecuado para celebrar la pascua, y es que Jesús les dice: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. En esta época era costumbre exclusiva de las mujeres acarrear agua en cantaros, pero curiosamente el Señor les dijo a sus discípulos que buscaran a un hombre con un cántaro y a este lo siguieran, lo cual era muy extraño de ver, porque como ya lo mencionamos, esta tarea era realizada exclusivamente por las mujeres. Sin embargo, lo encontraron, lo siguieron y le preguntaron dónde estaba el aposento donde el Señor celebraría la pascua, y este les mostro el lugar. Aquí surge la pregunta: ¿Cómo este hombre conocía donde Jesús celebraría la pascua? ¿Será que Jesús había hablado con él anticipadamente y ya tenían un trato? ¿O se le hizo saber por revelación divina que Jesús utilizaría su aposento para comer la pascua? ¿Era este hombre un amigo de Jesús y por eso accedió a la petición de los discípulos? La verdad es que la Biblia no dice nada al respecto, sin embargo, vemos cómo el Señor esperaba tomar la cena pascual.

 

¿SERÉ YO EL TRAIDOR?

“Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho”.

Mateo 26:20-25

               Mateo nos dice que, al anochecer, Jesús se sentó a la mesa con sus doce discípulos: Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Realmente, la costumbre de los judíos de este entonces consistía en recostarse alrededor de una mesa con patas muy pequeñas de tal forma que la persona quedaba reclinada con el brazo izquierdo y con el brazo derecho se servía la comida. Por tanto, la imagen que tenemos en occidente de sentarse en una silla tradicional enfrente de una mesa no corresponde a lo que realmente acostumbraban en el tiempo de Jesús, de hecho, las palabras: “se sentó a la mesa”, es una sola palabra griega que es anakeímai (ἀνακεῖμαι), que literalmente significa reclinarse y no sentarse alrededor de una mesa. Estando todos sentados con Jesús, comenzó a anunciar que la conspiración para matarlo que tanto había anunciado vendría de la traición de uno de ellos: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Esta es la primera vez Jesús les dice a sus 12 discípulos que uno de ellos lo entregaría y esta noticia causo mucha tristeza en el corazón de ellos ya que no concebían como uno de ellos podía traicionar a su Maestro y por eso le preguntaban ¿Soy yo, Señor? Ante esta pregunta Jesús les responde: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. Obviamente esto de participar de una ceremonia sagrada como era la cena de la pascua con un corazón que maquinaba traiciones era un terrible pecado, a parte de la actitud hipócrita de fingirse una persona confiable y espiritual. Jesús les dijo a sus discípulos que aquel que metiera con Él la mano en el plato, ese sería el traidor. El plato contenía la salsa amarga de pasas, manzana, higos mezclados con vinagre y otras especias lo cual se comía antes del cordero pascual. Ahora bien, en un evangelio apócrifo conocido como el evangelio de Judas se presenta a Judas como una persona que solo siguió las indicaciones de Jesús de entregarlo a los ancianos y principales sacerdotes del Sanedrín de tal forma que aquí Judas no se presenta como un traidor, tal y como lo presentan los 4 evangelios canónicos, sino como el discípulo de mayor confianza que solo siguió fielmente las indicaciones de Jesús. No obstante, esta afirmación queda anulada con las palabras de Jesús que dan a entender que realmente Judas estaba planeando una traición que era considerada un gran pecado que incluso estaba anunciado en las profecías del Antiguo Testamento: A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. En uno de los Salmos se hace referencia a la traición que el Mesías recibiría de uno de los que confiaba plenamente: “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar”, (Salmo 41:9). Tal traición no era aprobada por Jesús y tan terrible era a los ojos de Dios que lo mejor era nunca haber nacido que cometer semejante aberración que lo condenaría en el infierno.

             Al ver que todos los discípulos se preguntaban si acaso ellos sería el traidor, Judas de manera hipócrita también le hizo la misma pregunta a Jesús: Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho. En el evangelio según Juan se nos muestra cómo Pedro le pidió a Juan que era el discípulo que más amaba que le preguntara quién era el traidor “Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.”, (Juan 13:22-29). Como vemos, Judas era un verdadero traidor a tal punto que Satanás entro en su corazón para influenciarlo a realizar la más vil de todas las traiciones que se han cometido a lo largo de la historia y por eso Judas al ser confrontado por nuestro Señor Jesús decide salir de la cena para consumar su pecado; a pesar de esto, los demás discípulos no entendieron que Judas era el traidor, sino que pensaban que tenia que ir a comprar algo para la fiesta o los podres ya que él era el tesorero, puesto que se le daba al más confiable del grupo. A parte de todo esto, también Lucas nos enseña que por si fuera poco la situación que Jesús vivía, los discípulos tuvieron otra disputa por saber quién era el mayor de todos ellos: “Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel”, (Lucas 22:23-30). Es increíble ver la gran presión que nuestro Señor vivió y tuvo que sobrellevar, ya que por un lado estaba su gran anhelo de compartir su ultima cena pascual con sus discípulos, pero, por otro lado, tenia que confrontar al traidor que estaba sentado en la misma mesa con quien comía del mismo planto y, por otro lado, soportaba y corregía la actitud equivocada de sus discípulos de querer ser los primeros en los puestos de liderazgo que creían que Jesús les daría. Al final, así fue la ultima cena pascual del Señor, sin embargo, esto no impidió que la celebrara en comunión con su Padre y sus discípulos, mientras que Judas se fue a consumar su traición. Como cristianos debemos cuidar nuestro corazón para que el pecado no entre en nosotros y terminemos participando de lo sagrado, fingiendo ser espirituales, cuando realmente Satanás ha entrado en el corazón y nuestra mente esta maquinando las mas viles acciones.


1 comentario:

  1. Está enseñanza nos muestra que debemos muestro corazón de no caer o hacer lo malo

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