Los Testigos Jehová


 

“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”.

Deuteronomio 4:1-2

INTRODUCCIÓN

                     Cuando Dios liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto les prometió introducirlos en la tierra que les había prometido a sus antepasados, sin embargo, les advirtió que tenían que poner por obra todos los mandamientos y preceptos que les había dado los cuales cumplirían perpetuamente sin añadir ni quitar nada de lo que allí está escrito. Si hay alguien que ha violado este mandato son los Testigos de Jehová y esto se ve reflejado en su traducción personal de la Biblia llamada “La Traducción del Nuevo Mundo”, la cual ha sido manipulada para ajustarse a las creencias de dicho grupo sectario. Los Testigos de Jehová son una secta de origen estadounidense creada por Charle T. Russell, quien, desviándose de la verdad, dio origen a este grupo sectario. Hoy por hoy es una secta que afirma tener la única verdad, pero consideremos a la luz de la palabra sus errores doctrinales.


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Los Testigos Jehová

ORIGEN

                  El origen de la secta se encuentra en las ideas de Charles T. Russell quien, nacido en 1852 en Pensilvania, Estados Unidos, fue criado en la Iglesia Presbiteriana, después fue miembro de la Iglesia Congregacional y más tarde de la Iglesia Adventista, abandonándola poco tiempo más tarde para iniciar en 1870 una clase de Biblia sin mayor preparación bíblica y con el tiempo sus estudiantes lo convirtieron en pastor, posteriormente en 1879 fundo la revista Atalaya de Sion. En 1884 fundo The Watch Tower Bible and Tract Society (Sociedad de la Biblia y Tratados de la Torre del Vigía). Luego, en 1886 publico el primer volumen de una serie de 7 libros titulados La Aurora del Milenio, posteriormente, en 1914, llamó a su organización la Asociación Internacional de los Estudiantes de la Biblia. Se casó en 1879, sin en embargo, se divorcio en 1913 después de que su esposa lo demandó en tribunales por malos tratos y acusarlo de adulterio. Además, estuvo envuelto en escándalos financieros debido a que inducia a sus miembros moribundos a dejarle el derecho de sus propiedades después de su muerte a su organización. A su muerte en 1916, Joseph Franklin Rutherford se convierte en el segundo presidente de la Sociedad de la Atalaya y adopta el nombre de los Testigos de Jehová. En 1942, Rutherford muere y Nathan Knorr se convierte en su sucesor y los Testigos de Jehová comienzan a creer.

 

LA FUENTE DE AUTORIDAD DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

                     Para nosotros los cristianos, solo existe una sola fuente de autoridad, y esta es la Biblia. Sin embargo, los Testigos de Jehová usan una Biblia que intencionalmente han alterado para que se ajusten a sus propias enseñanzas. Al respecto de esto, J. Cabral en su libro Religiones, Sectas y Herejías dice: “Los testigos de Jehová son maestros en el “malabarismo exegético”. Usan la Biblia para atraer a los incautos, y tienen su “biblia” particular, de traducción adaptada a sus conceptos, en la cual tuercen la Palabra de Dios. La “Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras”, que felizmente no tiene el nombre de Biblia, está arreglada para las doctrinas que predican”. A parte de esto, tienen otras revistas llamadas el Atalaya y el Despertad que las posicionan en una situación tal que dan a entender que sin ellas es imposible interpretar las Escrituras, por lo que terminan siendo fuentes de autoridad para ellos. Veamos en qué consisten cada una de ellas.

 

               La Traducción del Nuevo Mundo. 

En 1961 la Sociedad de Biblias y Tratados de la Torre del Vigía publicó su propia traducción de la Biblia la cual llamó “New World Translation of the Holy Scriptures”. En su libro, “Estudio de las Sectas”, Josh McDowell y Don Stewart presentan la afirmación de los Testigos de Jehová respecto a su particular traducción de la Biblia y que aparece en el prólogo del Nuevo Testamento publicado en 1950: “La honestidad nos obliga a insistir en que, aunque cada una de ellas (las otras traducciones) tiene sus puntos dignos de mérito, todas han caído víctimas del poder del tradicionalismo humano en diversos grados”. Para ellos las demás traducciones de la Biblia que existen no son fieles en la traducción de los idiomas originales por lo que deciden presentar su traducción como la más acertada, pero la verdad es que al comparar algunos versículos vemos cómo los han tergiversado de su significado original, especialmente aquellos que tienen que ver con la personalidad y deidad de Jesús y el Espíritu Santo. En su palabra Dios advirtió el terrible pecado de alterar intencionalmente la palabra de Dios, ya sea quitando o añadiendo a su contenido: “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”, (Deuteronomio 4:1-2). Además, el libro de Apocalipsis advierte de las consecuencias para aquellos que se atrevan a alterar el contenido de su profecía: “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”, (Apocalipsis 22:19).


Las revistas: El Atalaya y El Despertad.

El Atalaya o Despertad, son revista donde los Testigos de Jehová dan a conocer sus puntos de vistas teológicos. Según ellos, estas revistas son necesarias para la correcta interpretación de la palabra de Dios, sin ellas es imposible que una persona comprenda las verdades bíblicas. A través de ellas esta secta afirma tener la autoridad para declarar afirmaciones a modo de profecías seguras en las que sus lectores pueden confiar, esto según su afirmación dada en la revista Atalaya, 1 abril 1972: “Toda atalaya tiene su propósito. Sirve como un lugar elevado para una persona bien despierta y de visión aguda, Hace posible que ésta vea hasta gran distancia y diga a los que están abajo y para quienes ella hace la labor de vigía que se acerca, si es un peligro para el cual prepararse o si es algo bueno de lo cual alegrarse con fuerte fe y esperanza”. También ellos afirman que estas publicaciones son literatura de apoyo para entender la Biblia, sin ellas es imposible hacerlo: “Aun cuando la Biblia es un libro organizacional y pertenece a la congregación cristiana como una organización, no es para los individuos, sin importar con cuanta sinceridad ellos puedan creer que pueden interpretar la Biblia. (La Atalaya, 1º Oct., 1967, Pág. 587). En cuanto a esto podemos decir que toda persona convertida a Cristo y que permite que el Espíritu Santo sea su Maestro puede llegar a entender la palabra de Dios sin la necesidad de estas ayudas que tienden a ponerse por encima del discernimiento espiritual que el Espíritu Santo nos puede proveer: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”, (Juan 14:26). A parte de esto, Santiago nos dice que no debemos tener un espíritu altivo, sino humilde para creer a la palabra y permitir que esta haga su obra: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”, (Santiago 1:21). Y Pablo dice que la palabra de Dios se entiende a través del discernimiento espiritual y no solo por medio de métodos meramente intelectuales: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”, (1 Corintios 2:14). Por otro lado, sabemos que hay ciertas literaturas y obras humanas que pueden ayudarnos a entender más la palabra de Dios, sin embargo, estas no se presentan de manera presuntuosa como la única forma de entenderlas, haciendo a un lado la ayuda del Espíritu Santo en esta labor. Así, sin abandonar el estudio de la Biblia con el apoyo de la oración y discernimiento que el Espíritu Santo puede dar al creyente, sabemos que hay libros, diccionarios, comentarios y otras obras literarias que en determinado momento pueden auxiliarnos a comprender o profundizar aún más en el entendimiento de las Escrituras, sin embargo, es importante que estas ayudas estén en armonía con la doctrina bíblica y no olvidar que solo son ayudas complementarias que es bueno consultar, pero siempre con el respaldo del Espíritu Santo como principal Maestro y oraciones que pidan a Dios el correcto entendimiento. El problema del Atalaya y el Despertad es que aseguran que solo a través de ellas se da la verdadera interpretación y sin ellas no es posible entender la Biblia.

 

ENSEÑANZAS HERÉTICAS DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

                   Como toda secta, los Testigos de Jehová han torcido importantes doctrinas bíblicas, especialmente doctrinas que tienen que ver con la deidad de Jesucristo, la deidad y personalidad del Espíritu Santo, la enseñanza del infierno el tema de la salvación y afirman no creer en la Trinidad Divina. Veamos en qué consisten sus falsas doctrinas y cómo podemos contradecirlas por medio de la palabra de Dios.


Enseñanzas en cuanto a Jesús

Entre sus peores interpretaciones tenemos las enseñanzas torcidas en cuando a la deidad de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros creemos en la unión hipostática de Cristo la cual afirma que Jesús posee dos naturalezas diferentes unidad en su sola sustancia, y en este sentido Jesús es Dios y Hombre perfecto al mismo tiempo. Terriblemente esta secta a tergiversado intencionalmente Juan 1:1 donde se nos afirma que Jesús, quien es el Verbo, es Dios: “En el principio la Palabra existía, la Palabra estaba con Dios y la Palabra era un dios”, (Juan 1:1, TNM). Vemos como terminan afirmando que la Palabra, es decir, el Verbo, era “un dios”, con “d” minúscula, porque no quieren elevar a la persona de Jesús a Dios. A lo largo del tiempo y en sus publicaciones ha afirmado muchas cosas contrarias a lo que la Biblia enseña respecto a Jesús, veamos que dicen:


1.               Afirman que Jesús fue el primer ser creado.

Ellos utilizan algunos versículos para demostrar su falsa afirmación, vemos los más comunes y la correcta interpretación.

La afirmación “… el principio de la creación de Dios, dice esto”, (Apocalipsis 3:14), afirman que es una demostración de que Jesús fue el primer ser creado. A esto decimos: El principio de la creación no hace referencia a que es el primer ser creado, sino que Él es el que dio principio a toda la creación. También utilizan el siguiente versículo para decir que Jesús es el primogénito, es decir, el primer ser creado por Dios: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”, (Colosenses 1:15). A esto respondemos que la palabra primogénito tiene dos usos en el contexto bíblico:

a)                En ocasiones hace referencia al primer hijo nacido: “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”, (Mateo 1:25). En este caso, la palabra primogénito significa que Jesús fue el primer hijo que María tuvo, antes de concebir otros hijos que fueron los hermanos de Jesús, tal y como las Escrituras lo enseñan.

b)               También se usa en el sentido del hijo (no necesariamente el primero en haber nacido) sobre el cual recae el patriarcado o supremacía de la familia. Tenemos el ejemplo de los hijos de José: “Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito”, (Génesis 48:14). Se esperará que su mano derecha la pusiera sobre la cabeza del hermano mayor, pero la puso sobre el menor, porque sobre él recaería las bendiciones del patriarcado dadas a Abrahán. Así vemos otros ejemplos sobre los cuales recayeron las promesas de Abrahán y no eran los primogénitos, por ejemplo, Jacob quien era menor que sus hermanos Esaú y José quien fue menor que sus 10 hermanos.

En este sentido, cuando Colosenses 1:15 dice que Jesús es el primogénito de toda la creación, no está afirmando que Jesús es el primer ser creado, sino que sobre Él recae la supremacía y autoridad de toda la creación. De allí que la Nueva Traducción Viviente de la Biblia lo traduce de la siguiente manera: “Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación”, (Colosenses 1:15, NTV). De igual forma, si continuamos leyendo vemos que Jesús es la imagen del Dios invisible, es decir, Dios mismo, y sobre Él está la supremacía de toda la creación que es producto de su propia obra: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”, (Colosenses 1:15-17). Este pasaje nos recuerda a Génesis 1:1 donde se nos afirma que Dios creó los cielos y la tierra y como dice Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”, (Juan 1:1). En este sentido, el Verbo, es decir, Logos, la Palabra, es Jesús, y Jesús estaba desde el principio, y Jesús estaba desde el principio con Dios Padre y Jesús era Dios, por tanto, todas las cosas fueron creadas por Jesús. De esta forma desmentimos la mentira que Jesús fue el primer ser creado y “un dios”, como lo dice a Traducción del Nuevo Mundo.

También utilizan Proverbios 8:22 para afirmar que Jesús es el primer ser creado: “Jehová me produjo como el principio de su actividad, el primero de sus logros de hace mucho tiempo”, (Proverbios 8:22, TNM). Si lo leemos en la versión Nueva Versión Internacional de la Biblia tenemos que dice: “El SEÑOR me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño”, (Proverbios 8:22, NVI). Si lo leemos así, no hay mucho que interpretar ya que no sabemos a quién se esta refiriendo, pero para poder comprenderlo es importante leer los versículos que lo rodean para entender el contexto completo de ello, así veamos lo que dicen varios versículos de este capítulo 8: “¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia?... «A ustedes los hombres, los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad… Mi boca expresará la verdad, pues mis labios detestan la mentira… Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción… Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes duraderos. Mi fruto es mejor que el oro fino; mi cosecha sobrepasa a la plata refinada…El Señor me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo”, (Proverbios 8:1, 4, 7, 12, 18-19, 22-23, NVI). Así que, considerando el contexto completo del pasaje, los versículos no se refieren a Jesús, sino a la sabiduría la cual fue creada por Dios antes de cualquier otra cosa.

También afirman que Jesús solo fue un hombre perfecto, no Dios en carne (Razonando las Escrituras, 1985, pág. 306) y que Jesús fue el arcángel Miguel el cual se convirtió en un hombre (El Atalaya, 15 May., 1963, Pág. 307; El Nuevo Mundo, 284). Al final, todo esto lo contradecimos con los versículos previamente estudiados.

 

2.               Usan Juan 14:28 para afirmar que Jesús menor que Dios.


Dicen que Juan 14:28 dice que Jesús era menor a Dios y por tanto no es Dios: “… porque el Padre mayor es que yo”, (Juan 14:28). Sin embargo, las palabras: “mayor es que yo” no se refieren a que Jesús sea inferior en su posición como Dios, sino a su subordinación que tuvo en la tierra a su Padre al realizar su voluntad. A parte de eso, hay otros versículos que nos enseñan que Jesús en cuanto a su posición como Dios es co-igual al Padre: “Yo y el Padre uno somos”, (Juan 10:30).


3.               Afirmaciones acerca de la muerte y resurrección de Jesús.

Afirman que Jesús no murió en una cruz, sino en una estaca o madero simple (La Atalaya, marzo de 2011, ¿Murió Jesús en una cruz?), además que Jesús no se levantó de la muerte en su cuerpo físico, sino que solo espiritualmente: “Jesús resucitó como un ser espiritual y poco después regresó al cielo”, (La Atalaya, marzo de 2015, ¿De qué nos sirve la muerte y resurrección de Jesús?). Independientemente del debate si Jesús murió en una cruz o en una estaca, aunque Hebreos 12:2 afirma que fue en una cruz, las Escrituras enseñan que resucitó con un cuerpo glorificado ante la presencia de muchos testigos que lo palparon y vieron: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”, (1 Corintios 15:3-8).

 

Enseñanzas en cuanto al Espíritu Santo.

Para ellos, el Espíritu Santo no es una persona y mucho menos Dios, es solo la fuerza activa de Dios, como la corriente eléctrica, de hecho, en su Biblia tergiversada lo presenta así: “Ahora bien, resultaba que la tierra se hallaba sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas”, (Genesis 1:2, TNM). Mientras que en nuestras Biblias dice: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”, (Génesis 1:2). No obstante, la Biblia enseña que el Espíritu Santo es Dios: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”, (Hechos 5:3-4). Vemos aquí que Pedro se refiere al Espíritu Santo como si se tratara de Dios, porque realmente así lo es. Además, el Espíritu Santo es una persona ya que posee voluntad (1 Corintios 12:11), posee emociones, (Efesios 4:30), es un ser inteligente que posee una mente que lo conoce todo y sabe interceder por los creyentes como mejor conviene (Romanos 8:26-27), es capaz de escudriñar los corazones de los creyentes, algo que solo hace un ser inteligente (1 Corintios 2:10) y también es capaz de enseñar (Juan 14:26).


Enseñanzas en cuanto la Salvación y el Infierno.

Para los Testigos de Jehová, para obtener la salvación, debemos ejercer fe en Jesús y demostrarla obedeciendo sus mandatos, sin embargo, si se deja de observar estos mandatos, la salvación se pierde: “Tienen que recuperarse, tanto de la ceguera como de la muerte para que cada uno pueda tener por sí mismo una oportunidad completa de demostrar, por medio de la obediencia o de la desobediencia, que merece la vida eterna”, (Russell, Charles, Studies in the Scriptures, vol. 1, pág. 158). Sin embargo, la Biblia enseña cosa diferente: “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”, (Gálatas 2:16), sin embargo, aunque la salvación es por gracia y no por obra, esto no significa que el creyente no deba manifestar el resultado de su salvación a través de sus buenas obras: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. (Efesios 2:8-10). Las buenas obras son consecuencia de que hemos sido salvados por la fe y no porque tengamos que mantener nuestra salvación por medio de ellas.

Además, afirman que el infierno no existe: “Ni existe el infierno de fuego donde los malos son castigados” (Permitir que Dios sea Verdadero, pág., 79-80), creen en la aniquilación total, es decir, después de muerto no hay alma que trascienda en la eternidad y que de cuentas por sus obras realizadas en vida: “El alma deja de existir después de la muerte”, (Permitir que Dios sea Verdadero, pág. 59-60, 67). Sin embargo, Jesús predico acerca del infierno, más que cualquier otro tema: “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”, (Mateo 25:46). Y en la enseñanza del rico y Lázaro vemos como el alma del rico fue al infierno después de su muerte para ser atormentado, mientras que Lázaro al morir fue al paraíso: “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno”, (Lucas 16:22-23).


No creen en la Trinidad.

Al considerar a Jesús solo un gran profeta y el primer ser creado y al Espíritu Santo como la fuerza activa de Dios, es obvio que no creen en la Trinidad, pero esto es un error. La Trinidad es un solo Dios que existe simultáneamente en tres personas. Cada una es igual, poderosa y eterna con el otro. Cada persona, Padre, Hijo y Espíritu Santo no es la otra; si faltara uno de los tres, no habría Dios; todos comprenden el mismo Dios. He aquí algunos versículos que hablan de la Trinidad y que demuestran que tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Dios:

a)      “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”, (Genesis 1:26).

b)      “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? ...”, (Isaías 6:8).

c)      “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, (Mateo 28:19, RV60).

d)      “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”, (1 Corintios 12:4-6).

e)      “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”, (2 Corintios 13:14).

f)       “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra…”, (Apocalipsis 1:4-5).

 

FALSAS PROFECÍAS DADAS POR LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ

                   He aquí presentamos algunas falsas profecías que los lideres de los Testigos de Jehová se han atrevido a dar en determinado momento y no se han cumplido. Las Escrituras nos advierten que aquellos que se atrevan a hablar en nombre de Dios y lo que predigan no se cumpla, sean tenidos por falsos profetas: “Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”, (Deuteronomio 18:2).

                  Estas son algunas de sus falsas profecías

                1.      Según las enseñanzas de los Testigos de Jehová, la generación de 1914 fue la que vio la creación por Dios de un "reino milenario en la tierra", es decir, de un "paraíso terrenal" (Atalaya publicada en mayo 15 1984 bajo el título: “1914, The Generation That Will Not Pass Away). Esta profecía resulto en fracaso.

              2.      Profecía del Milenio: "Según esta cronología bíblica fidedigna seis mil años desde la creación del hombre terminarán en 1975, y el séptimo período de mil años de la historia humana comenzará en el otoño de 1975" ("Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios", publicado en 1966 por la Watch Tower Bible and Tract Society). Es obvio que esta profecía es falsa y jamás se cumplió.

              3.      Según las profecías de los testigos de Jehová, a lo menos cuatro acontecimientos estremecedores deberían haber acaecido en el año 1975, a saber:

a.      La batalla de Armagedón.

b.      La aniquilación de la Iglesia Católica Romana y de las demás iglesias opuestas a la obra de los testigos de Jehová.

c.      La destrucción de los poderes políticos (gobiernos seculares).

d.      El comienzo del Milenio en la tierra.



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