“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba,
el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen”.
Hechos 2:1-4
INTRODUCCIÓN
Hemos llegado al capítulo 2 del
libro de los Hechos de los Apóstoles, y este capítulo es importante para el
cristianismo porque, por un lado, nos habla del cumplimiento de la promesa de
Cristo para sus discípulos: “He aquí, yo enviaré la
promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”,
(Lucas 24:49), y por otro, para muchos es considerado el día en el que
oficialmente nació la iglesia del Señor. La verdad, es un gran pasaje de la
Biblia y aunque esta relatado en un libro donde el estilo literario que
predomina es histórico, pero lo cierto es que, aparte de aprender de los
orígenes y primeros pasos de la iglesia, podemos entender verdades doctrinales
fundamentales que lejos de ser simples dogmas, debe ser principios de vida que
nos lleven a experimentar la plenitud de la presencia de Dios en nuestras
vidas.
El día de Pentecostés |
EL DÍA DE PENTECOSTÉS
“Cuando llegó el día de
Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”.
Hechos 2:1
De acuerdo a Lucas, los discípulos
aun seguían unánimes esperando la promesa del Espíritu Santo en Jerusalén: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes
juntos. Aunque el texto no lo dice, es de suponerse que aun los 120
que se mencionan en el capitulo 1 permanecían unidos, posiblemente, la casa
donde se reunían estaba cerca del Templo ya que el estruendo que sucedería en
breves minutos llamó la atención de mucha gente que se acerco a ver qué es lo
que estaba pasando. Ahora, la venida de la promesa del poder del Espíritu Santo
vino en el día de Pentecostés, pero, ¿qué era el día de Pentecostés?
Para los judíos habían tres fiestas muy importantes que fueron
establecidas por Dios en los libros de la ley de Moisés, estas eran la
fiesta de la Pascua, a la cual le seguía la fiesta de los panes sin levadura, luego,
la fiesta del Pentecostés o las primeras cosechas y finalmente la
fiesta de los tabernáculos o las cabañas: “La
fiesta de los panes sin levadura guardarás; siete días comerás pan sin levadura,
según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en el mes de
Abib saliste de Egipto… También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las
primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año.
Tres veces en el año se presentará todo varón tuyo delante de Jehová el Señor,
Dios de Israel”, (Éxodo 34:18, 22-23). La palabra Pentecostés se
traduce del griego penteekosté (πεντηκοστή),
la cual literalmente significa quincuagésimo y se refiere a una
fiesta solemne de los judíos que se celebraba cincuenta días después de la
Pascua. También a esta fiesta se le conocía como la fiesta de las
semanas, porque lo judíos solían contar siete semanas después de la pascua para
realizarla: “Y harás la fiesta solemne de las
semanas a Jehová tu Dios; de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que
dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido”, (Deuteronomio
16:10). Es interesante considerar el día que Dios escogió para derramar su Espíritu
Santo sobre la vida de los discípulos, ya que de alguna manera, la fiesta de Pentecostés
recordaba el tiempo en el cual Israel estuvo en el monte Sinaí donde se les
dieron las leyes y estatutos, además que vieron la gloria de Dios que reposaba
sobre el monte y escucharon su voz: “Todo el monte
Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo
subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. El
sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le
respondía con voz tronante. Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la
cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió”,
(Éxodo 19:18-20). Fue durante esta fiesta importante para los judíos que Dios decidió
enviar sobre sus vidas el poder del Espíritu Santo, y estos, de acuerdo a
Lucas, permanecían unánimes juntos. Posiblemente se refiere a los 120 discípulos
que perseveraron después de la resurrección de Cristo, ahora, estos serian los
primeros miembros de la iglesia cristiana. En cuanto al momento donde nació la
iglesia cristiana, existen dos posiciones que son las más comunes. Un grupo
afirma que la iglesia nació desde el momento en el cual Jesús resucitó,
desde allí cuentan los días en los que la iglesia inicio, sin embargo, aun
durante este tiempo la promesa del Espíritu Santo aún no había venido sobre
ellos y, por tanto, no tenían la autoridad y poder para dar testimonio del
evangelio; de allí que surge la segunda posición en cuanto al día en el
que la iglesia fue fundada, el día de pentecostés. Lo cierto es que, a
partir de Pentecostés, la iglesia inicia su labor evangelizadora con todo el
respaldo y poder del Espíritu Santo.
EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO DESCIENDE SOBRE LOS DISCÍPULOS
“Y de repente vino del
cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la
casa donde estaban sentados; y se les aparecieron
lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y
fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen”.
Hechos 2:2-4
Lucas nos dice que de repente ocurrió
la venida del Espíritu Santo sobre los creyentes y para ello lo describe con
palabras que aun ahora nos cuenta entender el maravilloso, sobrenatural e
impactante que fue este evento: Y de repente vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda
la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como
de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Lucas trata de
describir lo que paso utilizando un lenguaje que describen fenómenos naturales
que se asemejan a lo que paso aquel día. En primer lugar, dice que: vino del cielo un estruendo como de un viento recio que
soplaba. Es decir, vino del cielo como una especia de fuerte ráfaga
de viento muy violento y esto no significa que un viento haya soplado, sino
que lo que aconteció fue algo parecido a una fuerte y violenta ráfaga de viento
que soplo repentinamente. En segundo lugar, Lucas nos dice que esto
que aconteció llenó toda la casa donde estaban reunidos los discípulos:
el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.
Finalmente, la espera de los discípulos había terminado y estaban
experimentando un hecho único y sobrenatural que había venido sobre ellos. En
tercer lugar, Lucas dice que todos comenzaron a hablar en otras lenguas:
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de
fuego, asentándose sobre cada uno de ellos… y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Aquí la palabra “lenguas”
se traduce del griego glossa (γλω̂σσα),
que, en su sentido original, significa lengua, el órgano por medio del cual
hablamos y así se traduce en muchos pasajes que hacen referencia a este pequeño
órgano, pero en otro sentido, también se refiere a idioma, es decir, hablar
otro idioma que no es el natal. En este caso, Lucas nos dice que los
discípulos comenzaron a hablar en otros idiomas que no eran el natal de ellos y
que no conocían, pero lo hacían por obra del Espíritu Santo. Además, es
interesante como Lucas lucha por encontrar las palabras que describan lo que
paso ese día ya que dice que ese día se les aparecieron a los discípulos,
lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
Lo que experimentaron aquel día los discípulos que fueron visitados por el Espíritu
Santo para literalmente bautizarlos con su poder fue algo parecido a una
especie de fuego que se asentó en su cabeza y de allí que Lucas utiliza estas
palabras para describir la gloriosa experiencia que los discípulos habían experimentado.
En cuarto lugar, Lucas afirman que aquel día, todos los discípulos fueron
llenos del poder del Espíritu Santo, cumpliéndose así la promesa que Jesús les había
hecho: Y fueron todos llenos del Espíritu Santo.
Excelente comentario de Hechos 2, mis dovocionales y estudios son mejores cada dia por estas expliacaciones bien detalladas, Muchas Bendiciones.
ResponderBorrarsuerliz Nunes vdscd vcsdcu u casxu csxu cxsuau dscuasxu dscu dscsuu csu
ResponderBorrarcsxu dcusdcu u csau sxsau dscasuu fvfdu sxsa uu xsaxuu dsusauu csxuasxu dcsuas u xcasu
fvf c cu cu dxc dxu udsc u csxsu u csxuu dxc uc csxu usxu dcsu dci v dc u xz vfvfvi x xisxc I
didsci dcdscudsc udsucu csusd gbfdvi csicifei ii sxsw cxsaii vsdici iccix cdcix csicx
dcdic cdidii cedi bgfbii cisxii fvc