El glorioso avance del Evangelio (Filipenses 1:12-17)


 

“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio”.

Filipenses 1:12-17

INTRODUCCIÓN

                Al continuar con el estudio de la carta del apóstol Pablo a los Filipenses llegamos a estos hermosos versículos que nos hablan acerca del glorioso avance que el evangelio había tenido, aun considerando los percances y dificultades que el apóstol había sufrido. La verdad es que a veces el trabajo en la obra de Dios puede ser muy difícil y en ocasiones pareciera que esta retrocede o llegara a su fin, sin embargo, esto no es así, ya que el Señor Todopoderoso tiene control de todas las cosas y a veces permite que ocurran ciertas circunstancias, pero todo es siempre para que se cumplan sus propósitos.

 

avance-evangelio
El glorioso avance del Evangelio


EL PROGRESO DEL EVANGELIO

“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio”.

Filipenses 1:12

            Cuando uno lee estas palabras puede percibir cierto gozo detrás de ellas: Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio. El apóstol estaba feliz al considerar después de todo un tiempo de mucho trabajo y dificultades que todo lo que había pasado en su vida se reflejaba en un avance de la obra de Dios y progreso del evangelio. La palabra griega que el apóstol usa para referirse a progreso es prokope (προκοπή), la cual literalmente significa “dar un golpe hacia adelante” y originalmente se usaba para referirse a los exploradores que se habrían paso a través de la maleza en medio de una jungla, posteriormente se usó para describir la acción de un ejército abriéndose paso en medio de las trincheras enemigas y así llego a significar progreso, aprovechamiento o avance. En este sentido, Pablo había visto como el evangelio que predicaba se había abierto paso a través de los diferentes obstáculos que se habían presentado, pero esto no lo había detenido, antes se veía un progreso que era motivo de gran gozo. La verdad es que las dificultades siempre estarán presentes en el trabajo de la obra de Dios, pero es importante no desanimarnos, aunque cuando parezcan que las cosas no van bien o incluso nuestros planes fracasen o no salgan nada bien, a veces incluso parecerá que fracasamos o retrocedemos en nuestro trabajo para Dios, pero la verdad es que así es esto, pero no olvidemos en todo momento que la obra es de Dios y nosotros debemos permanecer siempre fieles y constantes, entendiendo que nuestro trabajo no es en vano y con el tiempo entenderemos los propósitos de Dios: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”, ( 1 Corintios 15:58).

 

LAS DIFICULTADES QUE SE OPONEN EL PROGRESO DEL EVANGELIO

“De tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor”.

Filipenses 1:13-14

                Trabajar en la obra del Señor no es fácil, a veces, algunas personas podrían emocionarse y pensar que el trabajar en algún ministerio o servicio dentro de la iglesia será ir como un bote con viento en popa, pero la verdad es que no siempre será así, porque no tardaran las dificultades en presentarse. Desde que Pablo se convirtió existió en él un anhelo de dar testimonio de su fe, pero, no fue fácil, ya que los cristianos no confiaban en él porque había sido un perseguidor de la iglesia y no fue hasta que Bernabé lo apoyo que este logro acercarse a sus hermanos en la fe: “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús”, (Hechos 9:26-27). Aunque Pablo gozo del respaldo del Espíritu Santo durante su ministerio, también las dificultades no estuvieron ausentes, esto según lo leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles, durante sus 4 viajes misioneros, ya que generalmente, sufrió persecuciones y fue víctima de fuertes palizas y cárceles que sufrió a manos de sus enemigos. En 2 Corintios nos amplia un poco lo que significaron sus padecimientos en el ministerio: “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias”, (2 Corintios 11:24-28). Ahora, escribiendo a los filipenses, Pablo les escribe que en ese momento se encontraba prisionero por la causa de Cristo: De tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Tradicionalmente se ha creído que Pablo se encontraba en su arresto domiciliario, en Roma, cuando escribió estas palabras, especialmente porque menciona el pretorio: “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”, (Hechos 28:30-31). Por el libro de los Hechos sabemos que Pablo estaba prisionero en Roma porque en Jerusalén había sido capturado por verse involucrado en un disturbio donde muchos judíos querían lincharlo, todo por haber sido acusado falsamente de haber profanado el templo introduciendo gentiles, pero gracias a la intervención de los soldados romanos esto no paso, sino termino siendo prisionero Cesárea, donde tuvo que presentar su defensa y el testimonio del evangelio repetidas veces hasta que apelo al César para presentar su caso ante el emperador y debido a que era ciudadano romano no se le negó. Así llego a Roma donde Lucas nos dice en Hechos que paso dos años en una casa, pero es interesante ver que a pesar de que había estado prisionero todo ese tiempo, el evangelio seguía avanzando, porque no se le impedía predicarlo, antes con toda libertad era anunciado. En este sentido, Pablo estaba prisionero, pero no porque fuese un malhechor, sino, era un embajador de Cristo en cadenas, por ello, en su carta a los Efesios les pide que oren por él, para que aun en sus prisiones Dios le conceda predicar el evangelio: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar”, (Efesios 6:18-20). Y Pablo nunca se avergonzó de predicar el evangelio, aun en sus prisiones: “Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!”, (Hechos 26:28-29). Así que podemos decir, a pesar de que Pablo se había encontrado en muchas prisiones, esto no lo desanimo, ni tampoco detuvo el avance del reino de Dios, porque como lo dice en el versículo 13, sus prisiones en Cristo, es decir, su testimonio del evangelio en sus prisiones, se había hecho patente ante todo el pretorio, o sea, la guardia romana, gobernadores y aun el mismo emperador romano y a muchas personas más, lo cual era una evidencia de los resultados frutíferos de su trabajo en el Señor, la Nueva Traducción Viviente de la Biblia, traduce así este versículo: “Pues cada persona de aquí —incluida toda la guardia del palacio —sabe que estoy encadenado por causa de Cristo”, (Filipenses 1:13, NTV).

            Ahora bien, el progreso del evangelio no solo se veía en esto, sino también en el hecho de que su encarcelamiento y sufrimientos por la causa de Cristo había provocado que otros se animaran a predicar el evangelio, siguiendo así su ejemplo: Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. Que hermoso es esto, la verdad es que muchos posiblemente hubieran renunciado a predicar el evangelio al caer en la cárcel, pensando que ya no había más que hacer por estar privado de libertad, pero Pablo no lo hizo, y en lugar de ello, continuó con su trabajo, aun estando en cadenas y al final el Señor prosperó aun mas su trabajo. Nosotros debemos motivarnos con este pasaje ya que a veces las dificultades en el ministerio serán muchas, pero no debemos desmayar, antes, sigamos adelante, perseveremos, llenémonos de esperanza en sus muchas promesas, busquemos su fortaleza en la oración y continuemos predicando y enseñando su palabra, porque el Señor tiene control de todo y sabe recompensar a los que le son fieles.

 

POR ENVIDIA O DE BUENA VOLUNTAD, PERO EL EVANGELIO ERA PREDICADO

“Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio”.

Filipenses 1:15-17

                En estas últimas palabras que hoy consideraremos podríamos ver otro resultado que las prisiones de Pablo habían provocado y que ayudaban al progreso del evangelio: Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. Existían algunas personas que tenían envidia del ministerio de Pablo y con el fin de causarle daño, se habían aprovechado del encarcelamiento del apóstol para predicar el evangelio y querer tomar su lugar, pero esto no molestaba al apóstol, ya que Pablo entendía que la obra no era de él, sino de su Señor, y lo importante era que el evangelio se predicase. Los cristianos debemos cuidarnos de no entrar en contiendas de territorios o envidias entre los mismos ministros, a veces hay pleitos por los límites geográficos que se colocan en algunas iglesias, muchas veces pueden haber personas que desean ir a un servicio que la lo mejor está en otro distrito territorial de la misma iglesia y esto es motivo de contienda entre los lideres de la misma iglesia, o podría ser que alguien desee competir con otro ministro y querer superar sus estadísticas de asistencia, conversiones o manera de predicar, pero la verdad es que todo esto no es correcto, cada quien debe predicar de manera sincera, de buena voluntad, en obediencia a la Gran Comisión y para gloria de Dios y no del hombre.

 

5 comentarios:

  1. Dios le bendiga grandemente, hermano Walter. Excelente, los comentarios en su análisis de estos versículos de filipenses, que privilegio es exponer en cualquier circunstancia y en cualquier lugar la palabra del evangelio de Cristo. Quiero hacerle una pregunta: hay registros o fuentes extra bíblicas que nos indiquen cuánto tiempo estuvo el apóstol Pablo preso y su edad cuando sufrió el martirio y si existe evidencias de su viaje a España a predicar el evangelio ?

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    1. Dios lo bendiga
      Fíjese que la fecha de su encarcelamiento ha sido calculado considerando que cuando escribió su carta a Filemon se presentó como un hombre ya anciano. En la antigüedad se consideraba Anciano a una persona que tuviera entre 50 a 60 años. Si tenía 60 años los expertos retroceden y determinan que Pablo nació en el siglo I dC. De allí hacen cuentas para saber en que momento se hicieron los viajes misioneros que aparecen en Hechos. Ahora, cuando escribe Filemon el estaba preso, tradicionalmente de dice que en Roma, aunque hay otra opinión. Si es así y tenía 60 años aproximadamente y Hechos dice que estuvo preso 2 años, entonces estuvo preso hasta el año 62 d.C.

      Luego, la persecución de Neron empeoró en los últimos años hasta el 68 d.C. lo cual hace que fichen su fecha de muerte en el 68 dC. Por el testimonio de algunos padres de la iglesia primitiva se afirma que murió decapitado.

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    2. Los documentos que ee usan para fechar los eventos de la vida de Pablo en su mayoría son sus mismas cartas y Hechos.
      De allí no hay fuentes externas a parte de algunas notas que se encuentran en obras de algunos padres de la iglesia primitiva, aunque ellos escribieron más acerca de su muerte

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    3. Con respecto a su viaje a España o Hispania, como Roma solía llamar esa provincia, hay dos documentos que hablan que efectivamente ocurrió, la carta de Clemente de Roma a los corintios y el fragmwnto muratori. Sin embargo, en el primero no se menciona la palabra España, sonó se hace alusión a occidente ,
      Aun así no hay mucha más evidencia que demuestre que Pablo haya podido ir a España, por eso algunos estudiosos de la Biblia con conservadores en afirmar algo al respecto

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    4. Muchas gracias mí hermano Walter, por la información sobre los últimos años de la vida del apóstol Pablo. Dios le siga dando conocimiento y sabiduría. Amén

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