“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí”.
Juan 14:6
INTRODUCCIÓN
En ocasiones hemos
escuchado palabras que dice que todas las religiones son buenas, siempre y
cuando se practique con sinceridad o que todas las religiones condicen a Dios;
sin embargo, nuestro Señor Jesucristo fue claro cuando declaro: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí. Esto implica que existe un único
camino, un único Salvador y Señor, un único Dios, un única Mesías, un único
Redentor, una única manera de heredar la vida eterna, es este es Jesús. Esta
verdad bíblica es importante conocerla porque de lo contrario podemos ser
engañados por filosofías o “movimientos espirituales” que realmente nos alejan
de la verdad y uno de estos es la teosofía.
¿QUÉ ES LA TEOSOFÍA?
La palabra teosofía
proviene del griego que literalmente significa “Sabiduría de Dios”
y pretende ayudar a las personas para que encuentren la verdad a través
de conocer la religión, la ciencia y filosofía. De acuerdo con la
teosofía, todas la religiones actuales o antiguas tuvieron una raíz en
común, todas estas enseñan parte de la verdad que no se debe
desechar, sino se debe buscar la sabiduría en cada una de ellas,
auxiliándose al mismo tiempo de la ciencia y filosofía, de allí que un teósofo
puede pertenecer a cualquier religión, siempre y cuando abrace estas creencias.
ORIGEN
El movimiento teosófico
moderno fue fundado en 1875 por Helena Petrona Blavatsky, una mujer de
nacionalidad rusa, la cual después de fracasar en su matrimonio, huyo y busco
independizarse, logrando a lo largo de toda su vida viajar a diferentes países,
como Egipto, Turquía, Grecia, Francia, Alemania, Canadá, la India, el Tíbet,
México, algunos países suramericanos, entre otros. Durante este tiempo
incursiono en el espiritismo y ocultismo. Finalmente, en Nueva York, Helena
Blavatsky conoció al coronel Henry Olcott, y a William Quan Judge, con los
cuales fundo la Sociedad Teosófica el 17 de noviembre de 1875.
ENSEÑANZAS DE LA TEOSOFÍA
Las enseñanzas de la teosofía consisten en una mezcla de diferentes doctrinas y pensamientos de varias religiones, combinadas con la filosofía y la ciencia, en este sentido, en la teosofía no existen libros sagrados, las revelaciones provienen de sus iluminados, hombres y mujeres que han logrado colocarse en la cima de la evolución. Helena Blavatsky afirmo haber recibido su sabiduría de estos iluminados. En general, la teosofía afirma que no existe un Dios personal, sino más bien, creen en un principio divino universal el cual es raíz de todo, del cual proceden todas las cosas y cuando el hombre muere, es absorbido por el todo que lo rodea. Además, para la teosofía, el hombre es un ser que consta de siete partes: 1) El cuerpo, 2) la vitalidad, 3) el cuerpo astral, 4) el alma animal, 5) el alma humana, 6) el alma espiritual y 7) el espíritu. Para la teosofía, el hombre no ha sido creado por Dios y que este se encuentra en un proceso de evolución, alcanzando su salvación, al llegar al séptimo estado del hombre. Esta son algunas de sus creencias y cómo podemos ver están totalmente alejadas de lo que la Biblia enseña
LA BÚSQUEDA DE LA VERDADERA SABIDURÍA DE DIOS
Aunque el concepto de buscar la sabiduría de Dios se oye bonito, es importante entender que esta sabiduría no la encontraremos fuera de la Biblia. Es cierto que la ciencia ofrece mucho conocimiento que nos ayuda a entender los fenómenos físicos, químicos o sociales, además, a través de la práctica del arte y otras disciplinas el hombre adquiere destrezas y desarrolla su inteligencia, pero cuando se trata de conocer a Dios y adquirir la verdadera sabiduría, solamente podemos acudir a la Biblia como fuente confiable, ninguna filosofía humana o religión de cualquier parte del mundo, por muy antigua que diga ser, podrá darnos el entendimiento de la verdadera sabiduría de Dios.
En nosotros debe existir un verdadero deseo de conocer a
Dios: “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su
sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus
riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y
conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la
tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”, (Jeremías 9:23-24).
Dios es nuestro creador y solamente en Él encontraremos el verdadero propósito
de nuestra vida, ahora, para conocerlo y adquirir sabiduría debemos escudriñar la
palabra de Dios y en el libro de Proverbios se nos habla de los beneficios de
ello: “Bienaventurado el hombre que halla la
sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la
ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las
piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Largura
de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos
son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz”, (Proverbios
4:13-17). Cuantas personas buscan la sabiduría en la teosofía, o en el gnosticismo,
o en religiones orientales, o en la ciencia o filosofía, y aunque es probable
de que en alguna de estas se encuentren algunos principios útiles; pero la
verdad es que la verdadera sabiduría únicamente la podrá encontrar en la Biblia
y lo primero que aprendemos es que el principio de la sabiduría es el
temor a Dios: “El principio de la sabiduría
es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”,
(Proverbios 1:7).
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