Los mormones


 

“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema”.

Gálatas 1:8

INTRODUCCIÓN

                Cuando Pablo escribe su carta a los Gálatas, estaba preocupado de las enseñanzas que los judaizantes estaban presentando a los cristianos de la región de Galacia, ya que estos querían agregar a la fe, la observancia de la ley de Moisés; sin embargo, Pablo rechaza esto advirtiéndoles a los cristianos de esta época que no debían dejarse engañar, añadiendo: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Para Pablo, no existe otro evangelio, solo hay uno y este debe presentarse sin ninguna alteración de tal forma, de que, si aun un ángel se presentara anunciando un evangelio diferente al que ya conocemos, el tal sea anatema, o sea, maldito. Tristemente hemos oído de sectas y religiones que afirman ser la verdad y niegan el evangelio, verdad que según estos recibieron por la revelación de un ángel o ser divino. Una secta que nació por la revelación de un evangelio diferente a través de un supuesto ángel es la de los mormones que hoy vamos a considerar.


Joseph-Smith
Joseph Smith, fundador de los mormones

ORIGEN

                Hoy en día la iglesia de los mormones o también conocida como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días posee miles de seguidores alrededor del mundo, sin embargo, el hecho de que se haga llamar iglesia de Jesucristo no debe confundirnos, ya que no la podríamos considerar una iglesia cristiana o denominación evangélica, más bien, encaja en la definición de una secta. J. Cabral nos dice al respecto en su libro, Religiones, Sectas y Herejías: “Aunque los mormones sean personas agradables y tengan un programa de beneficencia social que se halle entre los mejores del mundo, el mormonismo sigue siendo una secta. El gran problema que presenta para los creyentes es que se identifican como miembros de la Iglesia de Jesucristo, y en la visitación de casa en casa, su método predilecto, usan terminología cristiana”. Ahora bien, el origen de esta secta se remonta al hombre quien fue su fundador, Joseph Smith Jr. el cual nació el 23 de diciembre de 1805, en Sharon, Vermont, Estados Unidos de América. Fue el cuarto de diez hijos y su esposa fue   Emma Smith, aunque existe una gran controversia que afirma que este tuvo más esposas, aseveraciones que Emma Smith refuto públicamente, no obstante, se han presentado algunas listas de las mujeres con las cuales Joseph Smith tuvo algún tipo de relación conyugal o sexual, listas que no se han confirmado históricamente como ciertas.

 

La Primera Visión.

            Joseph Smith perteneció a una familia que eran miembros de la iglesia presbiteriana, sin embargo, en él existía la intriga de cuál era la verdadera iglesia de Dios, ya que estaba confundido al ver que existían muchas denominaciones, como presbiterianos, metodistas, bautistas, entre otros. Fue así como esta duda continua en su cabeza y en 1820 recibió lo que llamo una visión que se convirtió en la base para la fundación de los mormones. Joseph Smith comenta en su libro, La Perla de Gran Precio, en su sección: JOSEPH SMITH—HISTORIA, nos comenta esto que estamos diciendo: “Unos contendían a favor de la fe metodista, otros a favor de la presbiteriana y otros a favor de la bautista… En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo me decía a mí mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos estos grupos tiene a razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y cómo podré saberlo?”. Agobiado por esta preocupación, Joseph Smith dice que orando por sabiduría en el bosque, se le aparecieron dos seres celestiales que identifico como Dios el Padre y el Hijo los cuales le dijeron que todas las denominaciones estaban equivocadas y no debía unirse a ninguna, este agrega en su libro, La Perla de Gran Precio, en su sección: JOSEPH SMITH—HISTORIA: “… precisamente en este momento de tan grande alarma vi una columna de b luz, más brillante que el c sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí… Al reposar sobre mí la luz, a vi en el aire arriba de mí a b dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi d Hijo e Amado: ¡Escúchalo!... Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban en a error; y el Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían pervertido…”.

 

La segunda visión.

Joseph Smith narra luego una segunda visión que tuvo el 21 de septiembre de 1823, en esta afirmo haber tenido un encuentro con el ángel Moroni, esto lo encontramos en su libro, La Perla de Gran Precio, en su sección: JOSEPH SMITH—HISTORIA: “Encontrándome así, en el acto de suplicar a Dios, vi que se aparecía una luz en mi cuarto, y que siguió aumentando hasta que la habitación quedó más iluminada que al mediodía; cuando repentinamente se apareció un a personaje al lado de mi cama, de pie en el aire, porque sus pies no tocaban el suelo. Llevaba puesta una túnica suelta de una a blancura exquisita. Era una blancura que excedía a cuanta cosa terrenal jamás había visto yo… Me llamó por mí a nombre, y me dijo que era un mensajero enviado de la presencia de Dios, y que se llamaba Moroni; que Dios tenía una obra para mí, y que entre todas las naciones, tribus y lenguas se tomaría mi nombre para bien y para mal… Dijo que se hallaba depositado un a libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente, así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes. Asimismo, que junto con las planchas estaban depositadas dos piedras, en aros de plata, las cuales, aseguradas a un a pectoral, formaban lo que se llamaba el Urim y Tumim; que la posesión y uso de estas piedras era lo que constituía a los “videntes” en los días antiguos, o anteriores, y que Dios las había preparado para la traducción del libro”. De acuerdo a sus relatos, el ángel Moroni visito a Joseph Smith otras dos ocasiones más, donde le repetía en su mayoría el mismo mensaje y otras cosas nuevas, luego, obedeciendo el mandato del supuesto mensajero celestial, fue al lugar que por visión le habían dicho que estaban las planchas de oro que contenían el evangelio puro, el Urim y Tumin, así como el pectoral, y efectivamente los encontró en una caja de piedra, pero el ángel se le volvió a aparecer y de dijo que todavía no podía llevárselos, sino dentro de 4 años, pero que cada año tenía que regresar a ese lugar para recibir instrucciones. Al final de los 4 años, Moroni le entrega las planchas a Smith y estas que estaban escritas en Egipcio Reformado, son traducidas por este con supuesta ayuda divina por medio del Urim y Tumin que eran piedras que le proveían facultades de vidente. De esta traducción surgió lo que hoy se conoce como el libro del Mormón, el cual salió a la venta el 26 de marzo de 1830 y el 6 de abril del mismo año se organizó la Iglesia de Cristo con 6 miembros, posteriormente, el nombre de la iglesia cambia al de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimo Días, creciendo con el tiempo el número de miembros.

 

Controversias en la vida de Joseph Smith.

Durante los años siguientes, Smith se declaró profeta y líder principal del movimiento de los mormones, e incluso quiso postularse como presidente de los Estados Unidos, sin embargo, se vio envuelto en controversias políticas que lo llevaron a la cárcel. De acuerdo con la historia, Smith fue acusado repetidas veces por alterar el orden público o promover milicias belicosas, pero las pruebas nunca fueron concluyentes y no fue hasta que fue encarcelado por ordenar destruir una imprenta donde se publicaba un periódico que emitió artículos anti mormones, pero logro salir de la cárcel, sin embargo, logro salir libro, pero no por mucho tiempo, ya que Thomas Ford, gobernador de Illinois, ordenó una vez más que fuera encarcelado y acusado de sedición el 25 de junio de 1844. De esta forma Smith es encarcelado junto con su hermano Hyrum y otras dos personas más. Finalmente, Smith muere consecuencia de una turba que decide acabar con su vida, de esto, Josh McDowell comenta en su libro, Estudio de las Sectas, lo siguiente: “El 27 de junio de 1844 una turba de unas 200 personas con la cara manchada de negro para evitar que las reconoieran, asaltaron la cárcel y mataron a Joseph y Hyrum Smith. Joseph no murió sin luchar. Según lo que relata su propia iglesia, disparo repetidas veces contra la turba con un revolver que tenía. Sin embargo, los mormones consideraron a Joseph Smith como mártir de su causa”.

Otra controversia en las que se vio envuelto Smith fue referente a la poligamia, de hecho, existen listados de todas las mujeres que algunos afirman que llegaron a relacionarse sexualmente con él, sin embargo, su esposa, Emma Smith, llego a negar dichas afirmaciones repetidas veces. Hoy por hoy, hay algunos que afirman que Joseph Smith practico la poligamia, presentando las listas de todas sus esposas las cuales en algunos llega a más de 40, también, la iglesia mormona, en sus primeros inicios ha llegado a ser considerada como polígama en cuanto a la doctrina que enseñan; pero otros tantos niegan el asunto.

 

Brigham Young.

A la muerte de Joseph Smith, Brigham Young, quien era el presidente de los doce apóstoles, asume el liderazgo de la iglesia, siendo seguido por la mayoría de los mormones, sin embargo, Joseph Smith III, no estuvo de acuerdo en brindarle a Brigham Young la sucesión de la organización, por lo que se separó con otro grupo de mormones para fundar otra iglesia bajo el nombre de Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Hoy en día existen otras iglesias que surgieron de las divisiones de estas dos.


FUENTES DE AUTORIDAD DE LOS MORMONES

                Como ya vimos, durante la primera visión se le dijo a Joseph Smith de que todas las demás denominaciones cristianas ya no eran confiables, sino eran abominación para Dios y entre sus principales creencias consideran de que la Biblia ya no se puede considerar la palabra inalterable de Dios, porque, según ellos, esta ha sido alterada por la iglesia tradicional, esto lo podemos leer en el libro del Mormón: “Y después que proceden por la mano de los doce apóstoles del Cordero, de los judíos a los gentiles, tú ves la formación de una iglesia grande y abominable, que es la más abominable de todas las demás iglesias, pues, he aquí, ha despojado el evangelio del Cordero de muchas partes que son claras y sumamente preciosas, y también ha quitado muchos de los convenios del Señor. Y ha hecho todo esto para pervertir las vías correctas del Señor, para cegar los ojos y endurecer el corazón de los hijos de los hombres. Por tanto, ves tú que después que el libro ha pasado por las manos de esa grande y abominable iglesia, se han quitado muchas cosas claras y preciosas del libro, el cual es el libro del Cordero de Dios”, (1 Nefi 13:26-28). Además, Orson Pratt, uno de los primeros 12 apóstoles que ayudaron a Joseph Smith a la fundación de su iglesia dijo: “¿Quién sabe si ha habido un solo versículo de la Biblia que haya escapado de la contaminación de tal forma que tenga hoy el mismo sentido que tenía en el texto original?”. Por tanto, consideran que la Biblia es poco confiable y ya no se puede confiar en lo que dice, sin embargo, sabemos que la Biblia es la palabra de Dios inalterable, los estudios arqueológicos han demostrado la veracidad de la misma y como Pedro diría, hacemos bien al estar atentos a su instrucción divina de la palabra de Dios, la cual es segura: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”, (2 Pedro 1:19-21).

 

            El Libro del Mormón.

El libro del Mormón es presentado otro testamento de Jesucristo y confirma las verdades que se hallan en la Santa Biblia, aunque como ya vimos, afirman que el texto bíblico esta alterado y es poco confiable. El libro del Mormón trata de la historia de Lehi y sus descendientes, los cuales eran de la tribu de José: “Y aconteció que mi padre Lehi también halló sobre las aplanchas de bronce la genealogía de sus padres, por lo que supo que descendía de José…”, (1 Nefi 5:14). Estos emigraron de Jerusalén a América del Norte donde tuvo dos hijos, Nefi y Lamán, de los cuales, según ellos, Nefi fue designado por Dios como el líder de la tribu. Sin embargo, con el tiempo, hubo contiendas entre ambos hermanos y sus futuros descendientes, lo cual termino con el exterminio de los nefitas por parte de los lamanitas. Sin embargo, Mormón, un líder y profeta de los nefitas escribió la revelación divina y hechos históricos en unas planchas de oro y le encargo a su hijo Moroni que las escondiera en un monte antes de que toda su descendencia fuese destruida. Al final, los nefitas fueron destruidos y los lamanitas se convirtieron en los indios americanos. Con el tiempo, en 1823, Moroni se le aparece a Joseph Smith declarándole donde encontrar estas planchas de oro. Este libro también afirma que Jesús se les apareció a los nativos americanos después de su resurrección: “Y sucedió que cuando Jesús hubo hablado estas palabras, toda la multitud cayó al suelo; pues recordaron que se había profetizado entre ellos que Cristo se les manifestaría después de su ascensión al cielo”, (3 Nefi 11:12).

 

El problema con el libro del Mormón, aparte de que sabemos que el canon bíblico está cerrado y ya no hay más Escritura a parte de la Biblia, es que la arqueología no confirma ningún relato que aparece en este. De esto, Josh McDowell comenta en su libro, Estudio de las Sectas, lo siguiente: “Es comprensible que los eruditos mormones se sientan frustrados y avergonzados al darse cuenta de que, después de años de trabajo realizado por arqueólogos mormones y no mormones: No se ha localizado ninguna de las ciudades mencionados en el libro del Mormón… No se han hallado documentos que mencionen personas, naciones ni lugares relacionados con el libro del Mormón”.

A parte de esto, el libro del Mormón posee anacronismos o inexactitudes históricas. Un ejemplo de esto lo tenemos en la afirmación que se hace en 1 Nefi de que existía un rio llamado Lamán que desembocaba en el mar Rojo, sin embargo, durante toda la historia humana jamás ha habido un rio de Araba que desemboque en él: “Y al río que desaguaba en el mar Rojo dio el nombre de Lamán; y el valle se extendía por las riberas del río y llegaba hasta cerca de su desembocadura”, (1 Nefi 2:8). También en el libro de Alma afirman que Jesús nacería en Jerusalén, lo cual sabemos que es un error, porque nació en Belén, conforme las Escrituras ya lo habían declarado (Miqueas 5:2, Lucas 2:4): “Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados, y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios”, (Alma 7:10). También el libro de Alma afirma que durante este periodo se les llamo cristianos a los creyentes de la tribu de José, aproximadamente en el año 73 a.C., pero es difícil creer esto porque faltaban décadas para que Jesús naciera y según Hechos 11:26 fue en Antioquia cuando se les llamo cristianos a los discípulos de la iglesia primitiva: “Y los que pertenecían a la iglesia eran fieles; sí, todos los que eran creyentes verdaderos en Cristo gozosamente tomaron sobre sí el nombre de Cristo, o sea, cristianos, como les decían, por motivo de su creencia en Cristo que había de venir”, (Alma 46:15). En Helamán dice: “Sí, que serán condenados a un estado de miseria sin fin, en cumplimiento de las palabras que dicen: Los que hayan hecho el bien, tendrán vida sempiterna; y los que hayan hecho el mal, recibirán condenación sempiterna. Y así es. Amén”, (Helamán 12:26); al parecer las palabras que están citando son las que aparecen en el evangelio según Juan: “Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”, (Juan 5:29). En ilógico pensar como el autor de Helamán cita a Juan, sin Juan aún no se había escrito.

Además de todo esto, hay muchos pasajes que parecieran que son una copia de otros textos que tenemos en el Antiguo y Nuevo Testamento de nuestras Biblias, citaremos algunos ejemplos:


1.     Tenemos: “Y tres veces fueron arrojados en un ahorno, y no recibieron daño alguno”, (3 Nefi 28:21), el cual es similar a la historia de Sadrac, Mesac y Abed-Nego que fueron echados al horno de fuego de Nabucodonosor: “Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses”, (Daniel 3:23-24).

2.     El libro de Alma dice: “Soy Amulek; soy hijo de Giddona, que era hijo de Ismael, que era descendiente de Aminadí; y fue aquel mismo Aminadí que interpretó la escritura que se hallaba sobre el muro del templo, la cual fue escrita por el dedo de Dios”, (Alma 10:2), el cual es similar al relato del libro de Daniel donde el profeta le interpreta a Belsasar dicha escritura: “En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía”, (Daniel 5:5).

3.     También tenemos: “… Es mejor que muera un hombre a dejar que una nación degenere y perezca en la incredulidad”, (1 Nefi 4:13), el cual es similar a las palabras que el sumo sacerdote dijo cuando juzgaron a Jesús: “Ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca”, (Juan 11:50).

4.     Finalmente citamos: “Y aconteció que miré y vi a la ramera de toda la tierra, y se asentaba sobre muchas aguas; y tenía dominio sobre toda la tierra, entre todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos”, (1 Nefi 14:11), lo cual es una copia de lo que dice en Apocalipsis: “Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lengua”, (Apocalipsis 17:15).

 

La perla de gran precio.

La perla de gran precio es otro de los libros que los mormones tienen y que consideran otra de sus fuentes de autoridad divina. El autor de este libro es Joseph Smith y en la introducción de dicho libro dice: “La Perla de Gran Precio llegó a usarse en forma muy extensa, y subsiguientemente llegó a ser uno de los libros canónicos de la Iglesia al ser aprobado por la Primera Presidencia y por la conferencia general que se llevó a efecto en Salt Lake City el 10 de octubre de 1880”.  Los cristianos sabemos que el Canon de las Sagradas Escrituras está cerrado y, por tanto, ya no hay más revelación que no sea la Biblia. La Perla de Gran Precio posee las siguientes secciones:

 

1.     El libro de Moisés, el cual, según ellos, contiene partes de la traducción de la Biblia la cual fue revelada a José Smith el profeta, entre junio de 1830 y febrero de 183. Este contiene un relato parecido a lo relatado en los primeros 6 capítulos del libro de Genesis, pero con algunas variantes. 

2.     El libro de Abraham, el cual afirma que es una traducción de unos papiros egipcios antiguos procedentes de las catacumbas de Egipto y traducidos por Joseph Smith. Sin embargo, con el tiempo, otros eruditos revisaron la traducción de Joseph Smith y llegaron a la conclusión de que ni una solo palabra de la supuesta traducción que este hombre había hecho se asemejaba al contenido del documento.

3.     Mateo, es parte de la traducción de la Biblia cual se le reveló a José Smith en 1831 acerca de Mateo 23:39 y el capítulo 24.

4.     Historia, que no es más que una autobiografía de Joseph Smith.

5.     Finalmente tenemos, los artículos de fe que son 13 creencias de los mormones.

 

Doctrinas y convenios.

Este libro fue escrito por Joseph Smith, entre 1830 y 1843, donde se registran las revelaciones divinas que afirman le fueron dadas. En la introducción de este libro dice: “El libro de Doctrina y Convenios es una colección de revelaciones divinas y declaraciones inspiradas que se han dado para el establecimiento y la regulación del reino de Dios sobre la tierra en los días postreros”. Entre las revelaciones y convenios que presenta en este libro se presentan algunas doctrinas de los mormones como el bautismo de los muertos y el matrimonio celestial. Una vez más decimos que la Biblia es el único libro canónico, a parte de ella ya no hay más Escrituras o revelaciones que se conviertan en una fuente de autoridad para los cristianos, aparte de todo esto, en estos postreros días, después de haber hablado por sus profetas, Dios ha hablado a través de su Hijo Jesucristo, por tanto, Joseph Smith no puede tomar el lugar de Cristo: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”, (Hebreos 1:1-2).

 

DOCTRINAS DE LOS MORMONES

              Vamos a considerar algunas doctrinas que los mormones tienen y compararlas con lo que las Sagradas Escritura verdaderamente enseñan. Recordemos que desde el principio la palabra de Dios ha sido el arma con el cual podemos saber si un movimiento u organización religiosa es de Dios, esto es, a través de evaluar sus enseñanzas y si esta está en contra de la sana doctrina, se convierte en una herejía.

 

            Enseñanzas referentes a Jesús.

En primer lugar, los mormones enseñan de que Jesús fue un espíritu preexistente y ha sido apartado de todos los seres humanos como el primogénito de los espíritus hijos de Dios. De esta forma, afirman que todos somos hermanos y hermanas de Jesús, espíritus preexistentes al igual que Él: “Y ahora, de cierto os digo, yo estuve en el principio con el Padre, y soy el Primogénito; y todos los que por medio de mí son engendrados, son partícipes de esa gloria, y son la iglesia del Primogénito”, (Doctrinas y Convenios 93:21-22). Esto definitivamente es contrario a lo que la Biblia dice ya que Jesús no es ningún ser creado por el Padre o un ser preexistente de muchos más. La Biblia enseña que Jesús es Dios, por toda la eternidad y no uno de muchos espíritus preexistentes o el hermano más viejo de toda la creación: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”, (Colosenses 2:9).

 

            Enseñanzas referentes al Hombre y su relación con Dios.

Para los mormones el hombre es un espíritu preexistente, el cual siempre ha existido y puede llegar a ser como Dios: “Vosotros también estuvisteis en el principio con el Padre; lo que es Espíritu, sí, el Espíritu de verdad”, (Doctrinas y Convenios 93:23). El 7 de abril de 1844, Joseph Smith predico en el funeral de King Follett, un miembro de la Iglesia que recién había fallecido en un accidente. De este discurso no hay ningún registro completo ni una transcripción textual de lo que dijo Joseph Smith, pero varias personas tomaron notas que se han llegado a compartir. Un extracto de este discurso dice: “Esta, pues, es la vida eterna: conocer al único Dios sabio y verdadero; y ustedes mismos tienen que aprender a ser dioses, y a ser reyes y sacerdotes de Dios… al avanzar de un pequeño grado a otro, y de una capacidad pequeña a una mayor; de gracia en gracia, de exaltación en exaltación, hasta que logren la resurrección de los muertos y puedan morar en fulgor eterno y sentarse en gloria, como aquellos que se sientan sobre tronos de poder sempiterno” (Enseñanzas: José Smith, págs. 233–234). Según estas afirmaciones, todos podemos llegar a ser como Dios, de hecho, afirmo que en el pasado Dios fue como nosotros: “¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre exaltado, y está sentado sobre Su trono allá en los cielos! Ese es el gran secreto. Si el velo se partiera hoy, y el gran Dios, que conserva este mundo en su órbita y sostiene todos los mundos y todas las cosas con Su poder, se manifestase a Sí mismo, digo que si lo vieran hoy, lo verían en la forma de un hombre, así como ustedes se hallan en toda la persona, imagen y forma misma de un hombre; porque Adán fue creado a la misma imagen y semejanza de Dios, y de Él recibió instrucciones, y anduvo y conversó con Él, como un hombre habla y se comunica con otro”, (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 42–43). Estas declaraciones que hemos leído dejan claro la creencia mormona en la existencia de muchos dioses, lo cual la vuelve una secta politeísta, sin embargo, la Biblia enseña que solo hay un solo Dios: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”, (Deuteronomio 6:4). Además, estas afirmaciones realizadas por Smith también contradicen sus propios escritos: “Y Zeezrom le dijo: ¿Dices tú que hay un Dios verdadero y viviente? Y dijo Amulek: Sí, hay un Dios verdadero y viviente. Y Zeezrom dijo: ¿Hay más de un Dios? Y él respondió: No”, (Alma 11:26-29).

La Biblia enseña que el hombre es un ser creado por Dios, a imagen y semejanza de Dios, y llego a existir hasta el momento que soplo en él aliento de vida, por lo que hasta ese momento existió y no antes, por lo que podemos decir que el hombre no es un ser preexistente: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”, (Génesis 2:7). De allí, la misma Biblia enseña que el hombre es un ser totalmente diferente a Dios y jamás será igual a Él, aunque le ha dado un lugar privilegiado en la creación: “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra”, (Salmos 8:4-5).

 

El Bautismo de los mormones.

El bautismo es practicado por los mormones, sin embargo, estos creen que es fundamental para la salvación: “Creemos que los primeros principios y ordenanzas del evangelio son: . . . Bautismo por inmersión para la remisión de pecados”, (Articulo 4 de los Artículos de Fe, de James Talmage). Además, creen en La Obra de los Vivos a Favor de los Muertos, esto según lo que explica James Talmage en su libro: Artículos de Fe, en la sección donde explica el tema del bautismo: “Y así como el bautismo es esencial para la salvación de los vivos, es igualmente indispensable para los muertos. Los santos de los días antiguos sabían esto, y, por consiguiente, se enseñaba entre ellos la doctrina del bautismo por los muertos”. De aquí que ellos tienen la práctica de bautizarse por lo muertos. J. Cabral, en su libro, Religiones, Sectas y Herejías, nos dice respecto a esta creencia de bautizarse por los muertos: “El hombre después de la muerte tendrá todavía una segunda oportunidad mediante el bautismo por los muertos. Los mormones vivos pasan por el bautismo y otras ceremonias con la finalidad de beneficial a los muertos que están en el mundo de los espíritus; estos tienen el derecho de aceptar o rechazar la obra hecha para ellos”. Sin embargo, como ya hemos visto anteriormente el bautismo no quita pecados, es una ordenanza que da testimonio de nuestra decisión de seguir a Cristo, pero en ningún momento nos salva, porque la salvación es por fe y no por obras, además de que en ninguna parte de las Escrituras se nos ordena a practicar el bautismo por los muertos.

 

La salvación y vita eterna según los mormones.

De acuerdo con los mormones, todo hombre puede ser salvo por medio de creer en Cristo, pero si obedece los mandamientos de Dios, lo cual termina siendo una salvación por obras, así lo leemos en una de sus obras, Artículos de Fe, de James Talmage, artículos 2 y 3 del capítulo 1: “Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la transgresión de Adán. Creemos que por la Expiación de Cristo todo el género humano puede salvarse, mediante la obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio”. No obstante, sabemos que la salvación no es por obras, sino por gracias, mediante la fe y al mismo tiempo que el que ha convertido al evangelio es llamado a hacer obras, no porque a través de ellas se salvara, sino porque es una nueva criatura que produce frutos dignos de arrepentimiento que evidencian su salvación: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”, (Efesios 2:8-10).

Ahora, con respecto a sus ideas en cuanto a la vida eterna, los mormones afirman que existen diferentes niveles de gloria que el hombre puede lograr, todo dependiendo de su esfuerzo personal. En este sentido, después de la muerte, existen estos tres niveles de cielos donde pueden ir a morar:

 1.     La Gloria Celestial: Será la residencia de las personas que han sido justas, que han aceptado las enseñanzas de Jesucristo y han vivido de conformidad a todas las ordenanzas y convenios necesarios durante su vida terrenal: “… merecen la gloria más alta; éstos pertenecen a la Iglesia del Primogénito, a quienes el Padre ha dado todas las cosas; son reyes y sacerdotes del Altísimo, según el orden de Melquisedec; éstos poseen cuerpos celestiales” (Explicación de la gloria celestial que se da en el libro de los Artículos de Fe de James Talmage).

2.     La Gloria Terrestre: Las personas que hereden este lugar serán aquellas quienes no aceptaron el Evangelio de Jesucristo en La Vida Mortal sino hasta en El Mundo de los Espíritus: “Estos son aquellos que, aun cuando fueron honorables, no cumplieron con los requerimientos de la exaltación; fueron cegados por las artimañas de los hombres y no pudieron recibir y obedecer las leyes más altas de Dios”, (Explicación de la gloria terrestre que se da en el libro de los Artículos de Fe de James Talmage).

3.     La Gloria Telestial: Enseña que las personas que heredarán este reino son las que no aceptaron el Evangelio, ni en la vida mortal, ni en el Mundo de Los Espíritus: “… esta gloria es para aquellos que no recibieron el testimonio de Cristo, pero quienes, sin embargo, no negaron al Espíritu Santo; son los que han llevado vidas que los exime del castigo más severo, más cuya redención, no obstante, se aplazará hasta la última resurrección… Sin embargo, todos los que recibieren cualquiera de estos grados de gloria se salvarán al fin”, (Explicación de la gloria telestial que se da en el libro de los Artículos de Fe de James Talmage).

Como vemos, al final todos los hombres, acepten o no a Cristo y obedezcan sus ordenanzas, se salvarán de la condenación eterna, solo variara el tipo de gloria que estos van a recibir. Los únicos que se condenaran serán aquellos que blasfemen en contra del Espíritu Santo. El problema con todo esto es que la Biblia no lo enseña, ya que solo existe el cielo, sin niveles de glorias, aunque habrá diferentes niveles de recompensa, y el infierno de castigo eterno. El cielo se hereda por la fe en Jesús, el rechazar esta fe condice al infierno.

 

Otras enseñanzas de los mormones.

Existen otras enseñanzas mormonas que podríamos seguir considerando, así por ejemplo, el Espíritu Santo es visto como una sustancia etérea, un fluido divino superior a la electricidad o magnetismo, también afirman que el Espíritu Santo no fue quien opero en María para que concibiera a Jesús, además, se habla de la poligamia en el matrimonio y aun se atreven a decir que Marta y María, las hermanas de Lázaro, fueron esposas de Jesús, o que los ángeles son almas que evolucionaron después de la muerte, entre otras cosas. No obstante, nosotros como ya lo dijimos, debemos estar atentos a la sana doctrina, a lo que las Sagradas Escrituras enseñan, fuera de la Biblia, no hay más revelaciones o enseñanzas que podamos aceptar ya que estas son suficientes para nuestra salvación ya que nos presentan a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


1 comentario:

  1. Walter Quadra, lo felicito por las investigaciones sobre las diferentes religiones que hoy existen en el mundo como el cumplimiento de las profecías bíblicas y sería interesante investigar sobre las variaciones de las iglesias evangélicas

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