La verdad que no podía refutarse (Hechos 4:13-14)


 

“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra”.

Hechos 4:13-14

INTRODUCCIÓN


              Continuando con el relato de este capítulo 4 del libro de los Hechos de los Apóstoles vemos que siguen con el juicio que los lideres religiosos de Israel, miembros del Sanedrín, les habían hecho a Pedro y Juan por testificar acerca del tema de Jesús y su resurrección. Aunque la intención de los miembros del Sanedrín era intimidar e impedir que los discípulos continuaran predicando el evangelio, se vieron totalmente imposibilitados de hacerlo, ya que la señal milagrosa de la sanidad del paralitico, el favor del pueblo y, sobre todo, el respaldo del Espíritu Santo les daba a los apóstoles una autoridad tal, que eran más de lo que estos malvados hombres pudieran callar.


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La verdad que no podía refutarse

OSADÍA Y DESPRECIO

 

 “Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban…”

Hechos 4:13


               En este versículo no puede uno dejar de ver la osadía de los dos apóstoles y el desprecio que al mismo tiempo sus enemigos sentían por ellos. Por un lado, Lucas resalta el hecho de su valentía y osadía al no dejarse intimidar por la presencia imponente de los miembros del Sanedrín: Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan. La palabra que la versión de la Biblia, Reina Valera 1960 traduce como “denuedo” es parresía (παῤῥησία), la cual nos habla de una persona que habla con gran osadía, con mucha confianza, autoridad y seguridad, lo cual les da un gran peso a sus palabras. Definitivamente el Sanedrín quedo imposibilitado al ver cómo Pedro y Juan no se quedaban callados ante sus amenazas, sino les refutaban con toda seguridad y autoridad, citándoles las Escrituras y acusándoles a ellos de haber confabulado para crucificar a Jesús quien Dios lo había resucitado de los muertos. Por otro lado, vemos el desprecio que estos lideres religiosos sentían hacia los discípulos: … y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo… La versión RV60 traduce las palabras, “sin letras” y “del vulgo”, para describir la forma de como los miembros del Sanedrín veían a los discípulos, ahora, estos dos calificativos en el griego son más fuertes.  El calificativo, “sin letras”, se traduce de una sola palabra griega que es agrámmatos (ἀγράμματος), y esta palabra se compone de otras dos, “a”, que es, “sin” y “grámmatos”, de donde proviene nuestra palabra española, “gramática”. Como sabemos, la gramática es el estudio de reglas y principios que gobiernan el uso de las lenguas y la organización de las palabras dentro de una oración, lo cual nos sugiere que los discípulos eran personas que no tenían el más mínimo estudio básico de las normas que regían su lengua, eran vistos casi como analfabetos. Por otro lado, eran vistos como hombres “del vulgo”, y este calificativo se traduce del griego idiótes (ἰδιώτης), la cual es una palabra muy conocida que se ha transliterado al español y no necesita traducción. Por tanto, podemos ver el gran desprecio con el que estos hombres religiosos y prepotentes veían a los discípulos; pero no les quedaba más que despreciarlos porque eran incapaces de callar su mensaje, porque el Espíritu Santo les había dado autoridad y hablaban con tal denuedo que no podían refutar sus palabras y por ellos se maravillaban de eso.

 

Probablemente una persona que no haya tenido la oportunidad de avanzar en sus estudios pueda no tener mucha preparación académica con respecto a otro que ha ido a la universidad y ha logrado diplomarse con master o doctorados, pero la verdad es que cuando Cristo viene a la vida de una persona y esta experimenta el poder transformador del evangelio, esta puede hablar con autoridad de este, porque lo ha experimentado y porque el Espíritu Santo viene a su vida para respaldarlo y capacitarlo sobrenaturalmente a través de su constante comunión con Cristo. Definitivamente como cristianos debemos estudiar y prepararnos para ser mejores instrumentos de justicia en las manos de Dios, sin embargo, no olvidemos que la verdadera autoridad y denuedo al momento de compartir el mensaje del evangelio viene de nuestra experiencia personal con Dios, de haber experimentado ese poder sobrenatural en nosotros que cambia para siempre nuestra vida, de tal manera de que ya no hablamos de meras teorías, sino de lo que hemos sido testigos y esto, aunado al hecho de que tengamos una verdadera comunión con el Espíritu Santo, nos da mayor respaldo en su obra.

 

UN PARECIDO A CRISTO

 

“… y les reconocían que habían estado con Jesús”.

Hechos 4:13


                 Ahora, en este versículo 13 hay una parte que cambia para siempre la percepción de estos lideres religiosos con respecto a la iglesia: y les reconocían que habían estado con Jesús. Uno puede tratar de imaginar lo irritante y frustrante que tuvo que haber sido este momento para estos malvados hombres. Recordemos que estos hombres habían conspirado para matar a Jesús ya que no querían que sus enseñanzas siguieran propagándose en medio del pueblo y ganando seguidores, ellos pensaban que, con matarlo, morirían sus ideas. Luego, después ocurrió su resurrección, pero idearon sobornar a los soldados para que estos dijesen que sus discípulos habían robado el cuerpo de Jesús mientras estos dormían y así impedir que la noticia de su resurrección fuese a tener peso en medio del pueblo. Hasta este momento creían que el problema estaba resuelto, pero de repente se encuentran con dos hombres que predicaban y enseñaban lo mismo que Jesús a tal punto que les reconocían que habían estado con Él y hasta se parecían a Él, lo cual resultó impactante y frustrante para estos hombres ya que sus perversos planes no habían prosperado. Es justo en este momento que estos hombres comenzaran a fijar sus ojos en la iglesia y a verla como una amenaza para ellos. Como creyentes en Cristo, debemos esforzarnos por seguir el camino de nuestro Maestreo, de imitar sus obras, vivir y proclamar sus enseñanzas, para que los hombres vean en nosotros a Cristo, y de esta manera seremos mejores testigos de su gracia, aquel día aquellos malvados religiosos reconocieron que Pedro y Juan habían estado con Jesús, por su testimonio y defensa del evangelio, porque cuando los interrogaron, los argumentos y defensa de estos, la autoridad con lo que lo hacían y las señales que los acompañaban, les recodaron la forma de cómo Jesús también les presentaba defensa del evangelio.

 

UN TESTIMONIO CON SEÑALES QUE NO SE PUEDEN REFUTAR

 

“Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra”.

Hechos 4:14

 

                Hasta este momento los lideres religiosos del Sanedrín debieron sentirse frustrados al ver la osadía de estos hombres que testificaban un mensaje que creyeron que no volverían a escuchar por creer que con la muerte de Jesús se terminaría; sin embargo, se equivocaron. Ahora, más frustrante era el apoyo que el pueblo les daba y que a parte de la autoridad que tenían al momento de hablar, había una señal que daba testimonio de que lo que ellos decían era cierto, este era el hombre cojo de nacimiento que todos conocían y que había sido sanado en el nombre de Jesucristo: Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. Con todo esto, estos malvados religiosos no podían decir nada en contra, no podían negar la obra milagrosa, muchos ante tal señal, creyeron, pero estos hombres de duro corazón se negaban a hacerlo y querían evitar que el pueblo creyese, pero por el momento, estaban totalmente imposibilitados de refutar el mensaje del evangelio, porque ante la verdad, la mentira no puede prevalecer.

 

 


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