¿Ocuparnos de nuestra salvación? (Filipenses 2:12-18)


 

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo”.

Filipenses 2:12-18

 

INTRODUCCIÓN


                Después de que Pablo exhorta a los creyentes de la iglesia de Filipos a mantener la unidad entre ellos a través de desechar actitudes dañinas para la comunión de la misma e imitar la actitud humilde y obediente de Cristo, pasa a recomendarles que se ocupen de su salvación para que su fruto se complete. Sabemos que nuestra salvación es por gracia, sin embargo, esto no significa que como cristianos no somos responsables de cultivar nuestra nueva vida, no se trata de que Dios nos salvó y no hay nada más después de eso, por el contrario, debemos aprovechar la nueva vida que el Señor nos ha regalado y producir los frutos espirituales que se espera que se produzcan en un cristiano.


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¿Ocupados de nuestra salvación?


¿OCUPARNOS DE NUESTRA SALVACIÓN?

 

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.

Filipenses 2:12


                Ahora Pablo les pide a los filipenses que se ocupen de su salvación con temor y temblor: Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor ¿Qué significa ocuparse de nuestra salvación? ¿Acaso Pablo está diciendo que debemos trabajar o hacer obras para no perder la salvación que Dios nos ha otorgado? Algunos creyentes que creen que la salvación se pierde afirman que este versículo nos exhorta a no descuidarnos porque de lo contrario pudiéramos perder la salvación que el Señor nos ha otorgado; pero no todos creemos de esta manera. El tema de que si la salvación se pierde o no se pierde es un tema bastante conflictivo en algunos casos, de hecho, hay congregaciones con tendencia arminiana que afirma que la salvación se puede perder; mientras que otras congregaciones son de pensamiento calvinista y afirman lo contrario. El asunto de interpretación de este tema es lo que algunos dirían, secundario, por lo que no es un punto que pudiese clasificar a alguien como hereje o sectario, ya que ambos grupos creemos en las doctrinas primarias como la salvación por la fe, sin obras, por medio de Jesucristo y su sacrificio expiatorio. No quisiéramos entrar en largos debates que tienen cientos de años de darse referente al punto y donde nadie convence a nadie del punto que defiende, ambos grupos están plenamente convencidos y creemos que han procurado ser responsables de adoptar una línea de creencia en cuanto a esta doctrina especifica y no dudamos que independientemente crean que la salvación se pierde o no, su fe en Cristo los ha convertido en nuevas criaturas y manteniéndose en esta convicción alcanzaran la vida eterna. Ahora, de acuerdo a sus escritos, Pablo estaba seguro de su salvación, él sabía de que Dios lo había elegido para vida eterna, desde antes de la fundación del mundo: “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”, (Romanos 8:30). Sabía que su llamamiento era eterno y nada ni nadie lo separaría del amor de Dios: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”, (Romanos 8:38-39). Sin embargo, esta seguridad no le daba licencia para pecar, como algunos dicen, ¡una vez salvo, siempre salvo!, y luego, utilizando mal este lema se dan licencias para pecar; pero cómo volveremos a la esclavitud del pecado si Cristo nos ha hecho libres: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”, (Romanos 6:1-2). Por tanto, Pablo estaba convencido de la obra salvífica que Jesús había obrado en él, liberándolo de la esclavitud del pecado, por tanto, ahora, siendo salvo, no por obras, sino por fe, sabía que tenía que ocuparse de su salvación, no por miedo a perder su salvación, sino como resultado de la misma, porque Dios había obrado en él una nueva naturaleza y ahora debía producir los frutos de esa nueva naturaleza, lo cual a su vez era una evidencia de su salvación por fe, por ello les dice a los filipenses: ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.

 

Ahora, queremos considerar las últimas palabras del versículo 12. Dice, “ocupaos”, y esta palabra en el griego en el que se escribió es katergádsomai (κατεργάζομαι), la cual hace referencia a enfocarse completamente en un trabajo, o dedicarse enteramente a una obra. Esto significa que como cristianos debemos enfocarnos en ser fructíferos y aprovechar al máximo nuestra nueva vida en Cristo Jesús, por ello, otras versiones como la Nueva Versión Internacional de la Biblia traducen esta palabra exhortando a llevar a cabo la salvación a un término digno de la nueva vida que Dios nos ha dado: “Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia—lleven a cabo su salvación con temor y temblor”, (Filipenses 2:12, NVI). La Nueva Traducción Viviente de la Biblia lo traduce exhortando a los creyentes a que se aseguren que sus obras evidencien su salvación: “Queridos amigos, siempre siguieron mis instrucciones cuando estaba con ustedes. Y, ahora que estoy lejos, es aún más importante que lo hagan. Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor”, (Filipenses 2:12, NTV). La versión de la Biblia, Dios Habla Hoy, exhorta a los cristianos a preocuparse para hacer efectiva nuestra salvación: “Por tanto, mis queridos hermanos, así como ustedes me han obedecido siempre, y no solo cuando he estado entre ustedes, obedézcanme más ahora que estoy lejos. Hagan efectiva su propia salvación con profunda reverencia”, (Filipenses 2:12, DHH). De esta forma, podemos ver la riqueza de significados que la palabra katergádsomai (κατεργάζομαι) posee y nos da una idea de lo que la vida cristiana significaba para Pablo, una nueva vida otorgada gratuitamente, por medio de la fe, sin obras, pero que al mismo tiempo, como nueva creación en Cristo debemos cultivarla, trabajando en el Señor, produciendo el fruto del Espíritu Santo, viviendo santa y piadosamente, con todo temor y tembló delante del Señor, lejos del pecado y con un buen testimonio que hable a otros de la obra redentora que el Señor ha hecho en nosotros.

 

PRODUCIENDO EL QUERER COMO EL HACER

 

“… porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.

Filipenses 2:13

 

                 Definitivamente la salvación es una obra donde el hombre no tiene ninguna participación. Para que llegáramos a ser salvos no se trató de un trabajo en equipo, o que nosotros hayamos tenido la iniciativa de aceptarlo en nuestro corazón después de que consideramos que el cristianismo era la mejor opción. Definitivamente no es así, porque antes nosotros estábamos perdidos, muertos en nuestros delitos y pecados, y como un muerto no siente nada, alguien que está muerto espiritualmente tampoco, pero Dios, en su misericordia nos llamó y nos dio el don de la salvación: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”, (Efesios 2.1). Ahora, Pablo exhorta a ocuparnos de nuestra nueva vida, pero deja claro que al final, aun el deseo que pueda haber en nuestro corazón es obra del Espíritu Santo, ya que Dios es el que, según su buena voluntad, produce en nosotros, tanto el querer como el hacer: porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Las palabras que aparecen en este versículo, “produce” y “hacer”, es la misma en griego y esta es energéo (ἐνεργέω), y esta es la palabra de donde proviene nuestra palabra española, energía. Así que, por un lado, Dios da la energía para producir en nosotros el anhelo de hacer algo y es con esta misma energía que llevamos a cado dicho anhelo. Que Dios nos ayude a que nuestro deseo sea siempre amarlo y servirle, porque nuestro ser por naturaleza es malo y desea correr al pecado, pero que el Espíritu Santo nos ayude para que nuestro amor y deseo por Dios sea mayor.

 

¿CÓMO OCUPARNOS DE NUESTRA SALVACIÓN?

 

“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo”.

Filipenses 2:14-18

 

                 ¿Cómo deberíamos ocuparnos de nuestra salvación? Pablo nos enseña algunas cosas. Primero, ser sencillos, de corazón sencillo y buen testimonio, no calumniando a nadie ni siendo contencioso: Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos. Luego, nos pide que seamos santos en medio de esta generación maligna, que nuestra vida resplandezca como luminares en este mundo de tinieblas: hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo. Y nuestra guía debe ser la palabra de Dios, con la cual nuestra vida sea edificada: asidos de la palabra de vida. De esta forma, Pablo enseñaba cómo debíamos enfocarnos en nuestra nueva vida, para ser fructíferos y aprovechar en gran manera la oportunidad que el Señor nos ha otorgado al liberarnos de la esclavitud del pecado, este era el anhelo del apóstol y lo llenaba de gozo, un gozo que lo alentaba a seguir trabajando por el Señor y aun dar su vida por esta bendita causa: para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Por tanto, les pide que se llenen de gozo, el cual va más allá de una simple emoción pasajera de alegría, sino de un constante estado de regocijo que proviene de la comunión con Dios: Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo. De esta forma el apóstol les pedía a los filipenses que se ocuparan de su salvación, instrucciones que también nosotros debemos poner en práctica.

 

4 comentarios:

  1. Muchos saludos hermano Walter, y que maravillosa exegesis de estos versículos y le imploramos a Dios Padre Todopoderoso que pueda seguir cultivando en nosotros todas las cosas que contribuyan al crecimiento maravilloso de su Iglesia Preciosa siempre por medio de Nuestro Señor y Salvador y Sanador Jesucristo con la ayuda de su Santo Espíritu. Amén

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  2. Muchas gracias por este maravilloso estudio hermano Walter, muchas bendiciones y que Dios lo siga usando en gran manera. Saludos

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  3. Hola buenas noches hoy encontré esta página de estudio bíblicos y está muy buena se que me será de gran bendición saludos a todos que Dios los bendiga siempre

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  4. Dios les bendiga exelente explicacion

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