Un intento de ocultar la verdad del evangelio (Hechos 4:15-22)


 

“Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años”.

Hechos 4:15-22

 

INTRODUCCIÓN


            Ante la realidad de su imposibilidad de negar el testimonio de Pedro y Juan ante el pueblo, los lideres religiosos del Sanedrín decidieron ponerle una pausa al juicio que habían iniciado y tener una pequeña reunión para pensar muy bien lo que iban a hacer, ya que, como lo mencionamos en el estudio pasado, estos malvados hombres se habían quedado sin palabras ante la osadía y respaldo que los apóstoles tenían al momento de testificar acerca de su fe en Cristo Jesús, además del hecho de que nadie podía negar el milagro de sanidad que había sido operado en el nombre del Señor Jesucristo.


sanedrín-y-los-apóstoles
Un intento de ocultar la verdad del evangelio

 

LA REUNIÓN IMPROVISADA DE LOS LIDERES RELIGIOSOS

 

“Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre”.

Hechos 4:15-17

 

              Hasta este momento estos hombres religiosos creían que habían logrado silenciar el mensaje de Jesús por medio de su muerte, pero es justo ahora que se dan cuenta que había dos hombres que se encontraban testificando tal y como Él lo hacía cuando estaba vivo, es más, les refutaban tal y como lo solía hacer Jesús y aún les seguían las mismas señales. Además, tenían el favor del pueblo que había creído en su mensaje y ante su imposibilidad de poderles contradecir, decidieron tener una pequeña reunión para decidir qué iban a hacer: Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Esta pregunta se ha hecho muchas veces por aquellos enemigos del evangelio, ya que el evangelio trae luz a la vida de aquellas personas que viven en las tinieblas y esto va en contra de los intereses de Satanás que prefiere mantener a los hombres en una ignorancia total referente a su situación espiritual. Sin Dios el hombre vive hundido en sus pecados, totalmente indiferente a su realidad espiritual y de condenación eterna, muchos, engañados en una falsa religión que los guiaba por un camino equivocado que les prometía la vida eterna pero que conducía directamente al infierno. Aquellos lideres religiosos querían mantener al pueblo ignorantes del evangelio, querían seguir manteniendo su control sobre ellos a través de sus enseñanzas y así mantener sus posiciones de las cuales se beneficiaban, pero el mensaje del evangelio era un peligro para sus intereses ya que esto provocaría que la gente abandonara sus sistemas religiosos obsoletos y las muchas ganancias que obtenían de la gente durante los días festivos disminuiría. Su deseo de seguir sacando provecho de su posición religiosa era mayor que aceptar el mensaje del evangelio, aún cuando estos aceptaron que no tenían forma de cómo refutarlo ya que la sanidad del cojo era una confirmación de que los apóstoles decían la verdad: Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. Que tremenda declaración hicieron aquí estos hombres, no cabe duda de que la verdad había llegado a ellos también y no tenían duda de que así era, pero decidieron no creer en ella y seguir defendiendo su mentira, ¿pero por qué? Que dureza de corazón debe tener un hombre para negarse en creer al evangelio, aun cuando la verdad quede develada ante sus ojos. Bueno, posiblemente Satanás había llenado su corazón de tanta soberbia y el amor por las cosas de este mundo les impedía renunciar a ello, por tanto, continuaban ciegos ante la verdad y la luz del evangelio no les resplandecía: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”, (2 Corintios 4.4). Lo más terrible de estos hombres que aman más las tinieblas que la luz es que también impiden que otros vengan a la verdad, porque eso va en contra de sus egoístas intereses: Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Satanás siempre ha usado a personas de este tipo para que la verdad del evangelio no resplandezca en la vida de las personas y así mantenerlos en las tinieblas, mientras que los religiosos se aprovechas de su ignorancia sacando ganancia de ello. Así ha pasado a lo largo de la historia, primero con estos saduceos y fariseos, luego, los emperadores romanos descargaron todo su odio ante los cristianos que se negaban en participar de sus festividades paganas y no reconocían al César como un dios, veían sus enseñanzas como una amenaza a tal punto que emperadores como Diocleciano quien promulgó leyes para destruir todas las iglesias y quemar todas las copias de la Biblia. En los países paganos donde el evangelio llego, sufrió persecuciones por parte de los religiosos que veían sus tradiciones paganas amenazadas por la verdad de Dios y que provocaba que el pueblo se volviera de dichas idolatrías. Durante el siglo IV d.C., el evangelio se comenzó a propagar a través de Persia, pero no tardaron los sacerdotes paganos que adoraban al sol en darse cuenta que estaban perdiendo influencia en la gente, que vieron las enseñanzas del evangelio como una amenaza que influenciaron al rey de Persia, Sapor II, de perseguir a los cristianos y verlos como enemigos del estado. La santa inquisición nació allá en Francia, en el año 1184, con el fin de extinguir lo que los papas llamaron una herejía, que no era más que el mensaje del evangelio que estaba en contra de todos los dogmas, idolatrías y creencias supersticiosas que la Iglesia Católica había introducido. Así se persiguió a todos aquellos que se atrevían de predicar el mensaje del evangelio y aún más, para esta época la Biblia solo existía en sus idiomas originales y a lo sumo en el latín, un idioma muerto que ya no se hablaba más que en los monasterios de sacerdotes y ordenes católicas, más incomprendido en las lenguas actuales. Martín Lutero sufrió persecución por oponerse a la venta de indulgencias promovida por el papa León X que tenían como objeto recaudar suficientes fondos para continuar con la construcción de la Basílica de San Pedro. Obviamente, la predicación del evangelio por parte del monje alemán y la publicación de sus 95 tesis trajeron una feroz persecución sobre él, ya que la gente que salía de su ignorancia abandonaba las supersticiones religiosas y la venta de indulgencias se venían abajo, y así, una vez más vemos como la proclamación del evangelio sacaban de la ignorancia a la gente. Luego, la traducción de la Biblia al idioma local de las personas provoco que la palabra de Dios tuviera un mayor alcance, así ésta se tradujo al inglés, al español, al italiano, al alemán y otros idiomas, con lo cual, el plan de Satanás de mantener en la ignorancia a las personas fue duramente trastornado. Así podemos seguir hablando de la historia de las persecuciones las cuales han tenido como propósito evitar que el mensaje del evangelio se dé a conocer en medio de las personas, porque este mensaje trae vida eterna a aquellos que creen en él.

 

UNA VERDAD QUE NO PUEDE SER CALLADA

 

“Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.

Hechos 4:18-20


                   Ante la realidad de que no podían desmentir el mensaje de los apóstoles, sole les quedo amenazarlos para que no volviesen a hablar de Cristo: Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Aquí tenemos la primera de muchas prohibiciones de hablar del evangelio, pero es imposible callar este mensaje, porque proclama la verdad de Dios, una verdad que trae un poder transformador que ha sido experimentado por sus voceros y esto último es lo que le da mayor veracidad al mensaje, que sus voceros lo han experimentado en carne propia, de allí las valerosa palabras de los apóstoles que el mismo Espíritu Santo inspiro para que Lucas las dejara inmortalizadas en esta santo escrito: Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Hay dos razones por las cuales no podemos callar, primero, porque es un mandamiento dado por Dios y el mismo Jesús nos comisionó para proclamarlo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”, (Marcos 16:15). Segundo, porque somos testigos de este poder transformador que ha cambiado nuestras vidas de tal forma que no hablamos de una teoría teológica, sino de algo que hemos vivido y que nuestro ser no puede callar, de tal forma que, como Jesús le dijo al endemoniado gadareno, damos testimonio de lo que Dios ha hechos en nuestras vidas: “Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él”, (Lucas 8.39). ¡Cómo podríamos entonces nosotros callar ante semejante realidad! ¡Cómo podemos dejar de testificar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas! Por tanto, no hay fuerza diabólica que impida que este mensaje se siga proclamando y aunque en estos tiempos el hombre trata de hacer ver este mensaje como anticuado y opuesto a sus ideologías torcidas, la verdad es que nosotros continuemos anunciándolo, aunque se levante la persecución, porque Dios siempre respaldara su palabra y no habrá fuerza o poder que pueda callarla para siempre.

 

LOS DISCÍPULOS SON SOLTADOS BAJO FUERTES AMENAZAS

 

“Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años”.

Hechos 4:21-22


                Al final de todo, los lideres religiosos no les quedo de otra de soltar a los dos apóstoles, no pudieron hacerles nada porque tenían el respaldo de la gente y temían un botín de parte de ellos, solo les quedó amenazarlos fuertemente para que no volviesen a predicar el evangelio: Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años. Los discípulos no iban a permitir que estas amenazas los intimidaran, antes iban a buscar la ayuda de su Dios para continuar con la tarea que se les había encomendado. Aquel día, los saduceos y fariseos vieron una amenaza en la iglesia, se iniciaría a partir de aquí una fuerte persecución en contra de ellos, y no serían los únicos, sino muchos, más se sumarian a esta diabólica tarea, pero todos estaban destinados a fracasar.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario