“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para
que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando
sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,
aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo
el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”.
1 Pedro 1:6-9
INTRODUCCIÓN
Al
continuar con la lectura de 1 Pedro llegamos rápidamente a un tema de gran
importancia y básicamente algo que todo creyente debe saber: Las muchas
aflicciones que tendrá que soportar en medio de diversas pruebas. Aquí vemos un
tema que algunas iglesias han preferido ignorar, el tema del sufrimiento de los
santos, sin embargo, debemos ser sinceros al considerar estos temas ya que de
lo contrario estaremos ofreciendo solo una parte de la verdad del evangelio.
Ahora vamos a estudiar estos versículos que nos hablan de este tema.
LAS PRUEBAS Y SU SUFRIMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas…”
1 Pedro 1:6
A veces se suele escuchar en algunas iglesias el
famoso evangelio de la prosperidad que afirma que al venir a Cristo todos los
problemas terminan, no habrá más enfermedad y grandes riquezas y triunfos les
esperan. Generalmente, no les gusta predicar del sufrimiento, o las
consecuencias del pecado, o aún del infierno, por considerarlos temas
anticuados y negativos. Es cierto que Dios bendice y puede prosperarnos, pero
el enfoque egoísta y codicioso de enriquecerse está totalmente apartado de la
verdad bíblica, aún, Dios nos libera de todos nuestros temores, en Él somos más
que vencederes y recibimos en muchas ocasiones la sanidad de algunas
enfermedades crónicas, no obstante, no siempre es así. Existen momentos de
pruebas y dificultades que como cristianos tendremos que pasar, esto es algo
que debemos tener en mente, porque si bien es cierto que nos gloriamos en
nuestra salvación y sus gloriosas promesas que traen gozo a nuestra vida, también
hay momentos de aflicción por causa de las pruebas, por ello Pedro
dice: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. Pedro sabia que las persecuciones
de parte de Roma se desencadenarían cada día más y más, y muchos sufrirían martirio
por la causa de su fe, así nosotros también debemos entender que por causa de
nuestra fe estamos expuestos a sufrir el repudio de este mundo, ya que nosotros
no abrazamos sus ideologías y costumbres anticristianas, así como no seguimos
el mismo camino de frenesí pecaminoso en el cual se conduce, esto puede traer persecuciones
y pruebas a nuestras vidas. En las Escrituras encontramos el tema del
sufrimiento de los santos, así Pablo dijo que una vida piadosa está acompañada
de persecuciones por parte de este mundo: “Y también
todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”,
(2 Timoteo 3:12). En el libro de Job se nos enseña que la vida del hombre es
corta y llena de dolores y penas: “El hombre nacido
de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es
cortado, y huye como la sombra y no permanece”, (Job 14:1-2). Por tanto,
difícilmente podemos negar la realidad de las pruebas en la vida cristiana y de
allí que podríamos preguntarnos: ¿por qué las pruebas vienen a la vida de los
cristianos? Consideremos la respuesta en los siguientes versículos que el mismo
apóstol Pedro nos da.
PROPÓSITO DE LAS PRUEBAS EN LA VIDA CRISTIANA
“… para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el
oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza,
gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle
visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo
inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de
vuestras almas”.
1 Pedro 1:7-9
La verdad es que las pruebas tienen un propósito en la vida cristiana y Pedro nos lo dice: … para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. El propósito principal de las pruebas es someter a través del sufrimiento la autenticidad de nuestra fe. En la antigüedad los hombres solían probar el oro con fuego ya que generalmente este suele mezclarse con otros minerales, pero sometido a altas temperaturas, el oro se vuelve líquido y los otros minerales que son más pesado o densos que él se desprenden, quedado únicamente el oro puro. De manera metafórica, el fuego de la prueba saca todas las impurezas de nuestra vida y hace que resalte nuestra fe, la cual es fortalecida aún más, para progreso de nuestra vida espiritual. En este sentido entendemos el propósito de las pruebas en nuestras vidas, es con el fin de fortalecer nuestra fe, desarrollar nuestro carácter, enseñarnos a depender más de Dios y acercarnos más a Cristo. Ahora, es importante también entender que la prueba tiene un tiempo de principio y fin, no es para siempre, por ello al principio del versículo 6, Pedro dijo: En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas. Esto significa que hay tiempos de alegría, y ciertamente así es, ya que el gozo de nuestra salvación permanece constante, aun en medio de las pruebas y sabemos que tenemos grandes promesas que recibiremos y la vida eterna que nos espera, por ello, nuestro amor por Dios nos impulsa a proseguir en nuestro caminar diario, confiando en nuestro Señor y Salvador Jesucristo: … a quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Por esta misma razón Santiago nos confirma que el propósito final de las pruebas en la vida cristiana es para el mismo provecho de la vida cristiana: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”, (Santiago 1:2-4). Vemos aquí cómo las pruebas producen en nosotros paciencia, y la paciencia nos ayuda a completar la prueba para entonces ser perfeccionados en nuestra fe para que no nos falte nada más. El apóstol Pablo nos comparte una idea muy parecida en su carta a los Romanos y la Nueva Traducción Viviente de la Biblia traduce muy bien estos versículos: “También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación”, (Romanos 5:3-4, NTV). Por todo esto entendemos el propósito de las pruebas que traen a veces sufrimiento a nuestra vida, aunque nadie desea sufrir de manera intencional, debemos aprender a confiar en Dios ya que al final, ningún mal vendrá a nuestra vida si no es su voluntad y aún aquellas cosas que parezcan malas, Dios tiene un propósito en ellas y todo lo que pase en nuestras vidas tendrá un fin que contribuirá al desarrollo de nuestro carácter y fortalecimiento de nuestra fe: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”, (Romanos 8:28).
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