Final del período de los jueces



 

“En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”.

Jueces 21:25

 

INTRODUCCIÓN

 

El periodo de los jueces llega a su final con el inicio de la monarquía de Israel, un cambio que varios han considerado necesario para consolidar y organizar de manera política y religiosa a las 12 tribus de Israel. Hasta el momento vimos como el período de los jueces de Israel se caracterizó por ser un tiempo de apostasía que trajo a su vez caos espiritual y político. Durante este tiempo cada tribu era independiente, a veces hacían alianzas temporales para conquistar territorios, en otras ocasiones se dieron conflictos bélicos entre ellas y durante una buena parte de este tiempo fueron sometidas por otras naciones que las oprimieron hasta que Dios levantara a un juez que las libraba, de hecho, el ultimo versículo del libro de Jueces nos describe con mucha precisión la realidad de Israel en este tiempo: “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”., (Jueces 21:25). Ahora este tiempo llegaría a su fin y el ultimo juez que el Señor levantaría seria Samuel.


Silo-arca

Establecimiento de la tienda sobre el tabernáculo como en Éxodo 40:17-19

De illustrators of the 1728 Figures de la Bible, Gerard Hoet (1648–1733) and others, published by P. de Hondt in The Hague in 1728 - http://www.wcg.org/images/b2/_0303160501_038.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9416912

 

SILO, EL CENTRO RELIGIOSO DE ESTA ÉPOCA

 

Como vimos en el estudio pasado, Silo se convirtió en el centro político, religioso y cultural para Israel durante este período y en la actualidad se ha identificado con el centro arqueológico llamado Khirbert Seilun. Por casi 400 años, Silo representó para Israel una ciudad sumamente importante, fue aquí donde Josué estableció el arca: “Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida”, (Josué 18:1). Las tribus de Israel solían acudir a Silo para presentar sus ofrendas y adorar a Dios: “Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová”, (1 Samuel 1:3). La evidencia arqueológica indica que efectivamente Silo fue un centro religioso y de esto, J. Randall Prince nos comenta en su libro, Biblical Archeology: “El sitio de Khirbet Seilun fue identificado por primera vez con los restos de Shiloh en 1838 por el estadounidense Edward Robinson… Grandes montones de cerámica del período cananeo (2000-1100 a.C.) incluían los restos de sacrificios de animales, lo que indica que el sitio había sido un centro de culto”. J. Randall continúa ampliando el tema refiriéndose al tabernáculo de reunión y dando detalles de lo que algunos creen que es el lugar donde probablemente este estuvo ubicado en este período: “Cuando se estableció el tabernáculo en Silo, se convirtió en una instalación más permanente y se dispuso como un recinto dentro de una pared de cerramiento hecha de piedras del campo que tenía puertas (1 Sam 3:15). Tal estructura existe en un campo en el lado norte del tel, donde hay restos de una gran instalación rectangular amurallada. Este sitio es mucho más grande que cualquier espacio nivelado en la cima y es el único espacio nivelado lo suficientemente grande como para albergar una tienda del tamaño del tabernáculo. Dentro de la instalación hay un área subdividida cuyas dimensiones se aproximan a las del Lugar Santísimo. En 2010–12, Hananya Hizmi llevó a cabo excavaciones dentro de este patio a nivel amurallado. Estas excavaciones revelaron agujeros tallados a lo largo de los lados del recinto que podrían haber sostenido postes de madera como los que se usan en el tabernáculo…”.


EL FIN DEL PERÍODO DE LOS JUECES DE ISRAEL

 

Se reconoce a Samuel como el último juez de Israel, de hecho, se le atribuyen también el ejercicio de los ministerios de sacerdote y profeta: “Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová. Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová”, (1 Samuel 3:19-21). Se estima la vida de Samuel entre los años 1104 al 1014 a.C., y en la tradición judía, Samuel es estimado como un gran profeta al cual elevan casi en el mismo nivel de importancia como se reconoce a Moisés y Aarón.  Al respecto de la vida de Samuel, el Diccionario Ilustrado de la Biblia de Wilton M. Nelson dice: “Líder de Israel durante el crítico período de transición entre los jueces y la monarquía, y primer reformador religioso después de Moisés. Se le llama el último de los jueces (1 S 7.15; Hch 13.20) y el primero de los profetas (Hch 3.24). Fue hijo de Elcana, levita (1 Cr 6.23ss) que vivía en el monte de Efraín (nordeste de Jerusalén), y de Ana, quien había pedido fervientemente a Dios un hijo. A tierna edad fue llevado al tabernáculo en Silo y presentado al sacerdote Elí, quien lo crio (1 S 1 y 2)”. A Samuel le toco juzgar en Israel en un tiempo de gran presión política y espiritual, por un lado, el pecado de los hijos del sacerdote Elí había arrastrado al pueblo a una decadencia espiritual: “Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes”, (1 Samuel 2:22-23). Por otro lado, las invasiones de naciones extranjeras que buscaban apoderarse del territorio que se encontraba ocupado por las 12 tribus de Israel provocaba una inestabilidad política y organizacional, especialmente, los filisteos realizaban constantes incursiones y campañas militares con este fin.

 

Samuel

A statue of Samuel on the West Front of Salisbury Cathedral, UK.

De Richard Avery - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10626311

 

A la muerte del sacerdote Elí, Samuel se levantó como juez en Israel y durante este tiempo los condujo en el camino del Señor: “Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y solo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron solo a Jehová”, (1 Samuel 7:3-4). Samuel exhorto al pueblo a levantarse en contra de los filisteos que los oprimían y el Señor los respaldo, de tal manera que vino un tiempo de paz durante este periodo: “Así fueron sometidos los filisteos, y no volvieron más a entrar en el territorio de Israel; y la mano de Jehová estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel”, (1 Samuel 7:13). Y así Samuel juzgo a Israel: “Y juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares. Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová”, (1 Samuel 7:15-17). James Hoffmeir nos comenta en su libro, Arqueología de la Biblia: “Las últimas décadas del período de los Jueces están marcadas por el liderazgo de un líder de transición, Samuel. Al igual que Moisés, Samuel servía de intérprete entre Dios y su pueblo”. El problema se presentó al envejecer y al considerar que sus hijos no eran las personas adecuadas para continuar con su trabajo, probablemente esto hizo que los israelitas se preocuparan de que a la muerte de Samuel las tribus volvieran a caer en el ciclo de apostasía y castigo que deciden pedir un rey que los organizase como una nación y pudiesen tener una mejor estabilidad política y religiosa: “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”, (1 Samuel 8:4-5). Aunque a Samuel no le pareció la idea de los israelitas ya que creía en la teocracia, lo cierto es que lamentablemente el pueblo no estaba preparado para mantenerse fieles a Dios y organizarse en común acuerdo entre todas las tribus sin la intervención de un rey, por ello Dios le pidió a Samuel que accediera a sus demandas y así Israel se preparaba para tener un rey como lo tenían las otras naciones: “Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”, (1 Samuel 8:6-8). Históricamente muchos ven la monarquía como una gran necesidad que Israel tenía y hasta cierto punto fue así, porque a través de un rey las 12 tribus podrían unificarse y organizarse de una mejor manera para crear un ejército que defendiese la soberanía de la nación, aparte de unificarlos social y religiosamente e impulsar el desarrollo de la nación. ¿Ahora, por todo esto será que fracaso la teocracia? Por parte de Dios, definitivamente no, el que fracaso es el hombre que por su dureza de corazón no fue capaz de someterse a la voluntad de Dios, su ignorancia en sus preceptos e incapacidad de mantener una comunión y comunicación con el Todopoderoso, permitió que el Señor impulsase también la monarquía como la forma de gobierno en medio de su pueblo. Aun así, los reyes deberían buscar siempre la dirección de Dios para gobernar con sabiduría y justicia a Israel.

 

LOS FILISTEOS

 

Durante el tiempo de los jueces e inicios de la monarquía, Israel se vio atacada por algunas naciones que buscaban subyugarlos, entre estos tenemos a Amón, Madián, algunas ciudades estado cananeas y sobre todo por los filisteos. ¿Quiénes eran los filisteos? Identificarlos con precisión ha sido tema de gran debate. Si consideramos el significado etimológico de la palabra filisteo, esta proviene del hebreo pelishtí (פְּלִשְׁתִּי), cuyo significado ha sido ampliamente debatido y muchos lo traducen como “invasor”. Sin esto es así, los israelitas veían a los filisteos como invasores, es decir, no eran cananeos, sino provenían de otras tierras y buscaban invadir nuevas tierras para establecerse en ellas. Rebecca Denova, en un artículo en ingles titulado, Philistines, publicado por el sitio web, World History Encyclopedia, nos comenta: “Los filisteos habitaban las regiones costeras de Canaán desde el siglo XII a.C. hasta su desaparición en 604 a.C. La palabra “filisteo” deriva del nombre hebreo ha-Plištim para el conjunto de varias tribus de Siria y Judea, en la antigua “Siria-Palestina”. La palabra latina para el territorio de Canaán se convertiría en “Palestina” tras la revuelta de Bar Kojba (132-136 d.C.) durante el gobierno del emperador romano Adriano (que reinó de 117-138 d.C.). La palabra “filisteo” se ha convertido en sinónimo de una persona sin educación y falta de cultura debido a las historias que se cuentan de ellos en las Escrituras Judías”. En este sentido, los filisteos fueron pueblos invasores que habitaron no solo en Canaán, sino también en Siria, y otros opinan que se extendió la invasión de estos pueblos hasta las regiones hititas y Egipto. James Hoffmeir, en su libro, Arqueología de la Biblia, nos agrega más comentarios al respecto del origen de los filisteos: “En el Templo funerario de Ramsés III (1184-1153 a.C.) hay unos relieves que muestran una batalla entre Egipto y un grupo de pueblos que intentaban tomar el país por mar y tierra, y que Egipto finalmente rechazó. La escena de la batalla naval se muestra con minucioso detalle, y en ella podemos contemplar a los barcos enemigos y los guerreros, que se presentan con diversos tipos de cascos y con armas diferentes a las utilizadas por los defensores egipcios. El texto que acompaña a la ilustración informa de que los invasores buscaban principalmente comida, lo que sugiere que sus tierras natales estaban asediadas por la hambruna. En este grupo de pueblos se nombran cinco grupos étnicos diferentes, entre ellos la tribu de Pelest. Esta palabra dio origen al nombre del pueblo que la Biblia llama filisteos”

Filisteos

A photo of a wall relief of Philistine captives being led away after their failed invasion of Egypt. Located at the mortuary temple of Ramses III, Medinet Habu, Theban Necropolis, Egypt.

Based on Wikipedia content that has been reviewed, edited, and republished. Original image by Rémih. Uploaded by Celina Bebenek, published on 21 February 2022. Creative Commons Attribution-ShareAlike. https://www.worldhistory.org/image/15282/relief-from-medinet-habu-depicting-philistine-capt/

 

Por tanto, los filisteos son vistos como un pueblo invasor que para el tiempo de los jueces se encontraban ubicados en las costas de Canaán, de hecho, durante el tiempo en el que los 12 espías inspeccionaron la tierra no mencionaron a los filisteos como habitantes de esta tierra, ya que aún no habían llegado a establecerse en esta, así lo confirma James Hoffmeir, en su libro, Arqueología de la Biblia: “En Números 13 se cuenta que cuando Moisés envió a los doce espías a Cades-Barne para explorar la tierra y así preparar la invasión (alrededor del 1230 a.C.), estos encontraron varios grupos étnicos en la zona, entre ellos amorreos y cananeos. En este episodio no se menciona a los filisteos, y tampoco en el recuento de la composición de la tierra que hace Moisés en Deuteronomio 1,8. Es más, allí se informa de que eran los cananeos los que habitaban junto a la costa del mar. Esta omisión se debe a una razón muy simple: los filisteos aún no habían ocupado la región costera meridional de Canaán”. Si esto es así, surge la siguiente pregunta: ¿Cuál era entonces la procedencia de los filiasteis? En la Biblia se nos dice que Dios los expulso de la isla de Caftor: “Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?’ (Amós 9:7). También las Escrituras nos dicen que los filisteos eran restos de Caftor, es decir, procedían de allí: “…porque Jehová destruirá a los filisteos, al resto de la costa de Caftor”, (Jeremías 47:4). La palabra Caftor se ha traducido casi literalmente en su pronunciación hebrea: Kaftór (כַּפְתֹּר), y este nombre se allá no solo en los relatos del Antiguo Testamento, sino también en otros documentos de antiguo Egipto, Mari y Ugarit. En el siguiente mapa podemos observar la ubicación de Caftor según la comprensión judía de cómo era el mundo de aquel entonces, y si lo consideramos desde esta perspectiva, veían a los filisteos como originarios de la isla de Creta. De esto, Pedro C. Morales, en su libro, Arqueología Bíblica nos dice: “Sabemos el nombre de aquellos pueblos, pero no sabemos con certeza de dónde venían exactamente ni cuáles fueron las causas de su desplazamiento. Según la Biblia, vendrían de Kaftor (Dt 2,23), identificado generalmente con la isla de Creta. ¿Se trataría de un movimiento egeo-cretense? La influencia de la cerámica micénica en la filistea podría apuntar hacia esa dirección”. Hay otros que los identifican con los que han llamado, los “pueblos del mar”, unos invasores de origen griego que, habiendo provocado la caída del imperio hitita, fueron reprendidos por los egipcios y terminaron algunos ubicándose en las costas de Canaán. G. Ernest Wright nos comenta al respecto en su libro de Arqueología Bíblica: “Ramsés III de Egipto (ca. 1175 a 1144 a. C.) fue atacado por pueblos que se vieron obligados a emigrar del mundo griego, los llamados «pueblos del mar», que en los años precedentes a su derrota por este faraón (il. 50-51) fueron evidentemente responsables de la destrucción sufrida por cierto número de ciudades a lo largo de las costas de Siria y Palestina, incluidas Ugarit (Ras Shamra), Sidón y Tiro. Un numeroso grupo de estos «pueblos del mar», los pelast (filisteos), se apoderó de la costa mediterránea comprendida entre Jope y Gaza, donde se establecieron; más adelante sería conocida esta región por el nombre de aquellas gentes (Filistea), que con el tiempo pasaría a designar toda la zona, ya que nuestro término «Palestina» es una herencia que de ellos hemos recibido”.

 

Mapa-bíblico

Una de las reconstrucciones de las Generaciones de Noé, situando a los caftorim en la Antigua Creta.

De Lyman Coleman - Μap from "Historical Textbook and Atlas of Biblical Geography (1854)" by Lyman ColemanHistorical Origins by Robert Shaw,2003,ISBN -0766149781The western paradise: Greek and Hebrew traditions by James E. Miller,1996,The International Standard Bible Encyclopedia: Q-Z, by Geoffrey W. BromileyThe Bible Knowledge Commentary: Old Testament by John F. Walvoord,Roy B. Zuck,1985,ISBN -0882078135The International Standard Bible Encyclopedia: Q-Z, by Geoffrey W. Bromiley,1995ISBN -0802837840, Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9523933

  

De la misma manera, el Diccionario Ilustrado de la Biblia de Wilton M. Nelson afirma lo mismo, los filisteos han sido identificado como los pueblos del mar: “Filistea fue una franja de tierra en la costa de Palestina entre Jope y el riachuelo de Gase, unos 10 km al sur de Gaza (Sal 60.8; 87.4; Is 14.29, 31; Jer 25.20; Jl 3.4). Esta llanura litoral se conoce también con el nombre de la SEFELA. Los filisteos fueron un pueblo no semítico, de origen indoeuropeo, que ocupó la parte sur de la costa de Palestina. Junto con los egeos, los micenios y otros, formaban parte de los llamados "pueblos del Mar" que habitaban las islas y las costas septentrionales del mar Egeo. Fueron expulsados de sus territorios al producirse los grandes movimientos migratorios en el este del Mediterráneo y el sudeste de Europa, durante la última parte del segundo milenio a.C., después del colapso de su gran civilización, que la Ilíada y la Odisea de Homero describen”. Por todo esto, muchos opinan que los filisteos pertenecieron a estos pueblos del mar que invadieron el Medio Oriente y provocaron la caída de algunos imperios, además de que el termino pelishtí (פְּלִשְׁתִּי), que se traduce como filisteo en el Antiguo Testamento, apoyaría la propuesta de traducirlo como invasor, porque los hebreos los veían como invasores, porque eso eran realmente.


pueblos-del-mar

Esquema de una hipótesis de los posibles movimientos de población, invasiones y destrucciones que los pueblos del mar realizaron durante el final de la Edad del Bronce (siglo XII a. C.).

De Bronze-age-collapse.svg:Lommes (discusión · contribs.) derivative work: rowanwindwhistler (discusión) - Bronze-age-collapse.svg, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=58965364


            Estos pueblos del mar coinciden con los filisteos, lo cuales, antes de ubicarse en las costas de Canaán intentaron invadir Egipto, pero como ya lo vimos, fueron rechazados y expulsados por Ramsés III.

 

Batalla-pueblos-del-mar-egipcios

Batalla del Delta entre Ramsés III y los pueblos del mar en el siglo XII a. C. Templo de Medinet Habu, Tebas.

De The original uploader was Seebeer de Wikipedia en alemán. - Transferido desde de.wikipedia a Commons por Arcibel., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7533584

 

En la Biblia encontramos la referencia a 5 ciudades donde los filisteos se habían ubicado en Canaán: “Esta es la tierra que queda: todos los territorios de los filisteos, y todos los de los gesureos; desde Sihor, que está al oriente de Egipto, hasta el límite de Ecrón al norte, que se considera de los cananeos; de los cinco príncipes de los filisteos”, (Josué 13:2-3). Al parecer la organización de los filisteos era parecida a la de los cananeos, no tenían un solo rey, más bien se organizaron en ciudades estados, cada una con su propio rey. De esto, James Hoffmeir, en su libro, Arqueología de la Biblia, nos dice: “Los filisteos ocuparon el área del sur de Canaán, zona que actualmente se conoce como la Franja de Gaza. La Biblia los sitúa en cinco ciudades principales: Gaza, Ascalón, Asdod, Ecrón y Gat (Jos 13:2-3). Se han realizado excavaciones en todas estas ciudades, y se ha podido averiguar que todas ellas habían sido ocupadas por cananeos, y después tomadas por los invasores egeos. Hace poco concluyó en Ascalón la tarea de un equipo de arqueólogos de la Universidad de Harvard dirigido por Lawrence E. Stager, después de casi veinte años de excavaciones. En 1996 se identificó en el yacimiento de Tel Miqne la antigua Ecrón, gracias a una inscripción de un templo donde aparecía el nombre de la antigua ciudad. Las excavaciones, dirigidas por el estadounidense Seymour Gitin y la israelí Trude Dothan, revelaron que la ciudad cananea, de menor tamaño, fue destruida por los filisteos, y más tarde reconstruida, hasta alcanzar una extensión de 20 ha. En el yacimiento de Tell-es-Safi, donde se cree que pudo situarse Gat, continúan las excavaciones. En todos estos yacimientos se han encontrado restos del paso de los filisteos, que se produjo poco después del 1200 a.C. En Ascalón y Ecrón, por ejemplo, se han descubierto restos de hogares de grandes dimensiones de forma circular. Se trata del mismo tipo de hogares que pueden contemplarse en los grandes templos o palacios de Micenas y Pilos en el sur de Grecia, que datan de los siglos XIV a XIII a.C.”.

 

Inscripción-Ecrón

La Inscripción de Ecrón, es un bloque de piedra caliza de forma rectangular donde se menciona a Ecrón, confirmando así la identificación de la ciudad filistea que se menciona en la Biblia.

De Oren Rozen - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46928974


LOS DIOSES CANANEOS

 

dios-El

Representación del dios Ēl (1400 a. C.).

De Daderot - Trabajo propio, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=41283672


En Canaán existía una religión politeísta, es decir, adoraban a muchos dioses de los cuales se mencionan algunos de ellos en los relatos bíblicos del Antiguo Testamento. En su palabra, el Señor les prohibió a su pueblo el hacer alianzas con los cananeos y adorar a sus dioses: “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. 5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego”, (Deuteronomio 7:1-5). El panteón Cananeo tenía como deidad principal a El, el dios padre de todos los dioses, de este, G. Ernest Wright nos comenta al respecto en su libro de Arqueología Bíblica: “El dios supremo, el jefe de todos los dioses y cabeza de la familia divina, recibía el nombre de El. Señor indiscutido de todos los dioses, se presenta, sin embargo, como una figura más bien pálida que, al parecer, apenas interviene en los asuntos humanos. Su morada se sitúa muy lejos, «en la fuente de los (dos) ríos, en medio de las fuentes de las dos profundidades» … En las tablillas de Ras Shamra, a que antes nos hemos referido, parece que es concebido como un dios benigno, bondadoso, que nunca niega lo que se le pide, aunque siempre era necesario solicitar de él lo que se deseara obtener. Otras fuentes de información, sin embargo, parecen insinuar que no siempre fue así, sino que obtuvo su actual posición matando a su padre, el Cielo, y castrándolo. La tradición nos dice también que mató a su hijo favorito por alguna razón, cortó la cabeza a su hija y ofreció a su «hijo unigénito» como sacrificio al Cielo. En la literatura de Ras Shamra se le atribuye también ciertas aberraciones. Un relato cuenta que sedujo a dos mujeres y que éstas le dieron cada una un hijo, Aurora y Ocaso; el dios permite luego que sean conducidos al desierto (como ocurrió con Agar e Ismael en la historia de Abrahán)”. Su nombre cananeo, El, se asemeja a la forma de cómo Dios revela su nombre en las Escrituras del Antiguo Testamento: “Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, más en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos”, (Éxodo 6:3). Las palabras, “Dios Omnipotente”, o “Dios Todopoderoso”, se traducen del hebreo, El Shaddái (שַׁדַּי אֵל), y en sí, la palabra, El, designa a Dios como el Señor soberano y verdadero, superior a El, el dios cananeo. En la Biblia no tenemos una mención directa de este Dios, sin embargo, si aparece el nombre de otra diosa cananea, Asera, la cual estaba relacionada con el culto de la fecundidad o fertilidad y el amor, a veces, la relacionaban con los bosques, de allí que las imágenes de esta diosa eran talladas entre los árboles y por ello Dios mandaba a los israelitas a quemarlos: “No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios, que tú te habrás hecho”, (Deuteronomio 16:21). Asera era conocida como la diosa madre, porque en la mitología cananea, el dios El era su esposo y Baal era uno de sus hijos. En el hebreo, la palabra Asera se traduce de la palabra Asherá (אֲשֵׁרָה) y el Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo Testamento de W. E. Vine nos dice: “El asherah era un objeto cultico que representaba la presencia de la diosa cananea Asera. Cuando el pueblo de Israel entró a Palestina, debían guardarse totalmente de las religiones idolátricas de sus habitantes. Es más, Dios les ordenó: «Derribaréis sus altares y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera ['asherim]» (Éxo_34:13). Su objeto cultico estaba hecho de madera (Jue_6:26; 1Re_14:15) y debía quemarse (Deu_12:3). Algunos estudiosos opinan que este era un palo o poste sagrado que se levantaba cerca de los altares a ba'al. Puesto que solo había una diosa con el nombre de 'asherah, su forma plural ('asherim) probablemente se refiera a varios palos”. También esta diosa fue conocida como Astart, pero en la Biblia se presenta como Astoret: “Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas”, (1 Reyes 11:5). Esta palabra, Astoret, se traduce del hebreo Ashtorét (עַשְׁתֹּרֶת), y difiere de la pronunciación cananea, Astart, debido a la costumbre de los rabinos de introducir vocales en los nombres de los dioses para deformar su pronunciación original y así mostrar su desprecio a tales ídolos. También en el Antiguo Testamento aparece esta diosa con el nombre de Astarot, la cual es la forma plural de Astoret: “Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot…”, (Jueces 10:6).

 

Asera

Asherá, figurilla del siglo XIII a. C., en un cartel del Museo de Israel, Jerusalén.

De Sigal Lea Raveh - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=83607007


Otro de los dioses que se mencionan en el Biblia es Baal: “Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot”, (Jueces 2:13). La palabra Baal se traduce del hebreo Baal (בַּעַל), el cual puede traducirse como esposo, dueño o señor. Baal está relacionado con el dios de la fertilidad, en el Antiguo Testamento aparece varias veces su nombre y otras combinaciones del mismo que hasta el momento es incierto afirma si se trata del mismo dios o qué relación tienen con Baal: Baal-peor (Números 25.3), Baal-berit (Jueces 8:33) y Baal-zebub (2 Reyes 1:2). En la web encontramos un artículo en ingles de la Britannica Encyclopedia titulado, Baal: ancient deity, que dice: “Baal, dios adorado en muchas comunidades antiguas del Medio Oriente, especialmente entre los cananeos, quienes aparentemente lo consideraban una deidad de la fertilidad y uno de los dioses más importantes del panteón. Como sustantivo común semítico, baal (hebreo baʿal) significaba "dueño" o "señor", aunque podría usarse de manera más general; Por ejemplo, un Baal de alas era una criatura alada, y, en plural, Baalim de flechas indicaba arqueros. Sin embargo, tal fluidez en el uso del término baal no impidió que se asociara a un dios de carácter distinto. Como tal, Baal designó al dios universal de la fertilidad, y en esa capacidad su título fue Príncipe, Señor de la Tierra. También se le llamaba el Señor de la Lluvia y el Rocío, las dos formas de humedad que eran indispensables para la tierra fértil de Canaán. En ugarítico y hebreo, el epíteto de Baal como dios de la tormenta era "El que cabalga sobre las nubes". En fenicio se le llamaba Baal Shamen, Señor de los Cielos”. A parte de lo que nos dice la Biblia, la mayor fuente de información respecto a Baal ha venido de Ugarit, la cual es la moderna Ras Shamra, situada en la costa de Siria, aquí se han realizado hallazgos arqueológicos que nos dan testimonio del culto erigido a Baal, especialmente las tablillas de arcillas conocidas como los Textos de Ras Shamra que describen el tipo de liturgia que se practicaba alrededor de este ídolo. Una de estas tablillas contiene el famoso ciclo canónico de Baal donde se describe la victoria de Baal durante su combate en contra de su hermano Yam, el dios del caos y las tempestades, la construcción de su templo y el combate con otro dios cananeo, hijo del dios El y hermano de Baal, llamado Mot, deidad de la muerte y esterilidad, contraria a Baal, el dios de la fertilidad.

Baal

La Estela de Baal con un Rayo, encontrada en las ruinas de Ugarit

De Jastrow - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=931147

 

Aparte de Baal, también en la Biblia aparece mencionado el dios Dagón: “Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios…”, (Jueces 16:23), dios adorado por los filisteos, pero que durante un tiempo fue una deidad principal en Canaán. La palabra Dagón se traduce del hebreo Dagón (דָּגוֹן), pero en el sumerio y fenicio se le conoce como Dagan. Era considerado el dios protector de los cultivos, especialmente de los cereales y de allí que su nombre, Dagan, significa “grano”; aunque con el tiempo fue considerado como dios de la venganza. Dagan era conocido por los israelitas como Dagón, donde la palabra hebrea, dag, significa “pececillo”, de allí que con el tiempo este dios fue conocido como el “dios pez”. En el sitio arqueológico de Ugarit, junto al templo de Baal, se ha descubierto el templo de Dagan.


Dagón

Relieve de un hombre pez mesopotámico (Kulullû) identificado de acuerdo con los estudios de principios del siglo XX como Dagón en "A Practical Commentary on Holy Scripture" (1910)

De Desconocido - (Texto original: «1. William & Robert Chambers Encyclopaedia - A Dictionary of Universal Knowledge for the People (Philadelphia: J. B. Lippincott & Co., 1881»)2. http://etc.usf.edu/clipart/23800/23884/dagon_23884.htm), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7300049

 

ISRAEL, RUMBO A LA MONARQUÍA

 

De esta manera, el periodo de los jueces de Israel llagaba a su fin e iba a dar paso a uno de los periodos más importantes del pueblo descendiente de Abraham, especialmente durante el tiempo de las monarquías de David y Salomón que vamos a considerar posteriormente.

 


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