“Y Jehová
dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos,
e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus
hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación. Mas Jehú
no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se
apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel”.
2 Reyes 10:30-31
INTRODUCCIÓN
Desde la antigüedad la humanidad
creía que si le realizaban sacrificios a sus dioses estos traerían la buena
fortuna a su vida, hoy en día sabemos que existe un único Dios le cual puede
bendecir en gran manera nuestra vida, el cual en su infinita misericordia nos
ha dado la vida, nuestra salud y todo lo que tenemos. Sin embargo, Dios quiere
bendecirnos más allá de todo esto, quiere regalarnos la vida eterna, pero para
ello se requiere completa obediencia a su palabra. Veamos en la Biblia tres
tipos de obediencia y hasta donde Dios los bendijo por ello.
Abraham un ejemplo de obediencia |
I.
LOS RESULTADOS DE UNA OBEDIENCIA
A MEDIA.
El primer ejemplo que encontramos
en la Biblia de obediencia es la de Jehú quien llego a ser rey de Israel. Con
la muerte de Salomón, el territorio se dividió en dos reinos, el del sur que
fue Judá con su capital en Jerusalén, y el del norte que fue Israel donde
Samaria llego a convertirse en su capital. Si hay algo que caracterizo al reino
del norte es que todos sus reyes fueron malos lo cual con el tiempo provoco la
destrucción de la nación y su exilio por los asirios; pero cuando llegamos a la
vida de Jehú encontramos algo diferente. Jehú era un comandante principal de
los ejércitos de Israel y fue Eliseo quien envió a un profeta a ungirlo como
rey y con la misión de exterminar a la familia de Acab, sus amigos, Jezabel y
sus falsos profetas; y así lo hizo con tal fidelidad que Dios decidió
bendecirlo y que su descendencia se sentara en su trono hasta la cuarta
generación, y así ocurrió. Sin embargo, esta bendición no se
extendió para toda su descendencia porque no fue obediente completamente en
todos sus caminos: Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel
con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había
hecho pecar a Israel. Muchas personas buscan agradar a Dios y por
ello reciben bendiciones de Dios, pero no alcanzan a gozar de todas sus
promesas debido a que hay cosas malas que no han decidido erradicar de su vida.
II.
LOS RESULTADOS DE LA
DESOBEDIENCIA.
“Aconteció,
pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el
camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y
estaban ellos dos solos en el campo. Y tomando Ahías la capa nueva que tenía
sobre sí, la rompió en doce pedazos, y
dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de
Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré
diez tribus… Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres
en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis
estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te
edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel”.
1 Reyes 11:29-31, 38
El segundo ejemplo lo tenemos en la vida de Jeroboam, el primer
rey que la parte norte del reino de Israel tuvo después de su división. Si hay
algo en lo que se caracterizó este rey fue en su completa desobediencia a Dios.
El Señor le prometió a Jeroboam que si hacia lo recto ante sus ojos lo bendeciría
de tal forma que su descendencia se convertiría en una dinastía firme en Israel
y así bajo esa gran promesa comenzó a reinar sobre Israel, pero en lugar de
honrar a Dios se desvió de sus caminos y a toda la nación con él. Ahora bien,
el problema con la desobediencia es que en lugar de traer bendición a nuestra
vida, trae maldición, y así le paso a Jeroboam:
“Por
tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de
Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la
posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea
acabada. El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y
el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha
dicho”.
1 Reyes 14:10-11
Muchas personas escuchan acerca de
las bendiciones que Dios tiene preparadas para ellos, pero no las alcanzan
porque deciden seguir el camino del pecado trayendo sobre ellos la maldición de
las consecuencias del pecado.
III. LOS RESULTADOS DE LA OBEDIENCIA COMPLETA.
“Y llamó
el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí
mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has
rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla
del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente
serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi
voz”.
Génesis 22:15-18
El tercer ejemplo es el de la
completa obediencia. Uno de los hombres más bendecidos que ha caminado por esta
tierra es Abraham. Aunque se trató de un hombre imperfecto que cometió muchos
errores aun después que Dios lo llamó, también se caracterizó por su interés
genuino por sus promesas y su esfuerzo por obedecerle a tal punto que estuvo
dispuesto de entregarle aun lo más importante de su vida, su primogénito Isaac.
Por tal motivo el Señor juró por sí mismo que lo bendeciría, bendición que se
extenderá a su descendencia Israel hasta el fin del mundo y a todas las
naciones por medio de su simiente que es Cristo. Así como Abraham, otras personas
han alcanzado grandes bendiciones en su vida que trascienden más allá de su
vida, por ejemplo David, José, Pedro, Pablo, y Rut entre otros llegaron a
heredar grandes promesas, pero si hay algo que las caracterizó es su completa
entrega a Dios. Hoy mismo el Señor promete bendecirnos, pero para alcanzar su
gracia completa necesitamos entregarnos completamente a Él.
CONCLUSIÓN
La bendición y la obediencia está
directamente relacionadas y nosotros decidimos que tanto nos entregaremos al
señorío de Cristo. Si nuestra obediencia es completa podemos estar seguros que
heredaremos todas las promesas de redención y vida eterna que Jesús nos ofrece.
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