“Gran
multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no
solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había
resucitado de los muertos. Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte
también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y
creían en Jesús”.
Juan 12:9-11
INTRODUCCIÓN
Estamos
cerca de la última semana de la vida de Jesús, una vez más se encuentra en
Betania, en casa de Marta, María y Lázaro, el que fue resucitado, María le
ungió sus pies con perfume muy caro y todos estaban sentados a la mesa
comiendo. Ahora bien, muchos judíos se enteraron que estaba allí y para este
momento su popularidad había crecido debido al milagro de resurrección de
Lázaro que había ocurrido. El hecho de ver a Lázaro con vida era un testimonio
contundente de la divinidad y carácter mesiánico de Jesús, y esto llego a
constituir un verdadero dolor de cabeza para los fariseos y saduceos que
querían evitar que la gente creyese en Jesús, pero ¿cómo lograrlo si existía evidencia contundente de que Jesús era Dios y el Mesías? Bueno, eliminado las
evidencias y matando a Jesús para que todo se olvidara.
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El complot para deshacerse de la evidencia |
LAS EVIDENCIAS CONTUNDENTES
“Gran
multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no
solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había
resucitado de los muertos”.
Juan 12:9
Jesús
estaba en Betania, en casa de Marta, María y Lázaro, el que había sido
resucitado, y una gran multitud de judíos que se habían enterado que Jesús
estaba allí decidieron ir, no solo para verlo, sino también para ver a Lázaro,
ya que era increíble verlo con vida después de enterarse que había estado
muerto: Gran
multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no
solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había
resucitado de los muertos. Muchas de esas personas habían estado
allí presentes cuando vieron a Jesús resucitar a Lázaro, otros quizás solo
estuvieron presentes en el día de la sepultura, vieron su cuerpo muerto, y
ahora han escuchado que vive, todo esto era verdaderamente asombroso. Lo cierto
es que la credibilidad en el ministerio de Jesús no solo se basaba en palabras
bonitas, sino en señales sobrenaturales que lo respaldaba. A lo largo de su
ministerio Jesús demostró ser quien decía ser por al menos tres razones.
Primero, porque su vida era intachable, vivía en total santidad, de acuerdo a la
palabra de Dios y no bajo las tradiciones religiosas de los hombres, y
así lo dijo: “No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para
abrogar, sino para cumplir”, (Mateo 5:17). Jesús vivía de acuerdo a su palabra, no de
acuerdo a las tradiciones de los judíos, ganando la desaprobación de ellos, pero
logro vivir de acuerdo a la verdadera voluntad del Padre, experimentando
nuestras mismas debilidades y fue tentado en todo, pero nunca pecó: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado”, (Hebreos 4:15). En segundo
lugar, el ministerio de Jesús es verdadero porque predico y enseño el
verdadero y único evangelio. Su vida de santidad era acompañada por su
increíble capacidad de predicar y enseñar la palabra de Dios de una manera
sencilla pero con gran autoridad. Sus enseñanzas eran maravillosas, estas eran
enseñadas en las sinagogas de los judíos, en las plazas, en el Templo, en los
montes, a la orilla de lagos, en las casas donde era invitado, y en general en
todo lugar donde Él iba predicaba y enseñaba el evangelio, y lo hacía de tal
manera que aun las personas más sencillas entendían. Sus métodos de
comunicación eran increíbles, tomaba ventajas de las circunstancias que le
rodeaba para sacar una buena enseñanza, usaba parábolas, metáforas, hipérboles,
ironías y muchas figuras retoricas, formulaba preguntas a su audiencia para
despertar su curiosidad y que esta los llevara a grandes conclusiones
edificantes, sus enemigos trataron de tentarle y formularle toda clase de
preguntas peligrosas que cualquier persona no hubiese podido responder sin caer
en su ingeniosa y diabólica trampa; pero a todas el Señor respondió con gran
ingenio y de maneras nunca antes esperadas. No cabe duda que enseño la palabra
de Dios no como uno de los más versados comentaristas bíblicos, sino como el
verdadero autor de ella, por ello la gente se maravillaba al escucharlo hablar:
“Y cuando terminó
Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba
como quien tiene autoridad, y no como los escribas”, (Mateo
7:28-29). Finalmente, el ministerio de Jesús es verdadero porque
las señales que lo acompañaban lo confirmaban. Juan utiliza la palabra
señal en lugar de milagro, y una señal es una obra sobrenatural que opera para
confirmar el respaldo que esa persona tiene de Dios. Jesús tenía el respaldo de
su Padre, todos sus milagros fueron hechos para demostrarle a la gente que Él
era el enviado de Dios y el Espíritu Santo estaba sobre su vida para
respaldarlo en todo momento: “Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban
sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas
las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con
él para sanar”, (Lucas 5:17). Por tanto, por estas tres razones la
gente creía en su ministerio, su vida santa, su doctrina y las señales que lo
acompañaban eran una evidencia contundente de que realmente Él es Dios y el tan
ansiado Mesías, y la resurrección de Lázaro era una de ellas.
LOS
ENEMIGOS DE JESÚS DECIDEN ELIMINAR LAS EVIDENCIAS
“Pero
los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a
causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús”.
Juan 12:10-11
Mientras
que muchos judíos se regocijaban y admiraban de las evidencias que respaldaba a
Jesús, los líderes religiosos se preocupaban porque ante semejantes evidencias
era muy difícil desacreditarlo. Por ello decidieron deshacerse de la evidencia,
es decir, matar a Lázaro: Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también
a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en
Jesús. Durante mucho tiempo el diablo ha querido deshacerse de las
evidencias que demuestran quien es Cristo y la existencia de Dios. Cuando los
fariseos y saduceos lograron que Jesús fuese crucificado, pidieron a Poncio
Pilatos que pusiese guardias en su tumba ya que recordaban que había dicho que resucitaría
al tercer día, y querían evitar eso a toda costa: “Al día siguiente, que es después de la
preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante
Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún:
Después de tres días resucitaré. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta
el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan
al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el
primero. Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.
Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo
la guardia”, (Mateo 27:62-66). Sin embargo, no pudieron evitar que
Jesús resucitara al tercer día y lo único que les quedo fue inventar historias
para tratar de ocultar la evidencia de su resurrección: “Mientras ellas iban, he aquí unos de la
guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de
todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los ancianos, y habido
consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus
discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si
esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo.
Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se
ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy”, (Mateo
28:11-15). Y de esta manera el diablo ha tratado de ocultar la verdad de su
resurrección, las evidencias de la existencia de Dios, de la veracidad de la
Biblia, de la existencia y divinidad de Jesús, y en general, de la verdad del
evangelio; pero por mucho que se esfuercen por hacerlo la verdad prevalece ante
las tinieblas.
Muy bonito el estudio de la palabra de nuestro señor Jesucristo muy claro Dioslos vendiga mucho
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