“Mientras Pablo los
esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la
idolatría”.
Hechos 17:16
INTRODUCCIÓN
En este versículo se
nos narra la ocasión cuando Pablo llego por primera vez a Atenas y su sorpresa
al ver la gran idolatría que se vivía allí: Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se
enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. La idolatría
era un pecado muy común en los tiempos antiguos, un pecado que afectó
gravemente a Israel por mucho tiempo e incluso hoy siguen existiendo religiones
politeístas como el hinduismo. La idolatría es el culto y adoración que se le
da a un ídolo, y un ídolo es una figura o imagen que representa a un ser
sobrenatural, a alguien que se admira excesivamente, al que se le adora y se le
rinde culto como si fuera la misma divinidad. En palabras sencillas, un ídolo
es todo aquello que toma el lugar de Dios y en la Biblia se condena tal
práctica.
el |
El pecado de la idolatría |
I.
LA BIBLIA CONDENA LA
IDOLATRÍA.
La Biblia es un libro
que condena la idolatría, de hecho, los primeros dos mandamientos están
relacionados con eso: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen,
ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos”, (Éxodo 20:3-6). Si vemos bien Dios prohíbe dos cosas:
1.
Tener
otros dioses que no sea Él.
2.
Hacer
imágenes de cualquier cosa creada con el fin de adorarla.
La Biblia nos dice que
estos ídolos no son reales sino son hechura del hombre: “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de
manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; Orejas
tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen, mas no
palpan; tienen pies, mas no andan”, (Salmo 115:4-7). Y en Isaías se
nos dice lo absurdo que es adorar un ídolo: “El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da
forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego
tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. El
carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos,
le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre
hermoso, para tenerlo en casa. Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen
entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. De él se
sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende
también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un
ídolo, y se arrodilla delante de él. Parte del leño quema en el fuego; con
parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y
dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un
ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame,
porque mi Dios eres tú. No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos
para no ver, y su corazón para no entender. No discurre para consigo, no tiene
sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre
sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una
abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? De ceniza se alimenta;
su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura
mentira lo que tengo en mi mano derecha?”, (Isaías 44:12-20). Por
tanto, queda claro que Dios condena la idolatría porque El es un Dios celoso
que no comparte su gloria con nadie.
II.
LA IDOLATRÍA EN
TIEMPOS MODERNOS.
Hoy en día aún existen
religiones politeístas, como los hindúes que tiene miles de dioses, o tenemos
otras llamadas cristianas que veneran excesivamente a santos y hombres muertos
a los cuales les piden milagros sin saber que lo que están haciendo es invocar
muertos una práctica que Dios condena en su palabra, otras, sin darse cuenta
adoran a sus líderes religiosos como si se tratara del mismo Dios, sin embargo,
hay personas que sin creerse religiosas son idolatras. Vemos algunos ídolos
modernos.
1. La idolatría al dinero.
Hoy en día existen
personas que dicen confiar mucho mas en sus riquezas que en Dios. Algunos osan
pensar que su bienestar es gracias a su dinero y no a la provisión divina.
Estas personan adoran tanto a las riquezas que no consideran a Dios el dueño de
sus vidas ya que sus agendas y días están dedicados al trabajo y afán para
mantener sus riquezas o hacer nuevas. En cierta ocasión nuestro Señor dejo
claro que el hombre no puede servir a Dios y a las riquezas: “Ninguno puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”,
(Mateo 6:24). Hoy en día el amor a las riquezas y el materialismo ha tomado el
lugar de Dios en muchos corazones, estos están rendidos a ellos y los han
convertido en sus amos ya que su vida completa esta rendida y dedicada a las
riquezas temporales que este mundo ofrece.
2. La idolatría a los placeres y belleza del cuerpo.
Otro ídolo
contemporáneo es la obsesión que este mundo tiene por la sensualidad y los
placeres del cuerpo. Vivimos en un mundo donde muchos son arrastrados por los
placeres que este mundo, por un mundo de vanidad y culto al cuerpo humano,
donde se les da rienda sueltas a las pasiones vergonzosas de la naturaleza
pecaminosa. Los griegos solían tener un culto enfermizo al cuerpo humano, eran
extremadamente muy sensuales y por ello vemos como sus estatuas eran
representados por hombres o mujeres semidesnudos, o incluso desnudos. También
tenían dioses como afrodita a la cual adoraban como la diosa del amor y sexo, o
como Dionisio, el dios de las famosas bacanales, que eran festividades pagana
parecidas a las que hoy se hacen en Brasil, en el famoso carnaval de Rio de
Janeiro, donde se desenfrenan en borracheras, glotonerías, vanidad y toda clase
de perversión sexual. Hoy, aunque ya no
se adoran estos dioses, pareciera que sus practicas siguen teniendo vigencia y
son casi adoradas por los seres humanos. Pablo en 2 Timoteo nos habla del
carácter sensual y depravado de algunos hombres de los últimos tiempos: “También debes saber
esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos… Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan
cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas
concupiscencias”, (2 Timoteo 3:1-2, 6). Vemos en estos hombres
características como amarse a si mismo, es decir, son ególatras, se creen
superiores en apariencia y estatus, vanagloriosos y seducen a toda mujer que
puedan para descarriarse en sus concupiscencias. Hoy para muchos el culto a su
hermoso cuerpo, belleza y satisfacción de los deseos de su cuerpo se ha
convertido en su dios, olvidándose del temor al único y verdadero Dios.
3. La idolatría al mismo hombre
Muchos sin darse
cuenta son idolatras, aunque no se den cuenta. Hoy en día muchos se autonombran
ateos, es decir, personas que no creen en Dios, creen en la teoría de la
evolución, en filosofías de hombres, en la ciencia, pero no se dan cuenta que
lo que están haciendo es poner su esperanza y convicciones en enunciados de
otros hombres. Estos hombres afirman que no adoran a Dios e incluso afirman que
no existe; pero no se dan cuentan que ellos mismos son sus dioses, o aquellos
hombres en los cueles fundamentan sus ideas y filosofías huecas. La Biblia nos
dice lo necio que es decir que Dios no existe: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se
han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien”,
(Salmo 14:1). Debemos tener cuidado en este mundo donde cada vez hay mas
hombres soberbios y envanecidos por sus estudios y filosofías que niegan la
existencia de Dios ya que ellos mismos son su dios, pero esto es una necedad
total.
4. En general, cualquier cosa que tome el lugar de Dios es un ídolo.
En general, cualquier
cosa que tome el lugar de Dios es un ídolo. Podría ser nuestros deseos de
superación, un familiar, algo material, nuestra carrera profesional, en sí,
cualquier cosa que nos tenga rendidos a sus pies y que nos aleje de Dios,
porque esto que se vuelve lo más importante en nuestra vida se convierte en un
ídolo.
III.
SOLO TENEMOS UN SOLO
DIOS.
Nosotros
debemos saber que hay un solo Dios y este se manifiesta en tres personas, tres
personas diferentes pero un mismo Dios. Esta doctrina es conocida como la
doctrina de la trinidad y puede resultar para algunos un tanto difícil de
entender, pero eso es porque queremos entender la naturaleza divina desde
nuestra limitada experiencia humana y la comparamos con nuestra naturaleza,
pero esto es un error, porque la naturaleza humana es muy diferente a la
divina, algo que no es perceptible para nuestros sentidos naturales.
La
Biblia nos da muchos indicios en el Antiguo Testamento que existían mas de una
persona en la divinidad, por ejemplo, en Génesis se sugiere que habían más de
una persona cuando decidió crear al hombre: “Entonces dijo Dios: Hagamos
al hombre a nuestra imagen…”, (Génesis 1:26), o confundir
las lenguas en la torre de Babel: “Ahora, pues, descendamos,
y confundamos allí su lengua,
para que ninguno entienda el habla de su compañero…”, (Génesis 11:7).
Y en el nuevo Testamento vemos que son tres personas que conforman la
divinidad, tres personas, un mismo Dios, estos son:
1.
El
Padre quien es Dios: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del
cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”,
(1 Corintios 8:6).
2.
El
Hijo quien es Dios: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de
lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”, (1 Timoteo 2:5-6).
3.
El
Espíritu Santo quien también es Dios: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón
para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por
qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”,
(Hechos 5:3-4).
CONCLUSIÓN.
Por tanto, tenemos un solo Dios
manifestado en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, al cual debemos
adorar; sin embargo, hoy en día el hombre tiene muchos ídolos a quienes adora,
tales como el amor a las riquezas, a la sensualidad y culto a los placeres del
cuerpo o el culto al mismo hombre, y en general, todo aquello que tome el lugar
de Dios se considera un ídolo y la idolatría nos llevara al infierno. Por ello
debemos adorar al único y verdadero Dios entregando nuestra vida a Jesucristo.
Que la Palabra de Dios corra y sea glorificada. Ella es más cortante que una espada de dos filos.Amen.una lámpara a nuestros pies y una luz a nuestro camino.
ResponderBorrarElla permanece para siempre . Amén y amén.
todo estaba bien hasta el punto de confundir la contextualizacion de la terminología personalidad con persona por que es verdad solo hay un Dios
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