“Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces
del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas
que el cielo gobierna”.
Daniel 4:26
INTRODUCCIÓN
El
cielo gobierna, esta es una declaración poderosa que nos hace pensar que
realmente todos los gobiernos y reinos de esta tierra son temporales y no tienen
el dominio total sobre los designios de esta tierra. Estas palabras fueron
dirigidas a Nabucodonosor para que comprendiera que Dios es quien quita y pone
reinos, y su reino es para siempre. Hoy en día muchas personas buscan la solución
de sus problemas en gobiernos humanos, y ponen sus esperanzas en ellos, es más,
algunos anhelan la ciudadanía de algunos de ellos; pero la verdad es que todos
estos gobiernos terrenales son injustos y no lograran traer la paz que el
hombre tanto anhela. En el libro de Daniel se nos presenta el futuro de los
reinos de esta tierra, desde dos perspectivas diferentes, desde el punto de
vista del hombre y desde la perspectiva de Dios.
El sueño de Nabucodonosor |
I.
LOS
GOBIERNOS HUMANOS VISTOS DESDE LA PERSPECTIVA HUMANA.
“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era
muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su
aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos,
de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies,
en parte de hierro y en parte de barro cocido”.
Daniel 2:31-33
En
su sueño, Nabucodonosor vio una gran estatua muy grande cuya gloria era muy
sublime y de un aspecto impresionante, y es ella se mostraba el futuro de los
gobiernos que se habrían de levantar en esta tierra, y Daniel es a quien Dios
se lo revela. En primer lugar, La estatua tenía una cabeza de oro fino, la cual
representaba al reino de Babilonia. Babilonia llego a ser un reino cuya gloria
y dominio se extendió sobre todo el mundo antiguo del Medio Oriente, el aspecto
de sus ciudades era espectacular a tal punto que una de las 7 maravillas del
mundo antiguo fueron sus jardines colgantes. Se ha llegado a afirmar que ningún
reino fue tan grande y lleno de gloria como el de Babilonia, y por ello se
representa con la cabeza de oro. Luego tenemos el pecho y brazos de plata, y
este reino representa al imperio de Media y Persia, los cuales derrocaron al imperio
babilónico y reinaron sobre todo el mundo antiguo. Este reino era una alianza
de dos naciones, y este estuvo gobernado por grandes reyes como Darío, Ciro el
persa, Jerjes el grande y otros que trajeron gran gloria a este reino. De
hecho, fue este el reino que Dios uso para castigar a Babilonia por sus pecados
cometidos en contra de Jerusalén y fue el que permitió que los judíos
regresasen a su nación después de 70 años de exilio. Luego tenemos el vientre y
muslos de bronce, que representa al imperio griego, el cual llego a conquistar
el mundo antiguo dirigido por Alejandro Magno, el cual se extendió hasta la
misma India. Por los libros de historia la gloria del imperio griego es conocida,
su mitología es increíble y llena de imaginación y gran creatividad, su arte
exquisito, fueron promotores de la filosofía y grandes bibliotecas como la de
Alejandría, promovieron el deporte y las olimpiadas, y en general, el idioma
griego llego a convertirse en el idioma universal. Al final este imperio con
todo y su gloria cayo, y surgió el imperio romano que es representado por las
piernas de hierro. Como el hierro, Roma aplasto a todos las demás naciones y
conquisto el mundo antiguo, a tal punto que cuando Jesús nació, Israel se
encontraba bajo el yugo romano. Roma retomo lo mejor de las naciones que
conquisto, en especial de la cultura, religión y arte griego, llego a construir
una seria de caminos que hacían posible el conectarse con todas las partes del
mundo y Roma, fueron grandes constructores y arquitectos, sus acueductos y el
Coliseo romano fueron una muestra de ello, su política llego a ser un referente
en su gobierno; pero todo esto llego a decaer con el tiempo con el abuso del
poder, la lascivia y borracheras invadieron a la nación la cual se corrompió
moralmente y poco a poco lo condujo a su caída. También vemos los pies de
hierro combinados con barro, el cual nos habla de una coalición de gobiernos
que ocurrirá en el futuro y será el gobierno del Anticristo.
Como
vemos aquí, cada uno de estos reinos humanos tuvieron su gloria como se veía en
el sueño de Nabucodonosor: Esta imagen, que era muy
grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su
aspecto era terrible. Pero son gloriosos y sublimes a los ojos de
los hombres, mas no a los ojos de Dios, porque esta misma visión que es vista
aquí desde la perspectiva humana, es considerada mas adelante desde la óptica
de Dios, y estos gobiernos son vistos como bestias.
II.
LOS
GOBIERNOS HUMANOS VISTOS DESDE LA PERSPECTIVA DE DIOS.
“En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño,
y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y
relató lo principal del asunto. Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y
he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro
bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era
como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron
arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a
manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda
bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y
tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate,
devora mucha carne. Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un
leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia
cuatro cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en las
visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en
gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y
desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas
las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba
los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él
fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía
ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas”.
Daniel 7:1-8
Nuestro
propósito no es hacer una exegesis de este pasaje, pero las visiones que está
recibiendo Daniel aquí tienen el mismo significado que la estatua sublime que
Nabucodonosor vio en su sueño. El león con alas de águila que se paro derecho
es el reino de Babilonia, el oso que masticaba las 3 costillas representa al
imperio medo-persa, el leopardo con cuatro alas representa al imperio griego,
la cuarta bestia que desmenuzaba con sus dientes de hierro y aplastaba con sus
pies es Roma, y los diez cuernos representan a la unión de algunos gobiernos
humanos de donde emergerá el cuerno pequeño que es Anticristo. Si nos fijamos
bien, aquellos gobiernos que desde la perspectiva humana eran vistos como
gloriosos y sublimes, aquí a los ojos de Dios son vistos como gobiernos
monstruosos, y esto es así por el pecado que hay en los hombres que los
dirigen. Hoy en día, el hombre puede ver grandes y poderosos a sus gobiernos,
poderosos en armamento militar, tecnología y ciencia, pero para Dios estos
gobiernos son monstruosos, llenos de maldad, corrupción política e injusticia
social. Hoy en día muchos gobiernos han abierto sus puertas al supuesto derecho
de ideología de género, donde cada uno puede elegir su preferencia sexual,
algunos han legalizado el aborto, el peor genocidio de toda la historia, han
declarado inconstitucional leer la Biblia en las aulas, y la maldad del hombre
se ha corrompido en toda clase de maldad, en borracheras, fornicaciones, inmoralidad
sexual, robos, homicidios, idolatrías y pecados que desagradan a Dios. Por eso,
para Dios estos gobiernos son vistos como verdaderas bestias. A la largo de la
historia los hombres han buscado la forma de establecer gobiernos que les
permita vivir de manera justa y en completa paz, por ello han buscado esto a través
de la democracia, la república, la democracia, la monarquía y otros intentos de
gobiernos humanos, pero todos han fallado en darle al hombre la paz y justicia
que anda buscando, sin embargo, no lo lograran, porque solamente Dios puede dar
estas cosas.
III.
EL
CIELO GOBIERNA.
“Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces
del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas
que el cielo gobierna”.
Daniel 4:26
La
verdad es que los gobiernos humanos son injustos y el hombre jamás encontrara
la respuesta a sus necesidades en ellos, pero sobre todos estos gobiernos, ¡el
cielo gobierna! A Nabucodonosor se le prometió que si reconocía que Dios
gobierna sobre todos los designios de este mundo su reino seria reestablecido. Así
hoy en día, el cielo gobierna, es decir, todo lo que pasa esta en la voluntad
de Dios y si queremos asegurar nuestra existencia en este mundo, debemos entregar
nuestra vida a Cristo y convertirlo en nuestro Señor. Al final de la visión que
Nabucodonosor vio en su sueño, se ve una gran piedra de es arrancada y arrojada
a la estatua destruyéndola totalmente: “Estabas
mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en
sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron
desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro,
y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de
ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran
monte que llenó toda la tierra”, (Daniel 2:34-35). Esa piedra que
destruyo a la estatua y se convirtió en un gran monte, representa el reino
eterno de nuestro Señor Jesucristo, el cual se establecerá en este mundo y durará
mil años sobre esta tierra, pero antes que eso pase, aquellos que creamos en Jesús
nos convertiremos en ciudadanos de un reino no terrenal, sino espiritual. En este
mundo injusto no encontraremos nada bueno, pero en Cristo Jesús se nos ofrece no
solo el perdón de nuestros pecados, sino la vida eterna.
CONCLUSIÓN.
En
el sueño de Nabucodonosor, los reinos de esta tierra se presentan como algo
sublime y glorioso, ya que desde la perspectiva humanos, estos son grandes
delante de ellos; pero en la visión de Daniel, estos mismos reinos se muestran
como bestias horribles, porque realmente eso son a los ojos de Dios, son reinos
bestiales, llenos de maldad e injusticia, y por eso, el hombre jamás lograra
encontrar la respuesta a sus necesidades en estos; pero hoy gracias a Cristo nuestros
pecado son perdonado y podemos pasar a ser parte de un reino completamente
diferente, un reino celestial: “Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo”. (Filipenses 3:20).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario