“Grande
es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable”.
Salmo 145:3
INTRODUCCIÓN
Dios es grande, y como lo dice el Salmo 145:3, digno de
suprema alabanza ya que la grandeza de su ser es inescrutable, es decir,
difícil de definir toda su magnificencia. Dios es grande y posee atributos que
lo definen como tal. Un atributo es una característica que distingue a un ser o
cosa, y al respecto de sus atributos el teólogo Charles Hodge nos dice: “A la esencia divina, que es en sí misma infinita, eterna
e inmutable, pertenecen ciertas perfecciones que nos son reveladas en la
constitución de nuestra naturaleza y en la palabra de Dios. Estas perfecciones
divinas son llamadas atributos como esenciales a la naturaleza de un Ser divino,
y necesariamente involucradas en nuestra idea de Dios. Los antiguos teólogos
distinguían los atributos de Dios (1) De predicados que se refieren a Dios en
lo concreto, indicando su relación con sus criaturas, como creador,
preservador, gobernante, etc. (2) De propiedades, que son técnicamente las
características distintivas de las varias personas de la Trinidad. Hay ciertas
actividades o relaciones peculiares o propias del Padre, otras del Hijo, y
otras del Espíritu. Y (3) de accidentes o cualidades que pueden o no pertenecer
a una sustancia, que puedan ser adquiridas o perdidas”. Sí tratamos de comprender lo que Hodge nos está
diciendo, hay atributos que en primer lugar son dados a Dios en función de su
relación con su creación, así algunos atributos de Dios se desprenden de Él
como ser justo, misericordioso, omnipotente, omnipresente, omnisciente o
soberano. En segundo lugar, hay atributos que distinguen a cada persona de la
trinidad, así, por ejemplo, solo el Hijo es cabeza de la iglesia y solo al
Espíritu Santo se le podría considerar el vicario de Cristo. En tercer lugar,
hay atributos que pueden verse reflejados en algunos seres creados y que se
encuentran en mayor potencia en el Señor, así como la santidad, la sabiduría,
la fidelidad o el amor. Veamos a la luz de la Biblia los atributos más
destacados del Señor.
Los atributos de Dios |
DIOS ES ESPÍRITU.
De las
primeras cosas que debemos entender de Dios es que Él es espíritu, y un
espíritu con personalidad. Esto no significa que Dios sea una especie de
fantasma, sino más bien es un ser con personalidad que no está limitado a un
cuerpo humano, no posee miembros corporales y no está compuesto por elementos
materiales. En su esencia principal, Dios es espíritu, sin cuerpo
humano, no obstante, para que el hombre lo pueda conocer o entender, puede
manifestarse en forma corporal, y al respecto de esto Myer Pearlman nos dice: “Por lo tanto, Dios puede manifestarse en una forma que
pueda ser entendido o comprendido por el hombre. Dios describe también su
personalidad infinita en un idioma entendido por la mente finita; de ahí que la
Biblia hable de Dios diciendo que tiene manos, brazos, ojos y oídos; que ve,
siente, oye, se arrepiente y así sucesivamente”. Así, Dios es
espíritu en su esencia principal, muy diferente al ser humano que es carne y
hueso, un ser material que esta dañado por el pecado, de allí que existe una
gran diferencia entre el hombre, que es carne, y Dios que es espíritu. Cuando
decimos que el hombre es carne, la Biblia no se refiere tanto a su cualidad de
cuerpo humano con la carne y hueso que todos conocemos, sino, más bien, la
palabra carne hace referencia a su naturaleza pecaminosa y de aquí que se
establece una brecha muy grande entre el espíritu y la carne. La palabra
espíritu en el hebreo se traduce de la palabra rúakj (רוּחַ), mientras que en
el griego es pneuma (πνεῦμα), y
en ambos idiomas se da una idea de algo inmaterial como el viento, pero más que
viento, como un aliento que da vida. Desde el principio de la Biblia se
presenta a Dios como un espíritu: “En el principio
creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre
la faz de las aguas”, (Génesis 1:1-2) y Jesús afirmo que Dios es
espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren”, (Juan 4:24). Ahora
bien, su atributo de espíritu le da cualidades diferentes que no están en
armonía con los deseos terrenales de la carne, por ello Dios dijo en cierta
ocasión: “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu
con el hombre para siempre, pose daue ciertamente él es carne; más serán sus
días ciento veinte años… Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en
la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal”, (Génesis 6:3,5). Así podemos ver como la
carne (los deseos pecaminosos del hombre) y el espíritu son contrarios entre
sí, uno produce muerte, el otro, vida: “Porque los
que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del
Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte,
pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”,
(Romanos 8:5-8). Por ello, Jesús nos dice que la única manera de ser salvos es
nacer por el Espíritu: “Respondió Jesús: De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es”, (Juan 3:5-6). Así podemos ver que
uno de los atributos de Dios es que es espíritu,
.
DIOS ES INFINITO.
Otro de los atributos de Dios es que Él es un ser
infinito. Al respecto de ello Charles Hodge nos dice: “Aunque Dios se revela como un Ser personal capaz de
comunicarse con el hombre, a quien podemos adorar y amar, y a quien podemos
orar con la certidumbre de ser oídos y contestados, sin embargo, Él llena el
cielo y la tierra; Él está por encima de todo lo que podamos conocer o pensar.
Él es infinito en su Ser y perfecciones”. De esta forma podemos
entender que Dios es un ser infinito ya que no está limitado por ningún
espacio en específico, ya que Él lo llena todo en todas partes, y de igual
forma, es un ser que no está limitado ni afectado con el tiempo. Por
tanto, su infinidad esta relacionada con su capacidad de llenarlo todo en todo
y no estar limitado en un espacio en específico. Aunque
Dios se revela como un Ser personal capaz de comunicarse con el hombre, a quien
podemos adorar y amar, y a quien podemos orar con la certidumbre de ser oídos y
contestados, sin embargo, Él llena el cielo y la tierra; Él está por encima de
todo lo que podamos conocer o pensar. Él es infinito en su Ser y perfecciones: "Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? ", (1 Reyes 8:27). También, Dios es un ser infinito porque no está afectado por el
tiempo: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para
con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”, (2
Pedro 3:8). Por tanto, Dios es un ser infinito.
DIOS ES ETERNO.
Dios es un ser eterno, y al respecto de esto J. Oliver
Buswell Jr., nos dice: “Los escritores bíblicos
enseñan explícitamente y presumen continuamente que el ser de Dios es eterno,
tanto en cuanto al pasado como en cuanto al futuro. Dios siempre ha existido y
siempre existirá: él nunca empezó a ser, nunca cesará de ser”. Dios
es un ser eterno, es decir, el siempre ha existido, no tiene un principio, el
mismo es la causa de su existencia y permanece para siempre sin ser afectado
por el tiempo, simplemente es eterno. El teólogo Charles Hodge agrega a
esta definición: “Para Él no hay distinción
entre el presente, el pasado y el futuro; todas las cosas están igualmente y
siempre presentes para El. Para El la duración es un eterno ahora”.
La misma Biblia nos enseña que Él es un ser eterno: “Antes
que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta
el siglo, tú eres Dios”, (Salmo 90:2).
DIOS ES INMUTABLE.
Otro de los atributos exclusivos de Dios es que Él es inmutable.
La inmutabilidad de Dios significa que Él no cambia, sino es un ser que
permanece constante en su carácter y características personales. Al
respecto de este atributo, el diccionario de Mundo Hispano de J. D. Douglas y
Merrill C. Tenney dice que la inmutabilidad de Dios es: “La perfección de Dios por la cual él está exento de
cualquier cambio en esencia, atributos, conciencia, voluntad y promesas. Ningún
cambio es posible en Dios, porque cualquier cambio debe ser para lo mejor o lo
peor, y Dios es absolutamente perfecto. No hay ninguna razón para que Dios
cambie, ya sea en él mismo o fuera de él”. La misma Biblia nos habla en el Antiguo
Testamento que Dios es inmutable: “Porque yo Jehová
no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”,
(Malaquías 3:6). De igual forma, en el Nuevo Testamento se nos habla acerca de
su inmutabilidad: “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación”, (Santiago 1:17).
LA OMNIPOTENCIA DE DIOS.
La omnipotencia es otro de los atributos de Dios y este
se refiere al poder ilimitado y soberano que habita en Él y que le
permite hacer lo que Él desee. Charles Hodge nos comenta al respecto de
este atributo exclusivo únicamente de Dios: “Dios
puede hacer lo que quiera. Nosotros, dentro de límites muy estrechos, tenemos
que emplear medios para llegar a nuestros fines. Pará Dios, los medios son
necesarios. Él quiere, y es hecho. Él dijo, Sea la luz; y fue hecha la luz. Él,
por su voluntad, creó los cielos y la tierra. A la voluntad de Cristo los
vientos cesaron, y hubo gran calma. Por un acto de voluntad, Él sanaba a los
enfermos, abría los ojos de los ciegos, y resucitaba a los muertos. Esta
sencilla idea de la omnipotencia de Dios, que Él puede hacer, sin esfuerzo
alguno, por su voluntad, todo lo que quiere, es la más elevada idea de poder
que se pueda concebir”. En este sentido no existe un ser mas poderoso
que Dios, de hecho, el se hace llamar a si mismo el Todopoderoso: “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le
apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé
perfecto”, (Génesis 17:1). Y las mismas Escrituras atestiguan su
gran poder: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú
hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni
hay nada que sea difícil para ti”, (Jeremías 32:17).
LA OMNIPRESENCIA DE DIOS.
La omnipresencia de Dios hace referencia a su
capacidad de estar presente en todo lugar al mismo tiempo. El
diccionario de Mundo Hispano de J. D. Douglas y Merrill C. Tenney dice que la
omnipresencia “es un atributo de Dios en virtud
del cual él llena el universo en todas sus partes y está presente en todos los
lugares al mismo tiempo”. Y a esto podemos agregar el comentario del
teólogo Myer Pearlman donde hace diferencia entre la omnipresencia y la
inmensidad de Dios: “¿Qué diferencia hay entre
inmensidad y omnipresencia? Inmensidad es la presencia de Dios con relación al
espacio, mientras que omnipresencia es su presencia vista con relación a sus
criaturas”. En el Salmo 139 se nos deja muy claro este atributo que
es exclusivo únicamente de Dios: “¿A dónde me iré de
tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí
estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare
las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra”, (Salmo 139:7-10). Por tanto, Dios está
presente en todo lugar, no hay nadie que pueda escapar a su presencia ya que el
lo llena todo en todo lugar: “¿Soy yo Dios de cerca
solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice
Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y
la tierra?”, (Jeremías 23:23-24).
LA OMNISCIENCIA DE DIOS.
La omnisciencia se refiere al conocimiento
elevado que habita en Dios de tal forma que no hay nada que no conozca.
Al respecto de esto, Myer Pearlman nos dice: “El
conocimiento de Dios es perfecto, no tiene que razonar o reflexionar, o
descubrir cosas, o aprender gradualmente, puesto que sus conocimientos con
respecto al pasado, presente y futuro son instantáneos”. Por ello,
el Salmo 147 exalta su gran conocimiento: “Grande es
el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito”,
(Salmo 147:5). De esta forma vemos que uno de los atributos de Dios es su
omnisciencia.
LA SABIDURÍA DE DIOS.
La omnisciencia de Dios se complementa a través de su
sabiduría, y la sabiduría es la capacidad eficaz de aplicar sus
conocimientos para el cumplimiento de sus propósitos. Charles Hodge lo
dice de esta forma: “La sabiduría y el
conocimiento están íntimamente relacionados. Lo primero se manifiesta en la
selección de fines apropiados y de los medios apropiados para el cumplimiento
de estos fines”. En este sentido, la sabiduría es la capacidad de
aplicar correctamente el conocimiento, todo con el fin de alcanzar un propósito
determinado. Es en Dios que se encuentra la verdadera sabiduría, todos los
tesoros del conocimiento e inteligencia: “¡Oh
profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?”, (Romanos
11:33-34). La sabiduría se encuentra únicamente en Dios, y la Biblia afirma que
esta se puede encontrar en su temor y poner en práctica sus mandamientos: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen
entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su loor
permanece para siempre”, (Salmo 111:10).
LA SANTIDAD DE DIOS.
La
santidad es otro de los atributos de Dios y hace referencia a la
perfección de su carácter moral. En la Biblia, la palabra santo se
traduce del hebreo códesh (קידֶשׁ), en el Antiguo Testamento, mientras
que, en el Nuevo Testamento, se traduce de la palabra jagios (ἅγιος).
En ambos idiomas el significado etimológico de estas
palabras hace referencia a “estar separado”, o “sacado de en medio de”, o
“estar apartado para un propósito especial”. De esta forma, Dios es santo, es
decir, su carácter moral esta totalmente apartado de la contaminación del
pecado y su santidad es incomparable: “¿Quién como
tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad,
terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?”, (Éxodo
15:11). Al respecto de la santidad de Dios, el diccionario bíblico Wilton M.
Nelson dice: “En el Antiguo Testamento Dios es
santo (Salmo 99:9) o santo es su nombre (Salmo 99:3; 111:9). La santidad de
todas las demás cosas o personas que puedan ser llamadas santas deriva de Él y
dependen de su voluntad. La santidad de Dios significa que Él es distinto y
trascendente con relación a todo lo creado, incomprensible e inaccesible al
hombre (desde los textos más antiguos: Génesis 28.16; 1 Samuel 6:19 y
culminando en los profetas: Isaías 6; 57:15; Oseas 11:9; Ezequiel 1; 36:22, 23)
… Aunque el Nuevo Testamento no se ocupa tanto de la santidad de Dios, no hay
duda alguna que mantiene la afirmación del Antiguo Testamento (Apocalipsis 4:8;
Juan 17:11; Mateo 6:9)”. Por tanto, Dios es diferente con respecto a
su ser en sí, apartado de cualquier maldad, recto moralmente, su nombre
incomparable y único, totalmente distinto y trascendental en medio de todo el
universo.
Muy edificante. Muchas gracias.
ResponderBorrarQue bendiciones tan grande, tener a Dios Todopoderoso, Omniciente, Omnipresente en Nuestro vida que Solo somos vasos de barrio. Para El sea la honra, la Gloria y la a labanza, gracias Mundo Biblicos por tener estos estudios de la biblia.
BorrarQue Dios los bemdiga mucho hermanos. Amen
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