Deuteronomio 4:1-2
INTRODUCCIÓN
No
cabe la más minina duda que la Biblia es el libro mas maravilloso e impactante
de la historio. La Biblia es una colección de 66 libros que a su vez se dividen
en dos partes principales, en el Antiguo Testamento con 39 libros, y en el
Nuevo Testamento con 27 libros. La palabra testamento
tiene una raíz en el idioma latín, la cual es Testamentum, que a su vez se
tradujo de la palabra de los idiomas originales del Antiguo y Nuevo Testamento
que es pacto, de tal forma que la palabra pacto se traduce del hebreo berit (רִית), mientras que en el griego se traduce de la
palabra diazéke (διαθήκη). En este sentido un
testamento es un pacto, un acuerdo o una última voluntad de una persona, por lo
que podemos decir que el Antiguo Testamento es el acuerdo o pacto que
Dios hizo con los israelitas, por ello en Deuteronomio 4:1-2 les exhortaba
a obedecer su ley ya que estos entrarían a poseer la tierra que había prometido
a sus antepasados: Ahora,
pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis,
y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres
os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para
que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno. Conocer la Biblia es
importante para el cristiano y este conocimiento incluye el Antiguo Testamento,
por eso vamos a iniciar el estudio del Panorama del Antiguo Testamento.
Panorama del Antiguo Testamento es el estudio del Antiguo Testamento a
través de presentar una sinopsis de cada uno de los 39 libros donde se
considera su autoría, contexto histórico, destinatarios, estilo literario y
propósito de este. Su estudio es de suma importancia para el cristiano
ya que al igual que los escritos del Nuevo Testamento constituyen palabra de
Dios la cual tiene un mensaje de gran bendición para nuestras vidas.
Panorama del Antiguo Testamento |
IMPORTANCIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
¿Por qué debemos estudiar el Antiguo Testamento? Para muchos el Antiguo Testamento constituye una parte muy aburrida de la Biblia, por lo que se enfocan más en conocer el Nuevo que en el Antiguo Testamento. Pero el estudio del Antiguo Testamento es de suma importancia ya que constituye más de dos terceras partes del contenido de toda la Biblia, así como nos presenta todo el panorama necesario para comprender el Nuevo Testamento, por tanto, nadie comprenderá claramente el Nuevo Testamento si el Antiguo Testamento le es un misterio. Por ejemplo, será difícil comprender nuestro estado de depravación y condenación por causa del pecado si desconocemos los acontecimientos de la caída del hombre que están en el capítulo 3 del libro de Génesis. También en el Antiguo Testamento encontramos un sinfín de citas que aluden al carácter y misión mesiánica de Jesús, el apóstol Pablo también cito varios pasajes del Antiguo Testamento en sus cartas para darle mayor autoridad a sus escritos, y el mismo Jesús cito en diferentes ocasiones las Escrituras del Antiguo Testamento durante su ministerio: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”, (Lucas 24:44). Por tanto, no debemos desestimar el estudio del Antiguo Testamento ya que constituye una fuente incomparable de riqueza espiritual la cual nos ayuda a comprender mejor el contenido del Nuevo Testamento.
Otra razón por la cual estudiar el Antiguo Testamento es porque nos narra la historia de la nación de Israel, una nación llamada por Dios para ser diferente a todas y de la cual nacería el Mesías Salvador de todo el mundo. Prácticamente, después que el libro de Génesis introduce en sus primeros 11 capítulos el origen de todas las cosas, este al igual que todo el Antiguo Testamente se dedica a narrar la historia de esta nación, comenzando con el llamamiento de su antepasado, Abraham, la historia de los patriarcas, la historia de Israel desde su vida como esclavos, su liberación e introducción a la tierra prometida, sus constantes rebeliones, castigos y liberaciones de parte de Dios a través de sus jueces, vemos el periodo de la monarquía, el fracaso del primer rey de Israel, Saul, la consolidación del reino de Israel bajo el reinado de David, la época de oro del reinado de Salomón, su desvió a la idolatría que condujo a la división del reino, la división del reino del norte y el sur, cada uno con su respectivo rey, los tiempos de victoria y decadencia espiritual en ambos reinos, las amonestaciones de los profetas, la ruina de las naciones y su deportación a las naciones extrajeras por causa del pecado y su regreso a su tierra después de 70 años de cautiverio.
Relación Cronológica de los Libros del A.T. |
DIVISIONES DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Para Israel los libros
del Antiguo Testamento representan más que el registro de su historia, es el
pacto que Dios realizo con su antepasado Abraham, de allí que su preservación
ha sido tomado con toda la seriedad debida ya que contiene todas las promesas
divinas que constituyen el fundamento de su esperanza. Uno de los mayores
precursores en el cuidado del texto divino fue el sacerdote Esdras el cual puso
toda diligencia en preservar los textos sagrados con el fin de enseñar en
Israel sus estatutos. Parte de este trabajo de preservación consistió también
en clasificar los Escritos divinos con el fin de enseñar de una manera
progresiva la revelación de Dios, y así los hebreos llegaron a clasificar el Antiguo
Testamento en tres partes importantes: La Torá, Nebiim y
Ketubim. Esta división fue reconocida por los hebreos y en un texto
deuterocanónico conocido como el Texto Sirácida o libro Eclesiástico (no debe
confundirse con el libro canónico de Eclesiastés), escrito aproximadamente en
el año 190 a. C. por Jesús bar Sirac: “La
ley, los profetas y los demás libros que fueron escritos después, nos han
trasmitido muchas y grandes enseñanzas…”, (Sirácida 1:1). Vemos en
el prologo de este libro que el autor resalta las enseñanzas de las Escrituras
hebreas, la ley, que corresponde a la Torá; los profetas, que corresponde a
Nebiim; y los demás Escritos, que corresponden a Ketubim. También en el
evangelio Según Lucas se hace referencia a estas tres divisiones que los
hebreos tenían del las Escrituras del Antiguo Testamento: “Y les dijo: Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que
está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”,
(Lucas 24:44). Aquí vemos como Jesús dijo que todo lo que le había acontecido
estaba escrito en las Escrituras del Antiguo Testamento, y para ello hace
referencia a las tres divisiones que los judíos ya conocían: La ley de Moisés,
que corresponde a la Torá; los profetas, que corresponde a Nebiim; y los
Salmos, termino con el que en ocasiones se referían a los demás Escritos, que
corresponden a Ketubim. Ahora bien, la colección de todos los libros del
Antiguo Testamento es conocida como Tanaj, la cual es el
resultado de un acróstico de los tres nombres que reciben las tres divisiones
que se le da en hebreo, y en general, el Tanaj corresponde al Antiguo
Testamento que nosotros conocemos. En este sentido, la Torá (Instrucción o
doctrina) corresponden a los primeros cinco libros
de la Biblia y son conocidos como los libros de la ley de Moisés o Pentateuco que
incluyen Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio. Esta
sección contiene la obra base del antiguo pacto, o la revelación de Dios en las
palabras y hechos que pusieron el fundamento del reino de Dios en la forma del
Antiguo Testamento. La segunda división es conocida como Nebiim (profetas
en español), y se subdivide en Profetas Anteriores en los que
figuran Josué, Jueces, Reyes y Samuel
(Estos últimos son un solo volumen), y los Profetas Posteriores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y el Libro de
los Doce (este último es un solo tomo que corresponde a los doce profetas
menores). Estos libros contienen las revelaciones profética-histórica y de
predicción que ayudaron a Israel a constituirse como reino después de la muerte
de Moisés, fueron considerados como palabra de Dios y como vemos, un profeta
era considerado como un hombre que bajo la influencia de Dios hablaba en su
nombre, no solo para dar predicciones del futuro, sino para dar instrucciones
al pueblo en cuanto al caminar diario y la observancia de la ley de Moisés. La
tercera división de la Biblia hebrea es el Ketubim (escritos), la cual
incluye once libros donde están: Salmos,
Proverbios y Job, luego sigue el Megilot o rollos que comprenden Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones,
Eclesiastés y Ester, y finalmente, se agregan Daniel, Esdras-Nehemías y Crónicas (estos dos últimos se consideran
como un solo libro). Generalmente a los autores de estos libros se les conoce
como Hagiógrafos, es decir, autores de libros santos que no necesariamente
hablan de personajes que poseyeran el oficio de profeta. El propósito de esta
agrupación es mostrar a través de los libros poéticos los frutos espirituales
de los justos, además de la historia del gobierno de David y su dinastía, así
como presenta a través de Daniel como todos los reinos de esta tierra pasaran y
prevalecerá la del Mesías tan esperado. Si nos damos cuenta la cantidad de
libros del canon hebreo suman 22 en total, porque algunos se han fusionado en
dos tomos algunos de ellos, como los libros de Crónicas, Reyes, Samuel,
Esdras-Nehemías, de igual forma tiene uno llamado los Doce el cual contiene en
un solo volumen los 12 libros de los profetas menores que son Oseas, Joel,
Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y
Malaquías.
División hebrea del Antiguo Testamento |
Ahora bien, si separamos estos 22 libros veremos que
corresponden exactamente a los 39 que tenemos en nuestra Biblia cristiana y que
conocemos como los libros del Antiguo Testamento. Tal y como los judíos, los
cristianos tenemos dividido el Antiguo Testamento, y en este caso se divide en
4 partes: El Pentateuco, los Libros Históricos, los Libros
Poéticos y los Libros Proféticos.
- El Pentateuco. En griego Pentateuco es una palabra compuesta donde penta significa “cinco”, y teucos significa “rollo”
o “libro”. Pentateuco significa
“cinco libros” o “cinco libros en un solo tomo”. Esta división incluye los
primeros cinco libros de nuestra Biblia cristiana y estos son: Génesis,
Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. También el Pentateuco es
conocido como los libros de la Ley o la Ley de Moisés. Estos cinco libros
son el fundamento de la fe hebrea.
- Libros Históricos. Presentan el relato del desarrollo y decadencia espiritual de la
nación de Israel, desde la conquista de Canaán, su establecimiento en la
tierra prometida, sus problemas en el tiempo de los jueces de Israel, el
surgimiento de la monarquía, la división del reino, su decadencia
espiritual que los llevo al exilio y su regreso a su Jerusalén después de
70 años de exilio. Los libros Históricos son: Josué, Jueces, Rut, 1
Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías y Ester.
- Libros Poéticos. Estos libros hacen una presentación del anhelo de adoración al
Señor y la fe personal. En esta sección se incluyen los libros de Job,
Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
- Libros Proféticos. Estos libros complementan el estudio y comprensión de los libros
históricos que narran el surgimiento de la monarquía y su decadencia
espiritual y en estos el Señor revela sus bendiciones, juicios y promesas.
Esta sección se divide a su vez en Profetas Mayores donde se
incluye a Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel, y Profetas
Menores que son Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás,
Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, y Malaquías.
Divisiones del Antiguo Testamento |
TEMAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
En cuanto a la
temática que el Antiguo Testamento desarrolla la podemos dividir en dos partes
sencillas. La primera va desde Génesis 1-11, y relata los tratos de Dios con la
humanidad en general, y se presentan la creación del universo y del
hombre, la caída del hombre, el gran diluvio universal, la torre de Babel y la
tabla de las naciones a partir de la descendencia de Noé. La segunda división
va desde Génesis 12 hasta Malaquías, y registra los tratos de Dios con el pueblo
de Israel que culminan con el establecimiento de un mejor pacto y la redención
de la humanidad caída a través del Mesías. Considera el llamamiento de
Abraham y el pacto que Dios hizo con él, los patriarcas, la liberación de
Israel de la esclavitud en Egipto, la ley de Moisés, los 40 años en el
desierto, la conquista de Canaán, la monarquía en Israel, la división del reino,
la apostasía de Israel, el cautiverio y su regreso a la tierra santa después de
70 años de cautiverio. Entre sus páginas podemos ver que descansa
la esperanza de un Mesías que traería el alivio a una humanidad pecadora.
Desde Génesis 3 se contempla la primera promesa mesiánica, luego vemos la
promesa de Dios ha Abraham de que en su simiente todas las naciones serian
benditas, y a través del pacto de Dios con David le aseguro que uno de sus
descendientes se sentaría en el trono de Israel para siempre. Todas estas
promesas se cumplen en la persona de nuestro Señor Jesucristo de cual hablan la
ley, los profetas y los salmos. Por esta razón uno entender porque el Nuevo
Testamento abre con Mateo quien presenta al principio de sus páginas la
genealogía de Jesús para mostrarles a sus lectores sus credenciales mesiánicas
como descendiente de Abraham y David.
RELACIÓN ENTRE EL ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO
¿Qué relación
existe entre el Antiguo y Nuevo Testamento? El Antiguo Testamento nos narra
cómo fue creado el hombre a imagen y semejanza de Dios, sin embargo, por causa
del pecado este se alejo de Él y su vida fue de constantes males, pero fue a
través de Abraham que se estableció un pacto que años más tarde fue confirmado
a su descendencia Israel por medio de Moisés: “Y
tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos
todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la
sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová
ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas”, (Éxodo 24:7-8). La condición que Israel tenia para
mantener los beneficios del pacto que Dios había hecho con ellos era obedecer
sus mandamientos: “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y
decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y
poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. No añadiréis a
la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”, (Deuteronomio 4:1-2). Lamentablemente
todos sabemos que Israel desobedeció y como consecuencia fueron castigados
siendo conquistados por naciones extranjeras que los deportaron fuera de su
tierra natal, pero fue aquí donde Dios prometió que habría de establecer un
nuevo pacto, diferente al primero: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré
nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que
hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice
Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”, (Jeremías 31:31-33). Fue así que el nuevo
pacto se confirmó y se sello con la sangre de Cristo, fue a través de su
sacrificio y resurrección que estableció un nuevo, diferente y eficaz pacto por
medio de la fe: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los
bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de
becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros
y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos,
santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo,
el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios,
limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo
muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto,
los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque donde hay
testamento, es necesario que intervenga muerte del testador”, (Hebreos 9:11-16). De esta forma existe
una relación entre el Antiguo y Nuevo Testamento, así los libros del Pentateuco
nos muestran como aquel hombre perfecto cayó en pecado por su desobediencia y
así, después de muchos fracasos, el Señor establece su pacto incondicional con
Abraham donde promete hacer de él una gran descendencia y años más tarde a
través de Moisés libera a su pueblo de la esclavitud y les da sus leyes
divinas. En los libros Históricos se nos narra como Dios introduce a su pueblo
en la tierra prometida, pero una vez ya establecidos estos violentan sus mandamientos,
aquí se ve el progreso de Israel como nación, con la influencia de los jueces
en ellos, sus constantes rebeliones, el establecimiento de la monarquía, así
como el fracaso de muchos reyes en conducirlo en el camino del Señor, lo cual
lo llevo a la cautividad. Los libros Históricos se complementan con los libros
Proféticos los cuales muestran cómo el Señor levanto a sus profetas que los
amonestaban por sus pecados y los exhortaban al arrepentimiento. Finalmente,
los libros Poéticos nos hablan del anhelo de adoración a Dios, así como una
incontable fuente de sabiduría que conduce al hombre temeroso de Dios a la bendición
total. En todo esto, también surgen incontables anuncios proféticos del futuro
Mesías que traería el descanso y liberación de su pueblo. De esta forma, todo el Antiguo Testamento coloca las bases
para el surgimiento de un redentor de la humanidad caída y en el Nuevo
Testamento todo esto se cumple.
Así, en Génesis encontramos al hombre caído, pero a este se le da una
esperanza, la simiente de la mujer que restauraría al hombre a su relación
original con Dios; luego en el Nuevo Testamento vemos en los evangelio el
cumplimiento de todo esto, Hechos de los Apóstoles nos muestra el surgimiento
de un nuevo pueblo redimido por sus pecados, las cartas nos hablan de la norma
de fe y la vida en el nuevo pacto y Apocalipsis termina anunciando la
restauración total de todas las cosas, el plan de consumación final de Dios.
Así ambos testamentos están relacionados.
excelente aclaración, Dios les bendiga y le continué dando sabiduría y entendimiento
ResponderBorrarwoooooo es increible lo que DIOS hace con un corazon dispuesto a hacer su voluntad
ResponderBorrarEstoy este semestre estudiando la materia de introducción al Antiguo Testamento y este resumen me ha dado mucho apoyo para la comprensión de lo que he visto en clase agradezco mucho su aportación
ResponderBorrarSaludos. Su trabajo es limpio y minucioso. Me está sirviendo mucho como apoyo para compartir la Palabra de Dios. Gracias y que el Señor lo bendiga.
ResponderBorrarfaltan libros a la biblia
ResponderBorrarCuales libros usted cree que faltan:?
ResponderBorrarHola soy un estudioso de la palabra de Dios, sin duda sus materriales de estudios son de primer nivel. Muchas bendiciones por su labor de facilitarnos los materiales tan valiosos...
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