Un mensaje para toda edad (1 Juan 2:12-14)


 

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”.

1 Juan 2:12-14

INTRODUCCIÓN

                 Al continuar nuestro estudia a través de esta carta, el apóstol Juan dirige su mensaje a tres grandes grupos de creyentes dentro de la comunidad cristiana, los padres, los jóvenes y los hijitos o niños. Esto nos hace pensar por un momento en que el evangelio de Jesucristo es un mensaje para todas las edades. Aunque el texto es conocido por su dificultad de interpretación en cuanta al verdadero significado de lo que el apóstol quiso decir y de su estructura gramatical griega, lo cierto es que al leerlo y ver que se dirige a estos tres grupos de personas nos hace pensar que este mensaje no solo es para los viejos, sino para toda aquel que pueda creer en él, sin distinguir su edad.

 

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Un mensaje para toda edad


TRES GRUPOS A LOS QUE JUAN ESCRIBE

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre”.

1 Juan 2:12-13

                 Ya Juan les ha hablado a sus lectores acerca de los temas de la luz y el amor, y de cómo los que han llegado a conocer a Cristo deben vivir en luz y amor, porque el Señor es luz y amor. Ahora, el apóstol se dirige a sus lectores haciendo una pequeña división en cuanto a quiénes eran aquellos grupos en los que estaba dividida la comunidad cristiana: Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Por un lado, viene y le escribe a los “hijitos”: Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. La palabra hijito se traduce del griego teknion (τεκνίον), que significa infante o niño pequeño, lo cual hace pensar a algunos que Juan se esta dirigiendo a niños, aunque también es cierto que esta palabra “hijitos” es usada para referirse de una manera cariñosa a adultos cristianos. Si nosotros lo interpretamos que se dirige a niños pequeños, se dice que estos se les ha perdonado sus pecados por el nombre de Jesús. Una de las primeras bendiciones del cristianismo es que Jesús puede perdonar los pecados de todos aquellos que se arrepienten de sus pecados y creen en su nombre, de esta forma, el hombre viene a Cristo para recibir este perdón divino. Ahora bien, de la misma forma de cómo el hombre adulto tiene la necesidad de venir a Cristo para que sus pecados le sean personados, también los niños, por muy inocentes e ingenuos que sean a su edad, necesitan venir a Cristo. Generalmente, los niños son un grupo que a veces los adultos no le dan mayor importancia como a la evangelización de los adultos, pero así como el adulto necesita conocer el mensaje del evangelio, también el niño necesita conocer el amor de Cristo para que sus pecados les sean perdonados y somos nosotros los adultos los responsables de acercarlos a Cristo y su palabra para que esta haga su obra transformadora en ellos, por eso Jesús les dijo a sus discípulos: “Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”, (Mateo 19:13-14). Si nos damos cuenta, cuando le llevaron a Jesús unos niños para que orase por ellos, sus discípulos comenzaron a reprenderlos ya que era una molestia en aquel entonces para un rabino que los niños los molestaran, pero no así para el Señor y por eso les pidió que no les impidieran a los niños acercarse a Él y de la misma manera nosotros no debemos impedir que los niños se acerque al Señor, sino al contrario, debemos presentarles de manera sencilla el mensaje de Cristo y la necesidad de que nuestros pecados sean perdonados. En la Biblia encontramos esta maravillosa promesa de que la instrucción cristiana dada a nuestros niños no quedará sin dar frutos: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”, (Proverbios 22:6).

            En segundo lugar, Juan se dirige a los padres: Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. La palabra padre se traduce del griego patér (πατήρ) que significa precisamente eso, padre, como alguien quien ha llegado a casarse y tiene hijos. A estos se les dice que ellos han llegado a conocer Dios, como un símbolo de su madures espiritual. Como padres, se espera que sean personas más maduras no solo en los aspectos cotidianos y familiares, sino también en la parte espiritual. Nosotros que hemos creído en Jesús es importante que lleguemos a conocer mejor a Dios a través del estudio de su palabra y establecer una verdadera comunión con el Espíritu Santo. Cuando es así, y conocemos a Dios por medio del conocimiento de la Biblia, nuestra percepción de Dios cambia, le conocemos mejor, conocemos sus atributos, sus características, lo que le agrada y desagrada, sus intenciones hacia nosotros y sobre todo esto adquirimos sabiduría y principios para la vida, llegando así conocer mejor a Dios, por eso Pedro nos exhorta a: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo…”, (2 Pedro 3:18). Finalmente, Juan se dirige a los jóvenes: Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. La palabra joven se traduce del griego neaniskos (νεανίσκος), que literalmente hace referencia a un joven. Los jóvenes generalmente es un grupo muy criticado en las congregaciones ya que por un lado pertenecen a un grupo generacional totalmente diferente al de los adultos o viejos y, por otro lado, los jóvenes atraviesan muchas dolencias propias de la adolescencia, sin embargo, Juan les escribe a ellos diciendo que aun este grupo puede ser alcanzado por Cristo y vencer al maligno. La juventud es una etapa donde muchas tentaciones trata de seducirnos para llevarnos por muchos caminos que conducen a la perdición, de allí que también los jóvenes necesitan conocer el mensaje del evangelio y por medio de Cristo vencer al diablo y todas las tentaciones, para que una vez cimentados en la verdad no se alejen del camino de salvación y su palabra sea la guía que les muestre el camino a seguir en medio de este mundo de tinieblas: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra”, (Salmo 119:9). Ahora bien, Juan nos dice: Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre, ya que todo aquel que conoce a Cristo llega a conocer al Padre.


UN GRUPO A LOS QUE JUAN YA LES HABÍA ESCRITO

“Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”.

1 Juan 2:14

                    Luego, en el versículo 14 el apóstol vuelve a mencionar a los padre y jóvenes, pero lo hace con otro tiempo verbal que ha confundido mucho a los estudiosos de sus cartas. En los versículos 12 y 13 de este capitulo el apóstol ha estado hablando en un tiempo presente, es decir, la acción de escribirles esta ocurriendo en ese momento en específico: Os escribo a vosotros, hijitos… Os escribo a vosotros… Os escribo a vosotros, jóvenes… Os escribo a vosotros, hijitos… Sin embargo, ahora viene el apóstol y cambia el tiempo verba a un aoristo que denota una acción concluida en el pasado pero que tiene sus efectos aun en el presente: Os he escrito a vosotros, padres… Os he escrito a vosotros, jóvenes… en cuanto al porque lo hace algunos opinan que solo es una forma literaria para embellecer la prosa de su mensaje, aunque no todos están de acuerdo con esta aseveración. Como sea, lo que nos sugiere a nosotros es que ya anteriormente el apóstol les había compartido el mensaje del evangelio y esto los había transformado en mejores personas que conocía a Dios: Os he escrito a vosotros… porque habéis conocido al que es desde el principio… porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. Y aun habiéndoles hablado en el pasado y viendo los frutos de su conversión que esto había provocado, Juan no se cansaba de continuar presentándoles el mensaje de Dios. Esto tiene que ser un ejemplo para nosotros ya que el estudio de su palabra y la búsqueda de su presencia no se tiene que limitar a un tiempo pasado, sino debe continuar durante toda nuestra vida.

 

 

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