“Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra
ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios”.
Hebreos 11:9-10
INTRODUCCIÓN
El autor de la carta a los Hebreos nos resalta en el capítulo 11 la fe que habitó en el corazón de los patriarcas, los cuales, creyendo en las promesas de Dios, habitaron en tiendas, como nómadas, porque esperan que su descendencia heredaran la tierra que el Señor les había prometido. Hace un par de días atrás tocamos el tema del mundo bíblico donde los patriarcas de Israel habitaron, hoy con la ayuda del Espíritu Santo queremos seguir explorando ese maravilloso mundo tomando ventaja de los descubrimientos arqueológicos, geográficos y de los usos y costumbres de este tiempo, lo cual nos ayuda a comprender de una mejor manera las escrituras.
HABITANTO EN TIENDAS DE CAMPAÑA EN MEDIO DEL DESIERTO
“Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y
crían ganados”.
Génesis 4:20
Tan pronto la humanidad comenzó a multiplicarse en este mundo, la vida como nómadas inició como primera costumbre y estos habitaron en tiendas y criaban ganados, así ocurrió con los habitante antediluvianos: Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. También, después del diluvio vemos esta que esta costumbre era muy común en el Medio Oriente antiguo: “Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo”, (Génesis 9:27). Incluso, los mismos patriarcas habitaron en tiendas: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob”, (Hebreos 11:9). Durante su peregrinar en el desierto, también Israel habito en tiendas: “Los hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus ejércitos”, (Números 1:52). Durante mucho tiempo, desde sus patriarcas y hasta el tiempo de la conquista, Israel fue un peregrino. De acuerdo al Diccionario Bíblico Mundo Hispano, la palabra peregrinar implica: “Un lugar de residencia temporal, o la acción de vivir transitoriamente en un lugar”, y en este sentido, estos peregrinos habitaron en tiendas, tal y como ya lo hemos visto. Ahora bien, de acuerdo al Diccionario Expositivo de Palabras del AT y NT de W. E. Vine nos dice que la palabra que generalmente se traduce como tienda en el Antiguo Testamento es Ohel (איהֶל), que se puede traducir como: “tienda; hogar; morada o habitación. Primero, el término se refiere a la estructura portátil que llamamos «tienda». Este es su significado en Génesis 4:20: «Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados» … Segundo, el vocablo es un sinónimo de «hogar, morada» y de «habitación». Este énfasis es muy marcado en Jue_19:9 (RVA): «He aquí que el día se acaba, y está anocheciendo. Por favor, pasad aquí la noche, porque el día ya ha declinado. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana os levantaréis temprano para vuestro viaje, y te irás a tu morada» … Tercero, ohel puede referirse a los que habitan en las moradas de una región dada o que integran un conjunto de personas”.
Pero, ¿cómo era la vida y costumbres que estos hombres llevaban? Bueno, Fred H. Whight nos dice que hay una forma de entenderlo: “Como los judíos de antaño, los nómadas o árabes beduinos de Palestina, y especialmente de la Transjordania, por siglos han morado en sus tiendas, y su manera de vivir es bastante parecida a la de las gentes de la Biblia. De ahí que un estudio de la estructura de las tiendas de las tierras bíblicas de hoy día, arrojar mucha luz sobre la manera de vivir de los hombres de los primitivos tiempos bíblicos”. Si consideramos estas palabras podemos observar las actuales tiendas en las que habitan hoy en día los beduinos, así como las costumbres que tienen y entender mucho de la cultura bíblica de los tiempos del Antiguo Testamento durante sus días como peregrinos.
Ejemplo de Tienda donde los patriarcas habitaron
Por lo antes dicho podemos tomar en cuenta la descripción que Fred H.
Whight nos da en su libro, Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas, referente
a la forma de cómo eran construidas las tiendas en las que habitaron los
patriarcas: “La habitación de los beduinos es su
tienda, la que es fabricada con telas de pelo negro. Se llama beit sha'ar,
"casa de pelo". Se fabrica con una tela basta, y sirve para proteger
a la familia de los vientos fríos del invierno. En el verano, los lados de la
tienda se levantan, y sirve entonces como sombra. La tela de pelo de cabra
usada para hacer estas tiendas es porosa, cuando está seca; pero con las
primeras lluvias de la estación se aprieta el tejido de manera que se convierte
en impermeable”. Ademan, en el Diccionario Expositivo de Palabras
del AT y NT de W. E. Vine podemos encontrar una descripción de cómo eran
fabricadas estas tiendas al considerar la palabra hebrea que se traduce como
tienda: “Hoy, al igual que en el pasado, las
tiendas de los beduinos se hacen de una tela negra muy fuerte tejida con pelos
de cabra. Tienen varias formas. Las mujeres las arman extendiendo la tela sobre
palos y amarrándola con cuerdas de pelo de cabra o de cáñamo. Se usan mazos de
madera para clavar las estacas en el suelo (Jueces 4:21). A veces la estructura
se divide en secciones para acomodar a diferentes familias o separar los
animales de las personas (2 Crónicas 14:15). La «tienda» al fondo se mantiene
cerrada y los pliegues del frente, en la unión de las dos telas, sirven de
entrada (Génesis 18:1). La «tienda» y todo su mobiliario se transporta a lomo
de una sola bestia. La gente más pudiente tapiza el suelo con alfombras de
diversos materiales. Un jeque podría tener varias «tiendas» para sí mismo, para
sus mujeres, su familia más allegada y para los animales (Génesis 31:33)”.
Las tiendas se levantaban de tal forma que la misma sala en el día fungía como
dormitorio en la noche, a veces, tenían divisiones de cortina de piel de cabra
en el interior, donde la división más grande correspondía a una especia de sala
principal donde se recibían las visitas y la más pequeña era donde se mantenían
las mujeres y niños, así lo vemos como cuando Abrahán recibió la visita del
Ángel de Jehová y Sara estaba solo escuchando en el otro dormitorio: “Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de
la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta
de la tienda, que estaba detrás de él”, (Génesis 18:10). Dependiendo
de que tan numerosa fuese la tribu o familia, así se levantaban el número de
tiendas para cada miembro de la familia y esclavos, por ejemplo, vemos que
Jacob esta entre dos campamentos cuando regreso a casa: “menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad
que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora
estoy sobre dos campamentos”, (Génesis 32:10). En cuanto a la forma
de cómo era amueblada la tienda, Fred H. Whight nos da una buena explicación de
ello en su libro, Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas: “El amueblado de una tienda debe incluir solo lo
necesario. El piso se cubre con alfombras, y por la noche se usa la ropa de
cama, la que se compone de esteras o carpetas, sobre las cuales se duerme. Los
mantos usados durante el día les sirven por la noche de colchas. Se pueden
poner en derredor de los postes de en medio sacos de grano. Deben encontrarse a
la mano en la tienda un molino de mano y el mortero en que se muele el grano.
Colgados de los postes estarán los sacos de piel para el agua y demás líquidos.
También habrá una cubeta de cuero para sacar el agua del pozo que se encuentra
cerca, y un cántaro que usan las mujeres para llevar el agua. Los utensilios de
cocina no son muchos, pero incluyen botes, bandejas y vasijas. Con las fuentes
para servir se incluirán esteras y platos más grandes, así como tazas para
beber. Una lámpara de las primitivas quemando aceite de oliva se usará para
iluminar la tienda por las noches. Si la familia tiene la dicha de contar con
un camello, entonces se usará la fornitura para sentarse en el interior de la
tienda”. De esta forma, podemos entender cómo fue la vida de los
patriarcas durante el tiempo de su peregrinación, habitando en tiendas,
acampando bajo el cielo de una tierra donde fueron extranjeros pero que
creyeron las palabras de Dios de que un día sus descendencias las heredarían: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como
en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma
promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios… Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido
lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y
confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”,
(Hebreos 11:9-10, 13).
EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS QUE NOS HABLAN DE LAS COSTUMBRES DEL TIEMPO DE LOS PATRIARCAS
Como lo
mencionamos en la primera parte de este estudio que pretende entender el mundo
bíblico de los patriarcas, hoy en día no ha sido posible demostrar
histórica o arqueológicamente la existencia de los patriarcas de Israel, sin
embargo, los descubrimientos arqueológicos si han podido corroborar las
costumbres y aspectos culturales que estos vivieron y se mencionan en la Biblia.
Al respecto, James Hoffmeir nos comenta en su libro, Arqueología de la Biblia: “Todavía no se han encontrado restos arqueológicos de los
ancestros fundadores de Israel, mencionados en el resumen del libro del Génesis
(de Abrahán a José). No obstante, gracias al estudio crítico de antiguos textos
legales y sociales, advertimos que las historias de los patriarcas parecen
reflejar costumbres y hábitos sociales característicos que también se
encuentran en Mesopotamia”. Vamos a tratar de mencionar algunos de
ellos con el fin corroborar aún más el relata bíblico, aunque en nuestro caso
la palabra de Dios es suficiente y creemos completamente en ella, pero esto nos
ayuda a comprender aún mejor las historias narradas en ellas.
Las tablillas de Nuzi.
Uno de los descubrimientos arqueológicos que ayudan a este fin son las famosas tablillas de Nuzi, de las cuales, G. Ernest Wright nos comenta al respecto en su libro Arqueología Bíblica: “Hay aún otra prueba a favor del origen normesopotámico de los Patriarcas. Más interesante que cuanto llevamos dicho en orden a aclarar las costumbres patriarcales es la luz que arrojan los archivos descubiertos en Nuzi, una ciudad situada al sudeste de Nínive. Algunas de las costumbres a que se alude en el Génesis resultaban muy oscuras, y hasta se diría que los mismos narradores israelitas posteriores no las comprendían bien. Los nuevos datos aportados por las tablillas de Nuzi nos ayudan a explicarlas, ya que estos documentos nos revelan un derecho consuetudinario semejante al de los Patriarcas, pero distinto de cualquier otro de los conocidos en épocas posteriores. Las gentes de Nuzi eran hurritas, un pueblo mencionado en la Biblia con el nombre de joritas”. En cuanto a las tradiciones descritas en estas tablillas en lengua acadia tenemos un resumen de estas en el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles F. Pfeiffer, nosotros solo mencionamos algunas de esta a continuación: “La mente moderna encontraría dificultad para entender la acción de Sara al sugerir que Abraham tuviera relaciones sexuales con Agar, su esclava. Las tabletas de Nuzi presentan paralelos sorprendentes. Los contratos de matrimonio especificaban que ningún matrimonio se consideraba satisfactorio si no se tenían hijos. Los textos de Nuzi especifican que una esposa estéril debía proveer al esposo de una muchacha esclava con la cual él podría tener hijos… Uno de los textos contiene un paralelo interesante con la venta de parte de Esaú de su derecho de primogenitura a Jacob (Génesis 25:29-34). En Nuzi, un hermano vendió su derecho de primogenitura por tres ovejas… A veces le nacía a la pareja un hijo legítimo después de que hubieran adoptado un niño. Las costumbres de Nuzi anticipaban esta eventualidad al determinar que un hijo adoptivo sería subordinado al hijo legítimo en tales circunstancias. El nacimiento de Ismael quitó a Eliezer de su posición de principal heredero; y más tarde el nacimiento de Isaac a la esposa de Abraham le daba prioridad sobre Ismael, el hijo de la esclava… La práctica del matrimonio del levirato era puesta en vigencia en Nuzi tanto como en la Biblia (Deuteronomio 25:5-10). En una tableta de Nuzi el padre especificaba, al comprar una esposa para su hijo, que en el evento de que su hijo muriera, la muchacha debería casarse con otro de sus hijos”. Así que podemos incluir entre las evidencias arqueológicas las tablillas de Nisi las cuales confirman muchas de las costumbres mencionadas en el Pentateuco.
El Código Hammurabi.
El código Hammurabi es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que hoy
por hoy se han descubierto y datan aproximadamente del año 1750 a.C., siendo
escritas, según se cree, por el rey de Babilonia Hammurabi el cual a su vez lo recibió
del dios Marduk, según las mitologías caldeas. Hoy en día se conserva una
estela en el Museo del Louvre, Francia, que tiene gravadas 282 leyes. Este descubrimiento
permite conocer leyes muy antiguas que están en armonía con algunas costumbres
que los patriarcas practicaron. Veamos, por ejemplo, lo que Pedro C. Morales
nos dice de esto en su libro, Arqueología Bíblica: “Hoy
está a la orden del día el tema de la maternidad subrogada o vientres de
alquiler, algo que está permitido en algunos países. La cuestión no es nueva,
sino que se vino planteando y regulando ¡desde hace cuatro milenios! Sara que
no podía tener hijos por su avanzada edad —noventa años— entregó a su esposo
Abraham como concubina a su esclava egipcia Agar para que le diera descendencia
(Génesis 16:1-3). Aquello que nos puede parecer extraño —o en algunos
ambientes, «moderno»— estaba de acuerdo con las prácticas corrientes en su país
de origen. Esta maternidad subrogada era legal y estaban reglamentados los
derechos y deberes de la criada y de los hijos. Leemos en el Código de
Hammurabi: «Si un hombre se casa con una mujer y esta no le da un hijo, si
quiere tomar una concubina, puede tomarla e introducirla en su casa. No pondrá
a la concubina al mismo nivel que a la esposa»”. Este descubrimiento
arqueológico nos habla de las costumbres que los patriarcas practicaron en este
periodo de la historia.
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Code de Hammurabi, roi de Babylone ; face Avant De Mbzt - Trabajo propio, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16931676 |
El descubrimiento de Mari.
Mari
es una ciudad antigua descubierta en 1933 cuya historicidad data entre los años
de 2900 a.C. y el 1798 a.C. Esta ciudad estaba ubicada en el camino que Abrahán
recorrió desde Ur de los Caldeos a Harán. En cuanto a los descubrimientos
realizados en la ciudad de Mari, el Diccionario Bíblico Arqueológico, del editor general, Charles
F. Pfeiffer, nos dice: “De acuerdo con la *Lista
de Reyes Sumerios, Mari fue la décima ciudad en ser gobernada por rey después
del diluvio… Los textos tratan mayormente de asuntos administrativos; pero los
nombres de personas y de lugares señalan interesantes paralelos con los
registros patriarcales del Génesis… Los textos de Mari mencionan al pueblo habiru
y una tribu de Ben-Yamini, un nombre semejante al Benjamín bíblico, aunque se
refiere a un pueblo diferente. Hazor es la única ciudad palestina mencionada;
pero los nombres de lugares cerca de Harán tienen paralelos en los registros
bíblicos. Nahur (Nahor), Turahi (Tera) y Sarug (Serug) son lugares mencionados
en los textos de Mari que parecen estar relacionados con los nombres de los
registros patriarcales (Génesis 11:23, 24). Entre los nombres personales semitas
occidentales de Mari se encuentran un Ariukku y formas como Abraham y Jacob”.
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Vista parcial de las ruinas de Mari que muestran un zigurat cerca del palacio de Zimri-Lim. De Heretiq - Trabajo propio, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=431961 |
Dios le bendiga mi hermano Walter, que interesante toda esta información, Dios le siga dando mucha sabiduría por medio del Espíritu Santo y su Hijo Jesucristo. Amén
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