Un tiempo de refrigerio (Rut 2:13-23)


 


“Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra”.

Rut 2:13-23

INTRODUCCIÓN

             Pareciera que después de un tiempo de duras pruebas e incertidumbre ha llegado un tiempo de refrigerio a la vida de Rut y Noemí. Después de que Booz se enteró de que aquella joven era Rut y la buena obra que esta había hecho con su suegra, Noemí, decide bendecirla y permitirle que espigara en su campo y de que tomara agua de las vasijas de donde tomaban sus siervos, así aquel día, Rut había sido consolada después de un tiempo de duras pruebas.

Rut
Un tiempo de refrigerio 


EL ALMA DE RUT ES CONSOLADA

“Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada”.

Rut 2:13-17

             Después de un tiempo de duras pruebas e incertidumbre, podemos decir que Rut fue consolada, después de tantas pruebas y haber hecho lo recto a los ojos de Dios, el consuelo llega a su alma cansada y angustiada: Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas. En primer lugar, el alma de Rut fue consolada con las palabras cálidas de Booz, el hecho de que reconociera la bondad que estaba haciendo por su suegra y la bendijera asegurándole que el Señor la recompensaría, fue suficiente para animarla. Muchas veces las personas necesitan palabras de aliento para poder sobreponerse a las dificultades que enfrentan, que bueno es poder encontrar personas como Booz, las cuales se compadecen de las situaciones adversas de otros y los consuelan con el amor de Dios. Pablo decía: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”, (2 Corintios 1:3-4). Que bueno es saber de que tenemos un Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en nuestras tribulaciones y nosotros, una vez consolados, podemos consolar a otros. Este mismo dios de toda consolación estaba consolando a Rut por medio de Booz. En segundo lugar, Rut fue consolada por medio del sustento alimenticio que tanto necesitaba: Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró. Después de aquellas palabras, Booz mostro su gran benevolencia hacia Rut dándole algo de que comer, la invito a comer y esta se sentó junto a los segadores, ella comió del pan y lo mojaba en un vinagre y, además, le dio del potaje, de tal manera que comió hasta saciarse y hasta le sobró. En este versículo seguimos encontrando más elementos de las costumbres culturales de aquellos tiempos, en este caso, sus costumbres alimenticias. En primer lugar, mencionan el pan, el cual constituía la base de su fuente alimenticia. Así como en cada país existe una canasta básica que la constituye alimentos propios de cada nación, así Israel poseía su propia canasta básica, si queremos decirlo así. La palabra pan se traduce en este texto del hebreo lékjem (לֶחֶם), y este era parte de sus alimentos básicos, de hecho, los expertos han afirmado que ¾ partes del pueblo se alimentaba de pan. El pan en Israel era elaborado de la harina de dos granos: la cebada y el trigo, el primero, era el pan más común y consumido por los pobres, mientras que el segundo, se consumía entre los ricos o personas con mejores posibilidades económicas ya que era de mayor valor monetario. Además, el pan tenia un significado religioso para ellos, recordemos el maná que cayó del cielo, el cual fue llamado el pan del cielo: “Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, y abrió las puertas de los cielos, e hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, y les dio trigo de los cielos”, (Salmos 78:23-24), también, en el tabernáculo, solía colocarse la mesa de los panes de la proposición: “Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová”, (Levítico 24:5-7). En los tiempos bíblicos prácticamente el pan se presentaba en tres formas diferentes. Primero, estaban los panes pequeños, probablemente como los que aquel joven tenía cuando Jesús multiplicó los 5 panes y dos pececillos: “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?”, (Juan 6:9). En segundo lugar, estaban los panes mucho más grandes los cuales tenían que ser partidos por las manos en porciones más pequeñas antes de consumirse: “Y aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio”, (Lucas 24:30). Finalmente, estaban los panes delgados como papel, eran grandes y redondos, los cuales se podían doblar y usarse en lugar de cubiertos en la mesa, ya que recordemos que, para este tiempo en el Medio Oriente, no se acostumbraba usarlos.

Luego, se nos dice que mojaron el pan en el vinagre, una costumbre que se tenia en esta época. La palabra hebrea que se traduce como vinagre es kjómets (חֹמֶץ), la cual era el resultado de la segunda fermentación del vino o la sidra, la cual era amarga y se mezclaba con otras especies, siendo usado como una especie de condimento en los alimentos. La versión, RV60, nos dice que también se le dio a Rut del potaje que tenían. La palabra potaje se traduce del hebreo calí (קָלִי), cuya mejor traducción seria grano tostado, y no potaje; de allí que la mayoría de traducciones de la Biblia lo traducen así: “Después, a la hora de comer, Booz la llamó: —Ven aquí y sírvete de la comida. Puedes mojar tu pan en el vinagre. De modo que Rut se sentó junto a los cosechadores, y Booz le dio a comer grano tostado. Ella comió todo lo que quiso y hasta le sobró”, (Rut 2:14, NTV). Otra fuente de alimentación que los israelitas tenían eran los granos, ya sean crudos o tostados. Solían comerse en ocasiones el grano de trigo crudo, esto se hacia restregando las espigas con las manos para liberar el grano que posteriormente se comía: “Aconteció en un día de reposo, que, pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos”, (Lucas 6:1). También el grano que no estaba completamente maduro solía tostarse en un comal de hierro para luego comerse, tal y como lo vemos en este versículo del libro de Rut.

De esta forma, Rut fue consolada y sustentada. Las personas necesitadas no solo merecen nuestra compasión, sino también nuestra ayuda, en la medida que Dios nos provee debemos ayudarles económicamente o con alimento y protección, de hecho, Santiago lo dice así: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”, (Santiago 2.15-16). Obviamente, debemos tener discernimiento, para saber con que personas hacer este tipo de ayuda y cuidarnos de aquellos individuos estafadores que quieren sacar ventaja de nuestra fe y generosidad. Ahora, no se trata de mantener a los necesitados, pero si apoyarlos en los momentos que más lo necesitan, además de ayudarles a valerse por sí mismo, porque esto fue lo que hizo Booz, le permitió a Rut espigar en su campo para ganarse su propio sustento: Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y no la reprendáis. Hay un viejo proverbio que dice que es mejor enseñarle a pescar a un necesitado que estarle dando todos los días el pez, esto es lo mejor que podemos hacer y esto hizo Booz con Rut, le proveyó el medio para ganarse la vida por sí misma. Al final, espigo todo el día hasta la noche: Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada. La palabra hebrea que se traduce como noche, en este versículo 17, es éreb (עֶרֶב), la cual realmente hace referencia a la hora donde el sol comienza a ocultarse, aproximadamente a las 6:00 PM, ya que, para los israelitas, el día terminaba a esta hora e iniciaba el siguiente. Durante todo el día de trabajo, Rut logro recoger alrededor de una efa de cebada. La efa era una unidad de medida de capacidad, cuya medida exacta se desconoce, algunos opinan que una efa equivalía a 37 litros de capacidad, otros la reducen a unos 22 litros.

 

RUT REGRESA A CASA 

“Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos. Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega. Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo”.

Rut 2:18-22

            Al leer el texto nos damos cuenta de la gran felicidad de Noemí al ver que la bondad de Dios las había favorecido al poner en el camino de Rut los campos de Booz, quien había hecho misericordia con ellas. Definitivamente podemos ver en todo esto la mano del Señor obrando a favor de ella, a pesar de que se encontraban en una situación económica difícil, pero el Señor no las había desamparado. La luz de esperanza volvió a brillar en la vida de estas mujeres, especialmente porque aquel Booz era un pariente que podía redimirlas: Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.

 

RUT SIGUE ESPIGANDO EN LOS CAMPOS DE BOOZ

“Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra”.

Rut 2:23

                 De esta manera, Dios proveyó a estas dos viudas un medio de sustento para sus vidas. Qué bueno es pensar en la misericordia de Dios, el cual nunca nos desampara para que perezcamos, aun cuando nuestras decisiones o acciones pueden comprometernos y llevarnos a cometer grandes errores. Si confiamos siempre en Dios, el proveerá y guardará siempre nuestras vidas. De esta forma, Rut espigo junto con las criadas de Booz, hasta que se terminó la siega de la cebada y la del trigo, en todo esto, Rut vivía con su suegra.

 

 

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