“Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he
escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que
nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué
gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el
evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero
si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues, es mi
galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de
Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”.
1 Corintios 9:15-18
INTRODUCCIÓN
Continuando con su temática el
apóstol nos llevara más allá para que comprendamos la razón por la cual se
había negado a disfrutar de los derechos que tenía como apóstol. En Corinto
existía un grupo que negaba el apostolado de Pablo y aseguraban que la razón
por la cual no cobraba era porque no tenía un genuino ministerio. Por ello
Pablo después de haberles dejado claro sus derechos como apóstol y que como
hombre libre estaba en plena disposición para renunciar a ellos nos explica el
motivo para ello mostrándonos lo que el ministerio significaba para él.
El Significado del Ministerio para Pablo |
EL MINISTERIO ES UN PRIVILEGIO
“Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he
escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que
nadie desvanezca esta mi gloria”.
1 Corintios 9:15
Después de haber dejado claro
que también él era merecedor de los derechos de un apóstol, les recalca a los
corintios que su decisión final era no demandarlos ya que no quería provocarles
una carga mayor; pero al mismo tiempo su deseo no era que después de esta carta
se sintieran en la obligación de ayudarle económicamente: Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni
tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo. Esto era así porque para Pablo el ministerio
que Jesús le había otorgado era todo un privilegio y estaba dispuesto a
realizarlo sin la necesidad de cobrar un centavo por ello. Definitivamente sus
adversarios en Corinto habían desacreditado su ministerio y al no poderlo
acusar que predicaba por dinero lo acusaron de ser un falso apóstol ya que ni siquiera
tenía el valor de cobrar por sus servicios. Pero la verdad es que Pablo amaba
tanto su servicio a Dios, que decidió mantenerse así mismo trabajando con sus
propias manos, y llevar a cabo la gloriosa tarea de anunciar el evangelio. Por
ello, prefería morir antes que esta su gloria humana se desvaneciera: porque prefiero
morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Para todos
nosotros el ministerio que Dios nos ha otorgado debe ser un gran privilegio y
no una carga o algo que debamos hacer a cambio de un beneficio extra y por ello
el apóstol dice que prefería morir antes que alguien le quitase su glorioso
privilegio.
EL MINISTERIO ES UNA COMISIÓN RECIBIDA DE CRISTO
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué
gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el
evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero
si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada”
1 Corintios 9:16-17
A parte de ser un privilegio, el ministerio para
Pablo era también una comisión. Si bien es cierto que se gozaba en su tarea de
anunciar el evangelio por otro lado era un deber que tenía que realizar: Pues si anuncio el
evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad.
Cuando Jesús se le apareció en el camino a Damasco lo comisionó para que
predicara su palabra a los gentiles: “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he
aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto,
y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los
gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para
que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los
santificados”, (Hechos 26:16-18). La palabra comisión significa
orden y capacidad que una persona da por escrito a otra para que ejecute algún
encargo o participe en alguna actividad y por ello Pablo decía: porque me es
impuesta necesidad. Él sabía que el encargo de esta tarea la había
recibido del mismo Señor y que no podía evitarla y por eso dice: ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio! Como Pablo, muchos siervos de Dios sintieron
esta necesidad de anunciar su palabra y no pudieron renunciar a ello. Amós
hablaba de lo imposible que era para un profeta callar cuando Dios hablaba: “Si el león ruge,
¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?”,
(Amós 3:8), Jeremías no pudo dejar de anunciar la palabra de Dios aun cuando
tenía problemas por hacerlo: “Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su
nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis
huesos; traté de sufrirlo, y no pude”, (Jeremías 20:9) y los
apóstoles decidieron obedecer el llamamiento de Dios a predicar el evangelio a
cerrar sus bocas por miedo a las amenazas de los judíos: “Llamándolos, les intimaron que en ninguna
manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a
vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto
y oído”, (Hechos 4:18-20). Por ello Pablo había obedecido y cumplido
diligentemente con su comisión “Y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y
enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles
acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor
Jesucristo”, (Hechos 20:20-21). Para el apóstol su ministerio era un
verdadero privilegio que cumplía sin esperar una paga, pero por el otra lado
estaba consiente que este era una comisión que había recibido y estaba obligado
a hacerlo: Por lo
cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala
voluntad, la comisión me ha sido encomendada.
EL MINISTERIO CONSISTE EN PREDICAR EL EVANGELIO
“¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el
evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi
derecho en el evangelio”.
1 Corintios 9:18
El versículo 18 parece ser el
cierre que el apóstol usa para concluir con la discusión que trae respecto a su
decisión de no cobrar por su servicio. Su recompensa al no cobrar era la de
presentar el mensaje del evangelio a las personas: ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el
evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi
derecho en el evangelio. Debido a ello Pablo había comprendido que
la tarea principal de su ministerio era predicar la palabra de Dios. El
ministerio siempre ha girado alrededor de presentar el mensaje del evangelio. Así
lo habían comprendido los apóstoles durante los primeros días de la iglesia
al entregarse de completo a la
predicación y oración: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de
la palabra”, (Hechos 6:4). De igual forma el apóstol Pablo se dedicó
con toda su alma a esta tarea: “Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba
entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos
que Jesús era el Cristo”, (Hechos 18:5). En una de sus cartas Pablo
exhorta a Timoteo a que anuncie el evangelio de Dios: “Te encarezco delante de Dios y del Señor
Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su
reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”, (2
Timoteo 4:1-2). Y a Tito le encarga que busque hombres idóneo para esta tarea: “Retenedor de la
palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con
sana enseñanza y convencer a los que contradicen”, (Tito 1:9). Por
tanto, el ministerio se enfoca principalmente en la enseñanza y predicación de
la palabra de Dios y Pablo había comprendido esto a la perfección.
gracias hno por publicar su mensaje. Dios bendiga su gran labor
ResponderBorrarGracias por el estudio, me fue muy util y edificante! Dios lo bendiga.
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