“Pero no en todos hay este
conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como
sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la
vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más,
ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no
venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a ti, que
tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de
aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió.
De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil
conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano
ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”.
1 Corintios 8:7-13
INTRODUCCIÓN
Llegamos
al final del capítulo 8 donde el apóstol llega al meollo del asunto: el conocimiento que hace caer al hermano no
vale nada. Ya Pablo reconoció el conocimiento que existía en algunos
miembros de la iglesia de Corinto lo cual les hacía comer de lo sacrificado de
los ídolos, ya que los ídolos no son nada; pero este conocimiento que no
discriminaba la conciencia débil de algunos de sus hermanos provocaba que
muchos tropezaran en su fe. Por ello inicio este capítulo diciéndoles El conocimiento
envanece, pero el amor edifica, de tal forma que sin amor el
conocimiento solo provoca que los hermanos que no han alcanzado dicho
conocimiento tropezaran de su fe pecando así el que lo posee contra Cristo. Sin
embargo, el verdadero conocimiento que viene de lo alto debe estar regulado por
el amor para edificación de los demás. Veamos como concluye este capítulo.
Evitando dañar la conciencia de los débiles |
NO EN TODOS EXISTE UN PLENO CONOCIMIENTO
“Pero no en todos hay este
conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como
sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la
vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más,
ni porque no comamos, seremos menos”.
1 Corintios 8:7-8
Ya
vimos como los corintios habían llegado a concluir que un ídolo no es más que
una imagen tallada en madera, roca o hierro hecha por hombres y que no hay vida
alguna en él, por lo que la carne que se ofrecía en sacrificio podía ser comida
por ellos; sin embargo, Pablo les dice que no todos tienen este conocimiento: Pero no en todos hay
este conocimiento. Juan Calvino creía que este conocimiento del cual
el apóstol hablaba ya había sido declarado en la carta que los corintios le
habían escrito previamente y Pablo no les dice que esto esté mal, pero lo malo
es que aquel que no lo tenga puede llegar a ser afectado: porque algunos, habituados hasta aquí a los
ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se
contamina. El problema radicaba en que algunos cristianos en
Corinto, posiblemente recién convertidos, habían estado involucrados en la
idolatría y ahora en Cristo Jesús habían huido de esta vida, pero de repente
veían a otros creyentes con este conocimiento del cual se ha venido hablando
entrar en un templo pagano y comer de lo sacrificado a los ídolos. Esto
provocaba problemas en el fundamento de su fe, más si conocían la conclusión
del concilio en Jerusalén donde les prohibieron tales cosas. A lo mejor muchos
de ellos terminarían participando de este tipo de comida y al no tener un
conocimiento plenamente desarrollado en cuanto a este tema su débil conciencia
terminaría acusándolos y posteriormente tropezado de la fe. Obviamente algunos
de ellos sabían que el comer o no comer no los hacia ni más ni menos, pero este conocimiento no estaba en
todos: Si bien la
vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más,
ni porque no comamos, seremos menos. Como en Corinto, en nuestro
tiempo pueden darse situaciones muy parecidas a estas. Tal vez muchos creyentes
han llegado a desarrollar un conocimiento pleno en cuanto a las Escrituras que
les permite una mayor libertad en todos sus actos, pero deben tener sumo
cuidado que su libertad no sea mal interpretada por aquellos que no han llegado
a tal conclusión, sus actos pueden ser mal interpretados y como lo diría Pablo:
su conciencia,
siendo débil, se contamina.
QUE NUESTRA LIBERTAD EN CRISTO NO SEA TROPEZADERO PARA OTROS
“Pero mirad que esta libertad
vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Porque si alguno te ve a
ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la
conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado
a los ídolos? Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien
Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su
débil conciencia, contra Cristo pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi
hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi
hermano”.
1 Corintios 8:7-13
Definitivamente
este conocimiento les daba a estos cristianos en Corinto mayor libertad de
disfrutar su salvación ya que podían comer carne sacrificada a los ídolos y
quizás hasta comían en la mesa en los templos paganos con sus amigos y
familiares con el propósito de compartir con ellos sin tener cargos de
conciencia. Pero los débiles en la fe eran afectados con esta conducta. Pablo
se enfoca en dos grupos, los fuertes en la fe y los débiles. La palabra débil
que el apóstol utiliza proviene del griego aszenéo
(ἀσθενέω) la
cual es utilizada cuando se refieren a un enfermo o alguien de condición frágil
o débil. Aquí los débiles en la fe son aquellos cuya conciencia es frágil y
fácil de lastimar por no haber alcanzado un conocimiento más profundo y
completo de las cosas. Es interesante ver que el concejo no está dirigido a los
débiles en la fe a crecer más en conocimiento; sino a los fuertes, a saber
hacer discreción en cuanto a su libertad en Cristo Jesús frente a los demás: Porque si alguno te
ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la
conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado
a los ídolos? Las palabras convencen pero el ejemplo arrastra, y
posiblemente los débiles al ver a los fuertes comer de lo sacrificado de los
ídolos ellos lo harían también, lamentablemente por no tener el mismo
conocimiento su débil conciencia se contaminaría y acusados por ella caerían de
su fe cometiendo así el fuerte en la fe un pecado terrible: Y por el
conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió.
En su epístola a los Romanos el apóstol también exhorta a los creyentes a no
hacer nada que provoque que el hermano caiga de su fe: “Pero si por causa de la comida tu hermano es
contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se
pierda aquel por quien Cristo murió”, (Romanos 14:15). La gravedad
de todo esto es hacer caer al hermano de la fe y por ello se recomienda evitar
practicar esta libertad enfrente de aquellos que no han llegado a tal
comprensión: Por
lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne
jamás, para no poner tropiezo a mi hermano. Pablo mejor que nadie
sabía lo terrible que es este pecado ya que en su vida pasada había asolado a
la iglesia y cuando se dirigía a Damasco para meter en la cárcel a los
creyentes el Señor le dejo muy claro que lo que le hacía a su iglesia se lo
hacía a Él, que si perseguía a su iglesia era como que lo persiguiera a Él: “y cayendo en
tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”,
(Hechos 9:4). El mismo Señor Jesús condeno a aquellos que fueran piedra de
tropiezo para sus pequeños: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños
que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de
molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”, (Mateo
18:6). Por tanto, el cristiano maduro debe ser responsable en cuanto a su
conocimiento y sus actos ya que estos no deben nunca poner tropezadero en la
vida de los demás, somos responsables que ayudar a los demás a madurar y que
nuestro conocimiento no sirva para envanecernos sino para edificar a los demás.
Amen muy bueno
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