“De lo
profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor,
oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿quién, oh
Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová más que los
centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana”.
Salmo 130:1-6
INTRODUCCIÓN
Desde su nacimiento el ser humano es
un ser expuesto a muchas adversidades que pueden llegar a angustiar su alma.
Aunque el hombre busca su seguridad y felicidad en las cosas de este mundo como
el dinero, la fama, el poder o los deleites, nada de esto lo librara de pagar
las consecuencias de su pecado no lo apartara de la maldad e injusticias de
este mundo. Sin embargo, el salmista nos enseña que aun así, todavía existe
esperanza para el ser humano.
Esperanza para el angustiado |
I.
TODOS LOS SERES HUMANOS ESTAMOS
EXPUESTOS AL SUFRIMIENTO.
“El
hombre nacido de mujer, corto de días, y
hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra
y no permanece”.
Job 14:1-2
Cuando Dios creo al hombre lo hizo
perfecto, sin debilidades y nada que lo aquejase; sin embargo, por causa del
pecado todo eso cambio y hoy está expuesto a sufrir de muchas maneras. Por eso
Job habla de cómo éste está expuesto a un sinfín de sinsabores y es un ser
completamente efímero. Desde
desilusiones, fracasos, injusticias o enfermedades el ser humano está expuesto
a sufrir, pero el salmista nos da la receta para buscar el consuelo para
nuestra alma angustiada.
II.
LA RECETA DEL SALMISTA PARA
ESCAPAR DEL SUFRIMIENTO.
1.
Acudir
únicamente a Dios en oración.
“De lo profundo,
oh Jehová, a ti clamo…”
Lo primero que el ser humano tiene
que hacer es acudir a Dios en medio de sus angustias. Generalmente los hombres
tendemos a tratar de resolver las cosas por nuestros propios medios, pero el
Señor desea que nuestra confianza este plenamente en Él. La expresión del
salmista denota una pasión que sale de lo más íntimo de su corazón. Así todas
nuestras peticiones tienen que salir de lo profundo de nuestro corazón con toda
sinceridad y humildad.
2.
Tener
la certeza que Dios nos escucha.
“Señor,
oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica…”
Para poder recibir de parte de Dios
la respuesta a nuestras necesidades también necesitamos estar plenamente
seguros que el escucha nuestro ruego. El
salmista podía estar seguro que los oídos del Señor estaban atentos a sus
suplicas y en la Biblia se nos aseverara que Dios oye a su pueblo.
“Y esta
es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
1 Juan 5:14-15
3.
Reconocer
nuestra maldad y solicitar el perdón de nuestros pecados.
“JAH, si
mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay
perdón, para que seas reverenciado…”
En tercer lugar, si queremos
recibir la paz y bendiciones de Dios en medio de este mundo de angustias
debemos reconocer nuestra maldad y pedirle perdón por nuestros pecados ya que
de lo contrario nuestra alma jamás alcanzara la paz que solo Cristo sabe dar.
“Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no
está en nosotros. Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad”.
1 Juan 1:8-9
4.
Saber
esperar en Dios.
“Esperé
yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová más que los
centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana”.
Una de las cosas que debemos saber
hacer es esperar en Dios. Muchas veces lo difícil de las pruebas y el tiempo de
espera puede provocar que nos apresuramos y los hechos y cometamos más
errores. El no ver de inmediato la
respuesta de Dios generalmente desespera a muchos y deciden alejarse de sus
promesas. Pero el salmista nos exhorta a confiar enteramente en Él. Así como
los centinelas que guardan las puertas de una ciudad esperan ansiosamente los
primeros rayos de la mañana, así nuestra alma debe esperar pacientemente hasta
ver el rayo de justicia que ilumine nuestra vida.
CONCLUSIÓN
El ser humano está expuesto a pasar
por muchas dificultades que pueden provocarle grandes angustias, pero la Biblia
nos enseña que aun en medio de las más terribles pruebas el hombre puede tener
un rayo de esperanza si decide confiar en Dios entregando toda su vida a Él.
Gracias Dios por mostrarme el caminó y seguir confiando en tus promesas me aferró a creer y haber el milagro q me prometes como David confió con toda mi alma y corazón
ResponderBorrarExcelente explicación sobre la palabra de Dios,El es nuestro único ayudador Jehová de los ejércitos.sin el no somos nada.gracias, Dios los bendiga.
ResponderBorrarCuando el hombre tiene un propósito,como es cultivar las letras del evangelio y está a la vez da los frutos esperando, nuestro señor Jesucristo y el Santo espíritu lo transforma en ese fruto requerido como es la salvación.
ResponderBorrarCada día mi alma se goza y se llena mi espíritu en este gran Dios misericordioso.
ResponderBorrarGloria a su nombre.
En mis sueños apareció este libro salmos 130. Gracias mi Dios.
ResponderBorrarExelente explicacion ,muchas gracias
ResponderBorrarMuy buena enseñanza corta precisa y concisa amén
ResponderBorrarAmen, tenemos un Dios extremadamente amoroso y misericordioso. Pero Justo.
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